He recibido hoy mismo este mensaje de la SENADORA MARÍA EUGENIA ESTENSSORO:
VIDAS PRIVADAS DE LIBERTAD: En esta página deseo que no sólo podamos compartir reflexiones sino, además, que tengamos una idea sobre el trabajo que realizo junto con mis asesores, que muestre la diversidad de tareas a las que nos abocamos cotidianamente. Semanas atrás llegó al despacho una carta firmada por María Medrano, Directora del proyecto Yo no fui, que adjuntaba un petitorio de las mujeres de la planta de madres de la Unidad Penitenciaria 31 de Ezeiza.
Gabriela Abiad (mi asesora ante la Comisión de Derechos y Garantías) decidió acercarse a la Unidad para atender sus necesidades y pensar cómo alcanzar soluciones desde nuestra labor –y responsabilidad– en el Senado. Estas son algunas de sus impresiones:
“Desde hacía tiempo venía reflexionando sobre el tema de las mujeres privadas de la libertad embarazadas y/o con hijos o hijas conviviendo en situación de encierro; sobre su falta de alimentos y de salud, de luz, de amor, de paz, de tranquilidad… De casi todo, menos de la unión del vínculo.
“Y como cada vez creo menos en las casualidades y más en las causalidades, leí atentamente el petitorio (ver páginas 1, 2, 3) que llegó con la carta y me contacté con María. Compartimos ideas, charlas telefónicas, correos electrónicos y acordamos ir juntas a Ezeiza.
“Nos encontramos puntualmente, a las 12.30 hs., en la puerta de mi casa y fuimos en auto al Penal. Éramos cuatro mujeres desconocidas con muchos sentimientos en común: yo me sumaba a Claudia, profesora del taller de poesía; María, quien fundó la organización y dicta también el taller, y Mariela, asistente del diputado Adrián Pérez, interesada en conocer la experiencia.
“Manteniendo mi secreto de que no manejaba hacía tiempo -y menos por autopista- tomé el volante convencida y nos dirigimos a la Unidad 31 de Ezeiza.
“No paramos de hablar en todo el viaje: quiénes éramos, por qué estábamos yendo a Ezeiza, de dónde veníamos…, cada cual con sus pasiones, lugares de pertenencia e historias personales. Llegamos al penal guiadas por María. Conduje hasta la primera puerta de hierro, instrumento que para nosotros divide dos lugares diferentes: el afuera del adentro; pero que para las mujeres privadas de libertad se traduce como un solo elemento: el afuera deseado (algo terriblemente diferente, distante).
“Al entrar a la Unidad 31 tuvimos que dejar documentos y celulares para poder traspasar otra puerta de hierro. Esperamos y pudimos entrar al jardín maternal que me interesaba conocer. Impresionante: calefaccionado, piso de goma adecuadísimo para niños y niñas y una ‘directora’, que describía un jardín casi ideal y que nada decía de la situación particular de estos chiquitos privados de libertad. Según ella comen, juegan, aprenden, como si estuvieran afuera…
“Se ‘respiraba’ un llamativo orden perfecto, diferente al que nos habían contado María y Claudia; al que leí en el petitorio escrito, de puño y letra, por las internas; a lo que me expresaron trabajadoras de las Procuración y de la Defensoría General de la Nación.
“Al salir del jardín maternal, pasamos por el Salón de Usos Múltiples donde nos encontramos con una ronda de carritos con bebés de 45 días y chicos en sillitas de hasta 4 años. Todos en perfecto silencio, orden y tranquilidad…’Llamativo’ -pensé-. Caras serias, saludos sin respuestas, ceños fruncidos, ojitos tristes…. Ninguna mamá a la vista, tres ‘maestras (¿?)’ que tampoco emitían sonido.
“Mientras guardaba esa sensación terrible, cruda, dura, dolorosa nos pidieron ‘prolijamente’ que saliéramos y fuéramos a la biblioteca donde se realiza el taller de poesía. Por supuesto, obedecimos.
“Sentí tal angustia que, si estaba sola, me largaba a llorar, pero no podía hacerlo porque me encontraba ‘cumpliendo mi función de asesora, visitando y conociendo la realidad carcelaria’.
