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Redefiniendo la pobreza multidimensional para no dejar a nadie atrás
- La pobreza tiene dimensiones que van más allá de la falta de ingresos. Por ello, la necesidad de avanzar hacia una mejor comprensión de las múltiples formas en que las personas experimentan la pobreza está ganando terreno, como lo está haciendo también, la importancia de medir dichas carencias.
El entendimiento de ambas cuestiones es vital para una mejor toma de decisiones. Esta aproximación comparte además similitudes con el enfoque de desarrollo humano, ya que considera múltiples dimensiones del bienestar, desde la salud, la educación y los ingresos hasta participación política y empoderamiento.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha sido pionero en el desarrollo de mediciones multidimensionales de la pobreza que busca ampliar este debate con el Índice de Pobreza Multidimensional (IMP).
Pero, a pesar de que esta medición va más allá del simple nivel de ingresos, se enfoca generalmente en aquellos aspectos de la pobreza conocidos como “objetivos”. Es decir, estudia un conjunto de bienes y servicios tangibles, sin los cuales las personas podrían definirse como pobres.
Sin embargo, la pobreza también tiene un lado subjetivo: las personas también pueden ser consideradas pobres debido a como se sienten con respecto a aspectos importantes de sus vidas – las dimensiones que ellos valoran.
En la actualidad, cuando se evalúa el nivel de desarrollo de una sociedad, está ampliamente aceptada la importancia de considerar también aspectos subjetivos del bienestar– las conocidas como mediciones de felicidad o satisfacción con la vida.
Lo mismo es aplicable a la pobreza, que también cuenta con elementos subjetivos. La pobreza puede afectar a los seres humanos de diferentes maneras, ya sea internamente (por ejemplo, con sentimientos de vergüenza o humillación) o externamente (falta de poder político y de participación).
Dentro de este marco y en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que pide “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todas partes“, el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo y la Universidad de Oxford, a través de su proyecto “La pobreza en todas sus formas: determinando las dimensiones de la pobreza y cómo medirlas”, lideran una conversación a nivel global para redefinir la pobreza reexaminando todas sus dimensiones clave, así como la manera en la que éstas interactúan entre sí.
Basados en la metodología de fusión de conocimientos, este proyecto es un programa de investigación internacional que aúna académicos y profesionales, con personas que han experimentado la pobreza de manera directa, como co-investigadores, poniendo a todos los actores al mismo nivel.
La investigación comienza con una discusión de grupo, en el que personas con antecedentes similares se reúnen para discutir sus experiencias, conocimientos y percepciones de pobreza.
Los diferentes grupos se reúnen más tarde para compartir sus hallazgos y trabajar para expandir las definiciones tradicionales de pobreza. Equipos nacionales, que incluyen académicos, profesionales y personas que han vivido en la pobreza, están llevando a cabo investigaciones en Bangladesh, Bolivia, Francia, Tanzania, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Las principales conclusiones serán consolidadas en el ámbito nacional para después fusionarse internacionalmente e identificar las dimensiones de pobreza comunes entre regiones.
Reconociendo la importancia de este trabajo, la Oficina del Informe de Desarrollo Humano participó en uno de los grupos de trabajo, compartiendo su experiencia en la definición y medición de la pobreza multidimensional a través del enfoque de desarrollo humano, que se centra en las personas, así como sus oportunidades y elecciones.
El desarrollo humano aspira a que las personas posean mayor libertad para llevar vidas que valoren. Ese fue precisamente uno de los puntos de partida iniciales del proyecto: se preguntó a los participantes – ¿cuáles son los aspectos de sus vidas que valoran más?
Una investigación participativa como esta puede desafiar los conceptos tradicionales al dar voz a quienes son los verdaderos expertos en lo que realmente significa ser pobre. Los resultados pueden redefinir, por lo tanto, la manera en la que las políticas públicas en todo el mundo se enfocan para erradicar la pobreza.
En sus intervenciones, muchos de los participantes del programa se guiaron por un enfoque tradicional y posicionaron las necesidades básicas como el centro su propia jerarquía de pobreza. Sentían que únicamente al satisfacerlas, los seres humanos pueden participar en la sociedad y en la vida política, desarrollarse profesionalmente, conectarse con otros y encontrar su propósito en la vida.
Sin embargo, otros participantes tenían una opinión diferente. Sentían que la dimensión más importante de la pobreza era cómo se percibía a los individuos, así como el derecho a su dignidad e identidad. Si uno mira la pobreza de esta manera, es posible ver sus dimensiones como ligadas al (o más bien, a la falta de) respeto a sus derechos humanos.
Definir la pobreza de una manera no tradicional puede apoyar el monitoreo tanto de la pobreza como de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y ayudar a los países diseñar soluciones innovadoras para combatirla desde áreas no comunes. Tales áreas a menudo pueden ser descuidadas, al menos en parte debido a la dificultad de medir conceptos como identidad y autoconciencia, conexiones sociales y un sentido de pertenencia.
Esperamos que este trabajo contribuya a aumentar la importancia de tales medidas y sirva como sustento para que se incluyan en la recopilación de datos estadísticos en todas partes.
Este artículo fue publicado originalmente por la Oficina de Informe sobre Desarrollo del PNUD. IPS lo reproduce por un acuerdo especial con el PNUD.
RV:EG
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