sábado, 7 de noviembre de 2009

subir la apuesta... una sociedad al borde de la histeria


Cientos de activistas del gremio Camioneros avanzan por Vélez Sársfield para bloquear la salida de LA NACION y Clarín
Foto: LA NACION / Hernán Zenteno

Ataque a la prensa / A las 2.15 de hoy
Moyano volvió a bloquear anoche la salida de diarios
Unos 300 militantes del gremio de camioneros impidieron la circulación de vehículos para distribuir los ejemplares de LA NACION y de Clarín; se retiraron repentinamente; los editores, "en estado de alerta"

Noticias de Política: Sábado 7 de noviembre de 2009 | Publicado en edición impresa

Faltaban unos pocos minutos para la una de la madrugada cuando los grupos del sindicato de Camioneros, liderados por Pablo Moyano, que mantenían cortado el ingreso en las plantas de impresión de los diarios LA NACION y Clarín recibieron un llamado. "Nos vamos", gritó un lugarteniente del gremio, que había convocado a unos trescientos militantes a esa movilización cuyo propósito era impedir la salida de los diarios.

En ese momento empezó un desfile de camiones que, hasta entonces, se habían mantenido detenidos sobre la calle Zepita, la única entrada a las plantas. Al ritmo de las bocinas y vigilados de cerca por 10 policías formados en guardia, los camiones iniciaron la retirada. "Nos vamos porque nos avisaron que está vigente una conciliación obligatoria. Pero en cinco días, volvemos", amenazó uno de los militantes, mientras daba órdenes a uno de los grupos que permanecían en medio de la calle.

Terminaba así una madrugada de tensión en Barracas que, en realidad, había empezado varias horas antes. A las nueve de la noche llegaron los móviles policiales a la puerta de la planta de impresión que LA NACION tiene en ese barrio. Enfrente funciona también el centro de distribución y la planta impresora de Clarín. Poco tiempo después de la llegada de la policía comenzaron a aparecer, con un plan y una logística bien estudiados, militantes en camiones que amenazaban con bloquear, y, de hecho, lo hicieron durante más de cuatro horas, los tres principales centros de distribución de diarios y revistas.

Luego una eufórica columna manifestantes se movilizó por la avenida Vélez Sarsfield hasta la esquina de Zepita, y allí instalaron un piquete y prendieron algunas fogatas.

Muchas horas antes de estos acontecimientos nocturnos, el gobierno de Cristina Kirchner había dictado una resolución para iniciar un período de conciliación obligatoria de las partes. En esa misma resolución había intimado a cesar con los bloqueos a las plantas distribuidoras, pero los camioneros parecían hacer oídos sordos a ese mandato.

En paralelo, y mientras se mantenía la tensa situación, los propios líderes del piquete camionero negociaban el permiso para que salieran de la planta los camiones que ya tenían los diarios destinados al interior del país. "El conflicto se circunscribe a Capital", decía uno de los líderes de la movilización.


1 de 10 - Alrededor de 300 integrantes del gremio liderado por Moyano cercaron las plantas de impresión durante más de 5 horas - Foto: LA NACION



De pronto, cuando todo indicaba que la medida no tenía marcha atrás, llegó el misterioso llamado que puso a todos los camioneros en retirada. A esa hora se decía que un fiscal había recibido una denuncia y que iba a dar la orden de desalojar el bloqueo, con lo que se hubiera producido una verdadera batalla campal entre policías y camioneros. Otros, en cambio, afirmaban que recién en ese momento se estaban enterando de la conciliación obligatoria que había firmado el ministro de Trabajo, Carlos Tomada."Intimase a las partes a dejar sin efecto, durante el período indicado toda medida de acción directa", decía la resolución de Trabajo, que fijaba un plazo de 15 días.

El gremio de camioneros mantiene un conflicto con las 12 cooperativas de reparto de diarios, a las que les reclama que todos los choferes y ayudantes de sus vehículos sean inscriptos en el convenio colectivo del gremio que lidera Moyano.

Los bloqueos continuaban anoche en tres distribuidoras (ver aparte). En el Gobierno indicaron que esperaban la firma de la conciliación por parte de los camioneros y las cooperativas.