“Tragué saliva y nos dirigimos, junto con María y Mariela, al taller. Nos cruzamos con Carmen y con Tina, quienes rápidamente desnudaron sus vidas: por qué están ahí, cuánto tiempo creen que les queda de encierro, cuántos hijos e hijas tienen y de qué edades (tema fundamental y obligado).
“Las participantes del taller eran alrededor de quince y, en general, primero nos estudiaron pero luego se lanzaron a compartir sus historias desgarradoras. La idea era compartir el taller de poesía, pero nos dimos cuenta de que todas teníamos ganas de saber quiénes éramos. Dejé en claro que no quería invadir el espacio, pero hubo acuerdo generalizado en conversar sobre nuestros sentimientos más profundos.
“Así fue como argentinas, paraguayas, una mexicana y una boliviana nos presentamos contando hasta lo más íntimo y doloroso. Lloramos, nos reímos, pensamos y soñamos.
“Fernanda, mamá de Victoria de 6 meses, nos contó sus estrategias para ser escuchada y hacer respetar sus derechos a la salud, a la educación, al trato digno. Sus compañeras tomaron nota del teléfono del pabellón y de nuevas estrategias. Fernanda, discutió con Gabriela acerca de la conveniencia o no de vivir allí con sus bebés menores de 4 años. No llegaron a un acuerdo pero respetaron sus puntos de vista, se conocieron más y entendieron sus razones.
“Vinieron varias veces a decirnos que el tiempo de la reunión había finalizado. Interrumpieron tres veces para pedirles a diferentes internas que se presentaran en otros lugares por diversas causas…. Nada podía detener semejante catarata de sentimientos profundos y verdades dolorosas…
“Nos despedimos varias veces.
“¿Podremos hacer algo?, ¿podré hacer algo?, ¿cómo sumarme a ese mar de desesperación, amor, amistad, solidaridad, violencia, crueldad?
“Pensé que la Banca de la Mujer será un espacio posible y que ayudará el solicitar una moción de preferencia para el tratamiento del proyecto de ley que dispone prisión domiciliaria a las mujeres embarazadas y con hijos menores de 5 años. Mi intención, ahora, es compartir estas sensaciones con ustedes.
“Conocí gente muy valiosa durante mi visita a la Unidad 31 que me dio un panorama comprimido sobre la realidad carcelaria y los derechos vulneradísimos en prisión. Agradezco este aprendizaje, la sinceridad, la manera en que abrieron sus corazones y el ‘mini curso’ de derechos humanos y de dignidad que me brindaron.”
Gabriela Abiad
Este post fue publicado por Maria Eugenia Estenssoro, el Jueves 28 de Agosto de 2008 a las 22:44, bajo la sección TAREA COMO SENADORA NACIONAL (2007-2013),
Lo expresado me lleva a la siguiente reflexión:Mi estimada Señora Senadora: este mensaje es realmente algo que me revolea (no encuentro otro término). Escondido tras las palabras percibo algo que siento desde hace mucho y que deseo expresarle, pidiéndole por favor que lo tome exactamente tal lo diré (no discriminando los contextos): 1. NUESTRO PAÍS, carece de JUSTICIA CIERTA. Tenemos una profusa legislación. Tenemos excelentes Juristas. Tenemos mejores Constitucionalistas. Tenemos un excelente respaldo académico… pero, pero a la hora de administrar dicha JUSTICIA todo se revuelve, se mezcla, generando un caos que toca a personas (mujeres y varones) de distinta manera. Desde mi punto de vista el principal problema de lo antedicho pasa por la intervención del PODER POLÍTICO en dicho ámbito, algo que muchos niegan sistemáticamente pero que ocurre a nuestros ojos ciudadanos. Se tapan las causas que comprometen al poder y se exacerba la justicia sobre los “pobres y sus pobrezas”, sobre “los marginados y sus carencias”, pero resguardando las mezquindades humanas de los que tienen un atisbo de poder. Ello desmerece la JUSTICIA, la empequeñece. Los ejemplos son tantos que no vale la pena traerlos al tapete. 2. Los discursos políticos, en especial aquellos que emanan del PODER EJECUTIVO, vienen cargados de palabras que describen la SEGURIDAD (que no existe)… las GARANTÍAS CONSTITUCIONALES CIUDADANAS (que tampoco son tales)… los DERECHOS de VIDA (que no son lo que se expresa)… y así asistimos a CÁRCELES que destruyen el espíritu y diezman el alma. En dichos ámbitos, en especial el de varones, reina el caos y si bien ello se replica en todos los centros de reclusión del mundo, en los nuestros se ahogan los resquicios de los sentimientos de culpa, ocultándose detrás de mecanismos de poder que utilizan para su propio provecho las miserias humanas de unos pocos. 3. Hace algunos años un abogado norteamericano (ciudadanos que son ejemplos de muchas cosas y no tanto de otras) me dijo: “… Ustedes tienen una legislación mucho más completa que la nuestra, pero la misma no se cumple porque Ustedes mismos como sociedad la transgreden utilizando el poder y burlando los mecanismos”… VERDAD PENSÉ PARA MIS ADENTROS. Somos buenos para inspirar, pero pésimos en la ejecución… y le agregaré: imposibles para la gestión porque los mismos mecanismos de poder que rigen nuestra cultura son transgresores naturales, alcanza con ver al actual PODER EJECUTIVO y sus ministros (con minúscula porque guardan lo más pobre de nuestra esencia).
