El valor de las ideas · ELPAÍS.com: ANÁLISIS: Vida&artes ANÁLISIS
El valor de las ideas
JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA 26/08/2011
¿Tiene sentido constitucionalizar el techo de déficit público? ¿Habría que suprimir los Ayuntamientos con menos de X habitantes? ¿Sería factible el copago sanitario si se eximiera de él a los enfermos crónicos y a los jubilados? ¿Se puede limitar la contaminación instaurando un impuesto al tráfico que accede al centro de las ciudades? ¿Sirve para algo desbloquear las listas electorales? ¿Cómo puede la política exterior española promover más activamente la democracia en Cuba o Guinea Ecuatorial?
Todas estas preguntas son relevantes en el contexto político de nuestro país. Sin embargo, los términos del debate público raramente permiten una discusión racional, es decir, basándose en datos verificables, argumentos contrastables y el estudio de experiencias similares en países de nuestro entorno. Al calor del debate político y con la vista puesta en el corto plazo, más que utilizar las ideas como herramientas para la mejora de las políticas públicas, las ideas se tienden a utilizar como arma arrojadiza y se usan y se desechan en función del daño que hacen al adversario o el beneficio electoral que se percibe en ellas. El resultado es que hay buenas ideas que se queman o no prosperan debido a la improvisación, otras que ni siquiera se llegan a plantear por miedo a sus consecuencias políticas mientras que, a cambio, algunas malas ideas quedan permanentemente instaladas entre nosotros.
El progreso de un país requiere buenas ideas. Solo instituciones independientes y críticas que se adelanten a los problemas y que no tengan tabúes ni prejuicios ideológicos pueden ejercer ese papel. De ahí la importancia de los think tanks: un think tank pequeño, con no más de veinte investigadores pero bien dirigido, bien conectado y con una financiación adecuada puede tener un impacto decisivo, permitiendo un ahorro de millones de euros en políticas más eficaces y una mejora enorme en la calidad de vida de los ciudadanos. Pero ello requiere una sociedad civil abierta y vibrante, unos medios de comunicación comprometidos con la calidad de la información, una clase política con visión a largo plazo y unos empresarios inquietos, cultos y generosos. En España, un país que arrastra numerosos déficits históricos en estos ámbitos, los think thanks son todavía un fenómeno relativamente nuevo. Y justo cuando estaban empezando a consolidarse, la crisis supone una grave amenaza para ellos ya que sus fuentes de financiación se estrechan o, incluso, desaparecen. Todo el mundo tiene un buen argumento para defender la importancia de su sector. El de este es el siguiente: una sociedad sin ideas está condenada a repetir sus errores. Juzguen ustedes.
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REPORTAJE: Vida&artes
Que el político no decida por mí a ciegas
Los 'think tank' piden paso en España, país poco dado a consultar y pagar a los sabios para gestionar con visión de futuro - Ya están tras estrategias empresariales o energéticas como el cierre de Garoña
JORGE MARIRRODRIGA 26/08/2011
¿La construcción de un portaaviones chino debería interesarle a una importante industria textil española? O mejor: ¿cómo hacerle ver a esa compañía que realmente es de su interés que China esté construyendo un portaaviones? En medio de la montaña rusa de las cotizaciones bursátiles, primas de riesgo, calendarios políticos y protestas sociales puede parecer complicado que quienes toman decisiones políticas y económicas tengan en su agenda un hueco para reflexiones a medio y largo plazo. Pero ese tipo de visiones son las que pueden resultar decisivas para el éxito o el fracaso de estrategias políticas, comerciales o sociales. A eso precisamente se dedican en nuestro país centros de investigación y reflexión que en los últimos diez años han comenzado a tener un papel importante en la toma de final de decisiones. Son los think tank españoles. Un concepto y una denominación surgida en el mundo anglosajón trasplantada a la sociedad española.
El ciudadano no está hecho a dar dinero a estos centros de pensamiento
"Hay poca cultura del intercambio. Hay que forzarlo", dice una analista
De la calidad de sus trabajos dependerá el arraigo o no de estas instituciones
En EE UU la gente se vincula, aunque sea con cinco dólares al mes
"Tenemos necesidad de tomar decisiones informadas", explica un experto
Las empresas y el Gobierno se guían por sus estudios. Son autorreferenciales
"Me gusta más la expresión
centros de pensamiento, opina Nicolás Sartorious, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, quien subraya que "en España hay gente buenísima para elaborar ideas, pero hay que dar la oportunidad para que esas ideas se expresen". Y no se trata únicamente de elaborar el mensaje, sino de cómo colocarlo en los despachos y en las reuniones. Que no solo sea leído, también que sus tesis se adopten en las discusiones. "Un
think tank efectivo es aquel que tiene buenas ideas y las hace llegar. Consigue que sean tenidas en cuenta a la hora de tomar decisiones", explica Marta Tello, de la Fundación Ciudadanía y Valores y autora de la
Guía de los Thinks Tanks en España, un elenco de las principales instituciones de este tipo en nuestro país.
