jueves, 30 de septiembre de 2010

Unánime rechazo al ataque de Bonafini a la Justicia - lanacion.com

Conflicto de poderes / El Gobierno se mantuvo en silencio
Unánime rechazo al ataque de Bonafini a la Justicia
Sectores políticos, judiciales y entidades de derechos humanos repudiaron la intimidación a la Corte

Jueves 30 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa
Mariano De Vedia
LA NACION

Un rechazo unánime en la oposición, en el ámbito judicial, en sectores independientes y hasta en organismos defensores de los derechos humanos, que contrastó con el silencio rotundo del Gobierno, provocó ayer el durísimo ataque de la presidenta de la asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que el día anterior había presionado a la Corte Suprema para lograr un fallo favorable a la ley de medios con la amenaza de "tomar el Palacio de Tribunales".

Mientras el vicepresidente Julio Cobos afirmó que "es innegable el prestigio de la Corte", el gobernador Daniel Scioli, única autoridad del oficialismo oída ayer, llamó a la cordura: "Podemos vivir una democracia intensa, con mucho debate, pero todos tenemos que respetarnos más".

En medio del silencio del Gobierno, sorprendieron los fuertes reproches a Bonafini que llegaron de sectores identificados con el kirchnerismo. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) consideró "inadmisible" el discurso, y el intelectual Ricardo Forster, impulsor de Carta Abierta, sostuvo que "hubiera sido bueno que alguien del Gobierno se despegara" del mensaje.

Al exigir la aplicación inmediata de la ley de medios, Bonafini había insultado frente a Tribunales a los ministros de la Corte, a los que llamó "turros" y acusó de recibir "sobres con plata".

El jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri; el senador Ernesto Sanz, presidente de la UCR, y el diputado Francisco de Narváez (Peronismo Federal) descalificaron a Bonafini. "Está desquiciada hace rato", dijo Macri. De Narváez describió las palabras de Bonafini como "una amenaza a todos los argentinos, que quieren vivir en paz" y Sanz puso en duda "el estado psicofísico" de la dirigente. Mientras el jefe del radicalismo atribuyó al Gobierno la decisión de alentar "permanentemente la pelea y la confrontación", el diputado nacional Ricardo Alfonsín interpretó el discurso de la titular de las Madres de Plaza de Mayo como "una intimidación de grueso calibre".

Video:Bonafini amenazó con tomar Tribunales (C5N)VER ORIGINAL

Lo más grave de la actitud de Bonafini, dijo Alfonsín, fue que lo hizo "en presencia de integrantes del Gobierno, muchos de los cuales no sólo consintieron sino que aplaudieron sus palabras".

Habían asistido al acto el titular de la Anses, Diego Bossio, y el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, además de los diputados Carlos Kunkel, Carlos Heller, Ariel Basteiro, Martín Sabbatella y Dante Gullo. También estuvieron la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto; el gremialista Julio Piumato, líder del sindicato de empleados judiciales, Osvaldo Papaleo y las actrices Andrea del Boca, Esther Goris y Florencia Peña, entre otros.

"¿Qué les vamos a decir a estos turros de la Corte? Se reúnen a espaldas de nosotros y les pasan sobres con plata", bramó Bonafini, ante ese auditorio de aplausos fáciles.

No fue la primera vez que la presidenta de las Madres apunta al máximo tribunal. El 15 de abril, en otra marcha por la ley de medios, habia advertido: "¡Las Madres estamos hartas de esta Corte, de jueces corruptos!" Con el mismo énfasis, ayer, ante el elenco oficialista del programa 678 , por Canal 7, ratificó su identificación con el Gobierno: "!Que a mí me digan kirchnerista es un honor"

Agresión a la democracia

En el Congreso, el rechazo a las expresiones de Bonafini se volcó por escrito, a través de un proyecto de declaración que firmó el diputado Eduardo Amadeo (peronismo federal). También el legislador porteño Aníbal Ibarra reivindicó a la Justicia. "Una Corte con jueces como Eugenio Zaffaroni y Carmen Argibay no merece las expresiones descalificadoras que le hizo Bonafini", señaló.

El presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos, expresó su "preocupación por el clima de fuerte hostilidad hacia el Poder Judicial que se ha venido agudizando en las últimas semanas". Y recordó que la Justicia independiente "es un pilar fundamental del régimen republicano".

Desde el ámbito judicial, la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional deploró la convocatoria a un acto masivo "con el único y declarado propósito de imponer a la Corte una decisión que responda a sus pretensiones y conveniencias políticas".

En un pronunciamiento firmado por su presidente, Ricardo Recondo, la entidad hizo extensiva sus críticas al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que horas antes había calificado de "mentirosos con oficios" a los representantes de la Corte.

Así, lamentó que "para el logro de tan criticable objetivo el jefe de Gabinete hubiera recurrido al agravio y a la descalificación pública de los jueces, en un claro desconocimiento del respeto que exige la división de poderes". El gremialista Piumato defendió la convocatoria y cuestionó las críticas de los magistrados.

También el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal transmitió su preocupación por los ataques a la Justicia y dijo que las palabras de Bonafini "exacerban inútilmente la paz social". La entidad, que preside el doctor Eugenio H. Cozzi, llamó a "la reflexión y a encaminar las críticas a través de las vías institucionales".


MICROFONO ABIERTO


"¿Qué les vamos a decir a estos turros de la Corte Suprema? Se reúnen a espaldas de nosotros y les pasan sobres con plata".

"Vamos a tomar el Palacio, si es necesario."

28 de septiembre de 2010

"¡Las Madres estamos hartas de esta Corte! ¡Hartas de jueces corruptos! Si es necesario, vamos a defender la ley con nuestras vidas. "

15 de Abril de 2010

"¡Tenemos que superar esta Corte decrépita! Exigimos que salga la ley de medios."

15 de Abril de 2010

"Cuando fue el atentado a las Torres Gemelas, sentí alegría. No voy a ser hipócrita: no me dolió para nada"

29 de septiembre de 2001
Unánime rechazo al ataque de Bonafini a la Justicia - lanacion.com

el dispreciau dice:
1. Lo expresado es un claro ataque a las instituciones de la República Argentina.
2. Es inadmisible el regreso al estado de situación propuesto por montoneros en la década del setenta.
3. Pueden no ser de el agrado de las personas en su calidad de ciudadanos, pero la Justicia, el Poder Legislativo y el propio Ejecutivo, tienen un rol que no debe ser alterado, quizás sí mejorado.
4. Las personas que alcanzan el grado de la Corte Suprema de la Nación tienen suficientes antecedentes académicos y de gestión como para ser respetados, en todas sus instancias, siempre.
5. Los tres poderes deberían repudiar, en conjunto, expresiones de esta naturaleza
6. Escalar un conflicto en busca de disolver la república es un hecho demencial y quien lo propone debería ser tratado clínicamente como tal.
7. Si bien los estilos son personales y por ende respetables, una agresión a la nación y su democracia, su sociedad y su historia, es un acto condenable en la expresion misma, ahora... mañana será demasiado tarde.
8. Argentina viene padeciendo a los iluminados del peronismo, del radicalismo, del socialismo, del macrismo, del coalicionismo, y de otros impresentables miembros de la clase política, incluyendo en ellos ex-guerrilleros del grupo montoneros y el erp. Ninguno de estos iluminados le ha aportado nada concreto a la sociedad argentina, antes bien le han restado, induciendo enfrentamientos, histerias, inseguridad, y muchísimo más, lo que nos ha convertido en una nación imprevisible y para nada querible, ni qué decir "invivible"... Es hora que la clase política, sindical, y empresaria, reflexionen ciertamente qué quieren para sí y lo discutan con la sociedad, ya que de lo contrario el estado de indefensión y zozobra en el cual nos hallamos envueltos, despertará más fantasmas y más males para un pueblo demasiado lastimado por las negligencias políticas.
9. Lo sucedido en esta oportunidad nos desmerece como sociedad, como democracia y como república.
10. Las personas son lo que sus respectivas historias representan, definitivamente eso, nada más que eso. Argentina somos todos los nacidos y bendecidos por este suelo, no un grupo que se apropia del poder y somete la voluntad y el esfuerzo de los demás...
Septiembre 30, 2010.-



[2]
Editorial I
La campaña contra la Corte
Los reiterados ataques del Poder Ejecutivo al máximo tribunal ya superan lo que hasta ahora ha sido un conflicto de poderes

Jueves 30 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa

La arbitraria y creciente hostilidad del gobierno kirchnerista con la Corte Suprema de Justicia ha hecho que aquello que hace pocos días parecía un serio conflicto entre dos poderes se haya convertido ahora en un grave e inmotivado ataque del Ejecutivo al Judicial.

Dada la serie de episodios que se suceden, salpicados, además, por las imperdonables ofensas al máximo tribunal proferidas por la Presidenta, el jefe de Gabinete y el secretario legal y técnico de la Presidencia, es muy probable que la actitud del Gobierno no obedezca a una furia ciega, sino a un plan premeditado para que en un futuro cercano, ante otro fallo adverso, el oficialismo pueda hablar -obviamente, faltando a la verdad- de una campaña en su contra montada por la Corte y hasta de una intención "destituyente".

El kirchnerismo ha creado un conflicto, lo ha alimentado y lo ha hecho escalar a raíz del fallo de la Corte contra el gobernador santacruceño, Daniel Peralta, por no haber repuesto en su cargo al ex procurador general de esa provincia Eduardo Sosa, y del fallo en el que decidió la extradición a Chile del guerrillero Sergio Apablaza para que se lo juzgue por la planificación del asesinato del senador Juan Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, hijo del dueño del diario El Mercurio .

El caso Apablaza puso al desnudo el doble estándar del kirchnerismo, que por un lado se resiste a cumplir lo dispuesto por el máximo tribunal y extraditar al chileno, mientras por el otro insiste ante Irán e Interpol en el pedido de extradición a la Argentina del grupo de iraníes a quienes la Justicia considera autores de la voladura de la AMIA.

Posteriormente, la Corte denunció un recorte en el presupuesto del Poder Judicial para 2011 y el Gobierno redobló sus descalificaciones. Por ejemplo, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que es "digno de mentirosos con oficio" plantear que se recortó el presupuesto judicial.

Continuó la agresión con un acto realizado frente al Palacio de Tribunales, sede de la Corte, por funcionarios nacionales, legisladores oficialistas y la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que pronunció un discurso de cierre que fue un medio de presión y de desbordada agresión a la Corte. Bonafini llamó a "tomar el Palacio [de Justicia] si es necesario", para obligar a sus jueces a fallar en favor de los intereses del Gobierno.

Entre los temas que se encuentran a consideración del máximo tribunal figura uno que interesa y preocupa en grado sumo al kirchnerismo, pues los ministros deben decidir sobre la medida cautelar que suspendió la aplicación del artículo 161 de la ley de medios, que obliga a los grupos de medios a desprenderse de licencias en el plazo de un año y afecta, entre otros, al Grupo Clarín.

Seguramente los dichos de Bonafini, una dirigente encolumnada en forma absoluta con el Gobierno, han contado con el visto bueno de las máximas autoridades nacionales. Afortunadamente, también recogieron repudios, como los del bloque de diputados del Peronismo Federal y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

"Tomar el Palacio", como dijo Bonafini, podría ser el sueño del oficialismo. Su concepción de un Poder Judicial de absoluta sumisión quedó al desnudo cuando el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, sostuvo a raíz del caso Sosa: "Nosotros la pusimos [a la Corte] para otra cosa". Por lo visto, no para hacer justicia, sino para reeditar la obediencia debida.