Durante el miércoles y el jueves pasado, Pablo Moyano, hijo del jefe de la CGT, Hugo Moyano, lideró un bloqueo a las plantas expendedoras de los diarios LA NACION y Clarín, lo cual retrasó cinco horas la salida de los diarios. También obstruyó la boca de salida de la revista Noticias, de la editorial Perfil.

Durante esas protestas, no exentas de escenas de tensión e insultos de los camioneros a los trabajadores de las cooperativas, hubo una notoria ausencia policial y un mutismo de la Casa Rosada que hicieron temer un implícito aval oficial a los métodos de protesta de los Moyano.

Pero la pasividad del Gobierno comenzó a revertirse ayer. Tomada convocó a su ministerio a Pablo Moyano y a los cooperativistas, liderados por Carlos Taboada, y los instó a conciliar posiciones y a no obstruir más las plantas para "garantizar la paz social" y la defensa "del interés público".

Por otro lado, el jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, se comprometió a evitar con la Policía Federal nuevos bloqueos de las distribuidoras de diarios. "Instruí a la Federal para que cubriera el lugar y evitara que hubiera complicaciones", dijo Fernández.

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Unos 300 militantes del gremio de camioneros impidieron la circulación de vehículos para distribuir los ejemplares de LA NACION y de

lanacion.com | Política | S?do 7 de noviembre de 2009



"Va a haber muertos de los dos lados"
Noticias de Política: Sábado 7 de noviembre de 2009 | Publicado en edición impresa

La reunión de la mesa directiva nacional de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) acaba de ratificar su plan de lucha para la semana próxima y su coordinador nacional de desocupados, Juan Carlos Alderete, atiende por segunda vez en el día a LA NACION. Ratifica cada uno de sus dichos: "Estamos preparados como en 2001, cuando dijimos: «vengan a reprimir, pero va a haber muertos de los dos lados»". Insiste en que no hay exageración en sus palabras: "No nos vamos a dejar pegar porque creemos que nuestro reclamo es justo. Estamos cansados de tanta humillación".

Alderete se refiere, principalmente, a las complicaciones de los miembros de la CCC para acceder al plan oficial de cooperativas, que pretende crear 100.000 puestos de trabajo, pero guarda otras críticas. "Cuestionamos que los intendentes manejen a su antojo las cooperativas, que los jubilados no cobren el 82% móvil y la nueva gran mentira presidencial de que el país deba endeudarse para afrontar sus políticas sociales."

Afirma que la CCC no tiene un solo inscripto en el plan Argentina Trabaja, a pesar de contar con 50.000 militantes en el país. Y es terminante en sus advertencias: "Ya existe el consenso de toda la dirección que si no tenemos respuestas para el miércoles [próximo], antes del fin de semana que viene vamos a tomar los 22 pisos del Ministerio de Desarrollo Social y todas las sucursales de la Anses en el interior".

Pero su objetivo no es frenar la inscripción para las asignaciones familiares extendidas, según sus palabras. "No vamos a inhabilitar las sucursales, sino que vamos a estar adentro, garantizando que todos reciban atención", sostiene.

Al final, concede que su objetivo es no llegar al enfrentamiento y hasta especula con los riesgos de extremar las protestas. "Los Kirchner saben que un muerto los saca del Gobierno igual de rápido que a Duhalde."

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"Va a haber muertos de los dos lados"
lanacion.com | Política | S?do 7 de noviembre de 2009


el dispreciau dice: cuando las DICTADURAS DEMOCRÁTICAS como la que cursa en la ARGENTINA, proponen el modelo piquetero clientelista de comprar dignidades a cualquier costo a efectos de utilizar luego dichos movimientos como fuerzas de choque ante la disidencia de opiniones, instalando conflictos permanentes y un estado de crisis intangible pero con aristas punzantes, se logra este pretendido avasallamiento de los derechos humanos (de los otros) y la invasión y consecuente atropello de las garantías constitucionales (en este caso, ya evaporadas). Argentina está asistiendo a la aplicación política de aquello que proponían los "montoneros" en los setenta, léase nada más que "desprecio", "atropello" y "manipulación" para dominar a una sociedad que por entonces todavía se distinguía por muchas cualidades que se han ido extinguiendo a manos de las incapacidades manifiestas de una clase política esencialmente pobre, escudada en una democracia tan pobre como mentida. Noviembre 07, 2009.-

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