martes, 28 de septiembre de 2010

Libertad de prensa: el peor momento - lanacion.com

Editorial I
Libertad de prensa: el peor momento
ADEPA advirtió con sólidos fundamentos que quien debe ser controlado por el periodismo quiere ser su controlante

Martes 28 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa


Nada de nuevo ha dicho, en verdad, la declaración con la cual la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) cerró su 48» asamblea anual. Lo ha dicho, sí, con la mesura y la experiencia propias de una entidad que, pronta a cumplir su medio siglo de existencia, ha seguido paso a paso los albures de la libertad de prensa en un largo período de la Argentina.

Ha dejado ADEPA, en lo esencial, constancia de que nunca, desde la reconstrucción democrática de 1983, ha sido más degradado ese derecho estratégico que como consecuencia del comportamiento de los actuales gobernantes. No podía haber sido de otra manera si la política del Poder Ejecutivo de la Nación ha sido de desconocimiento flagrante de facultades inherentes a los otros poderes, los de la Justicia y el Congreso.

La relación insultante que la Casa Rosada dispensa a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y a jueces y tribunales reacios a someterse a sus dictados se encuentra en el punto más delicado desde 2003. Otro tanto ha podido decir ADEPA en cuanto a las amenazas y presiones contra medios independientes de opinión que se ejercen de un tiempo a esta parte. En realidad, el carácter político vicioso de los últimos dos gobiernos contra la prensa y los periodistas que los han disgustado comenzó a percibirse desde mayo de 2003, aunque no todos hubieran estado dispuestos, o en condiciones, de anotar los síntomas ya indubitables de aquellos primeros tiempos respecto de lo que sobrevendría.

Ha habido, pues, una lógica de hierro entre quienes se han presentado ante la opinión pública como esforzados acumuladores de poder por cualquier medio y las instituciones entre cuyos fines orgánicos figura el de servir de contrapeso a los poderes naturales y, ni qué decir, a los excesos de poder, concentrados en la rama ejecutiva del gobierno. La utilización espuria de los derechos humanos como un insumo industrial más en la factoría en la que se producen los recursos utilizados con la remota posibilidad de doblegar las voces independientes, ha puesto de manifiesto que, en aquel sentido, el actual gobierno desconoce límites morales y políticos infranqueables en otras épocas.

Ha señalado con razón ADEPA que la ley por la que se pretende despojar de sus títulos a legítimos propietarios de Papel Prensa, con el pretexto de que es necesaria la nacionalización de esa materia prima básica para los diarios, invierte las funciones propias de la institucionalidad republicana. De esa manera, advirtió, quien debe ser controlado por el periodismo se convertiría en controlante.

Entre los temas de preocupación que había tratado en documentos anteriores, ADEPA ha vuelto a denunciar el aumento excesivo de las pautas publicitarias del Gobierno. No sólo ha seguido aumentando el gasto público a expensas de mayores exacciones a los contribuyentes -es decir, a todos los que pagan impuestos, poco o mucho-, sino que esos dineros se vuelcan de forma discrecional a favor de los medios adictos al Gobierno, no pocos de los cuales han sido creados a ese solo efecto. Basta observar, por lo demás, el alineamiento de los medios de propiedad del Estado en una propaganda abierta de apoyo a las principales figuras del oficialismo en un tipo de política que nunca se había producido en términos de más grosera propaganda en períodos democráticos de gobierno.

Como bien se ha expresado estos días, hay ataques que honran. El periodismo al que capillas de obsecuentes anidados en el presupuesto oficial y sus derivados atacan sin intermitencias más que contestar debería hacer acopio de los insultos diarios que recibe por manifestar sus opiniones e ideales a pesar de amenazas y actos intimidatorios de todo tipo. Debe eludir, también, la procacidad de lenguaje en la que cae con frecuencia el oficialismo. Llegará el momento en que aquel archivo se convierta en prueba inapelable de una de las horas de grandeza de la mayoría de la prensa argentina, pero no para revolver el pasado con intención de infligir humillaciones, sino como ejemplo de corrección y del camino por transitar todos, más unidos aún, en el futuro.

