viernes, 28 de agosto de 2015

EL PERIODISMO COMO EJERCICIO TERRORISTA ▼ EL PRECIO DE MANIPULAR EL PENSAMIENTO AJENO ▼ Conversaciones con Caddy Adzuba | Planeta Futuro | EL PAÍS

ENTREVISTA A CADDY ADZUBA

“El poder de los medios es inmenso, si se utilizan mal es un crimen”

La periodista defiende los medios de comunicación constructores de paz

Algunos de ellos funcionan en su país, República Democrática del Congo

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Caddy Adzuba, el pasado 15 de julio en la sede de Casa África de Las Palmas de Gran Canaria. / JOAN TUSELL
“Lo siento, pero los medios de comunicación occidentales no evolucionan, son casi librescos", lanzaba risueña Caddy Adzuba, antes de informar —sin poder disimular su orgullo— de que hay medios congoleños que sí que han evolucionado y que son sensibles con los derechos humanos y útiles para dar voz a la sociedad civil y construir la paz. Caddy Adzuba (Bukavu, 1981) se expresó con sencillez, en un francés limpio y preciso, ante el auditorio abarrotado de Casa África el pasado 16 de julio. Acababa de llegar de una conferencia en El Escorial, en una nueva visita fugaz a España, de esas que dejan un gusto a poco y a delicioso en los labios, el corazón, el cerebro.
“Cuando los medios occidentales hablan de África, muestran niños con pantalones harapientos, falta de carreteras, mujeres descalzas y sucias. Si se habla de la guerra, se menciona el número de muertos y quién se pelea. Nada más”, señala antes de explicar que la primera pregunta que le hicieron en una de sus recientes visitas a España después de recibir el premio Príncipe de Asturias de la Concordia el año pasado fue sobre el ébola. Incluso un estudiante español le llegó a plantear en una de sus conferencias la cuestión de si había aviones en su país y de cómo había llegado hasta España.
Caddy Adzuba se despacha a gusto contra los medios occidentales cargados de clichés y visiones negativas y catastrofistas sobre el continente africano, pero no es complaciente con cierto tipo de medios africanos tampoco. “La mayoría, cuando hablan de Europa, enseñan casas hermosas y dicen que todos trabajan y cobran 3.000 euros al mes. Cuando se muestra ese tipo de información a gente que vive en la miseria, en la guerra, en la desesperación, todos quieren venir. Se les venden sueños. Piensan que la vida en Europa es muy buena. El poder de los medios es inmenso. Si se utilizan mal, es un crimen, un arma de destrucción masiva”, precisa.
La periodista y jurista congoleña aprovecha la ocasión para denunciar el papel de las multinacionales que financian y planifican la guerra y la presencia de los helicópteros y aviones que traen armas hasta lo más profundo de su país y desaparecen cargados con minerales de sangre. También la influencia nefasta del ejército ruandés, apoyado por gobiernos occidentales y que importó una violencia antes jamás conocida a la República Democrática del Congo y a la que se sumaron otros grupos extranjeros armados oportunistas como los rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor o los guerrilleros burundeses. Clama contra la violencia sexual, que es puro feminicidio destructor de sociedades y el peligroso desamparo de todos esos niños traumatizados y desmovilizados que han ejercido de soldados o esclavos sexuales y que no tienen opciones de reinsertarse con éxito en sus sociedades. Pero sobre todo, aprovecha para defender otro tipo de periodismo: respetuoso, comprometido y que construya y aporte a la sociedad en la que se ejerce y a una especie de solidaridad planetaria.


