La muerte anunciada de los lagos de Cachemira
- Mudasir Ahmad dice que hace 20 años su padre vaticinó que el lago del norte de India que ha sido el sustento de su familia durante generaciones desaparecería una vez que los peces comenzaran a morir en sus aguas.
Hace tres años, Ahmad, de 27 años, encontró peces muertos flotando en la superficie del lago Nigeen, situado al norte de Srinagar, la capital del estado de Jammu y Cachemira. El joven, barquero al igual que lo fue su padre, teme que la situación se haya agravado.
"Hemos construido casas de una manera sin precedentes alrededor de sus riberas. El drenaje de los hogares termina directamente en el lago, lo que lo contamina más que nunca": Mudasir Ahmad.
La proliferación de algas en el lago, conocido por su belleza, llevó al agotamiento del oxígeno, lo que provocó la muerte de peces. Según ecologistas, la mortandad fue la primera señal visible de estrés ambiental en el lago.
Pero nadie está más preocupado que el propio Ahmad. “Hace siglos que remamos botes en el lago. Mi abuelo y mi padre fueron alimentados por este lago. Yo también he crecido aquí y mi sustento depende directamente del lago”, aseguró en diálogo con IPS.
Él cree que la aparición de aguas de color óxido es señal de una lenta muerte anunciada del lago, y asegura que todos son responsables. “Hemos construido casas de una manera sin precedentes alrededor de sus riberas. El drenaje de los hogares termina directamente en el lago, lo que lo contamina más que nunca”, explicó Ahmad.
Con más de 1.000 cuerpos de agua pequeños y grandes, el valle sin salida al mar de Cachemira es conocido como la tierra de los lagos y las montañas. Sin embargo, debido a la urbanización a gran escala y la deforestación sin precedentes, la mayor parte de las masas hídricas en la región han desaparecido.
Un estudio de los ambientalistas Gowher Naseem y Humayun Rashid halló que 50 por ciento de los lagos y humedales en la capital de la región se han perdido para otras categorías de uso y cobertura de la tierra. Durante el siglo pasado, la deforestación provocó una sedación excesiva y la posterior actividad humana provocó cambios sostenidos en el uso de la tierra en estas zonas de alto valor ecológico.
El estudio concluye que la pérdida de masas de agua en Cachemira se puede atribuir a la fuerte presión demográfica.
Investigador de la Universidad de Cachemira, Aijaz Hassan señala que el valle en cuestión siempre fue propenso a las inundaciones, pero varios lagos y pantanos en la región protegían a los habitantes de las mismas.
“Los lagos del valle y los vastos pantanos asociados desempeñaron un papel importante en el mantenimiento de la uniformidad de las corrientes en los ríos. En el pasado, durante los veranos, cada vez que aumentaba el caudal de los ríos, estos lagos y pantanos actuaban como lugares para almacenar el exceso de agua y evitar así la inundación de grandes áreas del valle”, afirmó Hassan.
El lago Wullar, el mayor de agua dulce de India, se encuentra en la zona de Bandipora, en Cachemira del norte. También padece degradación severa debido a la fuerte intervención humana. En 1911 tenía una superficie de 217,8 kilómetros cuadrados, que ahora se redujo a apenas 80 kilómetros cuadrados.
El ecologista Majid Farooq observa que grandes zonas del lago se convirtieron al cultivo del arroz y la plantación forestal. Según él, la contaminación de los fertilizantes y los desechos animales, la presión de la caza sobre las aves acuáticas y migratorias, y la infestación de malezas son otros factores que contribuyen a la pérdida de la belleza natural del lago Wullar.
La población de peces del lago también disminuyó en gran medida debido al agotamiento de oxígeno y el ingreso de elementos contaminantes.
La superficie de otro lago conocido, el Dal, se redujo 24,49 por ciento en los últimos 155 años, mientras la contaminación de sus aguas crece cada vez más.
El lago, según una investigación del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cachemira, padece “múltiples presiones” por la urbanización sin planificar, el alto crecimiento demográfico y la carga de nutrientes derivada de la agricultura intensiva y el turismo.
El análisis de los datos demográficos indica que la población humana en las zonas de los lagos “duplicó con creces la tasa de crecimiento nacional”.
Shakil Ahmad Ramshoo, jefe del Departamento de Ciencias de la Tierra de la citada universidad, dijo a IPS que la calidad del agua del lago se está deteriorando y que no más de 20 por ciento es potable.
“A medida que la población aumentaba, las aguas residuales domésticas y la escorrentía de las tormentas ingresaba al lago Dal sin tratamiento alguno… Esto aumentó la carga contaminante”, advirtió.
Según el departamento de turismo de la región, más de un millón de turistas visitan el lago Dal anualmente y unas 300.000 personas dependen directa e indirectamente de él para su subsistencia.
La multimillonaria industria artesanal de Cachemira, que da empleo a más de 200.000 personas, también depende en gran medida de la llegada de turistas a la zona.
Un estudio sobre el impacto que tiene el sector turístico en el desarrollo económico del estado de Jammu y Cachemira señala que entre 50 y 60 por ciento de la población realiza directa o indirectamente actividades relacionadas con el turismo. La industria contribuye con 15 por ciento del producto interno bruto del estado.
No obstante, Mudasir Ahmad, cuyo sustento depende directamente del lago Nigeen, dice que cada vez que lleva turistas a explorar la zona en su bote estos le preguntan por la oscuridad cada vez mayor del agua.
“Mi abuelo e incluso mi padre bebían de este lago. La situación actual es preocupante y si esto no cesa, los turistas dejarán de venir. ¿Quién gastaría dinero para ver fosas sépticas?”, cuestionó Ahmad.
Traducción de Álvaro Queiruga
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