lunes, 11 de enero de 2010

ventilador encendido


El ex Presidente de la nacion Bill Clinton.
Foto: Archivo / AP

Revelaciones de un libro
Trapos sucios de Washington, al desnudo
Silvia Pisani
Corresponsal en EE.UU.
Noticias de Exterior: Lunes 11 de enero de 2010 | Publicado en edición impresa

WASHINGTON. Se encendió el ventilador. Un libro que aparecerá hoy en el mercado norteamericano revela decenas de escándalos que marcaron la conmovedora batalla política y ciudadana que llevó a Barack Obama a convertirse en el primer presidente negro de los Estados Unidos.

El texto afirma, por ejemplo, que el ex presidente Bill Clinton "tuvo un romance" con otra mujer mientras asesoraba a su esposa, Hillary Clinton, en la difícil campaña interna que perdió como aspirante presidencial del Partido Demócrata.

Y que tanto ella como sus asesores temieron, durante muchos meses, que la nueva relación extramatrimonial del enamoradizo Bill se hiciera pública, con efectos catastróficos para la campaña. Hasta ayer, el nombre de esta nueva "tercera en discordia" permanecía en el anonimato. Pero no el hecho de que, según los autores del libro, Hillary rechazó, en un primer momento, la oferta que le hizo Obama para sumarse a su equipo como secretaria de Estado, temerosa de que todo terminara "en un circo" ante la "tendencia" de Bill de "entrometerse" en un gobierno que no es el suyo.

Escrito por un periodista de Time y otro de New York Magazine y titulado Game change , el libro saca a la luz más cosas. Entre ellas, que Obama y su vicepresidente, Joe Biden, no se llevan nada bien y que el hoy ocupante de la Oficina Oval habría sondeado al ex secretario de Estado republicano Colin Powell y al ex vicepresidente Al Gore, ya que desconfiaba de su hoy "número dos"; al menos, teórico.

Obama le habría dedicado más de un dardo a Biden luego de que, en septiembre de 2008, el entonces candidato a vicepresidente dijera, ante un grupo de allegados, que él estaba más preparado que su compañero de fórmula para ser presidente.

"¡Cuántas estupideces más dirá este tipo durante la campaña!", dicen que exclamó el hoy presidente, fastidiado con el estilo de su compañero. Incluso, los asesores de Obama mantenían vedado el acceso de Biden a reuniones de campaña o directamente no le informaban sobre esos encuentros.

También se supo que la mano derecha de Obama en el Senado, el demócrata Harry Reid, hablaba del futuro presidente como un candidato no del todo negro. "Es un hombre de piel clara" y carente de "dialecto negro en su habla, a menos que quiera tener uno", fue la comprometedora frase con que Reid se refirió a Obama.

El desatino, venenoso al erosionar el carácter histórico de la elección de noviembre de 2009, fue de tal magnitud que, anteayer, disparó un urgente pedido de disculpa y su aceptación por parte del presidente.

Escrito por Mark Halperin y John Heilemann sobre la base de más de trescientas entrevistas (incluida una con Obama), el libro tampoco deja bien parados a los republicanos. Por ejemplo, dice que John McCain no quería saber nada con Sarah Palin como compañera de fórmula y que prefería al senador independiente -pero filodemócrata- Joseph Lieberman. Y si no se atrevió a ir a fondo con la idea fue "por miedo" a que las bases republicanas se opusieran. Así, "sobre la hora", la elección recayó sobre la gobernadora de Alaska.

El libro revela que la peculiar aspirante quedó "abrumada" por la "cantidad de información" que tenía que procesar no para ejercer el cargo al que postulaba, sino como preparación para el debate con su contrincante, Biden, de quien, para colmo, no podía recordar su apellido e insistía en llamarlo "O´Biden".

El libro se mete hasta con Chelsea Clinton -la hija del ex presidente y de la hoy secretaria de Estado-, a quien le atribuye el papel de haber aconsejado a su madre, en 2004, que no se lanzara en ese momento a la carrera presidencial y que antes cumpliera con un mandato completo como senadora. "Tus electores te castigarán si no cumples con ellos primero", fue el consejo de la joven.

Hay más. El libro habla de las zancadillas de varios demócratas a la hora de optar por uno u otro aspirante a la nominación. Así, Reid se había inclinado por Obama no tanto por convicción como sí por considerar que Clinton era una figura "débil".

"Necesito tu ayuda"
¿Cuáles son las reacciones hasta ahora ante semejante catarata? Hay de todo. Reid admitió lo dicho, pidió disculpas y Obama se las aceptó. Palin, a través de su vocero, dijo que lo que se afirma de ella no es verdad. De los Clinton, ninguno de los tres ha dicho esta boca es mía. Y, al cierre de esta edición, McCain tampoco.

"Los autores tendrían que verificar lo que afirman", desacreditó, en tanto, el vocero de Biden, Jay Carney.

Hasta anoche, nadie hablaba de demandas. En lo referido al "romance" de Bill, el libro afirma que las sospechas del entorno de Hillary empezaron en 2006. "Existía la certeza de que era algo serio" y no cosa de una noche, al extremo de que la ex senadora decidió instruir a un grupo de colaboradores para la eventualidad de tener que combatir el escándalo.

Uno de los tramos más conmovedores del libro es el compromiso asumido por Hillary y Obama ante la grave situación que enfrentaría la nueva administración demócrata. El texto afirma que Hillary tenía dudas sobre aceptar la Secretaría de Estado. Primero, por la amenaza de los amoríos de su marido y, segundo, por la tendencia de Bill a entrometerse en un gobierno que no era el suyo.

"Ya has visto lo que pasa. Esto se convertirá en un circo si acepto el trabajo", parece ser que dijo la entonces senadora a Obama. El futuro presidente, entonces, no tuvo miedo en mostrar su vulnerabilidad y le suplicó que aceptara.

"Dadas todas las cosas con las que tengo que lidiar, incluida la crisis económica, necesito tu ayuda", insistió. Hoy los dos trabajan juntos. En la política -y en los hombres- también existen estas cosas.

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Silvia Pisani

lanacion.com | Exterior | Lunes 11 de enero de 2010


el dispreciau dice: queda claro que el "sueño americano" es una pesadilla... las miserias humanas afloran por todos lados y aquello que parece bueno suele no serlo. Estados Unidos de Norteamérica padece males tan significativos como los de cualquier otra nación y estos residen en la tergiversación de los valores. Mientras muchas cosas funcionan por el compromiso de gran parte de la sociedad americana y se destacan en distintos escenarios llevando adelante ejemplos a seguir, en otros ámbitos el mal crece y se disemina porque el sistema es corruptible y la corrupción se ejerce tanto o más que el "cuarto mundo" (al menos la corrupción allí es significativamente sofisticada). Ver el blanco o ver el negro sin apreciar los grises, puede ser intensamente peligroso. Curiosamente el eje del problema no pasa ni por Bill Clinton y sus expresiones sexuales como tampoco por la inteligente Hillary y tampoco por los affairs políticos que los hay y muchos. Los libros se escriben para "vender" y mantener entretenido al soberano, esencialmente para que nada cambie... y la mirada se enfoque lejos de la esencia del problema. Enero 11, 2010.-

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