sábado, 19 de diciembre de 2009
sin mañana... [I]
el dispreciau quiere compartir una reflexión con las almas que se llegan a estas páginas del espíritu marginado. Dicha reflexión está relacionada al problema del cambio climático que nos afecta a los seres humanos vivos y a los que aún no nacen, esto es, nos afecta de una manera tangible a nosotros pero lo hace de una manera intangible a la presencia de la raza humana en la Tierra...
1 - La Cumbre de Copenhague
Un pacto bajo mínimos
Obama acuerda con China, India, Brasil y Suráfrica un texto inconcreto como "primer paso" - La Cumbre del Clima rebaja sus expectativas para salvar la cara
RAFAEL MÉNDEZ (ENVIADO ESPECIAL) - Copenhague - 19/12/2009
Estados Unidos, China y otros gigantes en desarrollo como India y Brasil cerraron anoche un acuerdo raquítico para salvar la cara en la Cumbre del Clima de Copenhague. Tras acordarlo a puerta cerrada, Barack Obama comunicó el acuerdo a la UE, que lo aceptó. El texto, de tres folios, incluye las propuestas de reducción de emisiones que todos los países han presentado estas semanas, pero sólo como orientación, ya que las válidas sólo estarán el 1 de febrero de 2010.
El pacto, llamado Acuerdo de Copenhague, no incluye el concepto "verificación" de emisiones, que tanto molestaba a China. En su lugar, la transparencia, que era clave, se limita a un sistema "internacional de análisis y consultas" que queda por definir. El texto estaba anoche a las dos y media de la madrugada pendiente de ratificación por el plenario, en el que la oposición de cualquier país no informado lo podría invalidar como texto de Naciones Unidas.
Tan vago era el resultado de una cumbre tan grande y con tantas expectativas que los presidentes que gestaron el acuerdo salieron cada uno por una puerta sin hacerse la foto de familia. Cuando Obama comunicó el resultado, el brasileño Lula da Silva había salido una hora antes rumbo a Brasil.
Con el pacto, los gigantes pretendieron salvar un trámite. 24 horas de negociaciones con jefes de Estado y Gobierno no dieron para más. Y como nadie quería aparecer como el que rompió el acuerdo, los negociadores optaron por ir rebajándolo hasta cerca del suelo.
El texto sí mantiene el objetivo de que la temperatura no suba más de dos grados centígrados para evitar "una interferencia peligrosa" con el clima. Pero sólo dice que las emisiones deberán tocar techo "lo antes posible" -al principio de la cumbre el objetivo era fijarlo en 2020- y no establece objetivos para 2050.
Tampoco está la recomendación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de que las emisiones de los países ricos deben rehuir sus emisiones entre un 25% y un 40% en 2020. Estados Unidos, cuyo recorte es de sólo el 17%, se negó a incluir ese rango pese a que sí lo aceptó hace dos años en Bali.
El embajador brasileño de Cambio Climático, Sergio Serra, explicó que el acuerdo se cocinó en una reunión convocada a media tarde por el primer ministro chino Wen Jiabao. Primero acudieron Lula y los presidentes de India y Suráfrica, cuatro grandes emergentes (a falta de Rusia), y una hora después apareció Obama. Iba con Hillary Clinton y su enviado para el Cambio Climático, Todd Stern. En la sala, situada en la primera planta del Bella Center, el centro de la cumbre, había unas 30 personas. La delegación india pidió que no se hiciera un tratado vinculante, sino algo en el que todos declaren sus emisiones, "como en la Organización Mundial del Comercio".
Durante unas tres horas debatieron "sin que nadie diera un puñetazo en la mesa", según uno de los presentes. El momento de tensión se produjo cuando China aceptó la proposición sobre la transparencia. "El principal asesor de Jiabao se puso a gritar en chino. No debió de gustarle lo que había aceptado su primer ministro. La traductora no dijo lo que había dicho", explica uno de los presentes bajo la condición del anonimato.
Una vez acordado, el presidente de EE UU fue "a comunicárselo a los europeos", según Serra. "Ningún país está del todo satisfecho pero es un paso significativo e histórico. El acuerdo no es suficiente para combatir la amenaza del cambio climático pero es un importante primer paso", sostuvo un portavoz de la Casa Blanca. Obama afirmó en una breve declaración, antes de salir por la puerta trasera hacia el avión presidencial: "Por primera vez en la historia, todas las grandes economías han aceptado juntas su responsabilidad para afrontar la amenaza del cambio climático".
El presidente de Estados Unidos se defendió de las acusaciones de falta de ambición apelando al pragmatismo. "Los compromisos de cada país serán objeto de una consulta y análisis internacional similar a lo que ocurre en la Organización Mundial del Comercio. No será legalmente vinculante, pero permitirá enseñar al mundo lo que están haciendo".