Caddy Adzuba, durante su intervención en Casa África el pasado julio. / JOAN TUSELL

Realidad compleja

Caddy Adzuba es una mujer de una belleza serena. Se ha hecho trenzar el pelo en un moño y luce un traje que se le ajusta a las curvas, en paño, y tacones rojos. La piel bruñida y suave resplandece, especialmente en su cara, donde dibuja las cejas a lápiz y una sonrisa con forma de corazón con un pintalabios morado. Es coqueta, se adorna con joyas como unos enormes aros dorados, disfruta de la música, se enamora de ciudades como Las Palmas de Gran Canaria a la primera bocanada de brisa marina en Las Canteras, disfruta una copa de vino tinto.
Sin embargo, lo más llamativo de Caddy Azduba no es precisamente que sea hermosa ni coqueta ni chic: lo que golpea a quien la mira y le fascina es que irradia fortaleza, determinación y dignidad. Que, a pesar de tener vivencias duras y descomponerse un poco en cada testimonio de guerra que registra con su grabadora, conserva una risa dulce y espontánea y desea sentir el calor de las sonrisas de su audiencia. Que repite una y otra vez que las mujeres torturadas y violadas no son víctimas, que ella misma no es víctima. Que termina su charla animando a su auditorio a que compre un billete a Kinshasa y se plante en su país para descubrir todo aquello que los medios occidentales no cuentan sobre él, todo lo que es hermoso y vital y fascinante. La abrumadora y deliciosa complejidad de un país lleno de aristas y riquezas y la igualmente abrumadora complejidad de un conflicto.

Conversaciones con Caddy Adzuba

Caddy Adzuba presentó en Casa África el libro Micrófonos de paz, escrito en forma de diálogos con la periodista y activista Elisa García-Mingo y editado por Casa África, sobre su experiencia con la Asociación de Mujeres de los Medios de Sur Kivu (AFEM-SK). En él, aporta su opinión sobre la visión que  los medios occidentales tienen de África o sobre el deber del periodismo de dar voz a las víctimas de guerra y a los olvidados.
“Mi país es demasiado rico. A sólo 300 kilómetros de mi casa hay uranio. Es un país tan sorprendente que he visto correr el oro por las calles de tierra y a la gente recogiéndolo. Yo misma me hice una pulsera con ese oro. Es un país raro, loco. En la región en la que vivo hay gorilas y primates que son únicos en el planeta, como los bonobos. El coltán más puro del mundo se encuentra en Colombia y en el Congo. Y estamos en guerra desde 1996”, dice.
Antes de su intervención, la también periodista Elisa García-Mingo, que acompañó a Caddy durante su charla, recordó que la República Democrática del Congo vive ahora su tercera guerra, caracterizada por una violencia dispersa y animada por más de 60 grupos armados que protagonizan alianzas muy volátiles. Elisa afirmó que 20 años de conflicto han cristalizado en una crisis humanitaria sin precedentes que se ha “cronificado”, en la que se normalizan abandono escolar, enfermedad, violencia sexual, niños soldados y la existencia de tres millones de desplazados internos. “RDC está en el penúltimo puesto del Índice de Desarrollo Humano, sólo por delante de Níger”, declaró. “La riqueza de sus recursos sólo es superada por la crueldad y exuberancia de la violencia”.
La periodista continuó con un recorrido histórico por el devenir más reciente del país, desde el genocidio no documentado del territorio cuando ejerció de colonia del rey Leopoldo de Bélgica a la cleptocracia de Mobutu, la primera guerra del Congo en 1996 y la teórica llegada de la democracia en el año 2006. Pintó un conflicto que a lo largo de 20 años de endebles treguas y explosivas hostilidades se ha cobrado las vidas de entre cinco y seis millones de personas y se ha saldado con el sacrificio de medio millón de mujeres violadas. Quizás, porque las cifras no son exactas. “Es el conflicto más cruento de la Historia tras la II Guerra Mundial”, enfatizó Elisa, que también explicó que la mayor misión de paz del mundo, la MONUSCO, se sitúa en este territorio y que la misión de Médicos Sin Fronteras con más recursos es la de RDC, “un país que se enfrenta a una situación sólo comparable hoy con la de Siria”.
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Caddy Adzuba, en Las Palmas el pasado 15 de julio. / JOAN TUSELL