Si desacatar los fallos de la Corte es de una inusitada gravedad, montar una campaña en contra del máximo tribunal con la presunta intención de terminar acusándolo de "destituyente" es ya de una perversión sin atenuantes.

Gusten o no, los fallos de la Corte deben acatarse. No acatarlos y atacarlos, como hace el Gobierno, constituye la verdadera actitud destituyente.
La campaña contra la Corte - lanacion.com



[3]
EDITORIAL La Gaceta - Tucumán - Argentina -
La intolerancia conduce a la violencia
Jueves 30 de Septiembre de 2010 |


La falta de respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias es la intolerancia, mientras que la acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo se define como violencia. Inducir a alguien a hacer algo es la definición de instigar. En los últimos tiempos estamos asistiendo a episodios de intolerancia social que son, en una buena medida, estimulados por la política de confrontación que viene ejerciendo el Gobierno nacional contra los sectores que no comparten su pensamiento.

En la noche del martes, mientras en la plaza Lavalle de Buenos Aires se realizaba una manifestación para presionar a la Corte Suprema de Justicia para que destrabe la aplicación de la Ley de Medios, un grupo de militantes peronistas atacó la sede de nuestro diario. Los jóvenes que arrojaron huevos contra la puerta de acceso e impactaron también en circunstanciales transeúntes, desplegaron banderas rojas y negras, con una leyenda que aludía a una diputada nacional. También portaban un cartel que decía: "LA GACETA, cómplice de la dictadura". En las columnas de nuestro edificio de Mendoza 654, pintaron con aerosol la frase "LA GACETA: Clarín". Los atacantes entonaron cánticos agresivos y en los volantes que esparcieron dejaron constancia de su participación, entre otros grupos, de La Cámpora, JP Descamisados, JPB Evita, MPB, Corriente Nacional y Popular 25 de Mayo, Movimiento Peronista Revolucionario y Federación Tierra, Vivienda y Habitat.

En la manifestación que tuvo lugar en Buenos Aires, si bien no hubo expresiones físicas de violencia, sí hubo peligrosas incitaciones que tuvieron por protagonista a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien azuzó: "Si tenemos que tomar el Palacio de Tribunales, tomémoslo... Si la ley no sale, hay que arrancársela con toda la fuerza que tiene el pueblo. Estoy harta de aguantar a estos tipos con privilegios, que nos aplastan, nos quieren dominar", aseveró en relación a los jueces de la Corte Suprema.

Una mirada diferente sobre el rol de la prensa y sus señalamientos críticos al poder tienen otros mandatarios. En recientes declaraciones, el presidente uruguayo José "Pepe" Mujica se expresó en contra de medidas que apunten a controlar o regular los medios de comunicación, diciendo que "la mejor ley de prensa es la que no existe". Recomendó también a los gobernantes soportar las críticas de los medios. El presidente de Uruguay aseveró que "cuanto más educada y calificada sea una población, habrá mayor diversidad de opiniones" y acotó que eso "es muy bueno" para la democracia y las instituciones.

El hostigamiento a la prensa independiente, así como el avasallamiento de las instituciones se ha vuelto una constante por parte del Gobierno nacional cuando los hechos no suceden como es su deseo. Así lo ha expresado, con preocupación, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), que en su reciente documento dijo: "podemos escribir y decir lo que pensamos, pero en un escenario tenso, de presiones directas e indirectas, en el que percibimos un ánimo de cooptación, confrontación y revancha de un Gobierno que ha elegido al periodismo como enemigo, y busca debilitar sus funciones de contrapeso y de vehículo de auditoría social". Ya en abril, la junta de directores de Adepa había señalado que había "una inédita campaña de descalificación del periodismo".

Esta actitud que refleja la ausencia de diálogo y de búsqueda de consensos, conduce a dividir y a enfrentar peligrosamente a la opinión pública. "La violencia atrae violencia", solía repetir el extinto arzobispo brasileño Dom Helder Camara.

Sobre la base de nuestra dolorosa experiencia, los argentinos ya deberíamos haber aprendido esta premisa.
La Gaceta - La intolerancia conduce a la violencia

miércoles, 29 de septiembre de 2010

ARGENTINA QUEBRADA - La Gaceta - Sin división de poderes, la república se quiebra

PUNTO DE VISTA
Sin división de poderes, la república se quiebra
Miércoles 29 de Septiembre de 2010 | Ing. José Manuel García Gonzalez - Presidente de Fundación del Tucumán.


La Argentina se caracteriza hoy por tener irresueltos problemas que en el mundo ya no se discuten. De hecho, hay quienes todavía no están convencidos de que la división de poderes es una condición imprescindible para mantener una democracia estable.

En la coyuntura nacional, que cada día parece ser más estructural, no deja de sorprender que el Gobierno de Santa Cruz se niegue a cumplir un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ordena la reposición en su cargo de un ex Procurador. Llama aún más la atención que, ante el pedido del máximo tribunal de una intervención del Congreso Nacional, el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, descalifique estos proyectos y respalde el incumplimiento del fallo.

Además, el matrimonio presidencial calificó recientemente de obsceno el fallo de un juez, luego de reducir también el Presupuesto del Poder Judicial, afectando a la Corte Suprema con un 39% de recorte de fondos.

En Tucumán se observa una actitud similar de molestia ante sentencias judiciales adversas al sistema de enmiendas constitucionales y al Consejo Asesor de la Magistratura creado por decreto. Pareciera que se rechazan mecanismos que buscan reducir asimetrías y excesos de poder político.

Pretender avanzar en juicio político sobre jueces que mantienen su independencia es un claro mensaje de atropello a los principios republicanos. La división de poderes por la cual el legislativo debe legislar, el ejecutivo ejecutar, y el judicial dictaminar sin presión alguna, ha quedado en los libros.

Si alguno de los poderes no respeta las legítimas decisiones de otro, el sistema republicano se quiebra.

Estas serias distorsiones son hoy el principal obstáculo para la inversión y su consecuente desarrollo sustentable.
La Gaceta - Sin división de poderes, la república se quiebra

el dispreciau dice: ARGENTINA está quebrada por el cinismo de su clase política y por las dramáticas deficiencias de su sindicalismo y su ámbito empresario. El estado ha ejecutado una estrategia propia de los años setenta, esto es enfrentar a la sociedad, pobres contra pobres, cárceles por sobre ciudadanos comprometidos, ciudad versus campo, maestros contra alumnos, empleados versus propietarios, todos contra todos, en una extraña sopa de disidencias donde nada se resuelve y donde aquello que pareció resuelto, ha sido intecionalmente revuelto para favorecer la distorsión de la memoria, propiciando que muchos de los responsables del genocidio de los setenta se instale nuevamente, permitiendo que los muertos vivos, estén más cómodos. ARGENTINA hoy camina por el filo de una peligrosa navaja... asistiendo al choque entre discursos inútiles y abismos irrecuperables, tal el caso de la confrontación con Clarín como grupo, con Papel Prensa, y otros ámbitos económicos, enseñando que la seguridad jurídica en nuestro país ha pasado a ser definitivamente una utopía que aprovechará Brasil y/o Chile y/o Uruguay, tal viene sucediendo desde la década infame de los noventa. ARGENTINA ha perdido su estructura productiva a manos de las impericias de funcionarios que han alentado la emigración de capitales genuinos para reemplazarlos por capitales del lavado del narcotráfico, permitiendo que la delincuencia se apodere del país para hacer caja y aumentar la escalada hacia el conflicto necesario para acumular poder e inducir a la sociedad, tanto temor, estado de indefensión como zozobra. Le reconozco a la Señora Presidente de la Nación, una inteligencia prodigiosa, pero lamentablemente su estilo ha regresado a la república a sus etapas más oscuras y nefastas... reconociendo que la oposición que la rodea es peor aún. Los fantasmas reaparecidos de la mano de las falacias del ejecutivo, alientan una nueva pelea entre el peronismo perimido y el peronismo vernáculo, donde lo único seguro es que el justicialismo se ha extinguido definitivamente y que sólo una renovación de personas e intenciones, regresará a la Argentina a algún camino cierto. Los logros de la ARGENTINA en el campo económico lo han sido en desmedro de su pueblo, de su gente, de sus esfuerzos, de sus voluntades, de sus ilusiones, de sus esperanzas. La gente está tan histérica como los funcionarios de un gobierno cuya única misión ha sido hasta aquí, el imponer los choques y los enfrentamientos entre peronistas y los opuestos por el vértice, la justicia versus el estado al cual pertenece, el legislativo por igual, y así en todas direcciones, operando al modo de un acelerador de partículas... Peligrando la libertad de prensa, peligrando los derechos constitucionales, peligrando la seguridad jurídica, peligrando la democracia, sometiendo a la república,... NO se contruye una nación. Septiembre 29, 2010.-

ANTE UN ESTADO AUSENTE: El hogar doctor Esteban Maradona - lanacion.com

Editorial II
El hogar doctor Esteban Maradona
La institución que lleva el nombre de quien fue ejemplo de solidaridad continúa con la ayuda a los aborígenes

Miércoles 29 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa


La vida del doctor Esteban Maradona merece el mejor recuerdo de nuestra sociedad por su admirable entrega como persona y como médico rural.

Nacido en Esperanza, Santa Fe, graduado en la UBA en 1928, luego de un tiempo vivido en Paraguay, en que atendió a soldados heridos en la guerra de ese país con Bolivia, regresó a la Argentina y, al pasar por el paraje Guaycurri (luego denominado Estanislao del Campo), fue llamado para atender un parto. A partir de ese momento decidió radicarse en el villorrio que había pedido sus servicios profesionales, a fin de atender a criollos y aborígenes, gente muy pobre a quienes nunca cobró un centavo por su atención profesional.

Trabajó allí durante más de 50 años, combatió males como el paludismo, la lepra, el cólera y el mal de Chagas. Trabó amistad con las tribus de tobas, pilagás y wichis, cuyas lenguas aprendió así como estudió su cultura; también escribió sobre aquello que pudo investigar en materia etnográfica y otras disciplinas. Tuvo la iniciativa de fundar una colonia en tierras fiscales y hasta enseñó a cultivar el algodón. Muy anciano se trasladó a Rosario, donde falleció casi centenario.

Felizmente, la memoria de su existencia consagrada al prójimo humilde y necesitado ha logrado perdurar. Quienes así lo conocieron crearon en Buenos Aires un hogar que lleva su nombre, destinado a recibir a enfermos derivados por dos hospitales de Formosa y coordinados por la Casa de Formosa.

El hogar, que recibe a familias de aborígenes, alberga alrededor de treinta personas, que suman 700 a lo largo del año. Siempre se trata de un paciente y de un pariente que acompaña. Ellos se hospedan en el hogar mientras concurren a centros médicos, a menudo de alta complejidad. El promedio de las estadías es de diez días, pero en ciertos casos, por necesidades de tratamientos permanecen durante meses. El espíritu abnegado de Esteban Maradona alienta a quienes encaran esta tarea en una casa situada en Córdoba y Olleros, en esta capital. Allí, la obra solidaria funciona con un "hombre orquesta", Juan Cantero, y la colaboración anónima de gente del barrio y de los mismos concurrentes que cooperan en el mantenimiento del lugar, donde reciben alojamiento, alimento y ropa.

