Las mujeres indias no se callan ante los abusos
La plataforma 'She Says India' apuesta por la educación, el empoderamiento de las mujeres y la rehabilitación para luchar contra el abuso sexual
She Says realiza actividades de sensibilización contra el abuso sexual en famosos festivales de música de India. SHE SAYS
Madrid
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Ser mujer en India no es fácil. Quizás no llegues a nacer siquiera, ya que el feticidio ha provocado en las últimas tres décadas 12 millones de abortos selectivos. Si eres mujer tendrás que enfrentarte a grandes desafíos. Puede que no vayas a la escuela porque los pocos recursos económicos de tu familia destinados a la educación se reservarán para tus hermanos varones. Tu alimentación será peor porque tu serás la ultima boca a la que alimentar y tu salud también estará comprometida —las niñas de uno a cinco años en India tienen entre el 30% y el 50% mayor probabilidad de morir que los niños—. Y antes de cumplir la mayoría de edad serás casada —India concentra el 40% de los matrimonios infantiles de todo el mundo—.
Si no perteneces al 55,3% de la población en India que sufre pobreza multidimensional de los 1.311 millones de habitantes del país, tu situación quizás sea mejor que la expuesta anteriormente. Pero, sí deberas crecer en una sociedad donde serás más vulnerable a la violencia física y sexual y no se respetarán tus derechos ni libertades solo por el hecho de ser mujer.
Ante esta situación, la joven líder de la ONU para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Trisha Shetty, decidió hace dos años crear la plataforma She Says(Ella dice). Con el nombre de su organización, ya dejan claro que su voz cuenta y que tienen mucho que decir en una sociedad en la que las mujeres aun quedan relegadas a un segundo plano. “Dado que creemos que la educación da poder, creamos este portal con la visión de educar, rehabilitar y empoderar a las mujeres indias, para que se mantengan firmes y se liberen de los abusos del tipo que sean”, comenta Nishiki Bhavnani, una de las 20 jóvenes profesionales de entre 19 y 26 años que forman parte de la organización.
La mayoría no denuncian las agresiones porque no conocen la legislación ni las instituciones a su servicio
Participan activamente en la defensa de los derechos de las mujeres en la India desde diferentes áreas. Están tratando de incluir la penalización de la violación marital ya que, según la ley india, los maridos pueden violar a sus esposas con impunidad. Están tratando de incluir la penalización de la violación marital ya que en este momento, según la ley india, solo se considera violación si la esposa es menor de 15 años. Defienden el derecho a orar para asegurar que las mujeres tengan igualdad de acceso a la oración y la discriminación por motivos de sexo esté prohibida en las instituciones religiosas. “Necesitamos un código civil uniforme. En la India tenemos una ley penal común que se aplica a todos los indios por igual. Mientras que en todos los asuntos civiles, como el matrimonio o el divorcio, somos gobernados por leyes personales religiosas. Lo que significa que las leyes a las que una mujer tiene acceso y sus derechos están directamente relacionados con la religión que profesa”, añade Trisha.
En un país en el que en 2015 se registraron oficialmente más de 34.000 violaciones, según el Ministerio del Interior indio, las cifras de la violencia hacia las mujeres son mucho más elevadas aunque no queden registradas: Que un hombre te espíe mientras te cambias en un probador o estas en el baño, ser acosada en la vía pública con ofensas verbales, gestos y tocamientos, o la demanda de favores sexuales en tu lugar de trabajo.
En India estos delitos están penados por ley, pero la mayoría de las mujeres que los sufren no lo denuncian porque no tienen conocimiento de la legislación existente ni de las instituciones a su servicio y, además, les frena el estigma social. La violencia sexual en India se da en multitud de ocasiones dentro del ámbito familiar o por parte de conocidos por lo que muchas mujeres no se atreven a denunciarlo. En otras ocasiones tienen miedo a que la policía no las crea o incluso las culpe. Muchas han llegado a suicidarse por las humillaciones a las que han sido sometidas.
