Opinión
El peligroso juego que practican los chinos
Paul Krugman
The New York Times
Noticias de Exterior: Martes 17 de noviembre de 2009 | Publicado en edición impresa
WASHINGTON. Los viajes internacionales de los líderes del mundo son más bien gestos simbólicos. Nadie espera que el presidente Obama vuelva de China con acuerdos importantes, en el terreno de la política económica o en cualquier otro.
Pero esperemos que cuando las cámaras no estén filmando, Obama y sus anfitriones se embarquen en alguna franca conversación sobre política monetaria. Porque el problema de los desequilibrios comerciales internacionales está a punto de empeorar significativamente, y se avecina un enfrentamiento potencialmente feo si China no cambia su actitud.
Algunos antecedentes: casi todas las principales monedas del mundo "flotan" comparativamente entre sí. Es decir, su valor relativo sube o baja según las fuerzas del mercado.
Eso no significa necesariamente que los gobiernos tengan una política de absoluta no intervención: los países a veces limitan las salidas de capital cuando hay mucha presión sobre su moneda (como hizo Islandia el año pasado) o toman medidas para desalentar la entrada de capitales especulativos cuando temen que los especuladores estén actuando con excesiva voracidad (como está haciendo Brasil en este momento). Pero, en la actualidad, la mayoría de las naciones trata de mantener el valor de su moneda siguiendo premisas económicas de largo plazo.
China es la gran excepción. A pesar de sus enormes superávits comerciales y del deseo de participación de muchos inversores en esa economía de rápido crecimiento -fuerzas que debieran haber fortalecido el yuan, moneda de China-, las autoridades chinas han mantenido esa moneda persistentemente débil.
Lo han hecho principalmente cambiando yuanes por dólares, que han acumulado en grandes cantidades.
Y en los últimos meses, China ha instrumentado una devaluación del tipo "política de pauperización", manteniendo fijo el cambio yuan-dólar pese a que el dólar ha caído fuertemente con respecto a otras monedas importantes.
Esto les ha dado a los exportadores chinos una creciente ventaja competitiva sobre sus rivales, especialmente sobre los productores de otros países en desarrollo.
Lo que hace que la política monetaria de China sea particularmente problemática es el estado deprimido de la economía mundial.
El dinero barato y el estímulo fiscal parecen haber evitado una segunda Gran Depresión. Pero las decisiones políticas no han logrado generar suficiente gasto, público o privado, como para conseguir algún avance en el problema del desempleo masivo.
Y la política monetaria china, con su tendencia a mantener una moneda débil, exacerba el problema, pues drena una demanda muy necesaria y la aleja del resto del mundo para concentrarla en los bolsillos de los exportadores chinos, artificialmente competitivos.
Pero, ¿por qué digo que este problema está a punto de volverse aún más grave? Porque durante el último año, la verdadera magnitud del problema chino quedó enmascarada por factores temporarios.
Si miramos hacia adelante, podemos esperar que tanto el superávit comercial de China como el déficit comercial de Estados Unidos aumenten aún más.
Ese, en todo caso, es el argumento expresado en un nuevo estudio académico de Richard Baldwin y Daria Taglioni, del Instituto de Graduados de Ginebra. Tal como ellos señalan, los desequilibrios comerciales, tanto el superávit chino como el déficit estadounidense, son mucho más pequeños de lo que eran unos años atrás. Pero alegan: "Estas mejoras en el desequilibrio global son ilusorias, son un efecto colateral transitorio del mayor colapso comercial del que el mundo ha sido testigo".
Comprar sólo lo necesario
De hecho, la caída del comercio mundial en 2008-2009 merece figurar en los libros de récords. Lo que esa caída reflejó fue el hecho de que el comercio moderno está dominado por la venta de productos manufacturados durables. Y ante la grave crisis financiera y la incertidumbre que esta generó, tanto los consumidores como las corporaciones postergaron la compra de cualquier producto que no fuera inmediatamente necesario.
¿De qué manera redujo esto el déficit comercial de Estados Unidos? Las importaciones de productos como automóviles cayeron a pique, lo mismo que algunas exportaciones estadounidenses. Pero como entramos en la crisis importando mucho más de lo que exportábamos, el efecto neto fue una pequeña caída comercial.
