miércoles, 11 de febrero de 2015

LETRA MUERTA ▼ Ya tenemos un Tratado de Comercio de Armas, ¿y ahora qué? >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

Ya tenemos un Tratado de Comercio de Armas, ¿y ahora qué? >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS



Lola Huete Machado



África no es un país

"Salvo por el nombre geográfico, África no existe", decía Ryszard Kapucinski. Y sí, desde Europa, acostumbramos a simplificar su realidad hasta hacerla una y pobre, catastrófica y dependiente. Pero África es un continente: 55 países, mil millones de personas, multiplicidad de mundos, etnias, voces, culturas... África heterogénea y rica contada desde allí y desde aquí. Un blog coral creado y coordinado por Lola Huete Machado.

SOBRE LOS AUTORES

Lola Huete MachadoRedactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.
Chema CaballeroChema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.
José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.
Ángeles JuradoÁngeles JuradoPeriodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.
Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.
Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...
mapa de África

Ya tenemos un Tratado de Comercio de Armas, ¿y ahora qué?

Por:  10 de febrero de 2015
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Un soldado junto a las armas incautadas a cuatro presuntos miembros de Al Shabaab, en Mogadiscio, Somalia. Foto de la ONU/Stuart Price
El pasado 24 de diciembre, el Tratado Internacional de Comercio de Armas (TCA) entraba en vigor. Se trata de la primera norma internacional que regula la venta de armas a escala mundial, pero que, posiblemente, no tenga mayor incidencia en África.
19 años han pasado desde que en 1995 un grupo de Premios Nobel impulsaran la iniciativa. En 2003, las organizaciones participantes en Armas bajo controlrespaldaron la idea e iniciaron una campaña a nivel mundial para apoyarla. En 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la resolución 61/89 en la que solicitaba al Secretario General que recogiera la opinión de los estados miembros sobre la viabilidad de tal propuesta. La mayoría de los 94 que contestaron se manifestaron a favor, entre ellos Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y China, estos dos últimos con algunas precisiones. Esto facilitó que al año siguiente se presentase el primer informe que serviría de base a una larga negociación que culminó el 2 de abril de 2013 con la aprobación por parte de la Asamblea General de la ONU del texto del tratado.
El artículo 22 del TCA estipula que el mismo se convertiría en derecho internacional 90 días después del depósito del instrumento de ratificación número 50. El 25 de septiembre de 2014, Argentina, Bahamas, Bosnia y Herzegovina, República Checa, Santa Lucía, Portugal, Senegal y Uruguay depositaban ante la ONU los suyos, alcanzándose, así, 53 adhesiones. En el momento de entrar en vigor ya eran 61.
De los 34 países africanos que han firmado el Tratado solo siete lo han ratificado, hasta el momento: Burkina Faso, Guinea Conakry, Malí, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Sudáfrica. Curiosamente, quitando el último, todos son miembros de laComunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
Una vez que ha entrado en vigor el TCA, los Estados partes:


