domingo, 27 de junio de 2010

VISIONES del APOCALIPSIS GLOBAL


| EL CRITICO. El estadounidense cuestiona a los economistas, al mercado, a la avidez del sector financiero y a los desmanejos del gobierno norteamericano, antes y después del último crack.

La crisis global, según Stiglitz

Domingo 27 de Junio de 2010 | El ganador del Nobel en 2001 señala antecedentes, identifica causas y propone remedios.

Economía
CAÍDA LIBRE. EL LIBRE MERCADO Y EL HUNDIMIENTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL
JOSEPH E. STIGLITZ
(Taurus - Buenos Aires)


Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, nos ofrece en un estilo polémico un nuevo libro que aborda la actual crisis económica internacional, "identificando" a sus causantes y sugiriendo políticas para no recaer en el futuro. Es particularmente crítico de los economistas, del mercado, de la avidez del sector financiero y del mal manejo del gobierno antes y después de la crisis. Le atribuye a Estados Unidos la generación de esta situación que afecta a la economía mundial.

Según Stiglitz, los ciclos anteriores eran del tipo inventario, pero la actual responde a un crecimiento basado en endeudamiento. Si bien la primera manifestación fue la ruptura de la burbuja tecnológica en 2000, menciona que las causas fueron las desregulaciones en el sector financiero que permitieron que se ofrecieran productos financieros de alto riesgo sin el respaldo suficiente, incentivados por las altas comisiones percibidas. Se generaron instituciones de gran tamaño que, supuestamente, no podían quebrar. No hubo mecanismos de seguro que se hicieran cargo de posibles problemas de los deudores y todo estaba basado en que el Estado finalmente pagaría los platos rotos. Cuando la burbuja inmobiliaria explotó se perjudicaron más las familias de menores ingresos, perdiendo la vivienda y el empleo.

Sin embargo, los "causantes" de la crisis se salvaron con el financiamiento del Estado. Stiglitz le atribuye este mal comportamiento del sector financiero a deficiencias del mercado; pero también podrían haberlo generado las regulaciones del mercado.

Un viejo problema
La presencia de empresas con inversiones riesgosas es un problema de larga data. Jonathan Swift en sus Viajes de Gulliver, en 1726, ya hablaba de los projectors, empresas que generaban burbujas. También los mencionaba Adam Smith en su Riqueza de las Naciones, en 1776. Parecía que ellos favorecerían -aunque fueran difíciles de implementar- regulaciones para defender a los inversores incautos.

Stiglitz sugiere alternativas para que la ayuda del Estado llegue a los sectores de menores ingresos que se hayan visto más afectados por la crisis inmobiliaria, y medidas que se debieran tomar en el sector financiero para evitar que se repita la crisis, como separar la banca comercial de la inversión, resucitar el mercado hipotecario, cambios en la forma de pago a los ejecutivos y un mejor control de los productos a medida del cliente. Ello evitaría la generación de productos financieros muy riesgosos y mejoraría el mecanismo de seguros con que cuentan los clientes. Si bien sus objetivos son buenos, pienso que no es fácil que mayores regulaciones tengan éxito.

La actual crisis europea plantea dudas a la teoría de un origen limitado a factores financieros e inmobiliarios. Recién ahora van surgiendo problemas que tienen larga data de intervencionismo estatal y de otros tipos de burbujas. Llama la atención que los países con más problemas son los que más recibieron ayuda; o sea que el sector público respondió de la misma forma que el sector financiero y que nadie quiere quebrar.

Stiglitz es crítico de la evolución de los agentes económicos en Estados Unidos y cree que las respuestas a los incentivos que genera el mercado no necesariamente llevan a la eficiencia y a la estabilidad. Plantea una crisis moral que debiera tenerse en cuenta para que la sociedad vuelva a prestar atención a otros valores fundamentales que llevan a la responsabilidad social. Esta crítica abarca también a los organismos internacionales. Sugiere cambios en el enfoque de la economía, bien detallados en el Capítulo 6, titulado La avaricia rompe el saco. Propone un sistema de regulación mundial coordinado, con un nuevo sistema global de reservas y asimila la caída de Lehman Brothers a la caída del muro de Berlín.

Siempre se plantea el debate de si existe o no "la mano invisible" que nos lleva a las soluciones sociales óptimas. En realidad, como plantea Milton Friedman, son más peligrosos "lo pies visibles" de los que buscan protección en detrimento del resto.
Finalmente, es interesante constatar que los desastres naturales parecen ser menos nocivos que los desastres económicos.
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http://www.lagaceta.com.ar/nota/385531/LA_GACETA_Literaria/crisis_global_segun_Stiglitz.html

