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Vetos de Rusia y EEUU protegen a estados clientes
- La última votación de una resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad resultó previsible: de las cinco potencias con poder de veto, China se abstuvo, Siria la vetó y Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia votaron a favor.
No es de sorprender que el Consejo de Seguridad, de 15 miembros, siga perdiendo legitimidad política, pues sus cinco integrantes con poder de veto están más interesados en proteger sus propios intereses nacionales y a sus estados clientes, que de buscar la paz mundial.
El Consejo de Seguridad tiene 10 miembros no permanentes, elegidos según un sistema de distribución geográfica y rotativo, y cinco permanentes con poder de veto: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
El veto de Rusia, el noveno en seis años,buscó proteger a Siria, uno de sus aliados de larga data en Medio Oriente, que desde hace siete años padece un conflicto armado.
Stephen Zunes, profesor de política y coordinador de estudios de Medio Oriente en la Universidad de San Francisco, dijo a IPS que cada una de las resoluciones vetadas eran bastante razonables y consistentes con el derecho internacional.
“No hay excusas para que ningún miembro permanente del Consejo de Seguridad abuse de su poder de veto para proteger a un régimen aliado y evitar que asuma su responsabilidad”, arguyó.
“Pero hay que señalar que Estados Unidos utilizó su poder de veto no menos de 42 veces para evitar resoluciones unánimes contra Israel, también bastante razonables y consistentes con el derecho internacional”, apuntó Zunes, quien ha estudiado mucho al Consejo de Seguridad.
En los últimos 35 años, Washington recurrió al veto 78 veces en comparación con las 25 veces de Moscú.
“El último veto de Rusia merece las críticas que recibe, pero Estados Unidos no está en posición de condenarlo”, añadió.
La resolución presentada por Estados Unidos el 24 de este mes procuraba extender el mandato de un órgano conjunto de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) para identificar a los responsables de los ataques en Siria.
Once de los 15 miembros del consejo votaron a favor, pero Rusia y Bolivia (no permanente), la rechazaron. Mientras, China y Kazajstán (no permanente) se abstuvieron.
Si se hubiera adoptado la resolución, se habría extendido el mandato del Mecanismo de Investigación Conjunto, de la ONU-OPAQ, creado por unanimidad por el consejo en 2015 y cuyo vencimiento es en noviembre, un año más.
Tras la votación, la embajadora Michele J. Sison, representante permanente adjunta, dijo que Estados Unidos “lamenta profundamente que uno de los miembros de este consejo vetara el texto, colocando consideraciones políticas por encima de las desgracias de los civiles sirios que sufrieron y murieron por el uso de armas químicas. Las razones esgrimidas no engañan a nadie”.
“Rechazamos este cinismo y reafirmamos nuestra confianza en los expertos técnicos, hombres y mujeres procedentes de distintas regiones, con variados antecedentes y muchas perspectivas”, señaló
“Sabían que su trabajo sería atacado por los aliados de Siria, y aún sí cumplieron con su mandato de forma efectiva y responsable”, añadió.
El embajador de Rusia, Vassily Nebenzia, dijo que lo que pasaba no era agradable. “Apesta, de hecho” porque Estados Unidos politiza el asunto.
El mecanismo se creó con la participación de Rusia, para realizar investigaciones exhaustivas y su informe tan esperado debe verse y discutirse con calma antes de que expire su mandato, indicó.
“Por qué poner la carreta delante de los bueyes”, preguntó.
Al mencionar el ataque de Estados Unidos contra una base aérea de Siria, indicó, el mismo se realizó tras una apurada determinación de que Damasco era culpable.
“Ese apuro por juzgar fue, por lo tanto, predeterminado, como las estrategias para impugnar a la Federación Rusa. Un voto temprano fue la razón detrás de la politización”, añadió.
Louis Charbonneau, director de la oficina de Human Rights Watch en la ONU, dijo que con este veto, Rusia volvió a mandar una señal perturbadora a las víctimas en Siria, señalando que las fuerzas del gobierno sirio pueden seguir usando armas químicas con impunidad y libres de la fiscalización internacional.
“Rusia apoyó investigaciones en el uso de químicos letales en Siria, pero esta vez decidió proteger a su aliado en Damasco. Los miembros de la ONU deben encontrar la forma de que la investigación sobre los ataques químicos continúe para que los culpables asuman su responsabilidad”, añadió.
El noveno veto de Rusia en el Consejo de Seguridad solo reafirmó sus históricos y fuertes intereses políticos, económicos y militares en Siria desde la época del presidente Hafez al Assad, padre del actual, Bashar al Assad.
Las relaciones se fortalecieron por el Tratado de Amistad y Cooperación entre ambos países, que se renueva cada 25 años.
Primero se firmó con la hoy disuelta Unión Soviética en octubre de 1970; el pacto otorgaba a Sira créditos a largo plazo y armas soviéticas directamente de regalo.
Al ser consultado sobre la dependencia de Siria de las armas rusas, Pieter Wezeman, investigador del programa de gasto militar y de armamento del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, dijo a IPS que Rusia había sido, por lejos, el proveedor de armas más importante de Siria en décadas.
Pero, precisó, el suministro de armas fluctuó mucho, de la década de los años 90 a 2008, incluso las importaciones de armas en general, y de Rusia, fueron bajas.
Tras un acuerdo con Rusia sobre la gran deuda de Siria, ambos suscribieron varios contratos significativos para nuevos equipos militares en 2007.
Algunos equipos fueron entregados antes de que el gobierno de Siria perdiera el control de vastas partes de su territorio en 2013. Otros, todavía no se entregaron. En los últimos años, las importaciones de armas rusas han sido muy modestas, añadió.
Al ser consultado si toda la estructura armada de Siria había sido provista por Rusia, Wezeman dijo que casi la mayoría de los equipos eran de origen soviético o ruso.
Irán parece haber suministrado cohetes y probablemente municiones en los últimos años. Y no parece haber ningún otro país involucrado en dar armas al régimen de Assad en este último tiempo, añadió
También, hay barcos y aviones rusos en Siria, además del acceso que tiene Rusia al puerto de Tartús, añadió.
Traducido por Verónica Firme
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