Miles de personas desafían a la lluvia para recordar a Nisman

La marcha de homenaje al fiscal estuvo marcada por el silencio y los aplausos

La marcha del silencio

FRANCISCO PEREGIL Buenos Aires 19 FEB 2015 - 10:21 CET

Silencio y aplausos en medio del viento y la lluvia. Ese es el homenaje que han rendido decenas de miles de personas en Buenos Aires a la figura de Alberto Nisman, el fiscal que murió el 18 de enero, cuatro días después de denunciar a la presidenta. Las previsiones meteorológicas auguraban tormenta y muchos llegaron provistos de paraguas, otros buscaron refugio en los portales o debajo de los árboles. El resultado fue que en medio de todas las acusaciones e insultos vertidos en el país desde la muerte de Nisman, después deun mes cargado insultos, acusaciones, reproches y críticas… Se impuso el silencio. El silencio estruendoso de decenas de miles de personas caminando muy lentamente bajo la lluvia.

También marcharon miles de personas en otras ciudades argentinas como Córdoba, Santa Fe, Mar del Plata y Rosario. En el país no se recordaban unas concentraciones tan multitudinarias desde los cacerolazos de septiembre de 2012. Pero en este miércoles lluvioso, cada vez que alguien intentaba airear alguna consigna de crítica al Gobierno, el resto de los manifestantes lo acallaban entonando el himno de Argentina o gritos de Argentina, Argentina.

La fiscal y la juez que investigan la muerte del fiscal trabajan también sobre la hipótesis del asesinato y la del suicidio inducido, aunque el informe de la autopsia señala que no hubo intervención de terceras personas en su muerte. No obstante, la mayoría de la sociedad cree que Nisman no se suicidó. En la marcha de este miércoles no se habló de asesinato ni de suicidio. Primó el silencio y el reclamo de justicia.

Los ministros de Cristina Fernández alegaron varias razones para explicar su ausencia

La marcha fue convocada por cinco fiscales como homenaje al compañero fallecido cuando se cumplía un mes de su muerte. Era un hecho inaudito. El Poder Judicial, o parte de él, jamás había convocado una marcha a lo largo de las últimas tres décadas de democracia argentina. Los principales líderes de la oposición se sumaron de inmediato a la iniciativa. Pero el Gobierno vio en ella un intento de desestabilización, una forma sucia de hacer política con el pretexto de rendir homenaje al fiscal muerto. En medio quedaron gente como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que se mostró crítico con el Gobierno y también con los organizadores de la marcha, a quienes acusó de oportunismo político.

Había gran expectación ante la decisión que tomaría la exesposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, madre de sus dos hijas, de 7 y 15 años. Ella misma había pedido semanas antes que no se politizara la investigación sobre la muerte de Nisman. Finalmente, acudió a la cita y caminó del brazo de su hija mayor. Arroyo Salgado aclaró en un comunicado el día antes las razones por las que había decidido acudir: “Nuestra presencia se orienta a rendir un reconocimiento a la persona que fue y al funcionario cuya incondicional y valiente entrega al trabajo destacamos”.

Los ministros de Cristina Fernández alegaron varias razones para explicar su ausencia: que algunos de los fiscales que la organizaban solo persiguen fines políticos, que los dirigentes opositores que se sumaron a la marcha tampoco pretendían rendir tributo a Nisman, sino sacar rédito electoral cuando quedan solo ocho meses para que se celebren las presidenciales del 25 de octubre. Pero quien marcó la raya fue la propia presidenta, quien la semana anterior concluyó así un discurso en la Casa Rosada entre los vítores y cánticos de militantes kirchneristas: “Y nos quedamos con el canto, nos quedamos con la alegría, nos quedamos con ese grito de ‘viva la Patria’. Y a ellos, a ellos les dejamos el silencio. Siempre les gustó el silencio, a ellos les dejamos el silencio, que es o porque no tienen nada que decir o porque realmente no pueden decir lo que piensan”.

Hubo mucho silencio, desde las inmediaciones del Congreso, donde comenzaba la marcha, hasta la Plaza de Mayo, donde concluía. Se veían los mismos carteles que se vieron la noche que falleció el fiscal: “Verdad y justicia”, “Todos somos Nisman”. “Lamento que veo muy poca juventud y mucha gente mayor”, se quejaba una manifestante ante el canal Todo Noticias, del grupo Clarín. A veces se escuchaba corear a algunos: “No tenemos miedo, no tenemos miedo”. Otros gritaban simplemente “Argentina, Argentina”.

