domingo, 10 de enero de 2010

"...nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio"



Lo que sigue es el mensaje que la señora Diana Fasoli, ex Directora de la Biblioteca del Teatro Colón, envió a Armando Ayache, coordinador del Foro de Música Clásica, en el día de hoy, 11-12-09.

Sr. Armando Ayache
Como dice una canción de Serrat,"..nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio", la condición de irremediable y no estar seguro de poder enfrentarla, lleva a construir el discurso de una realidad virtual. La palabra oficial es sin lugar a dudas interesada y mentirosa, porque basta pensar cuales son las aspiraciones del actual Jefe de Gobierno, para darse cuenta que es capaz de decir cualquier cosa con tal de quedar bien parado. Y lo mas lamentable es el coro de ciegos y sordos selectivos, dispuestos a hacerle de necesaria "claque" con tal de volver a tener su amado templo de la música. No importa el medio, lo que importa es poder comentar en los exclusivos foros tal o cual concierto, o interprete.

Sepa una verdad, que no tiene remedio: La Biblioteca del Teatro Colon ha sido destruida. Quien lo dice ha sido por años su responsable, digo eso, responsable, porque no me interesa decir Jefa o Directora, me gusta la responsabilidad de un cargo, no su lustre.

Imagine usted una colección de programas del Teatro Colon desde 1908 a la fecha; imagine usted 25.000 fotografías, muchas de ellas autografiadas, de artistas que por 100 años hicieron del Teatro lo que fue (cada uno tendrá su opinión al respecto), imagine usted los planos originales del Teatro, bibliografía especializada, la colección de recortes periodísticos desde 1927 a la fecha, cartas autografiadas entre otros documentos. Yo lo llamo MEMORIA, Y ESO ES LO QUE SE HA DESTRUIDO.

Mi vida transcurrió en ese teatro, mi padre fue pianista de la Orquesta Estable y mi madre integrante del Cuerpo de Baile, poco me interesaría no decir esa verdad que no tiene remedio. Soy Bibliotecaria egresada de la UBA, si se necesita mostrar títulos, ya que el Sr. Garcia Caffi parece creíble solo porque es el Director General del Teatro. Este señor, cuando fue disuelta la Biblioteca, cerró toda comunicación conmigo, me mandaron a casa, pese a haber informado al Dr, Sanguinetti sobre la desaparición de mas de 100 documentos, producida durante la gestión de él y el Sr, Boschet, cuando el Teatro era una zona liberada y lo único que les importaba era sacarnos del edificio. Hice mi declaración testimonial en la Fiscalia y en INTERPOL, porque justamente no eludo la verdad ni mi responsabilidad, muy diferente a la actitud del Dr. Emiliani, que dijo en su declaración "que no sabia nada", ¿es esto un Director Ejecutivo o ejecutor?, quien tambien me dijo en conversaciones telefónicas que el patrimonio de la Biblioteca estaba en los depósitos de la calle Lavardén; hasta el día de hoy no puedo saber dónde está ese patrimonio. Lo que si se, es que a un año de no tener ningún tipo de atención está destruyéndose irremediablemente, como la verdad. -
Diana Fasoli


el dispreciau dice: como las cosas deben decirse tal se presentan, comenzaré diciendo que esta noticia la recibí por mail tal como sigue:

Estimados todos
Hace unos días les escribí dando noticias lindas y les avisé que después de las fiestas, mandaría una triste. Pero en la espera, la tristeza se transformó en furia. Estoy muy enojada.
Recibí este mensaje de una fuente muy cercana al Colón, y creo lo que dice.
El teatro Colón, es patrimonio de todos los argentinos, ya que se costeó en épocas de vacas gordas con los impuestos y recaudaciones aduaneras de nuestras producciones de cueros y granos.
Ahora, pasó a manos de la ciudad de Buenos Aires, sin que el resto del país pueda decir ni hacer nada al respecto.
Nosotros, los que miramos del otro lado del tapial y vemos cómo los herederos dejan las cosas de la abuela en poder de las ratas, quizá debamos tomar el rol del Cascanueces y tengamos que ir desde el interior a cortar la calle Cerrito, hasta que nos muestren si es que el patrimonio sigue intacto.
Que se roben toda la plata del banco, si quieren, pero que no manchen ni una sola hoja de una sola esquela de alguna biblioteca en ningún lugar del país.
Esta carta irá a toda mi lista de correo y allí hay funcionarios, políticos, legisladores y gobernantes, además de mis amigos.
¡Hagan algo, carajo!
Dra. Irma Echeverría
La Paz - Entre Ríos