A este cóctel hay que añadir el expolio de recursos a través de multinacionales, gobiernos y fuerzas armadas extranjeras y locales, la corrupción, la impunidad y la absoluta arbitrariedad de los actores armados. “Hay zonas del país, en los Kivus, en las que tres de cada cuatro mujeres han sido violadas”, finalizó.
En su turno de palabra, Caddy mira a su alrededor y subraya que, a pesar de ser abogada de formación, licenciada en Derecho en la Universidad de Bukavu, su deseo de cambiar las cosas le llevó hasta los medios de comunicación siendo muy joven: para ser precisos, con sólo 18 años y en alas de una indignación galopante. “Cuando encendía la radio no se hablaba de los niños secuestrados, por ejemplo. La Radio Televisión Congoleña sólo programaba música y hablaba de deportes, del Madrid o del Barcelona, pero no de los niños secuestrados. Y yo sabía que se secuestraba a niños. Conocía a algunos de esos niños secuestrados. Hablamos de una guerra multidimensional, que traumatiza hasta los menores detalles de la vida social de un país. Y de medios que no hablaban de esa guerra”, denuncia.
Caddy dice que utilizó los 5.000 euros de su Premio Príncipe de Asturias para repartirlo entre 150 mujeres. Su deseo era apoyarlas en la puesta de marcha de una actividad, en la creación de negocios, en la consecución de su independencia y autonomía. Se queja de los millones de dólares y euros que se han despilfarrado en RDC imponiendo proyectos pensados en despachos climatizados en Europa sin pensar en sus usuarios. Va desvelando cómo fue tomando el poder en su medio, con otras mujeres igual de determinadas, que se cansaron de hablar de cocina, leer boletines de noticias y anuncios, servir café. Habla de la responsabilidad de los medios de comunicación. De su utilidad. Y termina con un mensaje claro: “El conflicto de RDC está ligado a España. No os puede ir bien si no nos va bien. Si tenemos un problema, es vuestro problema también”.
Aunque sea, finaliza, porque los congoleños verán esas televisiones mendaces que muestran hermosas casas y empleos para todos y querrán entrar también en nuestro inexacto y endeble paraíso.
Caddy Adzuba fue la protagonista el pasado 16 de julio de #ÁfricaEsNoticia, un ciclo de conferencias organizado por Casa África en las que se habla sobre temas de actualidad de la mano de expertos africanos y españoles. Caddy está acompañada en esta ocasión por Elisa García-Mingo, también periodista y activista como ella, aunque madrileña. Ambas acaban de publicar un texto en forma de diálogos sobre la responsabilidad de los medios en la construcción de la paz y la defensa de los derechos humanos. ha sido editado por Casa África y se titulaMicrófonos de paz. Conversaciones con Caddy Adzuba.
Conversaciones con Caddy Adzuba | Planeta Futuro | EL PAÍS



Conversaciones con Caddy Adzuba

La congoleña acaba de publicar junto a la también periodista Elisa García Mingo el libro Micrófonos de paz con Caddy Adzuba. Estas son algunas reflexiones contenidas en la obra



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Caddy Adzuba, en Las Palmas el 15 de julio. / JOAN TUSELL

Caddy Adzuba, sobre la visión de los medios occidentales sobre África

Se puede apreciar que una representación positiva de África no le interesa a los medios internacionales: sin embargo, África en negativo sí interesa. Cuando hay hambruna, sí se habla de África. Cuando hay guerra, sí se habla de África. Pero lo peor es cómo se habla. Contando el número de muertos, dando la cifra de mujeres violadas, aportando estadísticas del número de niños que se han enrolado en los grupos armados… entonces sí que hablamos de África. Pero después no se hace seguimiento de las historias que hay detrás de las cifras ¿Qué ha pasado con esa mujer violada? ¿En qué se ha convertido ese niño soldado? ¿Qué ha pasado con esa hambruna?