¿Pero cómo funciona un
think tank? Aunque la idea no sea autóctona, el funcionamiento básico de esos centros de pensamiento españoles difiere poco del de sus colegas del resto de Europa y EE UU. Un grupo de expertos elabora, mediante un proceso de debate, intercambio de ideas e investigación, documentos que tienen en cuenta la actualidad (política, económica, social...) con una visión, por lo menos, a medio plazo. No se trata de documentos académicos
strictu sensu sino de
papeles -y esa precisamente es su expresión en inglés- que puedan ser manejados fácilmente por quienes toman decisiones sobre algo en concreto, ya sea en la mesa del Consejo de Ministros, en un Consejo de Administración o en una reunión en Bruselas. "En España hay una necesidad de tomar decisiones informadas", advierte Francesc Badía, gerente del Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB). "España es muy autorreferencial. El Gobierno y las grandes empresas tienen sus propios equipos de estudios internos. En otras sociedades hay más costumbre de consultar fuera. Este es el reto", añade.
La apertura total de España al exterior, cuyo comienzo coincide con el final de la Guerra Fría y la aceleración consiguiente de la globalización, ha hecho que la toma de decisiones tenga cada vez más factores y esté revestida de mayor complejidad.
Volviendo al ejemplo del portaaviones chino y la empresa española, existen factores aparentemente inconexos que pueden pasar desapercibidos completamente, pero que a medio plazo son decisivos. Una compañía que se quiere expandir en el sudeste asiático no debería ser ajena a un potencial conflicto regional y al rumbo que lleva este. "En España quienes toman decisiones deben ser conscientes de que tienen a los
think tank a su servicio", apunta Cristina Manzano, subdirectora general de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE). Otras fuentes consultadas por este diario son más explícitas: "Llevo diez años en esto y todavía tengo que explicarlo", señalan. Manzano apunta otra dificultad: "Muchas veces se confunde a los
think tank con los
lobbies (grupo de defensa de unos intereses concretos), y encima se le da a esta palabra una connotación negativa".
El peso de los
think tank ya se deja sentir en muchas decisiones importantes en España. Hace apenas un mes, el Gobierno aprobó la Estrategia Española de Seguridad, que analiza las amenazas y riesgos a los que se enfrenta nuestro país en un plazo de diez años, un periodo de tiempo inusual en el calendario político sujeto a los períodos legislativos. La estrategia es un documento de 90 páginas elaborado por el ex secretario general de la OTAN y exrepresentante europeo para la política exterior Javier Solana, miembro del consejo del ECFR, el Consejo Europeo para las Relaciones Exteriores. Un
think tank europeo fundado, entre otros, por el filántropo español, Diego Hidalgo. Del mismo modo, ante la decisión de cerrar la central nuclear de Garoña diferentes
papeles sobre lo que debe ser el modelo energético español en el futuro también estuvieron sobre la mesa y en las argumentaciones.
"La capacidad o no de influencia de un
think tank estriba en la solvencia de lo que defiende", asegura Jaime García Legaz, secretario general de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el
think tank vinculado al Partido Popular y presidido por José María Aznar. García Legaz considera que en España este tipo de instituciones tiene todavía poca influencia en las políticas públicas. "El problema es cuando solo hay argumentos políticos", destaca.
Desde la otra orilla ideológica, Carlos Mulas, director de la Fundación Ideas, vinculada al PSOE y a cuyo patronato pertenece José Luis Rodríguez Zapatero, subraya que "la ciudadanía debe saber que existen problemas que hay que resolver a medio plazo". "A raíz de la crisis y de la necesidad de saber a dónde vamos en todos los sentidos ha sucedido que quienes toman decisiones escuchen mucho más. De hecho, los
think tank tienen más llegada a los círculos de decisión que a la opinión pública", considera.
Una opinión pública, la española, que no está acostumbrada a entregar su dinero a instituciones de este tipo. La financiación es uno de los principales talones de Aquiles de muchos
think tank españoles. "En Estados Unidos, por ejemplo, la sociedad civil ve a los
think tank como algo natural y la gente se vincula aunque sea donando cinco dólares al mes", explica Marta Tello, de Ciudadanía y Valores. En España, la llamada "cultura de la filantropía" no está muy desarrollada a nivel particular (tan solo, tal vez, con las ONG), mientras que a nivel corporativo se hace solo con aquellas actividades que podrían denominarse
blancas, es decir, un banco u otro tipo de empresa que dedica fondos con relativa facilidad a actividades culturales o de ayuda social, pero será mucho más reacio a la hora de donar dinero a un foro de reflexión que, además de ser ajeno, puede llegar a unas conclusiones que no sean de su gusto. "La financiación en general se realiza a través del dinero público, las empresas tienen poca tradición de donar", afirma Francesc Badía, del CIDOB.
