Brasil vuelve a desplegar el Ejército en Río ante la crisis de seguridad
El Gobierno envía 8.500 soldados para combatir el tráfico de drogas y armas además de patrullar algunos enclaves urbanos
Soldados en la playa de Copacabana, este viernes. MARCELO SAYÃO EFE
Río de Janeiro
Por tercera vez en un año, el Ejército se desplegará en Rio de Janeiro para hacer frente a la dramática situación de inseguridad que viven la ciudad y parte de su Estado. El presidente de Brasil, Michel Temer, ha firmado un decreto que permite movilizar 8.500 soldados en una operación que está previsto prolongar hasta diciembre de 2018. El Gobierno también enviará agentes de cuerpos policiales de otros Estados hasta completar un contingente de seguridad de 10.000 personas.
El Gobierno ya habiá recurrido al Ejército hace ahora un año, para asegurar la seguridad durante los Juegos Olímpicos. En marzo pasado, los soldados volvieron a la ciudad ante la situación de extrema vulnerabilidad por una huelga de la policía, que, con el Gobierno del Estado en situación de quiebra económica,cobra sus salarios con retraso y denuncia la falta de medios para protegerse y combatir el crimen organizado. Las bandas de narcos se han hecho fuertes sobre todo en las enormes favelas del área metropolitana de la ciudad carioca. El Estado de Rio es una de las zonas más violentas de Brasil, con medias de hasta casi 20 homicidios por día para un total de 16,5 millones de habitantes.
Los militares, según las autoridades, no se ocuparán principalmente de patrullar las calles, como ocurrió durante los Juegos Olímpicos, cuando 22.000 hombres fueron movilizados para vigilar hasta las playas, aunque este mismo viernos algunos soldados ya fueron vistos en Copacabana. Tampoco está previsto que ocupen favelas, como ocurrió en 2014 en A Maré, uno de las mayores complejos de barrios infradotados de la región metropolitana de Río.. Los soldados se centrarán en integrar los equipos destacados en operaciones contra el tráfico de drogas y de armas.
"Nuestro mensaje es: no vamos a dar un paso atrás. Porque estamos determinados y vamos a ir hasta el final", dijo el ministro da Defesa, Raul Jungmann. A pesar del anuncio, el propio Jungmann intentó rebajar las expectativas da la población: "Pero no esperen milagros o resultados rápidos. El panorama no va a cambiar de la noche a la mañana. Vamos a enfrentar y atacar el comando del crimen, que muy probablemente va a responder. La sociedad tiene que ser consciente de eso".
La iniciativa de enviar tropas se produce después de que los gobiernos federal y estatal fueran criticados por su inacción ante el grave deterioro de la seguridad pública. Las muertes violentas han vuelto a niveles de 2009, antes de que se pusiera en marcha un plan de seguridad en las favelas que logró contener el crimen. La semana pasada se produjo un asalto armado hasta en la cola de un hospital. El gobernador de Río, Luiz Fernando Pezão, que además de la dramática situación de inseguridad enfrenta una profunda crisis fiscal en el Estado, se reunió el pasao día 20 con el presidente Temer y seis ministros para buscar soluciones.El encuentro terminó sin ninguna medida nueva para combatir la violencia, y Pezão transmitió uma imagem de aún más desconcierto. El gobernador anunció el envio de 800 miembros de los cuerpos de seguridad estatales que ya estaban en Río y al ser advertido por los periodistas que es no era novedad, reconoció: “No lo sabía”. Sus servicios de prensa lo justificaron alegando que el governador no es “especialista” en el asunto.
El envio de militares a Río servirá como laboratorio para para un Plan de Seguridad Pública anunciado por Temer en el comienzo del año, tras varios motines sangrientos ocurridos en varias cárceles del país.
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