Los medios y la conciencia social
El presidente de PRISA, Juan Luis Cebrián, analiza el papel de la comunicación contra el hambre
San Lorenzo de El Escorial
Juan Luis Cebrián, este jueves en el curso 'Hambre cero: es posible' ULY MARTÍN
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“No he visto a nadie guardar un minuto de silencio por las víctimas de los atentados [de este jueves] en Kabul. Está muy lejos y puede parecer que no nos afecta. Lo del hambre es lo mismo”. El presidente del grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, analizaba este jueves en el curso universitarioHambre cero: es posible el papel de los medios de comunicación como motor de cambio para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, en especial, para acabar con la inseguridad alimentaria en el mundo.
Para Cebrián, la poca atención que suscitan estos problemas se debe enmarcar dentro de la crisis de la democracia representativa y la “disrupción, que no transformación” que sufren los medios en la era de Internet. “Hay tal cantidad de información que el usuario no tiene ninguna garantía de veracidad: eso hace que la opinión pública sea muy volátil”, sostenía. Esa volatilidad lleva a situaciones como que la participación de la Reina en ese mismo curso —organizado por la agencia de la ONU para la alimentación (FAO) y la Universidad Complutense— sea noticia por la ropa que vestía doña Letizia y no su labor como embajadora de esa agencia. “De esta forma desaparece el efecto de la contribución de las figuras públicas”, apuntaba el también académico de la RAE.
Al igual que otros ponentes en el curso, como el experto de la FAO Juan García y Cebolla, Cebrián considera que “la erradicación del hambre es un problema de gestión política” y lamentaba que en nueve meses de campaña electoral en España no se haya dedicado ni un minuto a cuestiones como esta o la sostenibilidad del planeta. Y por ese carácter político, defendió que la lucha contra la desnutrición es responsabilidad las instituciones. “No es un debate menor: es imposible que las ONG resuelvan esto. Está bien su colaboración, pero sin la intervención de los poderes públicos es imposible”, mantuvo. El problema, aducía, es que la estructura política dominante también está en crisis.
El que fuera primer director de EL PAÍS también defendía ante los alumnos el “muchas veces criticado, y en ocasiones con fundamento” sistema de Naciones Unidas, que considera necesario impulsar y proteger. “Es lo único que tenemos para tratar de mejorar la vida de la gente”, afirmaba. Sin embargo, el presupuesto de una agencia como la FAO, responsable de erradicar el hambre en el mundo, es de 500 millones de dólares anuales. “Eso es la mitad de lo que cuestan los derechos televisivos de la liga de fútbol”, aseveraba Cebrián. “Pero los Gobiernos son más sensibles a los problemas del fútbol, que a casi 800 millones de hambrientos”.
“Sin la intervención de los poderes públicos es imposible resolver problemas como el hambre”
Y todo pese a que en las sociedades desarrolladas "también hay un problema de hambre, que en realidad lo es de desigualdad", tal y como destacaba el presidente ejecutivo del grupo PRISA. Antes que Cebrián había intervenido el periodista y escritorMartín Caparrós, autor del libroHambre. En esa misma línea, Caparrós insistía en que la inseguridad alimentaria "no es un problema de pobreza, sino de riqueza" y de la injusta distribución de la misma.
El autor argentino criticaba que las cifras de abstraigan "para quitarle su potencial de violencia: uno piensa en hambre y piensa en cifras, porcentajes… Cuando lo que hay son millones y millones de personas". Caparrós hizo un repaso de lo vivido al escribir su libro, que abarca todos los problemas relacionados con la malnutrición: desde la ausencia de sueños hasta la capacidad "disciplinadora" de la falta de comida, pasando por la obesidad —"la malnutrición de las sociedades ricas" —, la especulación con el precio de los alimentos, las taras en el desarrollo personal o la apropiación de tierras.
Por la tarde, Caparrós participaba en una mesa redonda junto con Lola Huete Machado, responsable de Planeta Futuro y Raquel Martí, directora ejecutiva de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Martí alabó la cobertura mediática del impacto humanitario en Yarmouk (Siria), en contraposición a la situación de los refugiados palestinos, sobre la que en su opinión solo se informa sobre la violencia o el conflicto, y no sobre la situación humanitaria.
Entre otras cuestiones, se debatió acerca de la importancia que los medios dan a la temática del desarrollo y sobre el diferente interés informativo que suscitan en Europa las víctimas de conflictos o desastres en función de su origen o su raza.
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