Es conmovedor asistir a la continuidad del legado humanitario de quien en vida fue un asombroso ejemplo moral y profesional.
El hogar doctor Esteban Maradona - lanacion.comEl hogar doctor Esteban Maradona - lanacion.com

martes, 28 de septiembre de 2010

Un conflicto al límite de la racionalidad - lanacion.com

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El análisis
Un conflicto al límite de la racionalidad
Joaquín Morales Solá
LA NACION

Martes 28 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa

No deja de ser excéntrico proclamar la necesidad de la austeridad del Poder Judicial desde una suite en el rascacielos del lujoso Four Seasons de Nueva York. El problema, sin embargo, no se refiere a las contradicciones de la economía, sino al momento de mayor tensión institucional durante la era kirchnerista. El Poder Ejecutivo desató en las últimas 48 horas una batería inédita de atropellos retóricos y prácticos contra la Corte Suprema de Justicia. El ritmo de la crisis es ciertamente preocupante, sobre todo porque los Kirchner juegan otra vez a vencer o a ser vencidos.

La Presidenta dice que va a ir a la justicia internacional para defender su andanada de decisiones contra los medios audiovisuales. Su esposo, el hombre fuerte del país, apretó el acelerador y presionó públicamente a la Corte Suprema para que no se expida en contra de un pedido oficial sobre la ley de medios. Ayer, tal vez ya resignados ambos líderes, dieron a conocer la última y más polémica decisión: la Corte tendrá el año próximo un presupuesto que se reducirá a casi la mitad de lo que necesita.

Peor aún: el máximo tribunal de justicia del país deberá consultar con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, cualquier decisión sobre erogaciones presupuestarias. Vale la pena un ejemplo: deberán pasar por el visto bueno de Fernández los anuales aumentos salariales que dispone el Poder Judicial para sus empleados. No obstante, nada es considerado más grave por la propia Corte para el progreso de la justicia que la obstrucción de hecho al proyecto de informatización de los tribunales. Esa herramienta permitiría una justicia más ágil y expeditiva, pero quizás los Kirchner le huyen precisamente a esa pretensión legítima de los jueces.

La decisión del Gobierno contradice puntualmente el pedido público que hizo hace poco el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, cuando reclamó que el tribunal pueda confeccionar el presupuesto del Poder Judicial, como sucede en muchos países serios del mundo. Lorenzetti aspira (¿aspiraba?) a que el Ejecutivo enviara al Congreso, sin modificaciones, un presupuesto redactado por el máximo tribunal. Sería, en todo caso, el Poder Legislativo el que decidiría sobre esos números de la Corte. Más que por una ambición económica, esa propuesta se respaldaba en la constatación de que la economía también hace a la independencia de las personas. Los jueces supremos lo saben.

Los Kirchner, también. Por eso, resolvieron tratar a los jueces de la Corte Suprema como tratan a los intendentes del conurbano o a los gobernadores pobres. A pan y agua, si son indóciles. Dinero abundante y fácil, si son obedientes. ¿Qué otra deducción podría hacerse de una fórmula en la que les sacan a esos jueces el dinero formal del presupuesto, pero los mandan a negociar con Aníbal Fernández las necesidades objetivas? ¿Qué les dirá el jefe de Gabinete si no el eterno sermón de que deben ser buenos para que los Kirchner sean buenos?

El caso podría entenderse si el Estado hubiera decidido un plan global de ajuste presupuestario. Pero no se trata de eso. De hecho, la necesidad de recursos para el programa Fútbol para Todos sigue creciendo. El dinero está. Aerolíneas Argentinas, que transporta sólo al 5 por ciento de los argentinos, tiene un déficit diario de un millón de dólares. No importa. La plata está. En ese contexto de generosidades y caprichos presupuestarios, existe una sola explicación para los recortes que afectarían a la Corte Suprema: se trató de una decisión política con objetivos claramente políticos. El Poder Legislativo deberá decidir ahora sobre esos antojos del kirchnerismo.

El silencio hubiera provocado cierta confusión. No sucedió eso, felizmente para la claridad de las cosas. El domingo y ayer, tanto la Presidenta como su poderoso esposo se despacharon en público contra los jueces de cualquier jerarquía. La jefa del Estado usó los mensajes de Twitter (mecanismo ligero y frívolo que no le sienta bien a ningún jefe de Estado) para zamarrear a un juez de primera instancia de La Plata, que había paralizado la liquidación de Fibertel. Néstor Kirchner avanzó algunos pasos más y se las tomó directamente contra la Corte Suprema, seguramente porque el tribunal deberá decidir en los próximos días sobre una decisión de no innovar en la ley de medios.

La dilación en dar a conocer la opinión del máximo tribunal del país deja firme, mientras no disponga otra cosa, la resolución de no innovar que ya tomó una cámara federal. Fue esta resolución la que provocó un desesperado reclamo del Gobierno a la Corte Suprema para que derogue la decisión de la cámara. Todo indica que una enorme mayoría de jueces supremos, seis contra uno, ratificará que la Corte no se aboca nunca, ni lo hará ahora, a medidas cautelares, sino a cuestiones de fondo. En otras palabras: rechazará el pedido del Gobierno y dejará vigente aquella detestada sentencia de la cámara. Esas noticias enfurecieron al matrimonio presidencial.

El vapuleo verbal y el ajuste presupuestario a la Corte Suprema están llevando el conflicto institucional al límite mismo de la racionalidad. Una marcha con los colores y las palabras del kirchnerismo presionará hoy en los propios ventanales de los despachos de los jueces supremos del país. ¿El motivo? La ley de medios, el mismo que despertó la ira neoyorquina de Kirchner. Los jueces no contestarán a la retórica del kirchnerismo. ¿Para qué? Pero alguien debería poner un poco de cordura en el conflicto, antes de que dos poderes esenciales se precipiten hacia la sima de la crisis.
Un conflicto al límite de la racionalidad - lanacion.com

el dispreciau dice: en este punto, justo donde se ha quebrado la racionalidad, se consume la democracia, se esfuma la república, desaparecen las instituciones, comienzan los despotismos asociados a los mesianismos, y de la mano de ambos, vendrán indefectiblemente las frustraciones... Septiembre 28, 2010.-

Libertad de prensa: el peor momento - lanacion.com

Editorial I
Libertad de prensa: el peor momento
ADEPA advirtió con sólidos fundamentos que quien debe ser controlado por el periodismo quiere ser su controlante

Martes 28 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa


Nada de nuevo ha dicho, en verdad, la declaración con la cual la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) cerró su 48» asamblea anual. Lo ha dicho, sí, con la mesura y la experiencia propias de una entidad que, pronta a cumplir su medio siglo de existencia, ha seguido paso a paso los albures de la libertad de prensa en un largo período de la Argentina.

Ha dejado ADEPA, en lo esencial, constancia de que nunca, desde la reconstrucción democrática de 1983, ha sido más degradado ese derecho estratégico que como consecuencia del comportamiento de los actuales gobernantes. No podía haber sido de otra manera si la política del Poder Ejecutivo de la Nación ha sido de desconocimiento flagrante de facultades inherentes a los otros poderes, los de la Justicia y el Congreso.

La relación insultante que la Casa Rosada dispensa a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y a jueces y tribunales reacios a someterse a sus dictados se encuentra en el punto más delicado desde 2003. Otro tanto ha podido decir ADEPA en cuanto a las amenazas y presiones contra medios independientes de opinión que se ejercen de un tiempo a esta parte. En realidad, el carácter político vicioso de los últimos dos gobiernos contra la prensa y los periodistas que los han disgustado comenzó a percibirse desde mayo de 2003, aunque no todos hubieran estado dispuestos, o en condiciones, de anotar los síntomas ya indubitables de aquellos primeros tiempos respecto de lo que sobrevendría.

Ha habido, pues, una lógica de hierro entre quienes se han presentado ante la opinión pública como esforzados acumuladores de poder por cualquier medio y las instituciones entre cuyos fines orgánicos figura el de servir de contrapeso a los poderes naturales y, ni qué decir, a los excesos de poder, concentrados en la rama ejecutiva del gobierno. La utilización espuria de los derechos humanos como un insumo industrial más en la factoría en la que se producen los recursos utilizados con la remota posibilidad de doblegar las voces independientes, ha puesto de manifiesto que, en aquel sentido, el actual gobierno desconoce límites morales y políticos infranqueables en otras épocas.

Ha señalado con razón ADEPA que la ley por la que se pretende despojar de sus títulos a legítimos propietarios de Papel Prensa, con el pretexto de que es necesaria la nacionalización de esa materia prima básica para los diarios, invierte las funciones propias de la institucionalidad republicana. De esa manera, advirtió, quien debe ser controlado por el periodismo se convertiría en controlante.

Entre los temas de preocupación que había tratado en documentos anteriores, ADEPA ha vuelto a denunciar el aumento excesivo de las pautas publicitarias del Gobierno. No sólo ha seguido aumentando el gasto público a expensas de mayores exacciones a los contribuyentes -es decir, a todos los que pagan impuestos, poco o mucho-, sino que esos dineros se vuelcan de forma discrecional a favor de los medios adictos al Gobierno, no pocos de los cuales han sido creados a ese solo efecto. Basta observar, por lo demás, el alineamiento de los medios de propiedad del Estado en una propaganda abierta de apoyo a las principales figuras del oficialismo en un tipo de política que nunca se había producido en términos de más grosera propaganda en períodos democráticos de gobierno.

Como bien se ha expresado estos días, hay ataques que honran. El periodismo al que capillas de obsecuentes anidados en el presupuesto oficial y sus derivados atacan sin intermitencias más que contestar debería hacer acopio de los insultos diarios que recibe por manifestar sus opiniones e ideales a pesar de amenazas y actos intimidatorios de todo tipo. Debe eludir, también, la procacidad de lenguaje en la que cae con frecuencia el oficialismo. Llegará el momento en que aquel archivo se convierta en prueba inapelable de una de las horas de grandeza de la mayoría de la prensa argentina, pero no para revolver el pasado con intención de infligir humillaciones, sino como ejemplo de corrección y del camino por transitar todos, más unidos aún, en el futuro.

Como documento de una conducción que finalizó su cometido la semana anterior, las nuevas autoridades de ADEPA, remozadas con la incorporación a sus cuadros superiores de una nueva generación, quedan, entretanto, como custodia de una tradición de defensa de las libertades públicas, y de la libertad de expresión en particular, que se remonta a la fundación de la entidad, en 1962.
Libertad de prensa: el peor momento - lanacion.com


el dispreciau dice: para pensar... ¿qué aporta esta pelea a la sociedad argentina?... ¿qué resuelve esta pelea en el contexto social?... ¿en qué contribuye el conflicto con Papel Prensa?... ¿en qué contribuye el conflicto con Fibertel?... ¿qué cambiaría en el escenario periodístico?... ¿mejoraría la calidad de la información?... ¿se dejaría de manipular a la opinión pública?... ¿el poder político modificaría su conducta hacia la sociedad?... ¿qué mejora y qué empeora acorde a la propuesta del ejecutivo?... ¿dejaría de haber corrupción?... ¿mejoraría el modelo educativo?... ¿mejoraría la salud pública?... ¿se evitarían los avasallamientos al derecho constitucional?... ¿se generarían nuevas fuentes de trabajo?... seguramente la mayoría de estas preguntas no hallará respuestas acordes con las necesidades de las personas, sí con las intencionalidades políticas, sindicales y hasta empresarias. Algo anda muy mal en nuestras cabezas lo cual demuestra que las neuronas de los funcionarios están desordenadas y sin sinapsis, peor aún, sin sentido común. Los discursos de un lado, tanto como los argumentos del otro lado, dan pena... ambos. Septiembre 28, 2010.-


Mujica: "La mejor ley de prensa es la que no existe"
El presidente uruguayo opinó además que los gobernantes deben "soportar" las críticas de la prensa, porque "si reaccionan, pierden dos veces"

Lunes 27 de setiembre de 2010 | 15:04 (actualizado a las 15:04)
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Mujica: "La mejor ley de prensa es la que no existe"
José Mujica. Foto Archivo

El presidente de Uruguay, José Mujica, aseguró que "la mejor ley de prensa es la que no existe" y aconsejó a los gobernantes "soportar" las críticas de los medios para "no perder dos veces".