1.- Están obligados a evaluar sus exportaciones de armas convencionales para determinar si existe el peligro de que se utilicen para incentivar los conflictos existentes.
2.- Tienen prohibido autorizar transferencias de armamento que puede ser empleado en la comisión de genocidios, crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra. Igualmente si existe riesgo de que las armas se empleen para socavar la paz y la seguridad o cometer una grave violación del derecho internacional humanitario o de derechos humanos.
3.- Están obligados a tomar medidas para prevenir el desvío de armas al mercado negro, así como elaborar informes de sus importaciones y exportaciones de armas convencionales.
El TCA cubre un abanico de ocho categorías de armas convencionales entre las que se encuentran: los tanques de combate, los buques de guerra, vehículos blindados, sistemas de artillería de gran calibre, aviones de combate, helicópteros de ataque, misiles y lanzamisiles y las armas pequeñas y ligeras. El tratado también incluye a las municiones y sus partes y componentes.
Debe quedar claro que este tratado no deja de ser un primer paso que no tiene como objetivo terminar con el comercio de armas en el mundo sino regularlo.
El comercio de armas, a nivel mundial, está rodeado de gran secretismo, pero se estima que en el último año movió unos 100 mil millones de dólares, lo que supone un gran incremento desde 2010 cuando la cifra rondaba los 72. A esto hay que sumar los servicios que acompañan a este negocio que pueden mover otros 120 mil millones de dólares.
En la actualidad, hay 40 países con gran capacidad de producción de armamentos y otros 60 que manufacturan a menor escala.
En el caso de ÁfricaSudáfrica es mayor productor de armamento del continente, y de todos los países no occidentales, y mantiene un fluido comercio con muchos de los países del mismo. Junto a ella, a mucha distancia, hay otros países que también tienen capacidad para manufacturar armamento, según AEJN: República Centroafricana, Etiopía, Kenia, Nigeria, Sudán, Tanzania, Uganda y Zimbabue.
Sin embargo, lo verdaderamente preocupante, a nivel africano, es el tráfico ilegal de armas, que, evidentemente, es muy opaco pero dinámico y mueve gran cantidad de dinero. Para poner algunos ejemplos: El Frente Unido Revolucionario de Foday Sankoh en Sierra Leona, consiguió sus armas a través de Burkina Faso, Níger y Costa de Marfil (curiosamente países muy controlados por Francia). Costa de Marfil sufre un embargo de armas desde 2004, sin embargo, a través de Liberia llegaron a los grupos rebeldes. La República Democrática del Congo también tiene un embargo desde 2003, pero Ruanda ha violado la prohibición repetidas veces facilitando armamento a los grupos rebeldes. Chad facilita armas a los rebeldes de Darfur o Sudán a los de Sudán del Sur. Las armas libias que han llegado al Sahel han desestabilizado la zona. Muchos países compran armas de forma legal que luego triangulan a zonas en conflicto: Burkina Faso, Chad, Guinea Conakry lo han hecho en varias ocasiones; también Ghana es sospechosa de participar en esta práctica. Y así podríamos seguir con decenas de ejemplos en cualquiera de los conflictos existentes en el continente. El último Small Arms Survey, de 2014, pone de manifiesto que la situación no ha cambiado nada y que va en aumento.
Esto nos indica que en África, como tantas otras veces, la ley internacional, en la práctica, no se va a aplicar porque los mismos estados son los que están traficando con armas, por lo que no incluirán estas en sus informes, si es que llegan a hacerlos, y no tomarán medidas para poner fin a este comercio ilícito que tantos beneficios les reporta. Consecuentemente, el tercer punto de los que hemos señalado más arriba, no se cumplirá. Y vista la baja capacidad de manufacturación de armamento que presenta el continente, habrá que preguntarse, qué potencias productoras del mismo serán las más beneficiadas por esta actividad.
Alrededor de medio millón de personas son asesinadas cada año con armas de fuego: en los campos de batalla, como resultado de la represión de los estados o por grupos criminales.
Muchos otros millones mueren por no tener acceso a agua, comida o servicios de salud al estar atrapados en medio a conflictos. África se lleva la palma en este campo, solo en la República Democrática del Congo donde se calcula que más de cinco millones de personas han muerto desde el inicio del conflicto.
No olvidemos a todas esas víctimas que son heridas, torturadas, violadas, desaparecidas, hechas prisioneras o a las que se les niega sus derechos básicos a punta de pistola. De esto, África también sabe mucho.
Junto a este tema hay otros que están muy estrechamente relacionados con el tráfico de armamento en África: la pobreza y los menores soldados.
Hace tiempo que Oxfam ya puso de manifiesto que el tráfico de armas impide el desarrollo socio-económico de los pueblos. Estimaba la organización que esta actividad costaba al continente alrededor de 18 mil millones de dólares al año.
En teoría, el nuevo tratado podría poner fin a esta situación, sin embargo, ya hemos visto que en África las cosas no van a cambiar mucho: el tráfico de armas continuará y la población civil seguirá sufriendo sus consecuencias. Posiblemente, si el TAC viniese acompañado de un acuerdo sobre el comercio de los llamados minerales de sangre, se podrían dar algunos pasos en el control del comercio ilícito de armas, lo cual ayudaría a poner fin a la mayoría de los conflictos del continente.
También el control del comercio de armas debería tener un efecto directo en la reducción del número de menores soldados en el continente, pero por las mismas razones expresadas anteriormente lo más seguro es que no se produzca y miles de niños y niñas seguirán siendo utilizados como soldados y esclavas sexuales en los conflictos africanos.
Una implementación efectiva del Tratado Internacional de Comercio de Armas garantizaría la justicia, la paz y la seguridad en el mundo; sin embargo, los intereses económicos y políticos de las grandes multinacionales, de muchos estados africanos y de las potencias occidentales harán muy difícil que el TAC tenga una verdadera incidencia en el continente y que ayude a reducir los muchos conflictos que siguen vivos en él.


el dispreciau dice: ningún tratado de desarme se ha cumplido... ningún tratado de desactivación de armamento nuclear ha servido ni tampoco se ha cumplido... ningún pacto de desactivación de conflictos bélicos se ha cumplido y/o ha servido... porque los intereses de pocos pueden más que los humanos... Siria es un triste buen ejemplo... Ucrania es otro triste buen ejemplo... no los únicos, ya que cada vez hay más armas, cada vez más sofisticadas, en manos cada vez más perversas y depravadas, lo que deja en evidencia que estos son tratados nacen muertos en espíritu, o lo que es lo mismo, son letra muerta...

las guerras se están intensificando al igual que las beligerancias... algo así como si un mosquito desquiciado anduviese picando a humanos desequilibrados, profundizándoles las demencias... y el planeta está envuelto en conflictos de toda índole y factor sin que a nadie le importe un carajo gente alguna, inocencias algunas, indefensiones ningunas... léase, cualquier mujer, cualquier niña, cualquier niño es pasible de ser víctima de conveniencias... y del mismo modo, cualquier hospital es objetivo terrorista/militar, cualquier escuela es objetivo terrorista/militar, etcéteras, y los etcéteras son tantos que Gaza y/o Palestina quedan chicas ante tanta barbarie junta...

traducido: al poder no le interesa la paz, porque le conviene el caos...

traducido: a las corporaciones militares/armamentistas/terroristas no les conviene paz alguna, antes bien necesitan del conflicto eterno, sostenido y creciente...

traducido: a las inteligencias militares/terroristas sin neuronas, les interesa conservar el poder que supera al de cualquier estado político, porque se mueven en un submundo que se representa en el mismo Dante y sus infiernos, por consiguiente necesitan del caos porque viven de él...

traducido: a las economías del FMI y sus recetas lavadoras, le viene de perilla cualquier calamidad humana masiva, porque eso habilita a crear deudas e hipotecar futuros, por ende habilita a mover economías que dependen, justamente, de los desastres y sus calamidades humanas...

traducido: a Bruselas le conviene que África se arrase a sí misma... porque ellos han aprendido a robar mientras los otros se matan... al tiempo que Bruselas se hace la sorprendida por las circunstancias, hablando de equilibrios que no existen porque no le convienen...

traducido: cuando la letra nace muerta, los humanismos mueren con ella. FEBRERO 11, 2015.-

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