Léase, nosotros, Usted y yo, todos, estamos azorados apreciando cómo operan los secuestradores (libres), los narcotraficantes (libres), los violadores (libres), los que conducen comandos que hacen inteligencia económica y que sirven para lavar dinero (libres), los que roban para la corona (libres), mientras que las cárceles guardan a aquellos que debieron robar para comer o bien porque se hallaban en un callejón y no sabían ver la salida (única) o las salidas (muchas), siendo ello por falta de educación, formación, alternativas, etc…
Hacemos (me incluyo aunque no estoy de acuerdo con lo cursado) una fiesta por la condena de dos militares, mientras permitimos que aquellos que habilitaron esta historia de barbaries que nos colmó de sangre inocente estén libres. Esos no son DERECHOS HUMANOS, son MENTIRAS acomodadas para una SOCIEDAD que ha perdido el SENTIDO COMÚN. Nunca aprendimos de los ejemplos de Vietnam como tampoco lo hicimos de los de Irak o Afganistán. Criticamos las conductas de otros pero seguimos sin ver el bosque que nos rodea.
No sabemos separar la paja del trigo.
La realidad es que el PODER EJECUTIVO desde los noventa nos implantó la frivolidad en el mate social y el inconsciente colectivo (facilista) lo asumió como propio y así nos fue y nos va. Esto que ha ocurrido con los tres asesinados en General Rodríguez desnuda nuestras carencias, omisiones, disimulos, olvidos, vergüenzas, etc. Otra vez, traducido; tenemos un país con miles de kilómetros de fronteras que no controla nadie ya que están protegidas para la conveniencia de las cajas políticas y así tenemos, nos guste escucharlo o no, la friolera de 1500 pistas de aterrizaje clandestinas… donde todos saben qué ocurre pero miran para otro lado expresando luego que: “en nuestro país no operan las mafias”. Da risa.
La segunda realidad de aquello que describo es que a Usted no le escapa y a mi tampoco que así como hay muchos “sueltos” y amparados por el sistema de injusticia que nos rige, hay muchos más “guardados” por “culpas” asumidas como grandes cuando a veces no lo son tanto o quizás hasta no lo son.
Así estamos: con la condición humana y social degradadas.
Si Usted se digna ingresar a las páginas de algunos servicios de inteligencia, del propio FBI o de la misma DEA, verá que ellos saben más de la ARGENTINA que lo que conocemos los propios ciudadanos, aspectos que son prolijamente ocultados por intereses en los propios medios de comunicación.
Esto es lamentable.
Nuestro país carece de:
1. Un registro público de los asesinos con condenas efectivas.
2. Un registro público de los violadores con o sin condena fehacientes.
3. Un registro público de delincuentes con cargos múltiples y reiterados y condenas acumuladas que darían lugar a que estuviesen guardados de por vida… con crédito hacia las próximas.
4. Un registro público de delincuentes que operan en lo penal-económico, que han realizado numerosas estafas y permanecen en estado de libertad.
5. Un registro público de quiénes han ejercido actos de violencia familiar y que tienen la “famosa” libertad vigilada…
O sea, conocemos a Barreda por su reacción transferida como venta de espacios mediáticos pero hay cientos de otros que no están en ningún registro público… pero no debemos quejarnos porque lo mismo se observa en el PODER POLÍTICO ya que mientras Usted edita sus teléfonos y mails, hay una gran mayoría que los oculta. Esto refleja que el PODER EJECUTIVO no guarda VERGÜENZA PÚBLICA.