Los locutores preguntaban a los ciudadanos por qué acudían a la marcha y las respuestas eran muy variadas, pero denotaban un hartazgo hacia la política del Gobierno. Unos reclamaban justicia, alguno recordaba su oposición al acuerdo que firmó Argentina con Irán (por el que Nisman acusó a Cristina Fernández de encubrimiento), otros expresaron su deseo de luchar por un país para sus nietos, algunos se quejaban de la corrupción, otros de la inseguridad… Y la mayoría de los participantes pertenecían a la clase media y a la clase media alta, las más críticas con el Gobierno.

La manifestación mostró la imagen perfecta de la división social que sufre Argentina en los últimos años.

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el dispreciau dice: no sé si te diste cuenta... el mundo humano está en guerra y unas pocas familias viven de la tragedia de los otros, cada vez más... Siria es un excelente ejemplo de cómo occidente manipula la circunstancias de otros escenarios para lograr fines que no encajan en ningún equilibrio de espíritu alguno, pero que indudablemente a alguien le sirve y mucho... desde luego, Siria no es el único ejemplo, ya que son tantos que apabullan, desde Palestina a Ucrania, desde Tíbet hasta el fantasma del estado islámico... todo es una masa de conflictos que operan la modo de un amasijo, revoltijo o madeja que envuelve a la Tierra en una única tragedia global que afecta a muchos para beneficio de escasos... menos que pocos...

no sé si te diste cuenta, pero la Europa desunida está al caer... y será la Grecia la que aliente el quiebre indefectible de algo que nació mal parido, porque nació bajo los criterios del nazismo belga, que se viene tragando todo aquello que le viene en ganas, acostumbrado a la manipulación de los dramas que padecen siempre los ajenos, los otros...

no sé si te diste cuenta, pero el reino no tan unido de la Gran Bretaña, también está al caer, repleto de traiciones y desbordante de negaciones impresentables...

no sé si te diste cuenta, que el muro de Berlín cayó pero nuevos muros fueron levantados en la renovadamente nazi Israel... y en Melilla... y entre los EEUU y México, por mencionar sólo algunas de las estrategias aberrantes del aislamiento que no puede impedir que el mundo ya no tenga fronteras y donde las banderas sólo sirvan para justificar las frustraciones de los otros, a los que se les quitan sus cosas, a los que se les niegan sus derechos, aduciendo raras razones del poder global cuando conviene, aduciendo razones del poder parcial cuando conviene...

no sé si te diste cuenta, que el poder político de la Tierra anda desquiciado y sin rumbo, a los manotazos, a como venga, improvisando argumentos para ocultar razones y viceversa, apelando a huecos para tapar vacíos y viceversa... de allí que reine el caos y la Tierra se haya vuelto "invivible"...

Argentina es afín a la teoría de los extremos... la sociedad no sabe estar en el medio, por ende su clase política sabe hablar pero no escuchar... sabe hablar pero no atender... está incapacitada para leer las señales de la sociedad... y carece de capacidad de lectura de cualquier realidad... esto no es de ahora... viene desde siempre... desde que se mintió la gesta de los "adelantados"... y todo revela que la sociedad está detenida en el tiempo y no logra romper con las ataduras... y esa misma sociedad es la que se pone de un lado o del otro según sopla el viento... es toda de Perón que ya no existe ni siquiera como aliento que impulse algo... es toda de Evita a pesar de que ella fue una estrella fugaz en el firmamento de la política argentina... o es toda opositora, sin distinguir que la oposición también es parte de la sociedad y que se opone a cualquier cosa, aún cuando esa cosa esté bien pensada y se intente como mejor realizada... generando una hecatombe de sentimientos encontrados que se estrellan unos contra otros ahuyentando las soluciones o el simple resolver el día a día de incesantes reclamos, muchos de ellos bien justificados...

cada gobierno tiene su estilo... mejor o peor, pero lo tiene, y debe ser respetado...

esta gestión ha hecho muchas cosas buenas y se ha despreocupado de otras, y está pagando el precio de haberle prestado mucha atención a unos y el no haber escuchado a otros que, razones mediante, tienen expresión de valor en sus reclamos...

lo de Nisman no es un hecho menor, aún cuando su denuncia pueda haber estado errada en el criterio o en el fundamento del criterio... ya que Nisman era un fiscal de estado analizando el peor acto de terrorismo ocurrido en el territorio argentino... su asesinato producto de una operación de servicios de inteligencia (varios) no es una casualidad sino una causalidad que instala simultáneamente todos los problemas que Argentina arrastra irresueltos... que no son pocos... que son muchos, tantos que son demasiados...

