domingo, 15 de febrero de 2015

CUANDO LA COOPERACIÓN OCULTA CONVENIENCIA, SE TRANSFORMA EN DESATINO Y ÉSTE EN INCONSCIENCIA ▼ Lo que España NO debe aprender de la cooperación británica >> 3500 Millones >> Blogs EL PAÍS

Lo que España NO debe aprender de la cooperación británica >> 3500 Millones >> Blogs EL PAÍS



3500 Millones

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Ideas irreverentes contra la pobreza

3500 millones es la mitad de la población mundial. 3500 millones de personas condenadas cada día a la pobreza. ¿O no? Este blog es el relato de la contra-crisis y de sus protagonistas. Vivencias e iniciativas desde cada rincón del planeta que demuestran que lo más correcto es también lo más inteligente.


SOBRE LOS AUTORES

3.500 Millones es un blog coral dirigido por Gonzalo Fanjul. Este espacio es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que los protagonistas de la lucha contra la pobreza comparten su experiencia y sus propuestas.


AUTORES HABITUALES

PRINCIPALES:

  • Gonzalo FanjulGonzalo Fanjul lleva más de veinte años dedicado al activismo contra la pobreza, preside la iniciativa +Social y colabora como investigador con diferentes think tanks, universidades y ONG
  • Lucila Rodríguez-AlarcónLucila Rodríguez-Alarcón, ingeniero agrónomo, experta en comunicación política, ahora dedicada en cuerpo y alma a Intermón Oxfam.

COLABORADORES REGULARES

  • Uganda: Alberto Eisman (Director de Radio Wa, en Lira)
  • Infancia: Marta Arias (responsable de campañas de UNICEF)
  • Activismo on-line: Luis Morago (Director de campañas de AVAAZ), Irene Milleiro (Directora de campañas de Change)
  • Nuevos modelos económicos: Daniel Jiménez (redactor del portal Noticias Positivas), Alex Prats (activista de Christian Aid).
  • Indígenas: Raquel García y Laura de Luis (portavoces de Survival para España y Latinoamérica)
  • América Latina: Asier Hernando (responsable de campañas de Intermon Oxfam para América Latina y el Caribe).


Lo que España NO debe aprender de la cooperación británica

Por:  13 de febrero de 2015
Captura de pantalla 2015-02-12 a las 21.25.26Indígena en Etiopía. La presión sobre los disidentes etíopes se ha intensificado a medida que se acercan las elecciones, de acuerdo a la ONG Human Rights Watch. Foto: HRW.
La semana pasada publiqué una entrada cantando las loas de la cooperación británica. Un viaje realizado con ISGlobal junto a un grupo de diputados nos había dado la oportunidad de conocer un mundo que solo aparece en los sueños "S" de las instituciones españolas: ministerios eficaces, parlamentos incisivos, presupuestos abundantes... una especie de nirvana de la ayuda que soporta por igual los embates de las austeridad presupuestaria y los pendulazos gubernamentales.
Pero se me olvidó mencionar que no es oro todo lo que reluce. Tras la publicación de la entrada recibí varios correos y tweets de profesionales de la cooperación que valoran lo que hace el Reino Unido, pero no ignoran los importantes ángulos débiles de su modelo de cooperación. Les resumo algunos de los principales comentarios:

-    Si la prioridad declarada de la ayuda británica está en los países más pobres,¿qué hacen India, Paquistán y Nigeria entre los cinco principales receptores? A pesar de las cifras millonarias de pobres, se trata de países con recursos crecientes que deberían empezar a resolver sus problemas sin la ayuda de otros. Estos tres casos, en particular, levantaron verdaderas ampollas hace unos meses cuando varios medios denunciaron que el dinero de la ayuda sostenía megalómanos programas espaciales. La cuestión no es banal, pero sí es muy compleja. La cooperación con India, por ejemplo, ha sido objeto de intensos debates, porque su vibrante crecimiento económico convive con realidades medievales que exigen todo el esfuerzo que gobierno y donantes puedan realizar.
¿Cómo encajan el compromiso británico con los derechos humanos y la financiación de algunas de los regímenes más opresivos del planeta? Cuando se mencionan "tiranía" y "ayuda británica" en la misma frase es inevitable pensar en el caso de Etiopía, que lidera el ránking de sus receptores a pesar de un régimen que se sostiene sobre las detenciones, los asesinatos y el acoso político. Tampoco salen bien parados en este panorama países como Ruanda, cuyos notables indicadores de desarrollo no esconden las graves acusaciones en materia de derechos humanos. Preguntados sobre este asunto, la respuesta simple que obtuvimos es que "pobreza manda".
¿Financia la ayuda británica a gobiernos y empresas corruptas de los países receptores? No hace falta recordar que la corrupción es un mal endémico de la pobreza. Si las instituciones africanas fuesen como las suecas es muy posible que estuviésemos hablando de un problema completamente diferente. Pero una cosa es aceptar esta variable fija y otra no poner los medios adecuados para sortearla. La propia Comisión Independiente para la Evaluación del Impacto de la Ayuda (un organismo oficial creado por el Gobierno liberal-conservador) ha identificado numerosos ejemplos en los que la ayuda británica ha servido de combustible para prácticas corruptas. Su informe -publicado el pasado mes de octubre- reconoce que las medidas anti-corrupción han sido fortalecidas durante los últimos años, pero critica duramente su eficacia.
¿Contribuye la cooperación británica a perpetuar los peores vicios de sus multinacionales? La fe de los políticos en la empresa y en su papel en el desarrollo es muy legítima, pero el propósito de la ayuda se distorsiona cuando esta sirve para dar cobertura al 'business as usual'. Un ejemplo: la compañía New Forest Company -una joya de los mercados de carbono por sus políticas de reforestación-fue acusada en su momento de utilizar la ayuda del Reino Unido y el Banco Mundial para expulsar de sus tierras a 22.000 campesinos ugandeses. Los 600 millones de libras destinados a la New Alliance for Food Security and Nutrition (un consorcio público-privado) entre 2012 y 2016 han sido calificadoscomo un "escándalo" por las ONG británicas. Un informe muy reciente de EURODAD denuncia que varias agencias de cooperación (el DFID entre ellos) financian centenares de proyectos del sector privado canalizados a través de paraísos fiscales. No es que el Gobierno británico haga fuera algo diferente de lo que predica en casa, pero el asunto no deja de ser llamativo.
Son solo algunos ejemplos, pero creo que me habrán entendido ustedes. Incluso en la que pasa por ser una de las cooperaciones más generosas y sofisticadas del planeta, el riesgo de que la ayuda genere más problemas de los que resuelve es real. España también puede aprender eso.

el dispreciau dice: si el que dice ayudarte o querer hacerlo, te somete, sólo pretende esclavizarte para su propio provecho... este mundo ha dejado de ser solidario... la misericordia es un mito... y la compasión es una excusa... ya que detrás de aquellos que las pronuncian (solidaridad, misericordia, compasión) se ocultan verdaderas intenciones que hacen de ellas trampas y anticonductas... cuando se antepone el dinero y su supuesto valor, en realidad lo que se quiere es imponer el miedo, dominar mediante el temor, para luego esclavizar el todo y argumentar derechos de propiedad, según los no tan viejos criterios imperiales de reyes vacíos y vagos de reinos desamparados... toda Europa es un antiejemplo de cualquier cosa... ya que aún sostiene la hipótesis de ayuda a cambio de dignidad y territorio, emulando el criterio nazi de invasión y dominación... 
proveer ayuda a terceros arrojándoles migajas no es contribuir a nada... es sólo una actitud impropia que habilita a creer que se salva el alma del que arroja las migajas... eso no es solidaridad, no es compasión, ni tampoco es misericordia... 
la cooperación en la Tierra humana se ha vuelto una excusa que no libera a nadie de sus cargas, de sus frustraciones, de sus refugios... es una triste excusa vacía de contenidos, que reclama gloria y recuerdo, pero que en verdad no hace nada para transformar en oasis cualquier desierto. FEBRERO 15, 2015.-

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