La otra gran carencia de los
think tank españoles viene de la poca movilidad que existe en el mercado laboral español entre la empresa privada y la Administración pública. Es lo que en el mundo anglosajón se conoce como
puertas giratorias, y que permite que una persona aplique en el entorno público sus conocimientos adquiridos en el privado, y viceversa. Y más todavía. Hasta hace poco era difícil reunir a personas de diferentes ambientes profesionales simplemente para discutir y alcanzar unas conclusiones.
"En España hay poca cultura del intercambio y hay que tratar de forzarlo", advierte Pilar Tena, subdirectora de Relaciones Internacionales del Real Instituto Elcano, institución que acaba de cumplir sus primeros 10 años. Tena subraya que los grupos de trabajo "donde se encuentre gente de todo tipo de sectores y diferentes opiniones", son una herramienta fundamental a la hora de que las conclusiones que se obtengan sean útiles a la sociedad civil. "Faltan foros donde discutir a medio plazo", sostiene Carlos Mulas, de Ideas. "Los partidos políticos están sometidos al ciclo electoral y los medios al día a día", añade.
Pero al final, el que la institución del
think tank termine de arraigar en España o, por el contrario, su papel sea absorbido por el mundo académico y los estudios empresariales, dependerá sobre todo de la calidad de sus trabajos y lo acertado de sus visiones. "Hay que insistir mucho en la calidad de la producción", recalca Pilar Tena de Elcano, que afirma: "Nuestra labor es importante porque explicamos las cosas a la sociedad. Lo central es elaborar un producto de calidad". "Los
think tank reúnen en su seno a gente con experiencia y tiempo para elaborar ideas", señala Nicolás Sartorius, "gente que está pegada a los problemas reales y trabaja por el interés del país".
Diálogo, reflexión y mirada a medio plazo. Tres características que tal vez no serían las primeras de la lista a la hora de definir a la sociedad española. Con ellas los
think tank españoles tratan de abrirse paso en el, hasta ahora, hermético mundo de la toma de decisiones.
Que el político no decida por mí a ciegas · ELPAÍS.com: REPORTAJE: Vida&artes
Que el político no decida por mí a ciegas
el dispreciau dice: el mundo humano ya no tiene espacios para fronteras, tampoco para banderas. El problema del prójimo es también mi problema. Los poderes ni siquiera perciben la realidad, tanto es así que sus lecturas suelen ser todas erradas, gravemente sesgadas, dramáticamente aberrantes, pero ese es su marco decisorio, y gracias a ello y a la corrupción reinante los atropellos crecen a manos de las negligencias y sus miopías. Las sociedades humanas están inmersas en el error, pero detectan las diferencias mucho antes que los políticos reconozcan sus errores, siempre un segundo antes de su muerte, luego de haber ejercido calamidades de toda índole. Europa es un buen [pésimo] ejemplo de actos de negligencia encadenadas y ejercidas sobre la ciudadanía... pero ya no hay espacio para más desastres impuestos por antojos de reyes, virreyes y sus funcionarios inútiles, funcionarios que hablan de república y democracias mentidas hasta el hartazgo donde las víctimas siempre pagan las locuras de los autodenominados "genios" e "iluminados" de turno. Es curioso ver cómo las instituciones ya no representan a sus integrantes y estos viven conspirando sin hallar la senda. Es evidente que nadie enseña a conducir, lo cual lo define como arte... mucho menos a gobernar... La realidad es que el mundo humano está sumergido en una contradicción que opera a modo de un terremoto que todo lo arrasa... se declama una cosa y se hace otra bien distinta. Se niegan las necesidades de las gentes y se burlan sus pedidos, sus reclamos, y peor aún sus sentires. El mundo humano está lleno de falsos profetas... de falsos sabios... de falsos científicos... de falsos iluminados... de corruptos funcionarios... de impresentables políticos... de empresarios sin cerebros, de corporaciones sin alma, de sacerdotes que violan a discreción sus supuestas falsas convicciones... en el mundo no se ven instituciones que respresenten aquello que se arrogan, y ello se traduce como paradoja. Claro, a los supuestos intérpretes y a los pseudo dueños de la vida de los demás, suele no importales un bledo. Agosto 27, 2011.-