martes, 2 de marzo de 2010

La tragedia desnudó las debilidades militares de Chile - lanacion.com


En Talcahuano, con muchas casas destruídas, la vida se desarrolla a la intemperie
Foto: AFP

El escenario
La tragedia desnudó las debilidades militares de Chile
Mauricio Weibel
Agencia DPA

Noticias de Exterior: Martes 2 de marzo de 2010 | Publicado en edición impresa


SANTIAGO, Chile. El terremoto del sábado pasado, uno de los mayores de la historia, desnudó fuertes fallas de coordinación en el despliegue de las fuerzas armadas chilenas, una de las más poderosas de América del Sur, y desató, después de los elogios iniciales, una creciente ola de críticas al gobierno de Michelle Bachelet.

"Teníamos los aviones listos para despegar desde el primer momento, pero nunca recibimos la orden", dijo el comandante de la fuerza aérea chilena, Ricardo Ortega, que directamente involucró al poder político.

"Si es necesario que me ponga de rodillas para que se tomen medidas más drásticas, lo hago", clamaba la alcaldesa de Concepción, Jacqueline van Rysselberghe, mientras a metros de ella las personas robaban farmacias, ante la vista de la policía.

Las fallas en la reacción del gobierno y las fuerzas armadas no son entendibles. La prensa y los propios civiles llegaron en masa al epicentro del sismo, en Concepción, mucho antes de que arribaran los militares.

Los casi 10.000 millones de dólares gastados por Chile en armas desde 1990 no mostraron su eficacia en esta tragedia. Ayer, tres días después del sismo, los militares no habían lograron tomar control total de las urbes, donde se multiplicaron los saqueos.

El mayor error fue, sin duda, el que la armada chilena asegurara al país que no había riesgo de tsunami. Sólo una hora después, olas de hasta nueve metros hicieron desaparecer cientos de casas y decenas de pueblos.

La reunión de urgencia que mantuvo la saliente presidenta, Michelle Bachelet, con los jefes castrenses el domingo pasado fue una prueba de la alta preocupación que alcanzó el tema. Hasta ahora nadie logra explicar cómo les costó tanto tiempo a las fuerzas armadas desplegar su contingente en zonas damnificadas y sin suministros básicos. El viceministro del Interior, Patricio Rosende, justificó tenuemente las fallas en los problemas de comunicación registrados tras el sismo.

Chile gastó cerca de US$ 4500 millones en equipamiento de guerra desde 2000. Sólo durante el gobierno de Bachelet (2005-2010), se invirtieron casi US$ 2000 millones en compras de armamento para las fuerzas armadas, en medio de objeciones de varios países de la región, especialmente Perú, que temen el inicio de una carrera armamentista.

"Veinticuatro horas para una persona que está bajo los escombros son muy importantes. No creo que sea mala voluntad. Yo creo que la gente de Santiago no tiene ni la más remota dimensión del problema que tenemos acá", había dicho Van Rysselberghe, integrante de Unión Democrática Independiente (UDI), de derecha y socia de Renovación Nacional, el partido de Sebastián Piñera. Sin embargo, los colaboradores del mandatario electo llamaron ayer a evitar las críticas al gobierno y a apoyar a la mandataria.

"El futuro gobierno del presidente electo ha estado respaldando lo que ha hecho el gobierno de Bachelet, y la verdad de las cosas es que uno tiene que reconocer que nadie hubiese podido anticipar la magnitud, la profundidad y el efecto devastador del terremoto", dijo el futuro ministro del Interior chileno, Rodrigo Hinzpeter.

"Me parece que no es el momento de criticar y señalar que la ayuda se podría haber mandado antes; hay que ponerse del lado de la autoridad, colaborar con ella, brindarle apoyo a la ciudadanía, y nosotros estamos para eso y no para estar criticando, sino para apoyar al gobierno", agregó Hinzpeter.


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Mauricio Weibel

lanacion.com | Exterior | Martes 2 de marzo de 2010


el dispreciau dice: he vivido muchos sismos, el peor de todos fue el del sábado al mediodía en Salta, que se ha declarado como de intensidad 6.1 pero supone una mayor liberación de energía... ya que dejó rastros no deseados por varios lados, incluyendo algunos heridos y dos fallecidos, nada comparable al desastre de los hermanos chilenos... y me dejó pensando que más allá del verso de los protocolos, más allá de los especialistas en catástrofes, más allá de los sabios y sus ciencias, más allá de los políticos y sus eternas miopías, nada está en el contexto humano preparado ni tampoco capacitado para desastres masivos. Cuando ocurre una tragedia como la de Haití, Chile, Indonesia, Katrina, o cualquier otra, el sobresalto genera declamaciones pero no soluciones, la ayuda prevista para las víctimas vivas es sencillamente ridícula, tal como dar una caja de arroz u otra de tomates a personas que se han quedado sin cocina, sin gas, sin electricidad, sin ollas, sin vida... a sabiendas que sus gobiernos no les bridarán ninguna ayuda cierta para re-iniciar sus vidas desplazadas de sus ejes gravitatorios. Se habla de costos monumentales para una reconstrucción que permitirá a los políticos insistir con sus modalidades de negar lo evidente. Los especialistas en socorrer sólo van en busca de víctimas muertas pero no contemplan brindar refugio, alimentos y cubrir las necesidades mínimo-básicas de los que aún miran por sus ojos... eso es parte de la entelequia de la suerte de cada uno. Y eso es inadmisible... La presidente de Chile se ve tan perdida en la burocracia como sus propios funcionarios. El problema ante el desastre no son ni los caminos, tampoco el aeropuerto, los carabineros, las casas u edificios derruidos, el problema se concentra en los vivos que deambulan sin saber qué hacer para continuar con sus vidas, de por sí distintas a lo previo a la calamidad... En Argentina, de ocurrir una calamidad como aquella, nada funcionaría y los políticos aprovecharían para depredar los escasos bienes y futuros ajenos, sin piedad... la muestra está a la vista con lo sucedido en las inundaciones de Buenos Aires, las de la propia ciudad capital o las de las localidades de la provincia donde los políticos concentran esfuerzos en buscar culpables en vez de generar ayuda cierta, genuina, propia específica del problema. Pero la incapacidad no sería distinta a un suceso lamentable de semejantes características en Mendoza, San Juan, Salta, Jujuy, o Santiago del Estero donde Defensa Civil aparece como una mentira organizada, no más que eso. En estas circunstancias las falencias quedan al descubierto y Chile, para mi sorpresa no ha sido la excepción... en vez de atrapar a los saqueadores deberían brindar protección a los desabrigados que apenas pueden con sus almas sobresaltadas por el atropello implacable de la naturaleza, la que por estas horas parece prometer que irá por más, mucho más. Marzo 02, 2010.-

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