Al frente, con campera negra sin mangas, Pillín Bracamonte, de la barra de Central, en su regreso a Ezeiza
Violencia sin fin
Una película de terror
Barras deportados, amenazas, dirigentes cuestionados y una escalada de violencia cuando todavía no empezó el torneo
Noticias de Deportiva: Miércoles 9 de junio de 2010 | Publicado en edición impresa
La triste historia de los barrabravas está enquistada como el peor mal del fútbol argentino. Pero pocas veces en la historia, o hasta quizá se pueda aseverar que nunca, se vivió un día tan frenético y que rozara tantos ámbitos distintos. En Buenos Aires, revuelo por la llegada de los barras inadmitidos en Sudáfrica. Además, pedidos a la Justicia para que investigue cómo hicieron para salir del país. En Tucumán, el gobernador José Alperovich defendiéndose de la acusación por supuestos vínculos con Sergio Roldán, el barra que viajó aun teniendo pedido de captura. En Pretoria, un dirigente, Juan Carlos Crespi, acusando a Carlos Bilardo de tener relación directa con los violentos. Y el secretario técnico, negándolo. Un cuadro de terror, a sólo tres días del debut argentino en el Mundial.
Con una pequeña demora, el avión TAM PZ 700 que trajo a los diez barras deportados aterrizó a las 22.14 en Ezeiza. Allí estaban varios de los líderes de Hinchadas Unidas Argentinas, como Pablo "Bebote" Alvarez, Andrés "Pillín" Bracamonte y Sergio "Flay" Roldán, este último con pedido de captura, que fue apresado apenas pisó suelo argentino. La PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) lo detuvo y fue llevado en otro avión a Tucumán. Después se conoció una denuncia del senador radical José Cano, que indicó a Roldán como beneficiario de un plan Argentina Trabajo, por el que percibiría 1500 pesos por mes. Los otros siete barras no admitidos fueron Julio César Navarro, Pablo de Respinis, Emiliano Tagliarino, Luis Tucci, Mariano González, Diego Gómez y Juan Duarte.
La llegada produjo una escena violenta, y con los barras exaltados. Caóticamente dejaron el aeropuerto, con amenazas hacia los periodistas, para que no se les acercaran ni les tomaran fotografías. Uno de ellos, vestido con un buzo de Independiente, una careta y una peluca con los colores argentinos, fue el más irritado. Los barras denunciaron que les fueron robadas valijas y todos salieron sin bolsos de la terminal. "Pillín" Bracamonte era el único con algo en la mano: una bolsa con chocolates.
"No sé qué tiene que ver un político con esto, por qué lo mezclan, porque en definitiva lo único que hace es manchar a la dirigencia política", se defendió de las sospechas Alperovich. Además, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral recibió una denuncia del abogado Ricardo Monner Sans. "No puedo entender cómo la Dirección de Migraciones y los organismos encargados de controlar el egreso hacia el exterior de personas judicialmente inhabilitadas para ello, habrían podido -digamos- ?distraerse´", sostiene la presentación.
Mientras este tsunami se instalaba en nuestro país, en Sudáfrica los temblores por la onda expansiva de los violentos no eran menores. "Los barras piden por Bilardo, piden por él. Nosotros no tenemos nada que ver", decía, algo atemorizado, uno de los tres dirigentes de AFA que acompañan al seleccionado argentino. Sus palabras abrieron las puertas a lo que LA NACION reveló hace cinco días, cuando informó que un grupo de barras de La Banda de Lomas había irrumpido en el hotel Southern Sun para exigir entradas, dinero y una charla con Carlos Bilardo. Fue ayer Juan Carlos Crespi, otro de los dirigentes, el que vinculó al secretario técnico con los barrabravas, lo que agravó la situación y levantó aún más la polvareda de sospechas.
Agobiado por la situación, Crespi clarificó ayer lo que había dicho hace seis días, cuando reconoció conocer a los barras y haber tenido alguna relación con ellos. Pero esta vez, el dirigente de Boca fue más directo y le apuntó a Bilardo.