También consideró que "los periodistas deben intentar actuar con honor" para que "después cada lector o telespectador" interprete "lo que vio o leyó", desde su propia "subjetividad".

El mandatario uruguayo trazó estas definiciones en una entrevista que la revista brasileña Veja publicó ayer y cuyo contenido fue consignado por la agencia EFE.

"Cuando un gobierno se muestra más tolerante con la diversidad ayuda a formar una prensa respetuosa. Pero si opta por radicalizar sus políticas, se va todo al diablo y la cosa se pone peligrosa, porque la prensa se transforma en una espada de lucha", opinó Mujica.

En la misma línea, señaló que "cuanto más educada y calificada sea una población, habrá mayor diversidad de opiniones" y planteó que eso "es muy bueno" para la democracia y las instituciones.

Fue después de repasar estos conceptos que concluyó que los gobernantes "deben soportar" las críticas porque, apuntó, "si reaccionan pierden dos veces porque serán atacados de nuevo".

En este punto se manifestó en contra de medidas que apunten a "controlar o regular" los medios de comunicación y concluyó: "La mejor ley de prensa es la que no existe".

En otra parte del reportaje, tras ser consultado por el "socialismo de Venezuela", consideró que, si bien en el país que gobierna Hugo Chávez "se persigue el socialismo", es "difícil que pueda seguir en ese camino".
Mujica: "La mejor ley de prensa es la que no existe" - lanacion.com

lunes, 27 de septiembre de 2010

Lo que representa el caso Piparo - lanacion.com

Editorial I
Lo que representa el caso Piparo
Lo ocurrido a Carolina Piparo es un símbolo del grado de violencia e irracionalidad en que vivimos los argentinos

Lunes 27 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa

Carolina Piparo, la mujer que fue baleada en una salidera bancaria, ha manifestado su decisión de radicarse fuera de la Argentina "lo antes posible", porque ya no soporta vivir más en la inseguridad.

Nadie puede dejar de comprender que haya tomado una decisión semejante, en la cual está acompañada por su marido. En menos de dos meses todo cambió en sus vidas. Ella hoy está viva por milagro y bajo custodia policial, y ambos comparten el sufrimiento por la injusta muerte de su bebe recién nacido, Isidro. Junto a ellos están sus familiares, que señalan que la pareja está "con mucho miedo", porque siente que, más allá de que haya nueve imputados en la causa, no se ha hecho ni se está haciendo nada. Ese pensamiento se vio plasmado, hace unas semanas, cuando el marido de Carolina declaró a la prensa que el propio gobernador bonaerense, Daniel Scioli, le había expresado que tenía "las manos atadas" para actuar.

Curiosamente, esta decisión de los Piparo está enmarcada por dos hechos que han tenido como protagonista al ministro de Justicia y Seguridad de la Nación, Julio Alak, y que se contradicen entre sí. Nos estamos refiriendo a la posición de este funcionario con respecto a los índices del delito en el país. Luego de que, días atrás, el ministro afirmara ante el Congreso que, a partir de 2003, "se cortó el crecimiento del delito" y que el crimen había disminuido el 37 por ciento en el gobierno de los Kirchner, acaba ahora de reconocer que en realidad el delito aumentó. El viernes último, desde el ministerio, se difundió el índice de criminalidad de 2008, según el cual los hechos delictivos aumentaron 7 por ciento en la escala nacional y 25 por ciento en la provincia de Buenos Aires, mientras que en la ciudad de Buenos Aires la cifra subió un 2 por ciento.

Independientemente de este reconocimiento, que se hacía absolutamente necesario para demostrar a la opinión pública que el Gobierno entendió por fin que la preocupación por la inseguridad -en el primer lugar en cualquier encuesta que se realice en la Argentina sobre cuál es el problema más importante para los ciudadanos- no ha sido nunca una mera "sensación" (como desdichadamente se dijo alguna vez), lo que le ocurrió a Carolina Piparo, con toda su terrible carga de violencia y crueldad -en su declaración, narró que fue brutalmente golpeada antes de ser baleada y que no le tuvieron piedad cuando les advirtió a sus atacantes: "No me hagan nada que estoy embarazada"- va más allá del terrible hecho individual. No ha sido otra salidera bancaria más.

Este es un caso testigo de, por un lado, hasta qué niveles de ensañamiento y de desprecio por la vida está llegando el delito en la Argentina y, por otro, cómo la desidia y la indiferencia de las autoridades parecen empujar ahora a los ciudadanos fuera de su país. Hoy ni siquiera están libres de la violencia, los robos y los asesinatos aquellos que en los años noventa decidieron fijar su residencia en barrios cerrados y countries, buscando un tipo de vida más saludable que la urbana, lejos del ruido y la polución, y confiando plenamente en la seguridad que podían encontrar también allí. Pues bien, todo eso ha cambiado y ya no se diferencia en las noticias policiales si los delitos han ocurrido en la ciudad, en el conurbano o en los countries, porque también la inseguridad se ha enseñoreado de estos lugares.

Muchas veces, desde estas columnas, hemos señalado el hecho de que son muchos los delitos que se cometen y que no se denuncian, porque la gente se ha cansado de no ser escuchada. Por eso, los índices que manejan hoy las autoridades siguen siendo parciales para reflejar enteramente una realidad que crece con las horas. Quizás esta decisión tan personal de Carolina Piparo logre ser un símbolo para todos nosotros sobre la necesidad de poner un límite definitivo ante tanta criminalidad, que, lamentablemente, en su horror también está reflejando como en un espejo el grado de violencia e irracionalidad en que estamos viviendo los argentinos.
Lo que representa el caso Piparo - lanacion.com

el dispreciau dice: cada vez que sucede un hecho aberrante, tal el caso Píparo, la sociedad pierde calidad y condición... Argentina, la que nos pese, ha sacrificado sus garantías constitucionales e individuales a cambio del poder "extremista" de unos pocos, que además no atienden al conjunto. El estado de derecho no es un problema de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, lo que se perdió fue gestado durante una década de desatinos impuestos atendiendo la conveniencia de gobernadores e intendentes cuyo factor común es la incapacidad y por ende la necesaria connivencia con el hampa, el tráfico de drogas y de personas. Las consecuencias están a la vista, aventadas por una justicia que es funcional al contenido carcelario, que ha perdido su horizonte académico, y negocia que con las mafias a cambio de caja... está mal, pero es así... más gris, más negro. Sin embargo, el caso Píparo es uno más de una larga lista de circunstancias no resueltas, que van ascendiendo en una peligrosa escalada de la mano de las miopías, los silencios, las burlas y todo aquello que la clase política niega a rajatabla, insultando además la conciencia popular. Que los victimarios del caso Píparo reciban todo tipo de atenciones, es una clara señal de lo mal que estamos... en vez de castigar al delito, se lo cultiva para regresar a la caja. Entonces los sicarios y los motochorros, protegidos por la propia policía, conforman una sociedad que tiene su futuro asegurado de las manos de las negligencias político-partidarias-sindicales, ya que ha todos y a cada uno les sirve en algún momento, para cambiar figuritas o bien para hacer caja (nuevamente). Detrás, lo mismo sucede con los miembros del narcotráfico, aquellos otros que secuestran niños y adolescentes, la prostitución, los locales nocturnos que venden mezclas mortales de drogas y alcoholes, etc., todo en una conjungancia de miserias humanas en la que se encolumna la frivolidad, el fútbol, las justificaciones, y otros ámbitos de nuestra incultura. Ya no llama la atención, es parte de nuestra rutina, un modelo que comenzó con el atentado de la Embaja de Israel, el posterior de la AMIA, la voladura de la fábrica militar de Río Tercero, el asesinato del hijo del ex-Presidente Menem, y otros tanto que fueron formando parte de la cotidaneidad de las personas, acostumbradas a ser atropelladas en los cincuenta, por peronistas y libertadores..., en los sesenta, por demócratas y traidores a la patria..., en los setenta, por montoneros, otras organizaciones contrarias al poder, otra vez el peronismo y una vez más, nuevos traidores a la patria..., en los ochenta, nuevamente por demócratas y renovados estrategas de la inducción de la zozobra social..., los noventa ya referidos, y un ahora de barbarie plena, siempre argumentando falacias que no resisten análisis alguno. Píparo pasará a la historia como un caso paradigmático, no diferente al asesinato de Rodolfo Walsh, no distinto a la desaparición de Julio López... y tantos otros que demuestran que el poder político, desde siempre, no resuelve nada (los chivos expiatorios están a la orden del día). Septiembre 27, 2010.-

domingo, 26 de septiembre de 2010

CUANDO EL FUTURO NO ES PRIORIDAD - Divididos por los 70 - lanacion.com

Política y Medios
Divididos por los 70
El Gobierno y sus usinas periodísticas fuerzan la memoria de los años 70 para silenciar con dedo acusador a quienes se atreven a marcar diferencias. Una lógica amigo-enemigo que esta semana puso en su mira incluso a periodistas cercanos al progresismo. De cómo Lanata, Caparrós, Tenembaum, Reato y otros se convirtieron en un nuevo eje del mal para la construcción del poder K
Por Laura Di Marco

Domingo 26 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa .

Compartir. Foto ARTE DE TAPA: SILVINA NICASTRO
Con dosis aún más altas de crispación política, el debate cotidiano volvió a girar sin fin, como la rata en su rueda, en las heridas de los años setenta.

Claro que la tragedia no irrumpió sola. El Gobierno volvió a echar mano de la historia reciente -a adulterarla, sería el término correcto-, como si fuera un recurso político más de su caja de herramientas para construir poder, aquí y ahora.

Y en esa nueva vuelta de tuerca, volvió a dividir la cancha entre leales y traidores, progres y ex progres, derechosos miserables y heroicos exponentes de la "juventud maravillosa", de la que los Kirchner se sienten legítimos y orgullosos herederos. En menos de diez días, Jorge Lanata, Martín Caparrós, y el fiscal del Juicio a las Juntas, Julio Strassera, fueron incorporados al eje del mal, armado por el imaginario K, junto con la "corporación mediática" que ya venía rankeada en el puesto número uno del top ten de enemigos, en reemplazo del campo. Semejante clima generó la amenaza de muerte de un blogger K a Alfredo Leuco, que se sumó al vaticinio de Hebe de Bonafini sobre Joaquín Morales Solá: "Le queda poco tiempo", dijo.

Entre los "ex progres" ahora quedaron, según las usinas del oficialismo, Jorge Lanata y Martín Caparrós. Así lo explicitaban los videographs de TVR y 6,7,8 . La televisión oficialista creó un clip en el que increíblemente "pegó" al ex fundador de Página 12 con Videla; el fiscal del Juicio a las Juntas, Julio Strassera, devino definitivamente en un ser despreciable, objeto de insultos por parte de funcionarios y de la mismísima Presidenta, que no dudaron en calificarlo de "impresentable".