Una de las principales misiones de She Says consiste en facilitar información y hacer comprensible la legislación vigente en India contra el acoso sexual y las violaciones para que las mujeres sepan que pueden denunciar. “Les ayudamos a buscar la asistencia médica y legal necesaria. Queremos que sepan que hay un castigo para quien comete el delito, aumentando las posibilidades de que una superviviente denuncie una ofensa”, afirma Nishiki Bhavnani, quien dice que de esta forma se contribuye al cambio y a que deje de ser algo de lo que no se habla. La organización ha mapeado las agencias de ayuda más cercanas en las principales ciudades del país, como comisarías de policía, hospitales, psiquiatras y psicólogos para que las mujeres que lo necesiten puedan buscar ayuda y las pautas que deben ser seguidas cuando refieren delitos.
Como señala Bhavnani, la educación para que no se produzcan este tipo de abusos es fundamental y el trabajo con jóvenes en institutos y universidades, imprescindible. En dos años han realizado seminarios de prevención y educación sobre violencia sexual con más de 6.600 estudiantes de Mumbai. “En los seminarios tienen la oportunidad de compartir con nuestro equipo sus experiencias personales. Por ejemplo, cuando se habla de violaciones maritales y de la idea de consentimiento, es interesante ver lo diferente que es el proceso de pensamiento y las preguntas planteadas por ambos sexos”, explica.
SheSays ha mapeado las agencias de ayuda más cercanas en las principales ciudades del país
Cuando Prageeyaa Khanna realiza sesiones con jóvenes siempre les pregunta: ¿Crees que este no es tu problema? ¿Crees que eres demasiado joven para discutir este asunto y que no te tomarán en serio? “Su respuesta siempre es no, ya que sienten la necesidad de dar su opinión y todos tienen mucho que compartir sobre el tema. Todos se sienten parte del problema”, cuenta esta abogada, parte del equipo, y que también destaca la importancia de que los jóvenes puedan discutir de estos temas en casa con sus padres y que el sexo y el tema del acoso sexual deje de ser tabú.
La educación se traslada también a los espacios de ocio. En el pasado festival del Holi, grupos estudiantiles denunciaron que dos residencias femeninas de la Universidad de Delhi habían encerrado a las alumnas durante la jornada de celebración. Unas medidas para evitar los abusos sexuales que no solucionan la raíz del problema. “Nosotras lo que hacemos es colaborar con festivales de música como el NH7 Weekender, uno de los más grandes que se celebran anualmente en varias ciudades de la India. Capacitamos a su personal de seguridad sobre cómo manejar las preocupaciones de las mujeres en sus instalaciones”, explica Nishiki Bhavnani. “Hemos llegado a 21.000 personas en Delhi, 30.000 personas en Pune y 9.000 en Hyderabad. Utilizamos esta plataforma para involucrarnos activamente con los jóvenes e informarles sobre el concepto de consentimiento y sus derechos”. En Mumbai, una decena de bares y restaurantes también usan refranes, posavasos y carteles para inspirar el diálogo sobre los derechos y la seguridad de ellas.
Compresas más asequibles
En los últimos meses, la campaña Don’t tax my period (No pongas impuestos a mi menstruación) ha requerido la mayor parte del tiempo de todo el equipo de She Says. Su objetivo es que los productos de higiene menstrual sean asequibles y accesibles para todas las mujeres en India. “Sólo el 12% de los 497 millones de indias usan compresas. El otro 88% sigue utilizando tela vieja, virutas de madera, arena, hojas secas y plástico. El 23% de las niñas abandonan la escuela en la menarquía y las posibilidades de infección son el 70% más comunes entre las mujeres que no usan compresas durante la menstruación”, explica Bhavnani. A ellas se les han unido diversas personalidades de la industria del cine y del deporte, y 15 funcionarios gubernamentales ya están interesados en trabajar para implementar la propuesta.
Trisha defiende que no se podrá hablar de igualdad de género sin abordar la necesidad de educación de calidad, reducción de desigualdades, buena salud y bienestar, agua limpia y saneamiento. “Por eso no sólo trabajamos en la reducción de la violencia basada en género. También nos centramos en la seguridad, la necesidad de infraestructura resilientes, el saneamiento, la educación y la salud, entre otros objetivos. Además, trabajar con los jóvenes es la forma más segura de garantizar un cambio sostenible que tenga en cuenta a las personas más marginadas y vulnerables de nuestra sociedad”.
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