Grifos y retretes marca España
Desde 2007, el Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento ha destinado 790 millones de euros a proyectos de acceso a agua potable y saneamiento en Latinoamérica
Lo ha dicho hoy el Rey de España, Felipe VI: el agua es vital.
Una persona necesita entre 50 y 100 litros de agua al día “para garantizar que se cubren sus necesidades básicas y que no surjan grandes amenazas para su salud”, indica la Organización Mundial de la Salud. Pero 700 millones de personas, el 11% de la población mundial, carecen de ella. Esto significa que utilizan alrededor de cinco litros al día, “una décima parte de la media diaria que gasta un individuo al tirar de la cisterna del retrete en los países ricos”. Peor aún: 2.500 millones de seres humanos ni siquiera tienen un váter con una cadena de la que tirar, pues no cuentan con sistemas de saneamiento. De ellos, 1.000 millones defecan al aire libre. El reto de garantizar este derecho humano universal —así reconocido desde junio de 2010— al agua y saneamiento, recogido en el Objetivo del Milenio número siete, es todavía mayúsculo.
“El agua es la base de la vida en nuestro planeta, elemento esencial para la subsistencia y el bienestar de la Humanidad. Su adecuado abastecimiento es fundamental para garantizar el derecho a la alimentación y a la salud. Además, la falta de acceso a saneamiento apropiado constituye una de las primeras causas de contaminación de agua y contagio de enfermedades. Por ello, es clave en la lucha contra la pobreza”, ha resumido el Jefe del Estado en el discurso inaugural del encuentro sobre la cooperación española con América Latina en esta materia celebrado este lunes en Casa América, en Madrid. En su intervención no solo ha destacado el compromiso del país, sino el suyo propio y el de su familia, al recordar el reciente viaje de la Reina, doña Letizia Ortiz, a Honduras y El Salvador.
AMPLIAR FOTOEstos países son, precisamente, dos de los 19 latinoamericanos que han recibido ayudas del Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento (FCAS) para que las naciones de América Latina y Caribe avancen hacia la meta de "reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento". Pese a que el objetivo se ha logrado en logros, en la región todavía hoy 125 millones de habitantes carecen de sistemas de saneamiento (86 millones en zonas rurales) y 50 millones siguen sin tener agua potable (34 millones en áreas no urbanas).
Con todo, estos datos son mejores que los de 2007, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero creó este mecanismo de inyección de dinero, una herramienta novedosa en el mundo para lograr un objetivo concreto de los ODM. Con los 790 millones de euros aportados por España, más otros 486 por los receptores, se han financiado 66 proyectos (al cierre de 2014) y “se espera que beneficien a tres millones de personas”, según los cálculos de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID) que gestiona el fondo junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
125 millones de latinoamericanos carecen de sistemas de saneamiento y 50 millones siguen sin agua potable
Con estos datos en la boca, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha sacado pecho al subrayar “el esfuerzo de España, compartido con el Banco Interamericano de Desarrollo". "En una región que para nosotros goza de prioridad estratégica”, ha añadido. El máximo responsable de la política de cooperación ha reconocido, no obstante, que su gabinete no ha insuflado presupuesto suficiente al FCAS. “Espero que el próximo gobierno cuente con más recursos para este fondo”, ha deseado. Desde que se hizo cargo del ministerio, este programa apenas ha sido abastecido. En 2012, de hecho, se suspendieron las aportaciones, tal como denunció Oxfam Intermón en su informe La realidad de la Ayuda. Y desde entonces, las partidas anuales han sido anecdóticas comparadas con las realizadas en los cuatro primeros años.
Quien recibe, paga
Así, para 2015 se comprometieron en los Presupuestos Generales del Estado 15 millones de euros. Con un agravante: es una cantidad “de carácter reembolsable”. Lo que significa que los países beneficiarios tendrán que devolver la ayuda en el futuro; mientras que lo otorgado hasta ahora eran donaciones, sin que los receptores se endeudaran. En definitiva, estas cifras alejan a España de la posibilidad de cumplir en ocho años de FCAS lo que había prometido dar en cuatro: 1.500 millones de dólares (1.100 de euros al cambio de 2007).
