Claves americanas
El vínculo entre los líderes populistas y la corrupción
Por Andrés Oppenheimer
Noticias de Exterior: Martes 24 de noviembre de 2009 | Publicado en edición impresa
MIAMI.- Un nuevo ranking de los países percibidos como los más corruptos del mundo confirma lo que muchos de nosotros sospechábamos: los líderes populistas que llegan al poder con la promesa de erradicar la corrupción a menudo terminan liderando gobiernos aún más podridos que los anteriores.
El Ranking de Percepción de Corrupción 2009 dado a conocer por Transparencia Internacional, un grupo no gubernamental con sede en Alemania que es considerado el más importante de su tipo, clasifica mediante más de media docena de encuestas los niveles de corrupción en 180 países del mundo.
A nivel mundial, los que aparecen como menos corruptos son Nueva Zelanda y Dinamarca, y los que son considerados los más corruptos son Somalia y Afganistán.
En América latina, excluyendo a los países del Caribe, los campeones regionales de la corrupción son Venezuela, Paraguay, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Bolivia y la Argentina, según el estudio.
Casi todos los líderes de estos países basaron sus campañas presidenciales en la promesa de acabar con la corrupción. En Venezuela, donde Hugo Chávez ganó las elecciones de 1998 con la promesa de terminar con lo que acertadamente describía como una clase política corrupta, la corrupción no ha hecho más que empeorar desde que asumió.
Cuando Transparencia empezó a hacer su Ranking de Corrupción en 2001, Venezuela ocupaba el puesto número 69 en una lista de 91 países que iba de los menos a los más corruptos, o sea que se encontraba en el percentil 25 de las naciones más corruptas del mundo. En 2009, Venezuela ocupa el puesto 162 en la lista de 180 países, es decir que está en el percentil 10, mucho más cerca de Afganistán y Somalia.
¿Hay alguna relación entre populismo y corrupción?, le pregunté a Alejandro Salas, el director del departamento de las Américas de Transparencia. En un diálogo telefónico desde Berlín, Salas revisó conmigo el ranking, y notamos que virtualmente todos los países latinoamericanos considerados como los más corruptos están gobernados (o estuvieron gobernados hasta hace poco) por líderes populistas.
"Así es´´, dijo Salas. "Hay una relación directa entre populismo y debilidad institucional. Y la debilidad institucional conduce a la corrupción´´. Salas dijo que divide a los países latinoamericanos en tres grupos.
"El primer grupo es el de los que mejor califican, que son Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica´´, dijo. "Son los que son vistos como los menos corruptos, y que tienden a tener estabilidad, elecciones libres y periódicas, y en la mayoría de los casos sistemas judiciales independientes, organismos de control eficaces, y sistemas de pesos y contrapesos establecidos."
"El segundo bloque es el de países que están en el medio, donde encontramos a Brasil, México, Colombia y Perú´´, continuó. "Son países con tendencias contradictorias: tienen algunas instituciones modernas, pero también cargan con muchas herencias del pasado que llevan a la corrupción."
"Y luego está el tercer bloque, de los que están en la parte inferior de la tabla, que son los países que en los últimos años han sufrido una especie de "captura del Estado" "por parte de líderes carismáticos", señaló. Agregó que en países como Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Honduras, eso significa que a menudo "las decisiones políticas no pasan por ningún mecanismo de control. Entonces, no se audita, no se vigila".
La situación en EE.UU.
¿Y qué ocurre en Estados Unidos?, le pregunté a Salas, al señalar que Estados Unidos aparece en el ranking como el segundo país entre los menos corruptos de las Américas, después de Canadá. ¿No debería haber figurado en un puesto mucho menos honorable, considerando el reciente caso de Bernard Madoff y varios otros escándalos financieros?
Salas dijo que la ubicación de Estados Unidos en el ranking puede deberse al hecho de que las preguntas estaban referidas a la corrupción gubernamental, no a la privada. Además, es posible que los encuestados sintieran que el gobierno estadounidense ha respondido con celeridad y firmeza, agregó.
Mi opinión: no me sorprendería que en los próximos años, a medida que salgan a la luz más detalles sobre la escandalosa falta de supervisión financiera durante el gobierno de George W. Bush, Estados Unidos baje algunos puestos en el ranking de corrupción. Debería ocurrir eso.
Pero no me sorprende que Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, estén entre los países más corruptos del mundo. Se trata de naciones cuyos gobernantes han intentado adueñarse de todas las instituciones del Estado, y que ahora están tratando de acallar a los medios. Cuanto más consigan controlar todos los mecanismos de control, tanto mayor será la corrupción en sus países.
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Claves americanasEl vínculo entre los líderes populistas y la corrupción
Por Andrés Oppenheimer
lanacion.com | Exterior | Martes 24 de noviembre de 2009
el dispreciau dice: las sociedades sumidas en la pobreza se caracterizan por altos índices de corrupción política, conducta que tiene la habilidad de consumir "valores", destruyendo los vínculos grupales, culturales, etc. El poder político ha sido y es estructuralmente corrupto porque la política demanda expresarse mediante artilugios que implican avasallar, atropellar, vejar, traicionar, mentir, burlar, depredar y otros tantos verbos asociados a ocupar espacios desplazando a otros, negando sus necesidades, despreciando al prójimo como factor común. Los líderes latinoamericanos de esta nueva era están unidos por una significativa capacidad para burlarse de sus propias sociedades... asumen conductas populistas que no conducen a ninguna parte y que se sustentan en el "estado de conflicto permanente" habilitando a la barbarie como notable expresión de las conductas sociales que acompañan al poder depredatorio. Para ello hay excelentes socios, nichos culturales demandantes de "chapa" a efectos de no ser molestados y para crecer junto con el desquicio del poder... el narcotráfico y sus significativas capacidades económicas para comprar dignidades y ocupar nodos sociales en descomposición... la esclavitud y el tráfico de personas como una manera "organizada" de imponer el miedo sometiendo las voluntades de los que creen que se salvan... Esta exacerbación de la corrupción se traduce en "cajas" que necesitan de la transgresión para poder sostenerse en el tiempo y crecer al tiempo que las sociedades se van viendo invadidas por "tumores" políticos que metastizan rápidamente en todos los ámbitos, pulverizando al conjunto. Esta capacidad para ampliar el horizonte corrupto no dimensiona, sin embargo, que el proceso de descomposición finalmente se termina consumiendo a sí mismo, indefectiblemente. Los ejemplos bíblicos son referenciales, pero los políticos los asumen como cuentitos de templos... Los que proporciona la historia, apenas son eso, historias... que para los políticos nunca fueron otra cosa que leyendas... sin embargo, las confluencias que producen los actos de corrupción terminan generando fuerzas sociales y culturales que terminan ahogando a los corruptos, siempre. Vivir en la corrupción es algo semejante a vivir entre los desperdicios de la condición humana, alimentándose de ellos. Las histerias sociales enquistadas en los negocios de corrupción derivan en mares calmos, propios y consecuentes a los tsunamis que generan... Lástima que la clase política (argentina, venezolana, boliviana, colombiana, mexicana, brasileña, ecuatoriana, peruana, centroamericana, etc.) no contiene talentos para la vida, sino para la muerte de las gentes que los votan para verse defraudadas una y otra vez, sin solución de continuidad. El planeta se está secando de la mano de estas cáscaras con forma humana pero que no contienen espíritu... Noviembre 24, 2009.-
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