el dispreciau dice: todo indica que la crisis consecuente al quiebre global no ha sido superada, está lejos de serlo, y existen evidencias plenas que no están dadas las condiciones para recrear un modelo de por sí perverso... el mundo enfrenta por estas horas la necesidad imperiosa de construir un sistema equitativo donde los estados cumplan un rol diametralmente opuesto al cursado hasta aquí, esto es que las sociedades contenidas deben ser efectivamente contenidas, respaldadas, donde aquellas garantías constitucionales tan mentadas se transformen en motor de sostenimiento comunitario ante cualquier circunstancia. Hoy, si una familia se ve arrasada por un huracán queda librada a suerte, al igual que en cualquier otro caso de catástrofe natural (terremoto, tsunami, lluvias, etc.) o inducida (derrame de petróleo [perdón por ser reiterativo], caída de aeronaves, colisiones, etc.), donde los estados se sacan el problema de encima trasladándolo a pólizas de seguros que en la mayoría de los casos no se cumplen ya que se trata de un instrumento que factura pero que no está diseñado para cubrir (esto es, perverso). Perverso también es el modelo de salud excluyente por naturaleza, donde los dineros describen una falsa identidad profesional, y donde si tienes lo suficiente podrás ser salvado, no así en caso de que tus recursos sean limitados, ni qué hablar si estos últimos son extremadamente limitados... Perverso es también el sistema educativo que pretende discriminar los talentos según las capacidades de pago de los padres, tutores o encargados, separando por cuentas bancarias a aquellos que les sobra de aquellos otros que no tienen con qué... Perverso es el sistema de justicia donde las penas se conducen según el dinero que ingresa por la puerta de atrás de los juzgados, no sólo aquí en América Latina, sino en todo el mundo conocido... y podríamos seguirla un rato largo. No sucede distinto en el seno de las empresas y los bancos donde todo es tan descartable, comenzando por las personas, y siguiendo por los métodos. Lo antedicho se traduce como que la ética se ha ido al carajo (disculpen el término, pero lo uso para reemplazar otro peor: "mierda") arrastrando en su desaparición los fundamentos filosóficos de la vida, las esencias, y el sentido último de comunidad que debería regir a la condición humana distinguiéndola de los dinosaurios. Hoy, somos más dinosaurios que humanos y eso es lo que nos caracteriza, mal que nos pese a muchos y mal que les convenga a otros. Las empresas borran su historia cada dos años, expulsando a su personal, con el sólo objeto que nadie sepa bien qué había antes y de forma de evitar a aquellos que acumulan conocimientos para luego usarlos (o no, ya que la mayoría no lo hace) como extorsión. Dicho esto, podría definirse que vivimos en un permanente estado de zozobra, sea por inducción o por la naturaleza, rezando cada día para no ser arrollados por "oportunidad". Así como hay una medicina basada en la evidencia (no comulgo mucho con ella), también hay una realidad que se fundamenta en ella. Una realidad que algunas sociedades como la americana han transformado en culto de dólares, pero que se acomodan según las circunstancias del ventajismo, esto es que si sirve para atropellar al otro está bien, caso contrario todo tiene un valor intrínseco que nadie sabe a ciencia cierta dónde comienza y mucho menos dónde termina, sin embargo, servirá para acumular intereses sobre una deuda que nadie contrajo pero que sí se estimó necesario (alguien) colocar en las espaldas de alguna víctima propiciatoria. Así es que el mundo tiene dos tercios de su población en estado de exclusión, marginada, empobrecida, sometida, esclavizada, discriminada, mientras en el tercio restante se sacan los ojos por seguir estando... Este cuadro deja en claro que este mundo está desquiciado por los pocos que se erigen como dueños de los destinos de los muchos, pero al mismo tiempo, esos mismos pocos no saben qué hacer con sus vidas y de hecho, aún cuando jueguen al golf o lapiden sus horas, están peleados con ella, de la que no se van a llevar absolutamente nada. Esta locura generada por los reinos europeos, los obispos y sus obsecuentes, y luego por el criterio bancario de los Estados Unidos de Norteamérica (en ese orden), ha transformado al planeta Tierra en un despojo de intenciones y de voluntades, donde unos cobran y otros eternamente pagan apenas por vivir, por respirar, por estar. Fue así, indudablemente. No debe ser así, más, por motivo alguno. El sistema económico del industrialismo quebró por ineficiente, pero no sólo quebró en administraciones y dineros inciertos, ya que también quebró socialmente, quebró en contaminación del medio ambiente y quebró en número de vidas consumidas para justificar lo injustificable. Dicho esto, el mundo falaz de los poderes debe asumir que no es bueno que lo libros contables se acomoden en las Bolsas del mundo a cambio de destruir a la raza humana y su medio ambiente... el daño que han implantado en estos últimos tres a cinco siglos es aberrante, y en tanto y cuanto crezca (lo sigue haciendo) generará una contra ola de magnitud que no dejará nada en la faz de la Tierra. Mientras se sigan justificando conductas miserables en nombre de los derechos humanos de unos en desmedro de los otros, la mentira crecerá hasta consumir a sus mentores, aún cuando ellos mismos no lo crean factible. No son pocas las voces que se alzan por estas horas, notificando que vamos por mal camino... y tal lo he dicho desde estos mismos renglones, cualquier extraterrestre que se asome a la ventana de las dimensiones huiría ante tanta desidia, a sabiendas que esta locura desembocará en una extinción masiva... y esta visión no es apocalíptica (así diría alguien que me calificaba cada día sin ver, ni tampoco asumir, sus propios errores), antes bien es extremadamente realista y traduce la senda que transitamos, queramos verla o no, y aún cuando nada podamos hacer para modificar esta angurria que caracteriza a los pocos. Junio 27, 2010.-

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