Editorial II
Malnutrición y anemia
La escasa alimentación de los niños deja secuelas de por vida y no sólo es correlato sino también causa de la pobreza
Noticias de Opinión: Lunes 21 de diciembre de 2009 | Publicado en edición impresa
El Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), que lleva el nombre de su fundador y recordado médico, doctor Alejandro O´Donnell, hizo saber recientemente que el promedio de peso de los recién nacidos en la última década ha disminuido, en términos generales, 30 gramos y que un 7 por ciento de los bebes nace hoy con peso insuficiente.
Según estadísticas del Ministerio de Salud, anualmente se registran 50.000 nacimientos con bajo peso. Se considera que esa falta es uno de los antecedentes de la anemia, mal que afecta en la actualidad a uno de cada tres niños menores de 2 años.
Es justo señalar la valiosa contribución del fundador del Cesni al estudio y tratamiento de la anemia originada por falta de hierro, componente indispensable para la salud orgánica, ya que la función de los glóbulos rojos es transportar la hemoglobina, sustancia compleja en cuya composición entra el hierro, de modo que si no hay suficientes reservas de ese mineral en el organismo se reduce la presencia de hemoglobina, cuya producción debe ser continua porque es de breve vida.
Esa disminución provoca el estado anémico y el consecuente debilitamiento de la función oxigenante que cumple la circulación de la sangre en tejidos y células de todo el cuerpo. También hay que tener en cuenta que en los períodos de mayor aceleración del desarrollo, como en los primeros años de la infancia, se requiere mayor reserva de hierro para posibilitar el consiguiente aumento de hemoglobina.
La anemia acecha a los bebes nacidos con peso insuficiente, lo que se vincula "con una gestación subóptima". En este sentido, el doctor Esteban Carmuega, actual director del Cesni, señala que esa falta de peso deja en el niño una especie de "cicatriz", que tanto podrá afectarlo en la fuerza de sus manos como en el desarrollo de su talla o en la aptitud para el conocimiento y el aprendizaje.
Tomar noticia de los problemas que en el presente y en el futuro del niño puede ocasionar la carencia de peso normal y la amenazante anemia obliga a extremar recursos y criterios eficaces para evitarlas.
Seguramente ésa es la misión del médico que atiende a la embarazada y aconseja su adecuada alimentación, que implica un equilibrio de cantidad y calidad de nutrientes a fin de eludir los riesgos de una malnutrición que, por carencia o por exceso, afecte al bebe. También importa paralelamente un apropiado control del peso de la madre.
Luego del nacimiento, la función de la lactancia materna y el tiempo que ha de durar son de primordial significación para el desarrollo infantil. Estas observaciones muestran, también, la necesidad de que los padres acompañen comprensivamente las prescripciones médicas. Del mismo modo, es útil que la escuela y los medios de comunicación provean información orientadora.
El estado nutricional es consecuencia de varias condiciones, entre las cuales se encuentran la situación social, la económica y la cultural, entre otras. Es el mejor indicador del bienestar de los niños y, en términos más amplios, del desarrollo de los países en momentos en que más de 1000 millones de personas que no comen lo suficiente en el mundo.
Las políticas de salud deben poner en ejecución medidas que contribuyan al nacimiento y la crianza de niños sanos, aun en lugares donde haya carencias. En palabras del doctor Carmuega, "la mala nutrición no sólo es consecuencia, sino también causa de la pobreza".
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La escasa alimentación de los niños deja secuelas de por vida y no sólo es correlato sino también causa de la pobreza
lanacion.com | Opinión | Lunes 21 de diciembre de 2009
el dispreciau dice: si "alimentamos" la "pobreza"... si nutrimos a la delincuencia... si favorecemos el tráfico y producción de drogas... si alentamos el enfrentamiento entre conciudadanos... si atropellamos a la justicia y negamos al poder legislativo... si desalentamos la educación... si restamos capacidad operativa a los hospitales... si dejamos que las estructuras se deterioren... si permitimos que deprenden nuestros recursos... si permitimos que nuestros niños padezcan una desnutrición creciente... ¿de qué democracia estamos hablando?. Diciembre 21, 2009.-
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