miércoles, 18 de febrero de 2015

TIERRA, a un nanosegundo... ▼ Hasta un ciego lo ve | Internacional | EL PAÍS

Hasta un ciego lo ve | Internacional | EL PAÍS


Activistas a favor de la reforma de Obama, el martes en Houston. / AP

“Ojalá que esto no se venga abajo”

Más de cuatro millones de indocumentados se ven de la noche a la mañana sumidos en la confusión


ANÁLISIS

Hasta un ciego lo ve

Es difícil transformar Estados Unidos sin el consenso del Congreso y sin la aprobación de los jueces



La historia de la presidencia del demócrata Barack Obama es la historia de los forcejeos con el poder judicial. Sus iniciativas han topado no sólo con un poder legislativo bajo el control republicano, sino con unos tribunales con la capacidad para arruinarlas.
Ocurrió con la reforma sanitaria, que amplió la cobertura a millones de personas sin seguro médico. Adoptada por el Congreso en 2010,Obamacare afrontó una guerra de guerrillas que desembocó en el Tribunal Supremo.
Ocurre de nuevo con las medidas unilaterales del presidente para regularizar a millones de sin papelessuspendidas por un juez de Texas. La partida, entonces como ahora, se juega en tres tableros. Enfrenta a los demócratas con los republicanos, al Gobierno federal con los Estados y al poder ejecutivo con el judicial.
No sirve lamentarse por el obstruccionismo conservador: las dificultades de Obama para aplicar sus reformas —y consolidar el legado— son el precio de la polarización. Tanto la reforma sanitaria como la migratoria se adoptaron sin el consenso del Partido Republicano, que representa a medio país. EE UU no se transforma sin el Congreso y tampoco sin los jueces.
Los fundadores querían evitar que el presidente gobernase solo. Desde el fin de la segregación racial a la victoria de George W. Bush, pasando por la legalización del aborto, el poder judicial es el que de verdad ha modelado el país.
En 1937, en pleno pulso con el Tribunal Supremo por el New Deal, el futuro juez del Supremo Felix Frankfurter escribió una carta al presidente Franklin D. Roosevelt. Sus palabras valen para otros tribunales y otras épocas. “Hasta un ciego”, dijo, “debería ver que el tribunal hace política”.

el dispreciau dice: te diré algo muy sencillo... propio del Siglo XXI... propio del 2015... propio de la realidad de la Tierra de hoy mismo, de este mismo instante en que estás leyendo a este loco lindo, viejo, pero rescatable...
la humanidad es una sola, muy que le pese al imperio aliado medieval y nazi... en esta Tierra hay blancos, amarillos, negros, y otros varios... y todos son iguales ante un Dios, al que cada quien le pone el tinte que le gusta...
asimismo, la Tierra es una sola, no tiene fronteras ni banderas, ya que ellas fueron significancias de tiempos de barbaries griegas y romanas, aduciendo razones de imperios negados de sí mismos, repletos de déspotas y oportunistas traidores de cualquier razón y de cualquier equilibrio...
después de Hitler... después del nazismo vigente... no hay lugar ni para fronteras, ni para banderas, ni para hipotecas ni para deudas... porque con ellas, se termina la humanidad toda y también la Tierra... y eso último está a un nanosegundo de suceder... y si las negligencias políticas no retroceden y se ubican en el contexto que se transita, sucederá irremisiblemente lo que se ve venir... un final demasiado trágico del que Bruselas se llevará el 50% de la culpa... del que EEUU se llevará no menos del 20% de la culpa... del que Alemania se llevará otro 20% de culpa... y que los demás se repartirán con un 10% de culpas... pero como sea, la humanidad habrá dejado de existir, este mismo año... a manos de idiotas con forma de políticos y de empresarios corporativos lavadores de miserias humanas propias y ajenas. FEBRERO 18, 2015.-

más vale que los miserables tomen consciencia de hacia dónde están llevando a la Tierra, porque después del final... no habrá excusa que valga.

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