Trump ataca ahora al FBI por nuevas filtraciones relacionadas con Rusia
La CNN afirma que la Casa Blanca pidió a los federales que desmintieran públicamente contactos entre el Kremlin y el entorno del presidente
Nueva York
Donald Trump, en la conferencia conservadora de 2011, en Washington. ALEX BRANDON AP
Tras unos días dormido, el asunto de las filtraciones de las fuerzas de seguridad a la prensa estadounidense volvió este viernes al candelero. Donald Trump atacó esta vez al FBI después de que la cadena televisiva CNN difundiera que la Casa Blanca había pedido a los federales que desmintieran públicamente contactos entre el Kremlin y el entorno del presidente de Estados Unidos.
"El FBI es totalmente incapaz de parar a los 'filtradores' de la Seguridad Nacional que han permeado nuestro gobierno durante mucho tiempo. Ni siquiera pueden...", dijo en su cuenta de la red social Twitter, "encontrar a los filtradores de la propia FBI. Están entregando información clasificada que podría tener un efecto devastador en Estados Unidos. ENCUÉNTRENLOS AHORA".
Poco antes, la CNN señalaba, citando una fuente judicial y otra de la Casa Blanca, el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, pidió hace unos días -sin éxito- que el FBI desacreditara públicamente noticias sobre supuestos contactos entre el equipo electoral del ahora presidente y el entorno del Kremlin. Según la cadena, fuentes de la Casa Blanca afirman que pidieron este desmentido público después de que el propio FBI restara credibilidad a las informaciones sobre esos contactos, difundidas por The New York Times y CNN a mediados de febrero.
Este viernes, Trump no se refirió a esta última noticia de la petición de la Casa Blanca, ni a la veracidad de la misma, más allá de criticar las filtraciones por parte del FBI. La semana pasada, se revolvió contra las filtraciones en los servicios de inteligencia, tras una cascada de informaciones sobre vínculos con Moscú que se llevaron por delante a su consejero de Seguridad Nacional, el dimitido Michael Flynn. En medio de esta crisis, el presidente prepara una operación de limpieza en sus servicios de Inteligencia, a los que ve politizados y enfrentados a su Gobierno.
En su primer mes en la presidencia, Trump ha colocado a las fuentes anónimas y a los medios de comunicación críticos en un mismo saco, el de una fuerza de oposición que, a su juicio, quiere degradar su victoria electoral y su ejercicio de gobierno. En un comentario insólito, llegó a llamar a la prensa de "enemiga del pueblo estadounidense". Este viernes, el empresario neoyorquino comparece en Washington en la Conferencia de la Acción Política Conservadora, donde ha pasado de elemento incómodo a héroe.
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