A pesar de que el Fondo para el Agua es hoy un globo desinflado, los mandatarios congregados en Madrid de diversos países de América Latina han destacado los progresos que han conseguido gracias al apoyo español. “El Salvador ha realizado avances extraordinarios gracias, sin duda, a este programa. Desde 2009 hasta ahora hemos llevado agua y saneamiento a casi 200.000 personas”, ha afirmado Lina Pohl, ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales de ese país. “No se lo van a creer, pero gracias al Fondo del Agua hemos podido hacer nuestra primera planificación hídrica con ayuda de una empresa española, Tipsa”, ha añadido para deshacerse en elogios hacia las alianzas público-privadas alcanzadas bajo el auspicio de la cooperación española.
También el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, ha agradecido la ayuda recibida (71,3 millones) y ha aprovechado la ocasión y el auditorio para solicitar más. Ha recordado que los mejores pronósticos dicen que la región podría alcanzar la universalidad de acceso al agua en 2032 y de servicios de saneamiento en torno a 2050. Un horizonte temporal demasiado tardío, en su opinión. “Necesitamos garantizar fuentes de recursos. Estamos abiertos a inversiones extranjeras”, ha concluido su intervención.
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Ha sido Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana(SEGIB), quien ha reconducido el discurso hacia las personas. “Con estas ayudas, España salva vidas”, ha sentenciado. Y más: ahorra gasto sanitario a los países beneficiarios, impulsa su desarrollo y fomenta la igualdad. Lo dice la Organización Mundial de la Salud, que estima que por cada euro empleado en agua y saneamiento, se ahorran entre tres y 34 en atención médica por enfermedades relacionadas con la mala calidad de los recursos hídricos. También, como señalaba Grynspan, el dinero se puede traducir en número de defunciones evitadas, pues cada día mueren 1.000 niños en el mundo a causa de enfermedades diarreicas asociadas con agua potable contaminada, saneamiento deficiente o malas prácticas de higiene, revelan las estadísticas de Unicef.
No han faltado en este encuentro, las voces críticas respecto a la gestión de la aportación española en América Latina y Caribe para logro del ODM 7.C. Una de ellas ha sido la de Pablo Alcalde, responsable del grupo de agua en la Coordinadora de ONG de Desarrollo de España (CONGDE), quien ha querido rebajar la euforia al hacer balance de la eficacia este instrumento de cooperación. “Es difícil tener una estrategia cuando no hay planes a largo plazo y falta transparencia de lo que se hace con los fondos españoles”, ha denunciado en clara referencia a la ausencia de datos oficiales respecto al progreso conseguido con este fondo, así como el severo recorte al presupuesto que ha sufrido en la actual legislatura. “El enfoque tiene que ser de servicio y no solo de cobertura”. “El agua es un derecho y no un recurso para especular”. “No se trata de dinero, sino de voluntad política”. Alcalde lanzaba proclamas con vocación de ser “la voz de la sociedad civil”. La de los millones de latinoamericanos que no abren un grifo, que no tiran de la cadena, que no beben agua limpia.
Bolivia. Un plan nacional
Este país se ha propuesto alcanzar el acceso universal a servicios de agua potable y saneamiento. Para ello ha lanzado el Plan 2025, año en el que quiere cumplir este objetivo. Lo que significa que en 10 años, el gobierno Boliviano, pretende dotar de fuentes mejoradas al 4% de la población urbana y el 28% de la rural que todavía no tienen. Respecto a los sistemas de saneamiento, el camino por recorrer es todavía más largo, pues únicamente el 57,5% de los urbanitas y un 23,7% de los campesinos cuentan con ellos.
Para lograr este reto, el Fondo del Agua, seguirá apoyando al país, tal como lo ha hecho desde 2007 con 87,72 millones de euros (más 34,59 aportados por el gobierno boliviano) para los proyectos de construcción infraestructura que beneficiarán, según estimaciones de la AECID, a 470.000 personas, así como para generar un modelo de gestión sostenible.
El salvador. Ayudas para 200.000
Con los 60 millones de euros que ha donado España, más los 25 invertidos por el gobierno del país, se ha podido dotar de fuentes de agua y sistemas de saneamiento a 200.000 personas a través de cinco proyectos. A pesar de este logro, aún el 43,3% de los salvadoreños que viven en zonas rurales no disponen de agua y cuando la tienen, con frecuencia, disponen de un servicio discontinuo y de baja calidad.
Esto sucede porque en El Salvador no solo hay escasez de agua, sino que la que hay es de baja calidad: los ríos y otras fuentes están contaminados, con el agravamiento de las sequías y las inundaciones.
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