viernes, 23 de marzo de 2018

¿A qué fue Santos a Brasil? | El Mundo

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Editorial

¿A qué fue Santos a Brasil?

Autor: Dirección


23 marzo de 2018 - 12:00 AM


Nada se ha mencionado sobre el más importante asunto en común: la decisión del Supremo Tribunal Federal de limitar el acceso a la información sobre sus pesquisas en la Operación Lava Jato.







Medellín


La visita del Gobierno colombiano, encabezada por el doctor Santos, al cuestionado Michel Temer, presidente de Brasil se ha defendido como necesaria para construir acuerdos sobre el tratamiento de la crisis migratoria por la multitudinaria salida de venezolanos agobiados por el chavismo; decidir acciones conjuntas para defender propósitos comerciales comunes, y reavivar la llama, que hace cuatro intentó encender la chilena Michelle Bachelet, del ingreso de Mercosur, como bloque de países grandes, a la Alianza del Pacífico.
Tales propósitos no logran explicar el viaje.
Las obligaciones y problemáticas que crea la avalancha de migrantes venezolanos a Colombia y Brasil, lugares de destino y también puentes a otros países, han excedido las capacidades políticas y humanitarias de las naciones que la están absorbiendo. La atención y cuidado de quienes por sus condiciones merecen ser tratados como refugiados internacionales excede las naciones y debe comprometer a los organismos internacionales. Además, la solución a esta tragedia pasa por la recuperación de las instituciones, la legalidad y la democracia en Venezuela, acciones que exigen acción intensa de los organismos multilaterales y los activistas pro-democracia.
También se ha dicho que el encuentro permitiría formar una yunta para promover en Washington la exclusión a Colombia y Brasil de la imposición de aranceles para el acero y aluminio, o sea para formar una alianza en defensa de intereses comerciales. Aún reconociendo la común afectación por la medida restrictiva de Donald Trump contra la industria siderúrgica del resto del mundo, es difícil identificar un aliado menos conveniente que Brasil, el gigante que nos compite en todos los campos de nuestras principales actividades exportadoras, y con el que no tenemos ni un argumento en común para relacionarnos con el gobierno estadounidense.
Reavivar el embeleco de unir los bloques Alianza del Pacífico y Mercosur es poner un palo en la rueda del más promisorio proyecto de articulación integral de economías y poblaciones de países que comparten su vocación democrática y su salida al Pacífico, y cuyas actividades económicas son complementarias. Es imposible unir los bloques y conservar la perspectiva integracionista de la Alianza, por las diferencias entre instituciones, compromisos con la democracia y perspectivas económicas, a menos que los gobiernos, con excepción del mexicano, estén dispuestos a someter sus economías, todavía medianas en capacidades y desempeños, a los impactos de una arremetida de Brasil y/o Argentina.
El gobierno de Colombia sí tiene un tema de la mayor importancia que tratar con su homólogo de Brasil. Es la operación Lava Jato y las muy inquietantes denuncias del procurador Fernando Carrillo sobre las restricciones para acceder a la información recopilada por el Supremo Tribunal Federal de Brasil acerca del ingreso de dineros de Odebrecht a las campañas presidenciales de 2014, particularmente a la de Juan Manuel Santos. De este, el único asunto importante que justificaría un encuentro entre dos presidentes salientes, nada han mencionado los voceros oficiales o los medios de comunicación invitados a la comitiva presidencial.

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