Como documento de una conducción que finalizó su cometido la semana anterior, las nuevas autoridades de ADEPA, remozadas con la incorporación a sus cuadros superiores de una nueva generación, quedan, entretanto, como custodia de una tradición de defensa de las libertades públicas, y de la libertad de expresión en particular, que se remonta a la fundación de la entidad, en 1962.
Libertad de prensa: el peor momento - lanacion.com


el dispreciau dice: para pensar... ¿qué aporta esta pelea a la sociedad argentina?... ¿qué resuelve esta pelea en el contexto social?... ¿en qué contribuye el conflicto con Papel Prensa?... ¿en qué contribuye el conflicto con Fibertel?... ¿qué cambiaría en el escenario periodístico?... ¿mejoraría la calidad de la información?... ¿se dejaría de manipular a la opinión pública?... ¿el poder político modificaría su conducta hacia la sociedad?... ¿qué mejora y qué empeora acorde a la propuesta del ejecutivo?... ¿dejaría de haber corrupción?... ¿mejoraría el modelo educativo?... ¿mejoraría la salud pública?... ¿se evitarían los avasallamientos al derecho constitucional?... ¿se generarían nuevas fuentes de trabajo?... seguramente la mayoría de estas preguntas no hallará respuestas acordes con las necesidades de las personas, sí con las intencionalidades políticas, sindicales y hasta empresarias. Algo anda muy mal en nuestras cabezas lo cual demuestra que las neuronas de los funcionarios están desordenadas y sin sinapsis, peor aún, sin sentido común. Los discursos de un lado, tanto como los argumentos del otro lado, dan pena... ambos. Septiembre 28, 2010.-


Mujica: "La mejor ley de prensa es la que no existe"
El presidente uruguayo opinó además que los gobernantes deben "soportar" las críticas de la prensa, porque "si reaccionan, pierden dos veces"

Lunes 27 de setiembre de 2010 | 15:04 (actualizado a las 15:04)
http://bucket.ak.lanacion.com.ar/anexos/fotos/96/1267496w288.jpg
Mujica: "La mejor ley de prensa es la que no existe"
José Mujica. Foto Archivo

El presidente de Uruguay, José Mujica, aseguró que "la mejor ley de prensa es la que no existe" y aconsejó a los gobernantes "soportar" las críticas de los medios para "no perder dos veces".

También consideró que "los periodistas deben intentar actuar con honor" para que "después cada lector o telespectador" interprete "lo que vio o leyó", desde su propia "subjetividad".

El mandatario uruguayo trazó estas definiciones en una entrevista que la revista brasileña Veja publicó ayer y cuyo contenido fue consignado por la agencia EFE.

"Cuando un gobierno se muestra más tolerante con la diversidad ayuda a formar una prensa respetuosa. Pero si opta por radicalizar sus políticas, se va todo al diablo y la cosa se pone peligrosa, porque la prensa se transforma en una espada de lucha", opinó Mujica.

En la misma línea, señaló que "cuanto más educada y calificada sea una población, habrá mayor diversidad de opiniones" y planteó que eso "es muy bueno" para la democracia y las instituciones.

Fue después de repasar estos conceptos que concluyó que los gobernantes "deben soportar" las críticas porque, apuntó, "si reaccionan pierden dos veces porque serán atacados de nuevo".

En este punto se manifestó en contra de medidas que apunten a "controlar o regular" los medios de comunicación y concluyó: "La mejor ley de prensa es la que no existe".

En otra parte del reportaje, tras ser consultado por el "socialismo de Venezuela", consideró que, si bien en el país que gobierna Hugo Chávez "se persigue el socialismo", es "difícil que pueda seguir en ese camino".
Mujica: "La mejor ley de prensa es la que no existe" - lanacion.com

No hay comentarios: