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El interior de Australia sabe a India
- Julnat Khan llegó a este centro turístico de Broome, en Australia Occidental, procedente del balneario indio de Digha, en Bengala Occidental, hace 14 años. Él es de los pocos inmigrantes radicados en una ciudad del interior, en vez de las populares metrópolis de Sydney y Melbourne.
Solo 20 por ciento de los inmigrantes se asientan en áreas regionales de Australia, donde vive una tercera parte de los casi 24 millones de habitantes.
“El ritmo lento de la vida es similar al que estaba acostumbrado y es ideal para criar una familia”, explicó Khan, padre de tres hijos. “Mis padres eran agricultores, pero me formé como chef y dirijo mi propio restaurante aquí, improvisando el estilo de cocina bengalés y orya de mi madre y mi abuela para crear mis propias recetas”, añadió.
Broome, conocida por la extracción de perlas y por ser territorio de los yawuru, ha sido una mezcla de culturas desde el siglo XIX.
“Muelo mis propias especies y preparo mi propio paneer (queso indio), que es una atracción por la mezcla multicultural de población local y turistas. Los visitantes aumentan con la llegada de cruceros a lo largo de la costa de Kimberley, lo que es bueno para los negocios”, destacó.
Broome, conocida por la extracción de perlas y por ser territorio de los yawuru, ha sido una mezcla de culturas desde el siglo XIX. Recibe turistas de Japón, China, Malasia, Filipinas, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Alemania y Sudáfrica y, en los últimos años, también de Tailandia e India.
Los indios representan 4,8 por ciento de los inmigrantes llegados entre 2007 y 2016 a Broome, donde viven 16.222 personas. Es una población joven, en promedio 33 años, según el Censo de 2016, de la Oficina Australiana de Estadísticas.
Una investigación del Instituto Regional de Australia (RAI, en inglés) analizó los datos del censo y concluyó que entre 2011 y 2016, 151 Áreas de Gobierno Local ayudaron a contrarrestar la disminución de la población local con inmigrantes.
“Al relocalizarlos a áreas regionales, los inmigrantes no solo ofrecen estabilidad poblacional y jóvenes con posibilidades de formar familias, sino que construyen diversidad y crean nuevas fuentes de empleo”, explica.
“Lo más importante, llenan los vacíos laboral, tanto en empleos muy calificados (médicos y enfermeras) como poco calificados (mataderos y avícolas), que no se pueden llenar con la población local”, añadió.
El pequeño poblado agrícola de Nhill, en el suroriental estado de Victoria, también registra una disminución de la población económicamente activa.
En un período de cinco años, el impacto económico de una mayor fuerza laboral, con la radicación de 160 karens, se estima que el producto interno bruto ascendió a 41,5 millones de dólares, según un informe conjunto de Deloitte Access Economics y de los Servicios de Educación Multicultural Adulta.
“Las comunidades regionales pueden al principio atraer a un pequeño grupo. Una vez que vean el éxito, el proceso puede empezar a multiplicarse, si tanto los residentes locales como los inmigrantes alientan a otros venir”, señala el estudio Los Migrantes Perdidos, del RAI.
“El asentamiento de inmigrantes no se trata solo de número, sino de permitir a las comunidades regionales atraer a personas con recursos y capacidades vitales que necesitan para asegurar su futuro”, explica el informe.
“Además, puede significar un mejor resultado para los inmigrantes, en especial para los procedentes de entornos agrícolas que preferirían vivir y trabajar en áreas rurales, en vez de ciudades”, prosigue.
Desde 2004, el gobierno australiano ofrece incentivos para trabajadores capacitados que soliciten visa y deseen radicarse en áreas regionales.
De hecho, el primer secretario adjunto de Inmigración y Política Ciudadana, David Wilden, señaló: “El gobierno alienta a todos los inmigrantes a explorar Australia y a buscar residencia y empleo en áreas regionales”.
“Trabajamos estrechamente con autoridades regionales y gobiernos estaduales y territoriales para desarrollar programas de migración especializados y ayudar a llenar la escasez, impulsar la economía local y atraer migrantes a las regiones de Australia”, añadió Wilden.
“Los programas desarrollados por el Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras son flexibles, diseñados para atender las circunstancias especiales de la Australia rural y las regionales e incluir concesiones para empleados regionales”, Wilden dijo a IPS.
La mayoría de los inmigrantes prefieren las grandes ciudades porque se entiende que ofrecen mejor acceso a la educación, empleo y servicios de salud, y donde es más probable que encuentren personas con las que tienen un origen y una lengua en común.
“En la década pasada, hubo un interés particular en la migración secundaria a áreas regionales, es decir, la reubicación de inmigrantes de las grandes ciudades a las regionales, y promovida mediante acuerdos con empresarios e iniciativas estaduales locales”, señala el informe de RAI.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ofrece un programa de Orientación Cultural Australiano (Ausco, en inglés) de cinco días para refugiados y migrantes en África, Medio Oriente y África del norte, Asia sudoriental, Asia meridional y América Latina. Con fondos del Departamento de Servicios Sociales, la iniciativa abarcó a 80.000 personas desde su creación, en 2003.
La gerente de Ausco, Constanze Voelkel-Hutchison, explicó a IPS que es “el primer paso de un recorrido de orientación cultural que continúa con un programa de asentamiento que comienza después de que nuestros clientes llegan a su nuevo hogar. Les damos consejos prácticos e información sobre el proceso de partida y de reasentamiento”.
“Lo más básicos incluye cómo armar la maleta y qué esperar al llegar a Australia. También ofrecemos pautas sobre muchos aspectos de su radicación, como empleo, educación y salud”, detalló.
“Y lo más importante, tratamos de empoderar a los participantes para que sean autosuficientes”, añadió.
Pero no siempre es fácil para los inmigrantes lograr la integración en las comunidades regionales.
Por su parte, David Redford, del Centro Hawke-Unión Europea para Mobilidades, Migraciones y Transformaciones Culturales, de la Universidad de Australia del Sur, explicó: “Los inmigrantes, y en especial los no europeos, traen bagaje cultural, social y religioso que a las comunidades regionales, por lo general más cerradas, tradicionales y conservadoras en naturaleza, les cuesta aceptar”.
“Por otro lado, hay una mayor aceptación donde se considera que contribuyen a la estabilidad de la población y al crecimiento regional al cubrir necesidades de empleo y sumar recursos a la comunidad”, añadió.
“Cuando integrantes, tanto de las comunidades locales como de la de inmigrantes, están dispuestos a sortear la brecha y promover las relaciones y la comprensión entre ambas, aumenta la oportunidad de aceptación, participación y un sentido de pertenencia a la comunidad regional”, explicó.
“Y ocurre lo contrario cuando no se percibe que los inmigrantes contribuyan al crecimiento regional y/o cuando la incapacidad de los miembros de las comunidades locales o de inmigrantes de acortar la brecha social, cultural y religiosa”, concluyó.
Traducida por Verónica Firme
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