"Los barras vienen todos los días a preguntarnos por Bilardo. Dicen que les prometió entradas", denunció Crespi. Y Bilardo, en diálogo con Todo Noticias, se desligó, aunque su retórica fue contradictoria. "Yo no vi a nadie ni hablé con nadie. Estoy todos los días dentro del predio. Ellos [por los dirigentes] me dijeron que preguntaron por mí, pero por Bilardo pregunta todo el país. Yo no prometí nada. Tengo que estar loco para prometer entradas", dijo el secretario técnico, que luego reconoció sin claridad conocer a algunos de los barras.
El presidente de la delegación argentina, Luis Segura, desmintió que los dirigentes hayan reforzado su custodia tras las constantes visitas de los barras. "Es una exageración que ha inquietado a todos. Los barras vinieron en orden y respeto a preguntar cómo podían hacer para conseguir entradas. No le prometimos entradas a nadie, por lo tanto no debemos nada", comentó, y además negó que en el avión del seleccionado haya habido barras.
Las palabras de los dirigentes, anticipadas por LA NACION, dejaron al descubierto la explosiva convivencia entre los barras, dirigentes, futbolistas y el cuerpo técnico del seleccionado.
Pintada para burlarse de "bebote"
Ayer, en la autopista Ricchieri, aparecieron pintadas en tono de burla hacia Pablo "Bebote" Álvarez: "Comprate un plasma", se leía en una de ellas, firmada con un "12".
La queja de Marcelo Mallo: "Fue un acto de discriminación"
"Fue un acto de discriminación. Bebote [Alvarez] y Emiliano [Tagliarino] visitaron Sudáfrica hace cuatro meses sin problemas. Acá se violaron los tratados internacionales. Presentaremos un recurso de amparo para que les permitan volver a entrar", le comentó Marcelo Mallo, de HUA, a canchallena.com.
El barra-gate llegará a la Justicia
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, querelló al ex presidente de Vélez, Raúl Gámez, por el presunto delito de "injurias". Gámez lo había acusado de ser uno de los responsables del viaje de los barras a Sudáfrica.
Informe: enviados especiales a Sudáfrica y Lucas Bertellotti
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Violencia sin finUna película de terror
Barras deportados, amenazas, dirigentes cuestionados y una escalada de violencia cuando todavía no empezó el torneo
lanacion.com | Deportiva | Mi?oles 9 de junio de 2010
el dispreciau dice: Argentina está sumida y consumida por la violencia, protegida y aventada desde los estamentos políticos. Más allá de expresiones donde los responsables se (intentan hacerlo) sacan la responsabilidad de encima, es evidente que la clase política fabrica fuerzas de choque, comprando dignidades a gentes que se mueven sólo por sus bajos instintos, siempre respaldados por una justicia de ojos abiertos e intereses oportunistas. Esta cultura de la violencia viene desarrollándose desde los noventa, gestada desde y por un poder incapaz de sustentarse por su genio inexistente, y su brutal incapacidad para gestionar. Argentina he hecho el ridículo una vez más... tratando de justificar lo injustificable... tratando de negar lo evidente. El deporte de la pelota habilita al lavado de dineros de dudoso origen, pero además promueve un modo de vida que es rechazado por la sociedad como un todo... esta iniciativa de exportar barras bravas para un evento internacional nos desmerece como sociedad, destruye los escasos valores vigentes e impulsa más barbarie y más poder destructivo del estado de derecho. ¿A quién le sirve?... seguramente a unos pocos que no tienen capacidades para ejercer el poder de manera socialmente equitativa, favoreciendo a aquellos que construyen el día del país. La clase política no lo entiende y dista de tener capacidades para hacerlo... pero la violencia sembrada y contruida al amparo de la diseminación de la pobreza, promete una barbarie sin límites, un drama que perdurará aún cuando esta deficiente, pobre e impresentable clase política, haya desaparecido. Junio 09, 2010.-
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