Esta semana, Victor Norberto (el dispreciau), te escribo con lágrimas en los ojos. Esta semana, desayuno contigo llorando y quiero que llores conmigo hoy, quiero que llores de emoción…
Hace unos años vi con mis hijos una película llamada ‘Inside Out’ (Del revés) en la que los personajes representaban las emociones que sentía la protagonista: Alegría, Tristeza, Miedo, Ira y Asco.
Pero un estudio de la Universidad de California, en Berkeley (Estados Unidos), publicado en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, y citado por la revista Muy Interesante, va más allá de de la habitual clasificación de las emociones: felicidad, tristeza, ira, sorpresa, miedo y disgusto y enumera hasta 27:
- Admiración,
- adoración,
- aprecio estético,
- diversión,
- ansiedad,
- asombro,
- incomodidad,
- aburrimiento,
- calma,
- confusión,
- anhelo,
- aversión,
- dolor empático,
- embelesamiento,
- envidia,
- emoción,
- miedo,
- horror,
- interés,
- alegría,
- nostalgia,
- romance,
- tristeza,
- satisfacción,
- deseo sexual,
- simpatía
- y triunfo.
Muchas de estas emociones las he sentido mientras veía el vídeo de la pieza informativa que nos trae el director de Actuall este sábado a la mesa de nuestro desayuno: el caso Kodi Lee, un joven autista y ciego que ha tomado parte en un programa de talentos y ha arrasado en las redes sociales, con más de 28 millones de visitas en pocos días. Como dice su madre, es “un artista”.
He marcado a bote pronto las emociones que he identificado tras ver el vídeo. ¿Tú cuántas identificas, Victor Norberto? No dejes de ver el vídeo que está en el reportaje de Actuall.
El ejercicio que te propongo es similar al que hicieron los investigadores con 853 personas que tuvieron que ver 2.185 vídeos destinados a evocar en ellos una amplia gama de emociones: nacimientos, bebés, bodas, pedidas de mano, muerte y sufrimiento, arañas y serpientes, escenas sexuales, desastres naturales, imágenes espectaculares de la naturaleza o apretones de mano incómodos, entre otros.
Los autores del estudio que cito aseguraron que su esperanza es que los hallazgos del estudio ayuden “a capturar con una mayor precisión los estados emocionales que subyacen en los estados de ánimo, la actividad cerebral y las señales expresivas, lo que conduciría a mejores tratamientos psiquiátricos, a una comprensión de la base cerebral de las emociones y a tecnología sensible a nuestras necesidades emocionales”. Interesante sin duda para el caso que nos ocupa.
Igual de interesante que la pregunta que se ha hecho el director de Actuall, Nicolás de Cárdenas: ¿Es la música un botón de oro para la discapacidad? La respuesta la pone en boca de varios expertos en esta pieza informativa que hoy compartimos contigo.
Victor Norberto (el dispreciau), quiero concluir con la siguiente reflexión: las personas con alguna discapacidad aportan muchas cosas, muchas emociones, muchos valores, a las personas que les rodean y a quienes, como tú y yo hoy, hemos podido disfrutar de ellos, en este caso de Kodi Lee, de su constancia en el aprendizaje, de su afán de superación, de su amor. Ellos tienen capacidades diferentes y pueden hacernos reír o llorar mejor que nadie. ¿O no?
Feliz sábado
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