Por fin, en la construcción de este nuevo relato K ha surgido un nuevo enemigo del campo popular, en reemplazo de la oligarquía estanciera, "el enemigo" principal durante la pelea con el campo. Ahora, este oscuro podio, la mancha venenosa, lo ocupa la "corporación mediática" sin distinciones ni matices.

Evitar los verdaderos debates

"Lo que está ocurriendo provoca un retroceso brutal, entre otras cosas porque, una vez más, la historia es utilizada como arma para la lucha política en el presente. Pero, además, porque el debate setentista, al no ser franco, tiene la paradójica consecuencia de evitar los verdaderos debates. Para ser honesta, creo que el setentismo es un juego de niños para este gobierno, que tiene a medio mundo entretenido con este tema, mientras Néstor Kirchner es el único político sigue haciendo campaña en la Argentina. Y la hace, lejos de debates intelectuales, y en el único lugar donde se juega realmente su poder: el conurbano bonaerense", sintetiza María Matilde Ollier, historiadora y doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Notre Dame.

Eso sí, la re-setentización que opera la política K parece repetir algunos de los vicios de aquella época: poco lugar queda para los adversarios, la oposición, o los partidos. En verdad, la idea misma de la democracia está cuestionada cuando sólo hay enemigos y traidores.

Ernesto Tenembaum escribió esta semana, en la revista Veintitrés , que Lanata y Caparrós son más odiados hoy por el kirchnerismo que Mariano Grondona y Cecilia Pando.

Y Lanata le da la razón. "Al Gobierno le duelen más nuestras críticas porque las siente como críticas de iguales. ¿Qué diario lee el Gobierno? Página 12 , ¿quién lo hizo? ¿Qué revista lee? Veintitrés , ¿quién la hizo? En algún lugar, pensamos parecido. Y digo pensamos porque aquí está el problema: el problema de Néstor y Cristina Kirchner es cuando actúan. Piensan una cosa y actúan otra. Hablan desde la izquierda, y gobiernan para la derecha. Son conservadores, pero usan el lenguaje de la izquierda porque eso les permite blanquearse y quedar ubicados en un lugar donde es muy difícil competir con ellos. Se ubican en el lugar de la verdad revelada, y desde allí le explican a la gente lo que tiene que pensar. Y los que piensan otra cosa, no sólo no son la verdad: son traidores. Entonces, ahora somos traidores."

Lanata cree que el Gobierno está creando un clima autoritario, un clima que se puede desmadrar, cuando señala gente irresponsablemente. Y, con humor ácido, rebautiza como "Seis, siete, rrocho" al programa oficialista que lo elige ahora como blanco de sus burlas, manipulando sus editoriales en Después de Todo . "Porque, ¿qué es ese programa? Un grupo de tareas. Sí, un GT. Terminan siendo lo de la dictadura, dispuestos a hacer cualquier barrabasada: la que sea necesaria."

Más allá de la comparación desmesurada, en ese clima enrarecido al que alude Lanata, un blogger K amenazó a otro periodista crítico del Gobierno, Alfredo Leuco, con ir al Canal 26, donde trabaja, "para matarlos a todos con una metralleta". Días antes, Hebe de Bonafini le había pronosticado que a Morales Solá le queda "poco tiempo". Y, de paso, en la confusión, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, empleó una hora de su tiempo para discutir furiosamente con cualquiera, un desconocido, que se hizo pasar por Leuco y logró así la atención del ministro.

Los Kirchner y sus aliados leen la realidad así: nunca hubo un clima de tanta libertad en la Argentina. Días pasados, incluso, el canciller Héctor Timerman desafiaba al aire a Nelson Castro: "Pero, Nelson, por favor, aquí no hay nadie censurado. Y si usted conoce algún caso, me lo hace saber y yo le juro que personalmente lo denuncio ante los organismos internacionales".

Es obvio que nadie está hablando aquí de mecanismos groseros de censura. Pero hay formas de disciplinar las opiniones y administrar las lealtades que, aunque menos obvias, son tanto o más efectivas que una medida directa. Sobre todo, porque se trata de mecanismos más solapados y, por eso, más difíciles de detectar.

Prueba de esa inhibición subterránea en el debate colectivo la tuvo el propio Lanata cuando, después de haber lanzado su crítico editorial en el programa que conduce. Allí había sostenido que "hace años que no se puede hablar en la Argentina" a riesgo de ser enviado al quinto infierno de la antipatria, junto con los genocidas.

"Mucha gente me paró por la calle después de eso -dice Lanata- para contarme que se habían sentido liberados, ellos también, para hablar."

Es posible que la autocensura para criticar al Gobierno, que se postula como continuador de la epopeya de los ideales setentistas, exaltando el costado épico de aquella historia y ocultando o minizando el hecho de que aquellos jóvenes creían en la violencia política como herramienta para el cambio social, reconoce otros motivos.

Uno de esos potentes motivos es que el terrorismo de Estado, que masacró a buena parte de la generación que protagonizó la política de los años setenta, fue tan brutal que cualquier cosa que se diga en contra de ellos corre el riesgo de ser interpretada como un aval a la dictadura. Un tema para nada menor que, sin embargo, hoy sigue funcionando al servicio de lapidar un debate franco sobre aquellos años. Una clausura de la que el Gobierno sigue sacando provecho, blandiendo la conveniente historia oficial.

El periodista Ceferino Reato, autor de Operación Traviata y el, más reciente, Operación Primicia, en los que investigó dos atentados clave de los Montoneros,está convencido de que el kirchnerismo no sólo usa la historia para hacer política. O para blanquearse, como dice Lanata. O como escudo ético cuando los salpica alguna denuncia por corrupción.

"Usan los derechos humanos para confrontar con los enemigos del presente y vincularlos con delitos de lesa humanidad -sostiene-, aunque para eso tengan que forzar la lectura de los hechos. Ellos toman los derechos humanos como una continuación de la lucha política por otros medios."

El historiador y periodista Marcelo Larraquy, otro autor de libros clave sobre los años 70, entre ellos la biografía de López Rega y Fuimos soldados , investigación sobre la contraofensiva montonera, es parte, al igual que Lanata y Reato, de una generación, la de los ochenta, que quizá no por casualidad sea la encargada de llevar adelante un incipiente revisionismo crítico sobre la experiencia de la lucha armada.

"El Gobierno, inmerso en la urgencia de sus batallas políticas, dio un viraje en la construcción de la memoria y ´derechizó´ su visión sobre el peronismo", afirma Larraquy. Y ofrece argumentos: la bendición a la Juventud Sindical Peronista (en la versión de Pablo Moyano) -que en los 70 representaba la ortodoxia gremial-, y, sobre todo, el desinterés por la causa de la Triple A, y los miles de crímenes y desapariciones perpetrados desde el Estado entre 1973-1976.

Larraquy recordó que, cuando el expediente le resultaba útil al Gobierno para su disputa con Hugo Moyano -porque removía los vínculos del sindicalista con la JSP y la Triple A-, la investigación tomó impulso y la Secretaría de Derechos Humanos se presentó como querellante. Sin embargo, hoy la causa está paralizada.

Entonces, se pregunta Larraquy, "¿cuál es realmente el relato oficial de los años setenta, si se lo manipula constantemente?"

Memoria adulterada

Pocos se atreverían a negar, sin embargo, la inmensa astucia de los Kirchner como jugadores políticos.

Jugadores que siguen liderando en el colectivo progresista de la Argentina, guiados por una enorme habilidad para seguir dividiendo el campo político, bajo la lógica amigo-enemigo. Una lógica que siempre da ganancias, cuando se manejan los recursos del Estado y, tal como sostiene Ollier, es alimentada desde el poder político que, por su misma colocación, siempre tiene más chances de instalar un relato que prenda en la sociedad.

Si tomamos por cierta la hipótesis de que la discusión setentista es un debate instalado bajo el signo del oportunismo, mejor, una cortina de humo para entretener el microclima periodístico-político, ¿qué ganan, entonces, con esta tensión que, además, les viene generando pérdidas de comunicadores importantes?

"Perder comunicadores progres no les importa; suman pocos votos y este gobierno tiene muy claro que, al final, lo que cuentan son los votos. Sabe que un sector de clase media lo apoya, y que este discurso setentista quizás lo consolide, más aún, en ese sector", acerca Ollier.

Reato propone otra respuesta: "Desde Karl Rove, el gran asesor presidencial de George Bush, sabemos que en las sociedades modernas el líder ya no necesita convencer a todo el mundo. Sólo hay que convencer a la mitad más uno del electorado y para eso, nada mejor que instalar un conflicto que parta en dos, pero que te asegure la porción ganadora. Quien instala el debate, además, arranca en punta. Y en este sentido, los Kirchner, con los derechos humanos, tienen mucho para ganar. ¿Por qué? Porque hay mucha gente con culpa, en vastos sectores de la sociedad, que siente que no hizo nada durante la dictadura o que cree, errada o no, que no se enteró a tiempo del tema de los desparecidos. Y los Kirchner trabajan habilidosamente sobre esa culpa social".

A esa culpa en el incosciente colectivo, que los K utilizan como tierra fértil para generar una suerte de chantaje moral, se suma un tema nada menor: el éxito del pensamiento maniqueo, que esconde, nada menos, el hecho de que aquella juventud maravillosa "idolatró la muerte", como dice Kovadloff. O que descreía de la democracia, como cultura política, a la que sólo veía como una trampa burguesa.

Para algunos intelectuales que también participaron del ideario político de los 70 pero tomaron distancia crítica, esa falta de convicción por la opción democrática es la razón profunda que explica el estilo autoritario de los K. O su desprecio por ciertos valores centrales de la democracia liberal, como la libertad de expresión. En el ADN setentista de los K sigue predominando la importancia del fin sobre los medios.

Dice Lanata sobre esto: "Lo que me molesta de esa generación es que nos mintieron. Nos mintieron en los intereses que tenían, y en muchas otras cosas. Por otra parte, no creo que se pueda decir que los montoneros tuvieran alguna visión trascedente de la Argentina. Fueron bastante ciegos. Fueron también víctimas, y es terrible lo que les pasó. Pero eso, ya lo dijimos: empecemos ahora entonces a ver en qué nos mintieron. Porque, a lo mejor, nos sirve".

Lanata cree que Kirchner está repitiendo esa mentira cuando reescribe el Nunca Má s o cuando suma nombres a la lista de víctimas del terrorismo de Estado. "¿Cómo vas a poner como desaparecidos a los caídos en combate? Eso es pensar que el Estado estaba encarnado en los tipos que estaban combatiendo. Entonces, ¿qué pasó? ¿Los montoneros eran parte del Estado argentino? Es una locura completa".

Los libros de Reato muestran también cómo una parte de aquellos jóvenes apelaron al asesinato político en democracia, bajo gobiernos constitucionales del peronismo, y favorecieron de ese modo el golpe de 1976.

"Ojo, que también hay mucho fascista que ahora salta feliz del closet y aprovecha la crítica al Gobierno para retomar la ´teoría de los dos demonios´", alerta Larrquy.

"No creo en la teoría de los dos demonios -aclara, por las dudas, Reato-. Acá hubo un solo demonio, y es el terrorismo de Estado, aunque no por eso creo que haya que dibujar ahora a Montoneros y al ERP como un coro de ángeles".