Pero ahora que la crisis financiera empieza a aplacarse, este proceso se revertirá. El informe comercial estadounidense de la semana pasada reveló un marcado aumento del déficit comercial en los meses de agosto y septiembre. Y habrá muchos más informes similares.
Entonces, éste es el cuadro: mes tras mes de titulares que yuxtaponen el creciente déficit comercial de Estados Unidos y el creciente superávit comercial de China con el sufrimiento de los trabajadores estadounidenses desempleados. Si yo fuera el gobierno chino, estaría realmente preocupado por esa perspectiva.
Sermones de Pekín
Desafortunadamente, los chinos no parecen entender la situación: en vez de enfrentar la necesidad de cambiar de política monetaria, han preferido sermonear a Estados Unidos, diciéndonos que debemos subir las tasas de interés y reducir el déficit fiscal, es decir, empeorar aún más nuestro problema de desempleo.
Y tampoco estoy seguro de que la administración de Obama entienda la situación. Las declaraciones de los funcionarios del gobierno sobre la política monetaria china parecen más pro forma, carentes de cualquier sentido de urgencia.
Todo eso debe cambiar. No le critico a Obama los banquetes ni las sesiones fotográficas: son parte de su trabajo. Pero es mejor que, detrás de escena, les esté advirtiendo a los chinos que están jugando un juego peligroso.
Traducción de Mirta Rosenberg
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OpiniónEl peligroso juego que practican los chinos
Paul Krugman
lanacion.com | Exterior | Martes 17 de noviembre de 2009
el dispreciau dice: para quien no conoce China, cualquier cosa que provenga de allí puede llegar a emocionarlo, tanto como deslumbrarlo... pero China oculta desde hace miles de años un modelo imperial de desprecio hacia su propia gente y hacia cualquiera que no sea funcionario público de rango... semejante a los pensamientos de algún Senador Nacional vernáculo que expresa para quien quiera escucharlo que quien no ha ganado una elección no tiene significancia social. El territorio Chino es muy grande y tanto como grande lo es de heterogéneo en sus expresiones... sus gentes humildes podrían ser insertas en cualquier villa miseria de la Argentina y sólo se destacarían por sus pasos o sus miradas o quizás sus silencios... Las alianzas estratégicas de algunos políticos con sus pares chinos no aparece como una casualidad ya que los orientales sí saben y mucho de esclavitud, de desprecios, de tráficos de drogas, y de lavados de dineros, de atropellar los derechos de quien sea, tanto como de sicarios. Léase, China no es ejemplo de nada. Por el contrario, enmascara a discreción sus males y occidente se lo cree... sin embargo, dado que los remolinos están a la orden día, en este mundo desquiciado todo está muy confuso y nadie parece haberse percatado que China está usando occidente para fines nada altruistas, esto es para fabricar más pobres ya que le conviene al concepto imperial por un lado, y a los rusos para dispersar el riesgo que tienen justo al lado. La situación es compleja. El mundo occidental que aún permanece en sus cabales se ha comenzado a dar cuenta que el juego es non sancto y promete males mayores a la jaqueada economía mundial. Desde luego el "toma y daca" perdura según las conveniencias sin embargo el imperio de oriente no le hace asco a nada y asegura que atropellará a cualquiera que se le ponga en el camino, sin asumir claro que el occidente no europeo ya no está en condiciones de comprarles nada... sin embargo, China sostiene el concepto ancestral de la ocupación circunstancial para sacar algún beneficio. En la medida que el mundo se siga llenando de problemas que alejan las eventuales respuestas y sus consecuentes resoluciones, veremos más chinos dando vueltas por todos lados, sonriendo, haciéndose los que no entienden nada del idioma, pero robándose niñas para sumergirlas en la esclavitud de los prostíbulos, secuestrando niños y niñas para venderlos según las necesidades, esto es prostitución en redes, tráfico de órganos u otros mecanismos de esclavitud más sutiles donde las personas no valen nada, al igual que los demás chinos que no son funcionarios políticos. No es curioso que el gobernador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tenga tan buenos contactos con dicha masa de conveniencias... la mafia siciliana sabía de "códigos", pero estos no tienen ni siquiera eso. Noviembre 17, 2009.-
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