Tres testimonios desde Diffa
Para MSF la situación humanitaria en la zona es extremadamente preocupante. La violencia ha causado movimientos masivos de población en Níger, a lo que se suma los refugiados provenientes de Nigeria. Se estima que alrededor de 150.000 personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, han abandonado Nigeria. La situación de los desplazados que han quedado aislados por los ataques es verdaderamente incierta.
Ya Inna Baba, junto a su marido y sus tres hijos, hizo el viaje a pie desde Nigeria hasta Diffa. Ya nos les queda familia en Nigeria. “Todos nos hemos ido”, comenta. “Aquí estamos bien, más tranquilos. Para nosotros es muy importante poder contar con médicos y medicinas gratis para los niños, no tenemos nada”, explica. “No ha sido fácil llegar hasta aquí: evitamos la ruta principal y tomamos otros caminos menos transitados”, dice Ya Inna.
Binta Kaou Elh Ma tiene 45 años. Debido al aumento de la violencia en Nigeria tuvo que huir y refugiarse, junto con sus siete hijos, en la ciudad fronteriza de Diffa, en Níger. “Mis hijos y yo salimos huyendo de Maiduguri por los ataques de Boko Haram”, comenta Binta, quien junto a su familia comenzó la ruta de huida desde Maiduguri a Gachagar (unos 460km) a bordo de un vehículo. Después continuaron a pie hasta Ngarwa (unos 30km más). “Pasamos mucho miedo durante el trayecto, pero ahora me siento tranquila. Aquí en Ngarwa nos acogieron bien”.
Kaka Mamoudou Fantami tiene 82 años. Junto a su mujer y sus 13 hijos ha tenido que dejar Nigeria por la violencia de Boko Haram. Parte de su familia está en Bosso, ciudad nigerina en la frontera con Nigeria y cercana al lago Chad, a unos 90 km de Diffa. “Dos de mis hijos y yo nos hemos venido hasta Diffa. Hicimos el viaje a pie”, comenta Kakia Mamoudou. “La comunidad nos ha recibido muy bien y estoy muy agradecido de que los servicios de salud sean gratuitos, porque no tenemos medios para poder pagarlo. Tuvimos que dejarlo todo en Nigeria”.
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