Sobre dar la voz a las víctimas

Nosotras nos organizamos en AFEM-SK por esto mismo. Éste era nuestro interés fundamental, el que podemos decir que fue el origen de nuestro trabajo: darle voz a las víctimas, a quienes no tenían voz. Porque la costumbre de los medios, buscando legitimidad, es hacer hablar a los analistas, y los analistas son personas que dan sus propias ideas, sus análisis de la situación. Hay algo que está olvidado y son las voces de las víctimas. Eso nos empujó. Decidimos ir a hablar con las víctimas, que ellas nos hablaran, que ellas nos explicaran cuál había sido su vivencia de los abusos… y eso hicimos. Eso dio frutos. Antes de la creación de AFEM-SK había un silencio total. Todos sabíamos que había niños enrolados en los grupos armados, mujeres violadas… pero nadie hablaba de ello. Nadie hablaba de ello.

Sobre los cambios en los medios de comunicación congoleños

Los medios en los que ejercíamos estaban dirigidos por hombres, las mujeres sólo eran redactoras o reporteras. Había un problema muy serio: cuando hacías una entrevista a una mujer víctima, no conseguías que pasase por la radio, no te dejaban. No llegábamos a tener emisiones que incluyesen a las mujeres… Era muy, muy, muy complicado. En esa época había una mujer periodista, que se llamaba Aziza Bangwene, que trabajaba en Radio Maendeleo: ella fue la primera jefa de redacción que existió en la provincia. En aquella época, ni siquiera ella logró encontrar un espacio para hacer una emisión sobre mujeres. Los únicos programas de mujeres y sobre mujeres que nos dejaban hacer eran sobre cocina o sobre cómo debía comportarse la mujer en la casa, sobre las tareas del hogar… Pero el tema de la violencia sexual no te dejaban hablarlo.

Sobre los medios de paz

Los medios de paz son proyectos mediáticos comprometidos con la construcción y el mantenimiento de la paz, son medios cuyas acciones tienen que ver con su compromiso de promoción de paz. Este compromiso se ve en muchas cosas, por ejemplo, en la formación de los periodistas, que incluye las competencias formativas más propias de activistas pro derechos humanos y del pacifismo. También tienen este horizonte de construcción de paz cuando eligen los temas a tratar, es decir, que la no violencia y la resolución de conflictos a todas las escalas son su verdadera agenda. Además, también tienen este compromiso cuando eligen y citan a las fuentes que favorecen la paz y no el enfrentamiento. Por último, no olvidemos que el propio lenguaje que utilizan está desarmado y evita expresiones que reproducen la violencia de manera sutil y cotidiana. Si un proyecto suma estas dimensiones, es un medio de paz.

el dispreciau dice: las corporaciones de medios deforman las visiones de cualquier realidad sacando de contexto las circunstancias y usándolas para vender supuestos beneficios que agregan valor a los cinismos, a las hipocresías, a las soberbias, a las codicias, a las avaricias, a las angurrias y a las vanidades en desmedro de los clamores públicos sobre derechos humanos avasallados y sobre derechos ciudadanos atropellados... concretamente, los medios corporativos asociados al poder político manipulan el paisaje social degradándolo y quitándole toda perspectiva... de dicha manera, manipulan monedas, manipulan precios de acciones, manipulan conveniencias de avisadores, y sobre todo crean escenarios favorables al manejo dictatorial de falsas democracias en proceso de involución... donde el verdadero poder pertenece a las corporaciones y sus negocios, de los cuales la clase política es felpudo y lacayo...

detrás, la violencia instalada como ejercicio de poder de estados ausentes, también es parte de la estrategia global de fabricar pobres, marginados e indigentes a cambio de espacios para depredar recursos, imponer deudas e instalar destinos hipotecados a favor de pocos inmorales e inescrupulosos...

de esta forma... han destruído las bases sociales del África, del Asia, de las Américas de tez cobriza avansando hacia nuevo esquema nazi-sionista que se está devorando hasta la mismísima sociedad europea, a la que han quitado derechos a cambio de zozobras y miedos recurrentes...

el resultado de esto es un imperio aliado nazi-sionista y medieval/feudal que se come todo lo toca, convirtiéndolo en barro para muchos y beneficios para demasiado escasos. AGOSTO 28, 2015.-


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