domingo, 14 de marzo de 2010

ÁFRICA MÍA... PALABRAS VACÍAS


Las palabras
Africa
Por Hugo Caligaris

Noticias de Opinión: Domingo 14 de marzo de 2010 | Publicado en edición impresa

"Me pregunto qué daño le ha hecho el Africa subsahariana a la señora Presidenta..."
(De una carta del lector Dominique Arnaud Makanaki, ofendido porque Cristina Fernández de Kirchner dijo que las reservas del Central no son como las de Namibia o Uganda.)

En nombre de los gobernantes argentinos, pedimos disculpas al señor Makanaki y, por su intermedio, a todas las hermanas y los hermanos del Africa subsahariana. Nuestra presidenta no quiso poner en tela de juicio la solidez de las instituciones crediticias africanas, y mucho menos establecer comparaciones odiosas, si bien es cierto que entre la fauna salvaje del continente africano y nuestra propia fauna urbana podrían encontrarse muchas similitudes y que tampoco sería difícil advertir coincidencias entre las tradiciones tribales recogidas por la rica historia de Africa y las tribus políticas argentinas, en especial cuando se entregan a la ejecución del tambor y cuando se pintan la cara con llamativos colores para la guerra.

Sólo nos separa el Atlántico: sería un error fatal para nuestro pueblo si, irritados por una frase ocasional, ustedes lanzaran sus poderosas embarcaciones contra nuestras costas indefensas. Un poco de piedad y comprensión es, en estos momentos, todo lo que anhelamos.

Nuestra presidenta está acostumbrada a expresarse de forma improvisada. No acepta aplicar ningún tamiz entre su sistema foniátrico y el aire. Detesta la censura, la mesura, la usura y la ternura y, en general, todas las palabras que contengan este sufijo odioso. Y además hace discursos todo el tiempo. Sería imposible que no tuviera algún tropiezo de vez en cuando.

Antes de romper relaciones, reparen, por favor, en este dato: Africa no ha sido la única víctima de nuestra primera magistrada. Los periodistas y los jueces y hasta el mismísimo vicepresidente reciben todos los días sus mazazos y toman su retórica no diríamos que con una gentil sonrisa, pero sí con la resignación con que se acepta un accidente climático. No lo duden: por los canales diplomáticos del más alto nivel, el gobierno argentino les presentará en breve las excusas del caso. El embajador D´Elía los visitará pronto.

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Las palabrasAfrica

Por Hugo Caligaris

lanacion.com | Opinión | Domingo 14 de marzo de 2010


el dispreciau dice: suelo asistir a cómo muchas personas adoran y enaltecen las expresiones de la Señora Presidente de la Nación, sin reparar a pesar de los academicismos los vacíos de lectura y los otros de contenidos... Los argentinos, mal educados y peor aprendidos, solemos despreciar a las gentes de otras culturas, de otros cultos, de otros colores, de otras tierras y siempre buscamos nivelar hacia abajo a efectos de convencernos a nosotros mismos que vivimos en un paraíso... hasta que nos estrellamos contra la realidad que nos supera y atropella sin piedad y así es desde que tengo memoria activa. Da lo mismo negar a un judío que a un senegalés, burlarnos del oriental u obviar la esencia cultural de lo distante, sea musulmán, budista o cualquier otra cosa. La mediocridad que nos caracteriza se expresa incluso en el cinismo ante las otras sociedades latinoamericanas, cabecitas negras en la consideración que siempre aparecen en el comentario un paso detrás como si ello fuese parte de un mito urbano que nos deforma. La realidad es bien otra, apabullante, África es grandiosa más allá de sus pobrezas, tanto como México, Colombia, Perú, Bolivia, Uruguay, Chile, todo el conjunto centro-americano, Brasil, o cualquier otra nación de la Tierra que nos superan en sensatez, son humildes por naturaleza y suelen humillarse antes que llenarse de vanidades y soberbias... Todos ellos, por el simple hecho de ser apenas lo que son no representan nunca más de aquello que son en esencia, esto es nodos de una cultura ancestral que siempre reverencia su pasado, aspecto que nosotros negamos a ultranza utilizándolo sólo como arma política para gastar dineros en recuerdos borrados, deformados y/o manipulados. Podrá decirse que hay pobres en todos lados y que es hoy un factor común de la humanidad en involución, sin embargo ninguno de dichas sociedades niega ni oculta sus miserias, tal lo hacemos nosotros que contenemos 17 millones de excluidos en una tierra donde muy pocos se ufanan de las esperanzas y las ilusiones que les roban a los pobres que ellos mismos han fabricado... Triste imagen de la decadencia social argentina, penosa representación ante una clase política que nunca hizo nada por nadie más que por ellos mismos. Marzo 14, 2010.-

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