Nunca dejes que la verdad arruine una buena nota, dice una vieja máxima del periodismo amarillista, repetida, en broma, en las redacciones serias. Máxima de la cual el Gobierno K parece, paradójicamente, apropiado en medio de su batalla ciega contra los medios críticos y que, traducida al lenguaje K, quedaría así: nunca dejes que la realidad arruine un buen "relato" de la historia.

Sobre todo si es funcional al poder y ayuda a ganar votos que, al final de toda la historia, es lo único que cuenta.

© LA NACION
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el dispreciau dice: transitamos un mundo de mensajes paradójicos, tanto que el doble mensaje ya es costumbre, tanto para el que lo pronuncia como para el que lo escucha. Argentina, durante la década del setenta, estuvo sumida en la zozobra de un Perón sin espacio y posteriormente en el mesianismo de un poder militar esencialmente peleado con la patria y consigo mismo, dividido y oportunista. Este rivaival que vamos andando de la mano del peronismo vernáculo va sentando nuevos males, todos comienzan en la división, utilizan la pobreza, y concluyen en la desintegración social, política, jurídica, empresaria, sindical, educativa, y cultural de la población. Tal lo he dicho y vale reiterar, los montoneros no le han aportado nada al país, tampoco el ERP... y si hay culpables en los estamentos militares (ya juzgados), mucho más los hay en la guerrilla (no juzgados). Muchos de los desaparecidos están vivos en alguna parte del planeta... Muchos de los muertos nunca murieron... sin embargo el país ha pagado un altísimo precio por los desatinos militares de los setenta (recuérdese que Perón era militar), y esta gestión está empecinada en revivir la zozobra, el atropello, la mentira, el motivo es sencillo, su prioridad no es el país, tampoco el futuro, mucho menos las instituciones, por ende para nada la democracia, y allí sucumbe la república. Todo el mundo condena al terrorismo, ese mismo que este modelo político intenta sustentar e imponer... lo hizo la gestión de los noventa dominando mediante asesinatos y atentados, y ahora se ha sofisticado de la mano de las impericias y las incapacidades, envueltas en soberbias y necedades. Argentina está camino a una libanización (término magistral de Raúl Alfonsín) y el precio que pagará esta vez será mucho más alto, dado que los fantasmas del pasado cercano y lejano han regresado a hacer de las suyas, manipulando a la sociedad a su antojo. Las revanchas nunca fueron buenas consejeras... las facturas tampoco lo son. Esta locura por apoderarse de poder, nos está sumergiendo una vez más en un mar de frustraciones... y los argentinos sabemos mucho de eso, pero lamentablemente nunca aprendemos la lección. Septiembre 26, 2010.-

sábado, 25 de septiembre de 2010

CUANDO LA DEMOCRACIA ES LETRA MUERTA - Debaten en Europa la ley de medios - lanacion.com

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Debaten en Europa la ley de medios
En un foro internacional, se advirtió que los organismos reguladores deben ser autónomos

Sábado 25 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa
Adrián Ventura
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Enviado especial


PARIS.- La crítica situación de la libertad de prensa en la Argentina, la nueva ley de medios audiovisuales, los ataques a Papel Prensa y las nuevas embestidas de Hugo Chávez contra los medios venezolanos fueron objeto de especial preocupación durante una cumbre mundial en París, organizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo de las Telecomunicaciones (Certal).

Durante tres días, operadores de canales de TV y señales de cable de distintos países de América latina, España y Francia (incluida Radio France Internationale), magistrados, legisladores y responsables de organismos reguladores de la Unión Europea debatieron sobre los medios audiovisuales.

Certal, en su declaracion, advirtió sobre la fragilidad institucional de algunos países; pidió que los gobiernos permitan que los medios públicos tengan una línea editorial independiente y no estén al servicio de sus propios intereses, y reclamó que las autoridades regulatorias (nuestro Comfer o Afsca) fueran autónomas de los gobiernos.

En los últimos años, en muchos países se aprobaron leyes o existen proyectos para regular los medios audiovisuales, pero el asunto tiene características muy particulares en Venezuela y en la Argentina.

La nueva ley de medios argentina intenta fraccionar a los grupos de medios, grandes o pequeños, y procura que cada emisora de radio o TV alcance audiencias más reducidas, lo cual impacta en el mercado publicitario. La legislación europea, que nunca se caracterizó por ser liberal, en cambio, favorece las concentraciones, para crear medios más fuertes y competitivos.

Michel Bochon, presidente del Consejo Superior Audiovisual de Francia, explicó que la ley francesa de medios tiene exigencias culturales, como la obligación de exhibir un porcentaje de películas francesas. Pero no les coloca límites a las licencias de los cableoperadores (porque no usan espectro radioeléctrico) y tampoco las restringen en función del número de personas a las que alcanza, ni impone grilla televisiva alguna a los canales.

Al hacer hincapié en el excesivo reglamentarismo de la ley argentina, el economista Carlos Winograd, ex director de la Secretaría de Comunicaciones de la Argentina, explicó que la ley pone tantas restricciones a la actividad que "genera desincentivos económicos" y entorpece la sustentabilidad económica de cada medio.

"Cuanto más débil y pequeña sea la empresa, sus costos serán más altos y quedará más expuesta a la influencia oficial", afirmó.

Franck Melloul, director de Estrategia de la Asociación Audiovisual Exterior de Francia, aseguró que se apunta a aumentar las escalas de sus empresas, que se convierten en multimedia y multilingüistas, para "hacerlas más competitivas en un mundo globalizado".

Medios públicos


Jorge Navarrete, presidente de Certal y ex titular del organismo regulador chileno, insistió en que los gobiernos no confundan los medios públicos con los medios a disposición del partido de gobierno. Y José Bellod, experto de la Comisión Europea, sostuvo que el organismo que regula a los medios en cada país tiene que ser transparente, previsible e independiente. "Son tres condiciones claves", afirmó.

El especialista brasileño Alexandre Jobin señaló que en la legislación de su país "la renovación de las licencias no tiene límites en el tiempo; no depende del Poder Ejecutivo, sino del Congreso, y sólo se exigen requisitos técnicos".

La situación en Venezuela, en cambio, es cada vez más comprometida. Además de haber confiscado 34 emisoras y Radio Caracas Televisión, Chávez amenazó a 240 emisoras e intervino el banco del que es accionista uno de los propietarios de Globovisión, para incautarse de las acciones de esta cadena, según afirmó el doctor Asdrúbal Aguiar, constitucionalista y ex juez de la Corte Interamericana.
PREOCUPACION EN UN SEMINARIO EN EE.UU.

Las restricciones a la libertad de prensa en la Argentina y el enfrentamiento del Gobierno con la Corte Suprema preocupan en la región, según quedó en evidencia en el Simposio Hemisférico de la Libertad, que realizó la Universidad Estatal de Louisiana para examinar el pasado y pronosticar el futuro en América latina. El encuentro reunió a analistas políticos, economistas, historiadores, e investigadores del campo social; entre ellos, el ex presidente de Costa Rica Oscar Arias; el decano de la Escuela de Derecho de la American University, Claudio Grossman, y Domingo Cavallo, ex ministro de Economía de la Argentina.
Debaten en Europa la ley de medios - lanacion.com





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El Gobierno y el periodismo / Acusan al Poder Ejecutivo de amenazar y presionar
Dura denuncia de ADEPA por los ataques a la prensa
Dijo que la tarea de los medios nunca fue tan degradada por un gobierno en 27 años de democracia

Sábado 25 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa
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Dura denuncia de ADEPA por los ataques a la prensa
Carlos Rago, Eduardo Vittori y Carlos Gamond, en la presentación del informa. Foto Maxie Amena

Un escenario de tensión, con presiones, amenazas e iniciativas, obstaculiza la misión de informar, denunció la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) al presentar el informe sobre la situación de la libertad de prensa en el país en los últimos doce meses.

"Nunca en estos 27 años de vida democrática la tarea de los medios de comunicación, la de los periodistas y la expresión de opinión crítica ha sido tan degradada por el gobierno nacional y ciertos grupos de presión como en los últimos tiempos", advirtió la entidad en la última jornada de la 48a asamblea general ordinaria, que reunió en esta ciudad a unos 200 editores gráficos de todo el país.

En momentos en que el Gobierno impulsa un proyecto para regular la producción y comercialización del papel para diarios, ADEPA mencionó las inconsistencias de la iniciativa y recordó la prohibición constitucional de "dictar leyes que restrinjan la libertad de imprenta".

Expresó, además, la preocupación por "el aumento desmedido de la pauta publicitaria y su adjudicación discrecional" por parte del Poder Ejecutivo, que "sigue utilizando esta herramienta sin parámetros equitativos y como instrumento político que privilegia el financiamiento de medios adictos".

El informe fue presentado por el titular de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de ADEPA, Carlos Gamond ( Puntal , de Río Cuarto), junto con el presidente saliente de la institución, Gustavo Vittori ( El Litoral , de Santa Fe), y el secretario general, Carlos Rago ( La Nueva Provincia , de Bahía Blanca). Ayer, Vittori concluyó su mandato y por la tarde fue elegido nuevo presidente el director de La Gaceta, de Tucumán, Daniel Dessein.

"Podemos escribir y decir lo que pensamos, pero en un escenario tenso, de presiones directas e indirectas, en el que percibimos un ánimo de cooptación, confrontación y revancha de un gobierno que ha elegido al periodismo como enemigo, y busca debilitar sus funciones de contrapeso y de vehículo de auditoría social", señala el pronunciamiento de los representantes de la prensa independiente.

ADEPA denunció que se pretende obligar a periodistas a que reivindiquen su honestidad y buena fe en el ejercicio profesional. "Varios de ellos han sido víctimas de amenazas, escraches e interferencias de todo tipo. Otro tanto ocurre con editores que afrontan campañas de desprestigio", se afirma en el documento, recordando la alerta formulada ya en abril último.

La entidad llamó a no disimular la existencia de "expectativas sociales frustradas", como la superación de la pobreza, la atención satisfactoria de la salud y la inversión estratégica en educación. "Y no sólo eso: la erradicación de la corrupción y una respuesta efectiva a la situación de inseguridad y de indefensión social frente a la droga que daña física y mentalmente a los jóvenes y causa estragos en familias y comunidades", dijo la entidad en el informe.

Ni amigos ni enemigos

"Los medios no somos ni debemos ser amigos ni enemigos de los gobiernos; somos, sí, un vínculo natural entre las expectativas de la sociedad y las políticas de Estado", declaró ADEPA. Y recordó que los destinatarios de las publicaciones "tienen abierta, de diferentes maneras, las páginas de nuestras publicaciones para manifestar su pensamiento, muchas veces en contradicción con el propio".

Deploró, asimismo, las "intromisiones que el Gobierno realiza, continua y sistemáticamente, en desmedro de los contrapesos institucionales en los que se sostiene la libertad de prensa". Y sostuvo que la recuperación del equilibrio entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial "es esencial para la preservación de los derechos fundamentales de la ciudadanía [entre los cuales] debe ocupar un espacio estratégico el de informarse libremente".

Frente al proyecto oficial para regular la producción del papel para diarios ADEPA dijo que la propuesta está viciada por una insalvable contradicción. "Al poner en manos del Estado mecanismos de control implícito en su rol de proveedor de papel a los medios gráficos, se invierten las funciones propias de la institucionalidad republicana. Quien debe ser controlado por el periodismo se convierte en controlante del insumo básico de la prensa", advirtió.

