Bruselas reprocha a Ankara los encarcelamientos de periodistas
Turquía exige avances en el proceso de adhesión a la Unión Europea
Bruselas
Çavusoglu y Mogherini, durante la comparecencia conjunta en Bruselas. ERIC VIDAL REUTERS
La Unión Europea y Turquía han escenificado este martes las tensiones que genera el retroceso democrático del país candidato a integrarse en la familia europea. La alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini, ha reprochado a Ankara la “preocupante tendencia de encarcelamientos” que vive ese territorio. A su lado, el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, le ha espetado que hay que distinguir entre periodistas y terroristas. Los mensajes cruzados ante la prensa se producían tras un encuentro destinado a reforzar la relación bilateral. Bruselas mantiene a Turquía el estatus de país candidato, pero advierte de que ese proceso no puede avanzar.
La creciente violación del Estado de derecho en Turquía inquieta a Europa, que sin embargo no quiere suspender el diálogo con ese vecino estratégico del club comunitario. Y el Gobierno de Ankara es consciente de su alejamiento de la senda europea, pero exige a Bruselas que avance en el proceso de adhesión. Con esas contradicciones, representantes destacados de los dos territorios se han reunido en Bruselas dentro de los contactos que celebran periódicamente. Las diferencias eran palpables en la comparecencia conjunta celebrada tras cuatro horas de diálogo en la capital de la UE.
Frente a las voces que piden acabar con la ficción de mantener a Turquía en el proceso de adhesión a la UE (la principal, la del Parlamento Europeo), Mogherini ha afianzado ese estatus, pero ha recordado que hacen falta “pasos concretos en el marco del Estado de derecho, la democracia, la libertad de expresión y la de prensa”. En un contexto de detenciones de activistas (entre ellos la directora de Amnistía Internacional en Turquía) y del juicio a periodistas y directivos del diario Cumhuriyet, el ministro turco para Asuntos Europeos, Ömer Çelik, ha exigido a la UE que abra nuevos capítulos —símbolo de progreso— en el marco de la adhesión. El comisario de Vecindad, Johannes Hahn, lo ha descartado: “Hay inquietud entre los Estados miembros. Por eso en las actuales circunstancias no podemos abrir ningún nuevo capítulo”.
Los ministros turcos se han mostrado molestos con las críticas europeas y han argumentado que los detenidos no son solo periodistas, activistas o abogados, sino cooperadores de organizaciones terroristas. “Sean periodistas o activistas, cualquiera que ayudara al golpe de Estado [de hace un año] afrontará las sentencias necesarias”, ha avisado Çavusoglu, que se ha quejado del trato recibido en Alemania y ha acusado a Bruselas de “doble vara de medir”. El Gobierno de Angela Merkel es uno de los que más ha chocado con el régimen de Recep Tayyip Erdogan.
Más allá del debate sobre deterioro democrático, los ministros turcos han exigido a Europa más celeridad en el desembolso de fondos para atender a los refugiados sirios, una de las contrapartidas que recibió el Gobierno de Ankara por frenar la salida de personas desde las costas turcas hacia las griegas desde marzo de 2016. Bruselas responde que ya se ha comprometido casi todo el dinero previsto (3.000 millones de euros en una primera tanda) y que a finales de año estará todo asignado a contratos específicos para atender a los asilados que acoge Siria.
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