encima de lo de Nisman... como persona... como judío... como profesional de ciencias jurídicas... como fiscal... justo es reconocer que la justicia argentina viene mal rumbeada desde hace un largo rato, salvando a victimarios (que también tienen protección política variada) y condenando por partida múltiple a las víctimas, que quedan detenidas en el tiempo, amenazadas desde los falsos regímenes carcelarios, ahora con grado universitario ya que la colombianización de la sociedad ha permitido que la delincuencia esté capacitada para manejar la pena de muerte, libremente y a discreción, ya que sabe a ciencias ciertas que cuenta con impunidad... y mientras los estamentos del estado siguen ausentes, la impunidad crece... este tampoco es un tema menor... y afecta al conjunto de manera implacable...

detrás... algunos hablarían de las afectaciones impositivas... otros de los sesgos estadísticos... y no pocos harían hincapié en otras razones mayores o menores... y cada quien guarda sus razones, válidas por cierto... que en su gran mayoría no son atendidas porque se apela a un discurso que contiene muchos ángulos impresentables... no obstante ello, sigo entendiendo que Cristina Fernández es ella misma y no más que ella misma... ya que su entorno la desluce y la informa inapropiadamente en muchos aspectos... algo que en Argentina ha ocurrido desde siempre, desde que la primera junta de gobierno (1810) mandó a matar a Moreno, porque pensaba demasiado y eso no era bueno... por supuesto, la historia la escribieron otros que sabían mentir y no poco... y ésa es la oficial, por ende cada uno que llega a la casa de gobierno, se cree dueño del destino de los argentinos propios y ajenos... cometiendo siempre el mismo error... desatendiendo razones sociales de mucho peso que siempre quedan pendientes, irresueltas...

el gobierno, tocado políticamente por una denuncia de destino y fin inciertos, ninguneó a Nisman... a su muerte... la que seguramente quedará bajo el imperio de las incertidumbres de siempre... no obstante ello, Nisman merecía una marcha de silencios sociales masivos... donde no importaban los actores sino el objetivo supremo que implica el asesinato de un fiscal de toda la sociedad argentina, cuyo valor no se modifica porque esté en lo cierto o porque esté errado... sigue siendo una entidad académica de la justicia argentina y por algo está donde está y ocupa el lugar que ocupa... punto... por lo tanto, funcionarios del gobierno (por no decir la propia Cristina Fernández) debieron haberse hecho presentes (de alguna forma) en dicha marcha, porque en ella van los sentimientos de la sociedad argentina y no de un grupo de fiscales que puedan ser calificados de renegados... no es bueno... tampoco prudente...

detrás, el Congreso y sus cuerpos legislativos tampoco tuvieron capacidad de reacción ante el asesinato del fiscal Nisman... y lo pasaron por alto... dejando en claro que este cuerpo carece de entidad nacional y carece de sentido de patria, en serio... y que la sociedad argentina le importó un bledo como ha sido casi siempre a lo largo de la para nada extensa historia argentina...

ante determinados hechos no puede ser judío, cristiano o musulmán según convenga, antes que nada hay que "ser" argentino... Argentina no es sólo AMIA... es muchas otras cosas... y quien no ve los ángulos mucho menos va a percibir las geometrías complejas... y por lo que se aprecia, la teoría de los extremos no ha contribuído mucho a agregar valor en la sociedad argentina, antes bien le ha restado y mucho... esto es que hay una pésima educación pública, aún cuando sobren escuelas... esto es que hay una pésima salud pública, aún cuando sobren hospitales... esto es hay un estado de permanente zozobra social, aún cuando sobren fuerzas de seguridad (inseguras y socias de todos los delitos)... esto es que hay un deficiente estado de derecho, aún cuando los derechos sean argumento político que funcione a modo de muro o de blindaje de argumentos... como sea, los hechos pesan y las evidencias no dejan de ser tales ante la realidad social, muy distinta a la que se aprecia desde Balcarce 50...

este es un año lamentablemente electoral... y todo indica que los extremos se extremizarán más aún... asegurando que la impunidad permanezca impune... y que la muerte de Nisman, no haya servido para otra cosa que no sea comprometer a un gobierno, su historia, sus aciertos y sus errores... no sirve, pero nada modificará ni tampoco evitará que la Argentina se siga debatiendo entre la luz y la oscuridad. FEBRERO 19, 2015.-