jueves, 26 de abril de 2018

Lecciones del Día sin carro | El Mundo

Lecciones del Día sin carro | El Mundo





Editorial

Lecciones del Día sin carro

Autor: Dirección


26 abril de 2018 - 12:00 AM


Las restricciones a la movilidad serán siempre la opción más a la mano para defender la calidad del aire de los picos generados por los fenómenos atmosféricos o el exceso de parque automotor, de modo que las alternativas de transporte público, eficiente y sostenible, seguirán siendo prioritarias en la agenda de Gobierno.





Medellín


Siempre resulta reconfortante revisar las cifras que resumen el balance del Día sin carro y sin moto, que este año tuvo lugar el martes pasado en Medellín y el área metropolitana. El aire, por ejemplo, tuvo un 2 % menos material particulado y un 10 % menos de partículas de nitrógeno, gracias a la reducción en un 33 % de la cantidad de vehículos rodando por las calles, lo que a su vez hizo que el ruido disminuyera en cuatro decibeles en promedio. Mientras más de 206.000 vehículos se quedaron guardados, 1.219.000 personas utilizaron el metro, sus cables, buses y tranvía, lo que demostró el potencial que el sistema tiene para ser una alternativa real a la movilidad particular en el Valle de Aburrá.
Un solo día con una medida como la restricción de la circulación de carros y motos siempre va a dar buenos resultados, puesto que los ciudadanos se muestran dispuestos a poner ese granito de arena como parte de la celebración del Día de la Tierra. De ahí la utilidad de los datos recogidos en la jornada para medir el impacto de medidas similares en los momentos de emergencia ambiental, de manera que las decisiones de choque no sean improvisadas o no pequen por exceso o por defecto, trasladando la urgencia de un sector como la movilidad, a otro como por ejemplo el comercio. En tanto problema ambiental, las restricciones a la movilidad serán siempre la opción más a la mano para defender la calidad del aire de los picos generados por los fenómenos atmosféricos o el exceso de parque automotor, de modo que las alternativas de transporte público, eficiente y sostenible, seguirán siendo prioritarias en la agenda de Gobierno, en la actual y en las futuras administraciones, y la información recogida, insistimos, puede ayudar a afinar la toma de tales decisiones.
El aspecto pedagógico de la jornada es esencial y en ese sentido también se deben aprovechar sus resultados. El aire limpio, los senderos para caminantes, las ciclorrutas y la oferta ampliada del transporte público deben servir como argumentos para que los ciudadanos tomen conciencia de la necesidad urgente de usar racionalmente, sin necesidad de imposiciones ni restricciones, el vehículo particular, sea motocicleta o carro; así como de reconocer el valor del transporte masivo, quitándole los estigmas, como la solución en la que caben todas las clases sociales, tal y como sucede en las ciudades más desarrolladas del mundo. Esto será posible, únicamente, en la medida en que la política pública de movilidad, tanto respecto al transporte masivo como al transporte colectivo, sostenga en el tiempo los planes de chatarrización y modernización de las flotas, de manera que los vehículos de servicio público también sean referentes de sostenibilidad mediante el uso de energías limpias, bien sea el gas natural vehicular o la energía eléctrica.
Sobre esto último, hemos recibido con satisfacción la decisión adoptada en días recientes por el Metro de Medellín, en el sentido de que, en adelante, todos los buses que se adquieran para el sistema Metroplús serán eléctricos, lo que materializa lo que fue el  anhelo de la ciudad cuando el mismo se empezó a construir, pero que por razones de costos y de tecnología, no pudo concretarse al momento de su puesta en funcionamiento. Aunque la ciudad lo ha tenido claro desde siempre y ya hay un equipo movido con electricidad en la troncal del Metroplús, también creemos prudente que se hagan todos los análisis necesarios antes de avocar la reposición de la flota actual, pues si bien es claro que, en cuanto a combustible, es más barata la energía que el gas, aún no es totalmente claro que la inversión a largo plazo, hoy por hoy, resulte más rentable con los costos actuales de los buses.
No estamos cuestionando las bondades de la movilidad eléctrica pues, como ya dijimos, nos gusta la idea y, además, hacia allá vamos a llegar más temprano que tarde. De lo que se  trata nuestra preocupación es que se den con la mayor prudencia los pasos que nos lleven hacia esa tecnología para no correr el riesgo de subirnos a una ola que no sea la mejor, un riesgo latente en un entorno que, como el tecnológico, no solo cambia con rapidez sino que, para el caso de las baterías y demás sistemas de almacenamiento de carga, está en un momento de desarrollo y perfeccionamiento que puede poner en el mercado, en un corto plazo, ofertas mucho más eficientes en cuanto a vida útil y eficiencia que las que ya están llegando a la  ciudad.
La mejoría en la tecnología de operación, el aumento urgente en la oferta, que ha venido recibiendo oxígeno con la llegada de nuevos trenes al Metro, la futura entrada en operación del metrocable Línea M (Miraflores) y del Picacho, y la solución a la movilidad de la carrera 80, que esperamos no se dilate en el tiempo, deben revertir las preocupantes cifras de la encuesta origen-destino, reveladas justamente durante el Día sin carro y sin moto y que señalan un aumento constante, desde 2005, en el tiempo de desplazamiento de las personas y un preocupante crecimiento del parque automotor, especialmente de motos, para que en el futuro cercano los días sin carro u otras medidas restrictivas similares, no se conviertan en la única forma de garantizar una movilidad medianamente aceptable en una Medellín sobrecargada de vehículos particulares.

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