La caída de un Muro dividió a la izquierda, y el levantamiento de otro divide a la derecha. Desde que cayó el de Berlín, la izquierda anda como un pollo sin cabeza, pero desde el Brexit y la llegada de Trump (con medidas desconcertantes como el Muro de México y otras plausibles como el cerco a Planned Parenthood), también la derecha está sumida en el desconcierto, en pos de su ADN ideológico.
En efecto, tenemos por un lado la derecha europea del último medio siglo, que ha renunciado a sus raíces liberales y conservadoras, y se ha teñido de socialdemocracia: desde la CDU de Merkel al PP de Rajoy. ¿Se puede llamar derecha a un partido que usa el IRPF como instrumento para exprimir económicamente y controlar políticamente a las clases medias? Lo explican muy bien un profesor de Políticas, Jorge Vilches, y una periodista, Almudena Negro, en su libro ‘Contra la socialdemocracia’, de reciente publicación.
Una derecha acomplejada, que tiene pánico a decir su nombre, y que actúa, de facto, como escudero de la izquierda en lo que a ingeniería social se refiere.
Pero, por otro lado, ante la doble crisis -económica y de valores- han aparecido una serie de formaciones de la llamada derecha alternativa. Cada una son de su padre y su madre (unos ponen el acento en lo conservador, otros en lo liberal) pero tienen dos rasgos en común: su euroescepticismo y su incorrección política.
Poseen la arrogancia propia de los potros jóvenes que aún no se han estrenado en el hipódromo de la política. A diferencia de los Republicanos de Fillon-Sarkozy, del PP de Rajoy o de la CDU de Merkel, dicen lo que piensan, y exhiben la mezcla de idealismo e ingenuidad de quienes (aún) no se deben a nadie.
Pero alguna de esas formaciones, como el Frente Nacional de Le Pen tiene ciertas posibilidades en las elecciones de Francia, al menos para poner en un aprieto al conservador Fillon. Y si Alternativa por Alemania saca escaños en los comicios germanos se puede convertir en un cuña parlamentaria políticamente incorrecta. Y el partido de Hofer en Austria, que estuvo a un tris de llegar a la presidencia, podría ganar en las próximas elecciones.
La suya sería, en principio, una forma distinta de hacer política, que conectaría con una amplio sector del electorado de derecha, traicionado por sus líderes. Un electorado que busca estadistas con ideas claras, coraje cívico, y ganas de recuperar las raíces conservadoras y liberales.
En Actuall nos parecía interesante trazar un mapa de las derechas, fijando sobre todo su posición sobre la batalla cultural y sus diversos frentes (aborto, LGTB, eutanasia) para que el lector (y elector) sepa a qué atenerse.
Como hemos explicado tanto Víctor Gago, editor del Brief, como un servidor, Actuall no es un periódico de partido y no va a apostar por ninguno en concreto, sino un periódico de valores. Que criticará a los políticos que los traicionen, y elogiará a quienes los defiendan.
Por eso hemos elaborado una cartografía de valores, coordinada por Juan Robles, y hemos analizado los programas de las principales derechas europeas (amén del Partido Republicano de Trump) para ver lo que esas formaciones piensan acerca de la familia, la vida, la economía o la Unión Europea. Incluímos también los casos de los partidos españoles, PP y Vox. Te la adelanto como suscriptor de Actuall
Cuéntame qué te parece y haz cuantas sugerencias quieras. Creeme si te digo que son de gran ayuda para nosotros.
Creemos que una guía así puede ser útil para que el lector pueda formarse un juicio sobre el perfil antropológico y político de esas formaciones en una encrucijada tan compleja como decisiva para el futuro de la libertad.
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