ONG siria sortea escollos para obtener fondos extranjeros
- Solo 0,2 por ciento de los fondos destinados a la ayuda humanitaria se entregan directamente a organizaciones no gubernamentales (ONG) locales y nacionales, según un análisis de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ese estudio se publicó poco antes de la Cumbre Humanitaria Mundial celebrada en mayo de 2016, pero casi nueve meses después de esa reunión, poco ha cambiado. Los donantes internacionales siguen pasando por alto a las ONG con raíces y conocimientos locales, a pesar de que sus costos de operación suelen ser mucho más bajos.
"Necesitábamos apoyo para comprar software de contabilidad. Ninguno de los donantes estaba dispuesto a darnos el dinero… necesario para comprarlo": Fadi Hallisso.
El informe que el Grupo de Alto Nivel sobre Financiación Humanitaria entregó al secretario general de la ONU sostuvo que la responsabilidad de las respuestas a las crisis debía ser devuelta a las personas más afectadas.
Los integrantes del grupo señalaron que las organizaciones locales les plantearon una queja en común, que las ONG eran “tratadas como subcontratistas, y no como verdaderos socios”.
Para saber cuál es la situación de las organizaciones locales que trabajan en entornos humanitarios, IPS habló con Fadi Hallisso, cofundador de Basmeh y Zeitooneh, una organización siria que apoya a los refugiados de Siria en Líbano y Turquía.
Hallisso aseguró que algunos de los programas de Basmeh y Zeitooneh tuvieron éxito a pesar de la desconfianza de los grandes donantes internacionales. Un ejemplo es un taller que la ONG comenzó en Beirut donde los refugiados bordan zapatos y hacen otras artesanías.
“Nos acercamos a distintas organizaciones internacionales y todas nos decían que no era factible. ‘Hicimos el estudio de mercado. No hay mercado para estas cosas’”, recuerda Hallisso.
Así que Basmeh y Zeitooneh solicitó los fondos para el proyecto a empresarios locales. El taller prosperó y los productos confeccionados por los refugiados ahora se exportan a Estados Unidos y Europa. Recién cuando la idea tuvo éxito los donantes internacionales mostraron interés, añadió.
Sin embargo, a pesar de esta falta de apoyo inicial, Hallisso agrega que también ha sido testigo de programas internacionales que luchan por ganar el respaldo de los lugareños.
En un caso, una ONG internacional que instaló centros recreativos no sabía por qué la gente no los usaba. Así que “pidieron nuestra ayuda para reclutar gente y encontrar niños que acudieran”, explicó el activista.
Los refugiados “venían de Siria solo con la ropa puesta. Tenían muchas necesidades básicas más allá de lo que les ofrecían estos espacios y no conocían el mundo de las ONG, no sabían quiénes eran esas personas y no confiaban en ellas. ¿Por qué enviar a sus hijos?”, razonó Hallisso.
Este ejemplo revela la importancia que tiene solidarizarse con otros mostrándoles que “entiendes sus necesidades y estás respondiendo a ellas”, destacó.
Si bien no todas las organizaciones locales tienen éxito, Basmeh y Zeitooneh ahora tiene más de 500 empleados, dice Hallisso.
“Nunca imaginé… que nos convertiríamos en una organización con 500 empleados en varios países. Solo estábamos haciendo lo que sentíamos que es nuestro deber, ayudar a nuestro pueblo, a nuestros ciudadanos, mostrarles humanidad, y esa resultó ser la respuesta correcta porque comprendimos lo que necesitaban”, comentó.
Sin embargo, aunque Basmeh y Zeitooneh ha crecido, todavía encuentra obstáculos cuando tiene que lidiar con los donantes internacionales, incluso las demoras a la espera de que se lleven a cabo las evaluaciones de necesidades y falta de interés en financiar proyectos más pequeños.
Como explica Hallisso, a los donantes les preocupa que las ONG locales no tengan “sistemas financieros funcionando… políticas y procedimientos que impidan la corrupción y el robo de dinero”. También las organizaciones tienen dificultad en encontrar el apoyo para desarrollar esas capacidades.
“Tuvimos capacitación en cómo escribir propuestas, pero escribir propuestas no lo es todo. Necesitábamos apoyo para comprar software de contabilidad. Ninguno de los donantes estaba dispuesto a darnos el dinero… necesario para comprarlo”, afirmó.
Pero no solo los donantes internacionales tienen dudas a la hora de financiar a las ONG locales. Los donantes individuales tampoco saben cómo apoyar a las organizaciones directamente desde el extranjero.
“Con frecuencia me encuentro con personas que me dicen, ‘quiero ayudar, pero no sé cómo y no sé a dónde dar mi dinero porque temo que vaya a parar a las manos equivocadas o a grupos terroristas”, señala.
Una manera de abordar el problema es a través de los medios de comunicación, propone Hallisso.
“Creo que el problema que tienen los medios de comunicación en general con respecto a Siria es que le dan demasiada cobertura a la acción militar, al terrorismo y el (grupo radical) Estado Islámico. Vemos muy poco sobre los buenos ejemplos de sirios que intentan ayudar y hacer el bien”, se quejó.
Hallisso se encontraba en Nueva York para participar en encuentros organizados por la organización internacional Oxfam, que se ha asociado a Basmeh y Zeitooneh, antes de la prohibición de viajar a Estados Unidos que impuso el gobierno de Donald Trump a los ciudadanos sirios, entre otras nacionalidades.
Traducido por Álvaro Queiruga
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