entonces, el dispreciau dice: querida Irma, nuestra amada nación Argentina nunca en mis casi sesenta años se preció por respetar al ciudadano, tampoco sus talentos, mucho menos sus necesidades, sean de la índole que estas fuesen (educativas, salud, culturales, sociales, económicas, etc.) y hay un significativo divorcio entre la esencia de la sociedad argentina y sus clases políticas, económicas, eclesiáticas, militares y jurídicas. Nos unimos en el himno pero nos ahogamos en las estúpidas discusiones de las ideologías. Como bien sabes en este país el ciudadano tiene voto pero no voz ya que nadie la atiende nunca y de allí que sea una nación irresuelta e inconclusa (nada se resuelve y nada se termina, nunca). Cada vez que al Estado Nacional le funciona mal algo (siempre) lo cambia de lugar y de nombre para que el problema se sitúe en otro lado, sin resolver claro está. Con el Teatro Colon no tiene por qué ser distinto... muchas son las cosas que me unen al Teatro ya que mi madre tocaba el piano allí antes que mi hermano mayor (ya fallecido) y yo, naciésemos. Fíjate que en este temible tsunami que transitamos día tras día, es lo mismo un burro (con título de profesor) que un gran profesor (digno), es lo mismo un Macri, una Carrió, un De Narváez, o un Kichner, un Duhalde, o cualquier otro, ya que todos están sustentados en el criterio del atropello, la burla y la mentira y no escatiman esfuerzos en "usar" para sus propios intereses cualquier cosa que les caiga enfrente... Tú dirás que sólo te interesa el Teatro Colón y con eso alcanza, sin embargo todo este contexto forma parte de un todo de esencias tergiversadas hasta el hartazgo donde estos nuevos próceres son de cera (por ende sin alma) y con pies de barro. Cualquiera de ellos pone cara de circunstancia y apela a notables discursos llenos de palabras pero vacíos de contenido y así es que el divorcio social crece a manos de un grupo que intenta sostener los valores que quedan en pié (pocos) versus los antivalores que se diseminan al modo de un cáncer que no sigue ningún modelo de drenaje metastásico (no va hacia las cadenas de los ganglios) aventados por esas mismas conveniencias, amiguismos, clientelismos, o como quieras llamarle. Ninguno de ellos atina a asumir que el mundo se transformó (para mal, claro) y nosotros los argentinos nos hemos quedado del lado de afuera, discutiendo cosas que no guardan sentido alguno y que no hacen al foco de nada. Alcanza con ver lo que sucedió en el enfrentamiento con el campo, la decisión de regalar los glaciares, el estúpido enfrentamiento entre el Presidente del Banco Central y la Presidencia de la Nación, la depredación ictícola del mar argentino, el asesinato de la familia Pomar a manos de vaya a saber qué circunstancia, la permanente descalificación que baja desde el Ejecutivo a cualquiera que piense distinto, la paradoja de un poder dividido y fragmentado por apetencias de eternidad y mesianismo y la podríamos seguir, ennumerando actos de barbarie que van contra la ciudadanía sin distinción de razas, clases, religiones, etc. ya que todos, más tarde o más temprano, somos víctimas de esta incoherencia proyectada en tiempo y espacio. Justo es reconocer que la clase política está aislada en todo el mundo, sometida por intereses económicos que defienden la cultura del billete como única fuente de razón y justicia (léase, ninguna) mientras miles de millones de seres humanos mueren de hambre o están perdidos en la más temible indigencia. El Teatro Colón es a la conducción Macri lo que el descubrimiento y conquista fueron para los "indios" y su pensamiento social pre-hispánico... estos últimos fueron arrasados y todos los nichos culturales de nuestra argentina también lo han sido desde que Mendoza-Garay decidieron recalar por estas tierras... alcanza con ver la Plaza de Mayo, la Iglesia Jesuítica de Bolívar y Alsina (creo que es por allí) o cualquier otro antecedente cierto de nuestra historia. Nada le importa al poder político (nunca lo hizo) radical, conservador, peronista, justicialista, socialista, comunista, o bajo cualquier denominación que se le coloque ya que se cambia según los momentos y las conveniencias de los oportunismos (alcanza con asomarse por la ventana para ver lo queda de la Argentina que nosotros amamos). Son tantas las cosas destruidas a manos de esta clase que nada se puede esperar de ellos, nada más que actos de barbarie. Pretender que tu Colon sea diferente al campo, perdóname, es una utopía ya que allí no van los piqueteros k como tampoco los cartoneros M. Te aviso además que no es la única biblioteca evaporada, son muchas más de las que imaginas... los presupuestos están para depredar no para construir, si no mira tus hospitales y mis hospitales. Mientras se declaman los derechos humanos de los delincuentes, traficantes y violadores, los derechos humanos ciudadanos están aniquilados a manos de esto que ya no sé como definir... Enero 10, 2010.-

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