La entidad sostuvo que hoy está garantizado el abastecimiento de papel nacional e importado (sin aranceles) y que "el problema de las pequeñas y medianas empresas periodísticas no radica en el papel, sino en una asfixiante estructura de costos agravada por el proceso inflacionario, la carga impositiva y la reducción de mercado".

En el último año, mencionó ADEPA, se profundizó el "aumento desmedido de la pauta publicitaria oficial y su adjudicación discrecional".

En ese sentido, advirtió que "el Gobierno sigue utilizando esta herramienta sin parámetros equitativos y como instrumento político que privilegia el financiamiento de medios adictos". Y añadió que "las consecuencias se sufren aún más en el interior del país, que recibe una porción ínfima del gasto publicitario".
Dura denuncia de ADEPA por los ataques a la prensa - lanacion.com




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Los daños colaterales de la sociedad del espectáculo
La era del bufón
Mario Vargas Llosa
Para LA NACION

Sábado 25 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa
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La era del bufón

Terry Jones, un oscuro pastor protestante de Gainsville, Florida, cuya iglesia cuenta apenas con medio centenar de parroquianos, anuncia que se dispone a conmemorar el aniversario de los atentados de Al-Qaeda del 11 de Septiembre quemando ejemplares del Corán y, en pocos días, se convierte en una celebridad mundial. No creo que exista un símbolo más elocuente de la civilización del espectáculo, que es la del tiempo en que vivimos.

Lo normal, ante una provocación, estupidez o payasada como la del pastor Jones, dictada por el fanatismo, la locura o un frenético apetito de publicidad, hubiera sido el silencio, la indiferencia o, a lo más, una mención de dos líneas en las páginas de chismografía y excentricidades de los medios. Pero, en el contexto de violencia política y fundamentalismo religioso del mundo de hoy, la noticia alcanzó pronto las primeras planas y la imagen del predicador incendiario con su cara sombría, su terno entallado y sus dedos ensortijados dio la vuelta al globo. Cientos de miles de musulmanes enfurecidos se echaron a la calle en Afganistán, la India, Indonesia, Paquistán, etcétera, amenazando con represalias contra Estados Unidos y sus aliados si ardía el libro sagrado de su religión. Cundió la alarma en las cancillerías y altas instancias políticas, militares y espirituales de Occidente. El Vaticano, el secretario de Defensa Robert Gates, la Casa Blanca y hasta el general David Petraeus, comandante en jefe de la OTAN en Afganistán, exhortaron al pastor Jones a que depusiera su designio inquisitorial. Este cedió, por fin, y, de inmediato, volvió al anonimato del que nunca debió salir. Hubo un suspiro de alivio planetario y quedó flotando en el ambiente la sensación de que el mundo se había librado de un nuevo apocalipsis.

¿Hubiera podido ocurrir? Desde luego. Uno de los rasgos determinantes del fanatismo es la incapacidad del fanático de tener una tabla de prioridades sensata y racional; en la suya, la primera prioridad es siempre una idea o un dios al que todo lo demás puede y debe ser sacrificado. Por lo tanto, una pira de libros sagrados abrasándose en un parque de Gainsville ante un centenar de cámaras de televisión y fotógrafos justifica la tercera guerra mundial y hasta la desaparición de la vida en este valle de lágrimas. Cuando el general Petraeus pidió al pastor Jones que no quemara los coranes porque si lo hacía los soldados estadounidenses que combaten en Afganistán correrían muchos más riesgos, sabía muy bien lo que decía.

¿Cómo hemos podido llegar a una situación tal en que la iniciativa descabellada de un pobre infeliz, sin credenciales de ningún orden, ha podido poner en vilo al mundo entero pues, de materializarse, habría desatado una orgía de violencia terrorista en varios continentes? Según algunos, la responsabilidad es de los medios de comunicación, que, si hubieran actuado de manera más atinada, no habrían catapultado al pastor Terry Jones al centro de la actualidad, publicitando su amenaza como si ésta hubiera sido lanzada por una superpotencia atómica. Es verdad que diarios, radios y canales de televisión actuaron sin responsabilidad alguna, pero ésta no es la razón primera del escándalo, porque, en este caso como en muchos otros que padecemos a diario, los medios de comunicación no pueden actuar de otro modo. Están obligados a hacer lo que hacen porque eso es lo que esperan -lo que exigen- de ellos los lectores, oyentes o televidentes en el mundo entero: noticias que salgan de lo común, que rompan con la rutina de lo cotidiano, que sorprendan, desconcierten, escandalicen, asusten, y -sobre todo- entretengan y diviertan. ¿No es divertido acaso que un predicador pentecostalista de Gainsville, Florida, declare, él solo, como un Amadís de Gaula medieval, la guerra total a los cientos de millones de musulmanes que hay en el mundo?

La información en nuestros días no puede ser seria, porque, si se empeña en serlo, desaparece o, en el mejor de los casos, se condena a las catacumbas. La inmensa mayoría de esa minoría que se interesa todavía por saber qué ocurre diariamente en los ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales en el mundo, no quiere aburrirse leyendo, oyendo o viendo sesudos análisis ni complejas consideraciones, llenas de matices, sino entretenerse, pasar un rato ameno, que la redima de la coyunda, las frustraciones y los trajines del día. No es casual que un periódico como Le Monde , en Francia, que era uno de los periódicos más serios y respetables de Europa, haya estado varias veces, en los últimos años, a las puertas de la bancarrota. Se ha salvado recientemente una vez más, pero quién sabe por cuánto tiempo, a menos que se resigne a dar más espacio a la noticia-diversión, la noticia-chisme, la noticia-frivolidad, la noticia-escándalo, que han ido colonizando de manera sistemática a todos los grandes medios de comunicación, tanto del Primer como del Tercer Mundo, sin excepciones. Para tener derecho a la existencia y a prosperar los medios ahora no deben dar noticias sino ofrecer espectáculos, informaciones que por su color, humor, carácter tremendista, insólito, subido de tono, se parezcan a los reality shows , donde verdad y mentira se confunden igual que en la ficción.

Divertirse a como dé lugar, aun cuando ello conlleve transgredir las más elementales normas de urbanidad, ética, estética y el mero buen gusto, es el mandamiento primero de la cultura de nuestro tiempo. La libertad, privilegio de que gozan los países occidentales y hoy, por fortuna, un buen número de países del resto del mundo, a la vez que garantiza la convivencia, el derecho de crítica, la competencia, la alternancia en el poder, permite también excesos que van socavando los fundamentos de la legalidad, ensanchando ésta a extremos en que ella misma resulta negada. Lo peor es que para ese mal no hay remedio, pues mediatizar o suprimir la libertad tendría, en todos los casos, consecuencias todavía más nefastas para la información que su trivialización.

Las secuelas no previstas de la entronización de la cultura del espectáculo -sus daños colaterales- son varias, y, principalmente, el protagonismo que en la sociedad de nuestro tiempo han alcanzado los bufones. Esta era una nobilísima profesión en el pasado: divertir, convirtiéndose a sí mismo en una farsa o comedia ambulante, en un personaje ficticio que distorsiona la vida, la verdad, la experiencia, para hacer reír o soñar a su público, es un arte antiguo, difícil y admirable, del que nacieron el teatro, la ópera, las tragedias, acaso las novelas. Pero las cosas cambian de valor cuando una sociedad hechizada por la representación y la necesidad de divertirse, su primer designio, ejerce una presión que va modelando y convirtiendo poco a poco a sus políticos, sus intelectuales, sus artistas, sus periodistas, sus pastores o sacerdotes, y hasta sus científicos y militares, en bufones. Detrás de semejante espectáculo, muchas cosas comienzan a desbaratarse, las fronteras entre la verdad y la mentira, por ejemplo, los valores morales, las formas artísticas, la naturaleza de las instituciones y, por supuesto, la vida política.

No es sorprendente, por eso, que en un mundo marcado por la pasión del espectáculo, Damien Hirst, un señor que encierra un tiburón en una urna de vidrio llena de formol sea considerado un gran artista y venda todo lo que su astuta inventiva fabrica a precios fabulosos, o que las revistas de mayor difusión en el mundo entero, y los programas más populares, sean los que desnudan ante el gran público las intimidades de la gente famosa, que no es, claro está, la que destaca por sus proezas científicas o sociales, sino la que por sus escándalos, excesos o extravagancias callejeras, consigue aquellos quince minutos de popularidad que Andy Warhol -otro de los íconos de la civilización del espectáculo- predijo para todos los habitantes de la sociedad de nuestro tiempo.

Es improbable que su oráculo se cumpla a cabalidad, pero sólo porque hay demasiada gente en el mundo y los medios no se darían abasto concediéndoles a todos esa pasajera inmortalidad. Pero sí se está cumpliendo, en un sentido más discreto e íntimo, pues una ambición creciente impulsa cada vez a más gente, de distintos ámbitos, a actuar de modo que le permita escapar del anonimato y acceder a esa efímera popularidad de que gozan los bufones, a los que, si son buenos en el arte de entretener, se les aplaude y da propinas y se les olvida para siempre. Es difícil escapar a este mandato que impulsa, incluso a los mejores, a echarse en brazos de los creativos de la publicidad -del espectáculo- aun cuando lo que hagan sea serio y parezca fuera del alcance de la frivolidad. ¿No hemos visto recientemente a alguien tan poco superficial como el científico Stephen Hawking promocionar su próximo libro con la llamativa propaganda de que en él se demuestra que la creación del universo puede prescindir de Dios?

Este es el entorno en el cual se explica lo ocurrido con Terry Jones, el pastor pentecostal que sacudió al mundo y que pudo habernos arrastrado a otra catástrofe bíblica (nunca mejor dicho). Puede ser un fanático, un loco o un mero payaso. Pero, en cualquier caso, debe quedar claro que no actuó solo. Todos fuimos sus cómplices.

© LA NACION
La era del bufón - lanacion.com


el dispreciau dice: América Latina está entrando en un cono de sombra comprometedor, peligroso, extremadamente peligroso. No todo el ámbito continental, sí varias naciones que están perdiendo sus condiciones democráticas a manos de iluminados, mesías sin dogma, oportunistas que intentan adueñarse de sus respectivas democracias del mismo modo que lo hicieron de los pobres y sus dignidades... ¿cuánta responsabilidad (no hablemos de culpas) tienen los medios y sus propietarios?, quizás la mayor porción al haber manipulado la opinión pública durante años sin respetar a nadie ni tampoco a nada, escudándose en las reglas del cuarto poder... la clase política no aprendió lección alguna, el mundo del periodismo oportunista tampoco. El mundo está repleto de bufones sin corte... hacen de payasos los propios funcionarios, los propios noticieros que difunden sus payasadas, los programas de radio y TV que repiten hasta el hartazgo circunstancias vergonzantes y todo lo que viene detrás, comentarios infundados, comentarios destinados a llenar horas de inconsistencias, etc. Libertad de prensa transformada en libertinaje para destruir al enemigo no sirve, podrá servirle al dueño del medio, no le sirve a la democracia y mucho menos a la sociedad... Una vez más, el poder político es impresentable, pero el periodismo tal se presenta (con honrosas excepciones) también lo es, del mismo modo que muchos otros comunicadores sociales que imponen una TV con letra muerta. En este contexto el valor social tanto como el otro, el cultural, caen sin solución de continuidad en un abismo sin fin, siempre rodeados de conveniencias e intereses que compran dignidades o denigran a las de los calificados como "enemigos". Mientras cada uno de estos actores no se revise a sí mismo, replanteándose los imprudentes y/o malos procederes, la democracia continuará cayendo en este océano de letras muertas donde las leyes están tan muertas como las víctimas, al tiempo que los victimarios andan sueltos por la calle, haciendo de las suyas, protegidos por los poderes de los silencios propios de los trapos sucios. Septiembre 25, 2010.-

viernes, 24 de septiembre de 2010

La palabra degradada - lanacion.com

Cuando los agravios y los insultos son moneda corriente
La palabra degradada
Santiago Kovadloff
Para LA NACION

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.Viernes 24 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa .

