ANÁLISIS
Las antiguas zonas de las FARC y la disputa por la economía de guerra
El asesinato de periodistas en la frontera con Ecuador reaviva el debate sobre la seguridad en Colombia
Hace apenas unos días supo que dos periodistas ecuatorianos y su conductor fueron asesinados. Habían sido secuestrados en la zona de frontera entre Colombia y Ecuador hace varios días y este hecho, genera, además de miedo, una serie de interrogantes sobre la situación de seguridad en la zona de frontera y sobre todo inquietudes del estado de la seguridad en la Colombia del posconflicto. Hace cerca de 18 meses, comenzó el proceso de preconcentración de la extinta guerrilla de las FARC y hace menos de un año terminó el proceso de dejación de armas. Así que llega la hora de hacer el balance territorial sobre la situación de paz en los territorios donde antes estaban las FARC.
Las FARC operaban en 242 municipios del país, lo que corresponde a un 22% del total de municipios de Colombia. Estas zonas, en su mayoría, se caracterizaban por tres cosas. Por un lado, eran zonas de frontera y municipios categoría seis, es decir, con poca población y muy pobres. En segundo lugar, son zonas con un gran déficit en materia de construcción de Estado. Es decir, territorios con grados bajos de integración al mercado nacional, ausencia de instituciones básicas del Estado y un sistema de regulación de la vida social que ejercieron las FARC, como la administración de justicia, principalmente en las zonas rurales de estos municipios.
Por último, se trata de territorios con una situación de informalidad económica y presencia alta de economías ilegales. Una de las preguntas más comunes entre académicos e interesados en estos temas de seguridad tiene que ver con las razones por las que el conflicto colombiano duró tanto, más de cinco décadas. A la pregunta hay varias respuestas, pero la fundamental es que este conflicto armado erigió una economía de guerra que vive más allá de los actores que la crearon y la dominaron por años. Es una economía que hizo parecer que la guerra en Colombia tenía vida propia. Esta economía sobrevivió a la desmovilización paramilitar y como era de esperarse al proceso de reincorporación de las FARC.
Así las cosas, en la actualidad de los 242 municipios donde operaron las FARC, hay un grupo de 76 que han sufrido un copamiento por parte de grupos posdesmovilización paramilitar como el Clan del Golfo, la guerrilla del ELN o grupos de desertores de las FARC, exguerrilleros que reincidieron y que son llamados grupos de disidencias. A estos 76 municipios se les deben sumar otros 40 que son zonas en riesgo inminente de ser copadas, son zonas colchón, que están en la mira de la criminalidad.
Estas 76 localidades, están llenas de economía ilegal. Y se ubican en su mayoría en cinco subregiones del país. La primera es la que se conoce como el Catatumbo, ubicada en el departamento de Norte de Santander, limitando con Venezuela. La segunda región esta al norte del departamento de Antioquia, y allí están los municipios de bajo Cauca Antioqueño y Nordeste Antioqueño. La tercera zona se ubica en el Pacífico colombiano, principalmente en la costa de Nariño. Allí esta Tumaco y otros siete municipios. Esta fue la zona donde asesinaros a los periodistas y a su conductor. La cuarta zona coincide con gran parte del departamento del Chocó. La última zona se ubica en el sudeste del país: Guaviare, sur del departamento del Meta y parte del Vichada.
En el caso de la costa Pacífica nariñense se vive una verdadera guerra civil. Allí, en una pequeña zona, se concentran alrededor de 30.000 hectáreas de hoja de coca, es una zona de laboratorios de clorhidrato de cocaína y por estar a la orilla del mar Pacífico es ruta de salida de droga hacia Centroamérica y México. En un territorio donde antes dominaban las FARC y en la actualidad hay doce grupos que se disputan metro a metro este el control de está subregión del país.
Entre ellos está en Frente Oliver Sinisterra, que es la estructura que secuestró y asesinó los periodistas. También operan la estructura denominada Guerrillas Unidas de Pacífico, el Clan del Golfo, una célula del ELN, una llamada La Empresa y Gente del Orden, entre otras.
El Estado tardó en armar su estrategia militar para tomar las zonas que antes dominaban las FARC. Hace poco se diseñó la estrategia del Plan Victoria de las Fuerzas Militares y en ella el llamado Plan Orus, casi 18 meses después de la firma de los acuerdos de paz. Pero la falla más allá del tema militar, que al menos ya arrancó, es que el resto de la estrategia, es decir, construir Estado social de derecho ha sido un gran fiasco.
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