El mensaje que Usted transmite desgarra el alma, pero y?… qué hacemos?. Llorar juntos, abrazados en un rincón no sirve. Mientras nosotros lloramos, el narcotráfico se ha apoderado de la ARGENTINA y lo ha transformado en un PARAÍSO donde todo es comprable, sencillamente porque nadie recibe como paga lo que corresponde a su responsabilidad y compromiso, entonces tenemos corrupción por todos lados. Hablamos de ella. Somos conscientes que la caja política esconde nichos de corrupción, pero como hay conveniencias de por medio aventamos que ello continúe. Recuerde la frase: “hacete amigo del Juez”. Penosa por cierto.
Curiosamente, la JUSTICIA vulnera los DERECHOS HUMANOS de los convictos tanto como los de aquellos transitamos en “libertad condicional” (perdone pero le llamo así ya que vivimos enrejados). Lo antedicho indica que algo anda muy mal en nuestras cabezas (sociedad) pero peor anda en las mentes que componen el PODER. La realidad que ellos perciben no es la nuestra, o al menos no condice con la mía.
Un cordial saludo
CERASALE, Víctor Norberto
LUEGO, MÁS TARDE, DESPUÉS, MASTICANDO EL MENSAJE INICIAL Y EL IMPACTO QUE ME PRODUJO, decidí agregar la reflexión que sigue:
Estimada Senadora: reflexionando para conmigo mismo me pregunto y lo comparto con Usted: ¿cómo es posible que los hijos permanezcan tras las rejas y se crien allí asistiendo desde temprano a todas las barbaries carcelarias?, ¿qué DERECHOS HUMANOS son estos?, ¿qué marco EDUCATIVO se les proporciona?, ¿NO sabe el PODER JUDICIAL que los bebés se impregnan del entorno aún cuando no sean conscientes de ello?, ¿cuál es el sentido último y esencial de esta situación?, ¿son estos los tan mentados DERECHOS DEL NIÑO?… Entiendo, discúlpeme la impertinencia (o la ignorancia) pero realmente esto es un disparate de la jurisprudencia, u otro equivalente propio del ámbito. Sinceramente desconozco las bases jurídicas pero hay algo que a esta altura de mi vida no se pasa por alto y es que el bebé recibe todos los dolores y todas las frustraciones de su madre. ¿Qué clase de sociedad estamos creando?, ¿qué clase de sometimiento es éste?, lo percibo como un vejámen “oficial” y “justificado” pero que contiene un alto grado de negligencia que excede la condición humana, y si esta es la condición humana, realmente preferiría ser un alienígena.
La verdad es que además de apabullado por el mensaje y mis primeras reflexiones, asisto a un “algo” que no logro definir pero que me avergüenza.
Más allá de los males que hayan generado las madres de estas criaturas, ¿qué les espera a sus hijos en dicho ambiente?… ¿No merecerían estar en una UNIDAD CARCELARIA exclusiva para madres en tal condición?… ¿NO MERECERÍAN MEJOR SUERTE apoyados por un ESTADO formador y no el actual “deformador” y “degradante”?…
El personal de CUSTODIA de nuestro SERVICIO PENINTENCIARIO no está ni jamás ha sido preparado para esto. Los celadores son apenas eso y si bien no subestimo sus capacidades, no creo que estén en condiciones de brindar a madres e hijos del afecto necesario, sencillamente porque ahí no existen estos vínculos.
Nuevamente, esto lo percibo como una precisa iniciativa “oficial” que carente de sentido común invade los DERECHOS HUMANOS (más allá de las culpas).
NO logro salir de mi asombro y esto me trae el recuerdo de unidades carcelarias espantosas en las zonas de frontera donde las reclusas viven en contenedores, sin baños, etc.
Esta ARGENTINA me avergüenza. No me importa si en Brasil o en Venezuela u otros lados es parecido, semejante, equivalente o igual… en cualquier caso me parece un desatino y una mezquindad humana que se justifica a sí mismo pero que en realidad es un ATROPELLO (insisto: más allá de las culpas).
Un cordial saludo.
CERASALE, Víctor Norberto