Es difícil decidir si la decadencia de los valores morales y políticos de una comunidad se inicia con la desvitalización del lenguaje o si ésta termina por reflejar la agonía de aquéllos. Sea como fuere, la interdependencia entre lenguaje, moral y política se muestra, desde siempre, como un hecho incontrastable.

George Steiner supo señalar "las presiones que ejerce la decadencia cultural sobre el lenguaje". Ya a comienzos de los años 60, advertía que "los imperativos de la cultura y la comunicación de masas han obligado al lenguaje a desempeñar papeles cada vez más grotescos". La obscenidad de lo grotesco consiste en su ostentación; en la exhibición de la vulgaridad como un bien. Animadores radiales y televisivos, periodistas y dirigentes políticos incorporan a su léxico la grosería y el desplante como si no lo fueran o, peor aún, como si fueran dignos de difusión. Sin disimulo y cada vez con más frecuencia, se hacen eco de esa fascinación por la rudeza verbal, empeñándose en presentarla como garante de autenticidad y cercanía con su público.

Ante semejante caudal de impropiedades y perversiones, se hace indispensable recordar que el lenguaje sólo secundariamente es una herramienta para el suministro informativo. Primeramente y primordialmente, es un signo espiritual: el indicio más alto y más hondo de la índole de los recursos subjetivos con que cuenta o deja de contar una comunidad. Con él, cada uno de los que la integran conoce, se da a conocer y logra autorreconocerse. La palabra no puede decirlo todo, pero lo dice todo de quienes la emplean.

Es cierto que el menoscabo del idioma dista de ser, en los tiempos que corren, un fenómeno exclusivamente argentino. Pero resulta indiscutible que, entre nosotros, una de sus modalidades más usuales, el empleo complaciente de un léxico cloacal, es una práctica asentada.

Nadie ignora que hace ya mucho entró en decadencia la educación, nuestro logro fundamental. Ni que el consenso mayoritario, vulnerado por la involución y el deterioro, ha hecho de la indigencia expresiva un sinónimo desgarrador de la elocuencia. Lo burdo, lo ordinario y grotesco han ido allanando el terreno a algo todavía peor: la circulación progresiva de toda clase de violencias verbales. Y la así llamada clase política no ha vacilado en hacer su propio aporte a ese ejercicio irresponsable de la palabra, convirtiendo al adversario en enemigo y a la disidencia con el propio parecer en un insulto.

El deterioro del idioma ejerce un poderoso influjo sobre la fortaleza de las ideas. Como bien observa Steiner, a medida que ese deterioro se acentúa "el lenguaje deja de configurar el pensamiento para proceder a embrutecerlo." Desentendiéndose de todo compromiso con la ejemplaridad, son incontables los políticos que, década tras década, se han mostrado en la Argentina como promotores de un idioma envilecido por la mentira, la impropiedad y la anemia expresiva.

Seamos claros: donde el lenguaje se corrompe, algo más que el lenguaje se corrompe. El basural en que se lo convierte contamina indefectiblemente el pensamiento. El caso de la dirigencia oficialista actual es, en este sentido, patético. Tener adversarios le repugna y los define como seres despreciables. El destrato que les imparte no tiene límites. Con ello, la política cabalmente entendida tiende a desaparecer. Su lugar, entonces, lo ocupa el despotismo. La intención que lo inspira no disimula su propósito. La demagogia y la intolerancia se dan la mano. La pluralidad de criterios horroriza su propensión al monólogo. En consecuencia, no alienta el debate sino el maniqueísmo. La discrepancia necesaria se transforma, bajo su peso, en confrontación. Y la confrontación, en su caso, en una práctica orientada hacia el exterminio del contrincante.

El deterioro de las instituciones y la indigencia del lenguaje no son equivalentes, pero se complementan. Siendo así, no es casual que en el país coexistan las peores embestidas contra la libertad de expresión y la siembra de inmundicia verbal con la que se trata de embadurnar a sus voceros. Descalificaciones feroces, simplificaciones escalofriantes, agravios que ostentan su desmesura como un logro; amenazas, prepotencias, presiones de neto corte mafioso, conforman la paga constante que reciben quienes, profesando convicciones no oficialistas, se atreven a manifestarlas. Desprecio lapidario, en suma, de ese otro que, al no coincidir con los criterios y procedimientos del poder de turno, se convierte en blanco de un menoscabo sin mengua empeñado en advertirle que algo peor podrá sucederle si no acata la sumisión y el silencio.

La contienda electoral que se avecina probará hasta qué punto la disputa por el poder ha pasado a ser, simultáneamente, un enfrentamiento entre dos concepciones del lenguaje y, por lo tanto, del papel del pensamiento en la construcción de lo político. Una de esas dos concepciones del lenguaje lo entiende como un arma de dominación que debe esgrimirse a expensas de toda alteridad. La otra, no sin vacilación y contradicciones, se niega a dejar de ver en el lenguaje un recurso para el despliegue de la convivencia y la pacificación indispensable. Esta última concepción es hija de las duras lecciones impartidas por la siembra estéril del autoritarismo. Aquélla, en cambio, de la creencia empecinada en afirmar que, a pesar de todos sus vaivenes, sólo el autoritarismo, en un país como el nuestro, puede garantizar una gestión política eficaz.

La degradación del idioma, en buena parte de los políticos, refleja la magnitud alcanzada por la pérdida de valor de las investiduras. Tan extendida está esa degradación que sería injusto suponer que el oficialismo tiene el monopolio del envilecimiento de la lengua. Pero es innegable que en sus filas es donde esa práctica encuentra mayor aceptación.

Más allá de las desmesuras discursivas en las que, con premeditada frecuencia, incurren la presidenta de la Nación y su esposo, resulta evidente que es en su entorno donde proliferan los cultores más decididos de la agresión verbal. Es esta negativa a inscribir el tratamiento de los conflictos nacionales en el marco de un abordaje en el que la palabra no opere como un hacha o una tea, la que se hace notar dramáticamente en la recurrencia al lenguaje cloacal y pendenciero. A ellos les siguen, como es evidente, los agravios personalizados y sin ninguna sutileza ideológica. El más grave de todos es reciente. Recayó sobre el ex fiscal federal Julio César Strassera, figura emblemática de la democracia recuperada. El Gobierno toleró sin inmutarse que un hombre identificado con su gestión lo llamara "hijo de puta". Toleró igualmente que su jefe de Gabinete se refiriera a ese magistrado como a un miserable. Refrendó, en fin, con su silencio cómplice, un comportamiento perverso, que perdurará en la memoria de los argentinos como un signo inequívoco del derrumbe moral de la política. Es que a medida que se transparenta la repugnancia que la independencia de criterio despierta en la sensibilidad autoritaria, recrudecen los ataques contra todos aquellos que no rinden pleitesía a la causa del poder de turno. Allí están, para probarlo, empresarios, sindicalistas, políticos, jueces, intelectuales y periodistas. "Víbora venenosa", llamó al columnista Joaquín Morales Solá esa enardecida abanderada del desprecio en que se convirtió Hebe de Bonafini.

Es indudable que la meta hacia la que se encamina, en política, la degradación de la palabra es la subordinación forzada de toda disidencia a una voluntad despótica. Una nueva estirpe de excluidos comienza a ser forjada por la intolerancia del poder. La integran quienes aspiran a seguir ejerciendo el pensamiento crítico. Así, a la inseguridad conocida se suma una nueva. Transitar por las calles, las avenidas y las rutas es, desde hace mucho, un riesgo radicalizado. Frecuentar libremente la senda de las palabras empieza a serlo también. Dos formas del delito se complementan en la Argentina para multiplicar una misma desolación.

© LA NACION
La palabra degradada - lanacion.com

el dispreciau dice: en primer término, deseo reiterar la "burrada" de google y de blogger al inhabilitar el bajar imágenes para incorporarlas a las publicaciones. Me parece una decisión aberrante, limitante y una clara agresión a los bloggeros y los respectivos lectores. Luego de ello, no debe sorprendernos que la "palabra" esté por estas horas tan depreciada. Es consecuencia del deterioro cultural humano, un deterioro que está consumiendo los valores, está extinguiendo la calidad humana y convirtiendo en descartable la condición humana. Alcanza con encender la TV o la radio para apreciar cuán despreciada está la palabra, peor aún cuando lo es por comunicadores sociales, que bajo el paraguas de su condición se permiten decir cosas "otrora impensadas", lamentables en esencia. Hoy por hoy, las palabras se limitan a reproducir lo más bajo de los instintos, en honor a un destape "falso" y "falaz" que sólo sirve para justificar bajezas y otras tantas descalificaciones que se fundamentan en la libertad y los derechos humanos de permitir que cada uno haga lo que se le da la gana. La degradación se observa en todos los ámbitos y revela un penoso estado de situación donde la educación ha pasado a ocupar un cuarto plano, esto es salir del foco de las prioridades. Detrás, las pobrezas crecientes hacen el resto. Desde mi punto de vista, el uso (mal uso) de las palabras en nuestro medio político, social, mediático, enseñan la desolación que transita la sociedad argentina como un todo, siempre sosteniendo argumentos vacíos y/o viciados de nulidad. El lenguaje de una sociedad revela su estado y por lo que se aprecia, el nuestro indica que estamos mal y vamos peor, siempre de la mano de funcionarios que encubren a delincuentes y traficantes para sus beneficios, sólo eso. Septiembre 24, 2010.-

jueves, 23 de septiembre de 2010

deficiencias BLOGGER - NUEVO APORTE A LA MARGINACIÓN ELECTRÓNICA

COMUNICADO DEL BLOG:
En el día de la fecha, BLOGGER como proveedor de este servicio, ha introducido cambios en el diseño de las páginas. Dichas modificaciones impiden subir imágenes desde un banco propio o de terceros. En lo personal pido disculpas por no incorporar las mismas a los contenidos. BLOGGER tiene por costumbre introducir cambios sin prever las afectaciones directas e indirectas a aquellos que contribuimos a que la información calificada sea conocida apropiadamente. Hasta que el proveedor del servicio no indique los nuevos mecanismos, las imágenes se verán disminuidas o bien nos limitaremos a colocar el URL de las mismas a efectos que puedan ser vistas. Parece que los técnicos no comprenden la importancia que guardan las formas en relación a la propiedad intelectual de los contenidos que se incorporan y/o comentan y/o crean y/o imaginan y/o proveen información y/o proporcionan conocimiento o formación para acceder al mismo. Dado que los mecanismos de consulta que tiene BLOGGER son altamente deficientes y limitantes, las tareas que nos hemos impuesto "de servir al prójimo" se hacen tediosas, complicadas, y avergonzantes, ya que insultan nuestras iniciativas, nuestras voluntades, nuestros esfuerzos, rompiendo los puentes trazados con lectores mayormente desconocidos. el dispreciau. Septiembre 23, 2010.-