La fórmula de la transparencia deja claro que la comunicación a la ONU la hará cada país y que "se respetará la soberanía nacional". Las acciones de reducción de emisiones que se hagan con dinero internacional sí estarán sujetas al completo sistema de comprobación. China ha declarado que no quería dinero, sino "no verse sujeta a las reglas de la contabilidad internacional".
Después de insistir durante semanas en que la transparencia era esencial, Obama afirmó que ese sistema de consultas por definir "dirá mucho de lo que hace falta saber", aunque matizó: "La verdad es que actualmente ya podemos saber mucho de lo que ocurre en un país con imágenes de satélite".
Serra admitió que es "un acuerdo de compromiso". Sobre por qué no habían informado a la Unión Europea, el embajador de Lula lo despachó con un "no creo que la UE tenga ningún problema ya que la clave era EE UU, que exigía la transparencia de los países en desarrollo, y la UE no fue tan dura".
Aunque el acuerdo queda muy lejos de las aspiraciones europeas, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que "todos los países aceptan el acuerdo". La canciller alemana, Angela Merkel, manifestó que el acuerdo "era un paso adelante", pero que no iría al 30% hasta que no hubiera un acuerdo vinculante. México también apoyó el resultado final.
La división en la UE era palpable: "Confío en que subamos la oferta", explicó antes en los pasillos Josef Matthias Leinen, el portavoz del Parlamento Europeo, que a la vez se mostró "decepcionado" con el resultado.
Aunque el texto incluye a los países responsables de la inmensa mayoría de las emisiones del mundo, de madrugada aún no era el texto oficial de Naciones Unidas. La Convención de Cambio Climático funciona por consenso y la oposición de un país impide la adopción de los acuerdos. El portavoz del G77, el sudanés Lumumba Lumumba Stanislaus Di-Aping, se mostró indignado: "Es poco democrático. Es triste y una extrema violación de los principios de la convención. Un acuerdo que aumenta la temperatura dos grados centígrados supone que en África subirá 3,5 y destruiría nuestras economías y nuestro pueblo", declaró a EL PAÍS.
Sin embargo, Di-Aping fue incapaz de decir si el G77, el heterogéneo grupo de más de 100 países en desarrollo, se opondría. En ese grupo de negociación están China, India, Brasil y Suráfrica y algunos países en desarrollo que apoyan el acuerdo. El pacto supone la división definitiva de este bloque.
Los tres folios del acuerdo eran el fiel reflejo del lúgubre ambiente que todo el día presidió la cumbre. Obama llegó a primera hora de la mañana a Copenhague, se reunió con Wen Jiabao, y se unió a la negociación que desde la noche antes llevaban a cabo a puerta cerrada 25 países escogidos. Allí estaban las grandes potencias (EE UU, China, Alemania, Reino Unido, Francia, India, Japón, Brasil, Rusia o México) pero también España y Suecia (por la UE), Lesoto, Etiopía o Suráfrica, Sudán (por África) Maldivas (por las islas que se van a hundir con la subida del nivel del mar) y Arabia Saudí (por los países petroleros).
Los primeros ministros entraban y salían aunque sobre las dos de la mañana del viernes la mayoría dejó a sus delegados. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo por la noche y volvió a las 08.46 de ayer y permaneció todo el día en el centro de convenciones.
Durante la madrugada del viernes, comenzaron a preparar borradores de lo que iban a llamar el Acuerdo de Copenhague, que queda muy lejos de lo pactado en Bali en 2007, cuando los países acordaron tener aquí un tratado que sustituyera al de Kioto, que caduca en 2013. En noviembre pasado, en Barcelona, quedó claro que no habría tal tratado y que en su lugar bastaría con un acuerdo político, y ayer ya valía casi cualquier cosa.
Tras los discursos de Jiabao y Obama, la negociación volvió a la puerta cerrada durante otras largas horas. El brasileño Lula fue el único que mostró algo de pasión, y afirmó que sólo "un milagro" podría salvar Copenhague. "Como creo en Dios, creo en los milagros", concluyó. Es dudoso si lo ocurrido por la noche puede ser calificado de tal.
LA REUNIÓN EN FRASES
- Barack Obama, presidente de EE UU (18/12/2009): "Las piezas de este acuerdo no están claras". "El mundo nos está mirando. Tenemos que emprender una acción común. Creemos que podemos actuar juntos ante esta amenaza. No he venido a hablar, sino a actuar".
- Luiz Inázio Lula da Silva, presidente de Brasil (18/12/2009): "Como creo en Dios, creo en milagros, quiero ser parte de ese milagro". "Es importante que los países desarrollados entiendan que el dinero no es un favor. El dinero puesto encima de la mesa es el precio por las emisiones de CO2 generadas durante los últimos dos siglos".
- Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas (16/12/2009): "Como mínimo, los Estados miembro deberían acordar un recorte de las emisiones a la mitad en 2050". "El cambio climático está ocurriendo y acelerándose mucho, mucho, más rápido de lo que cualquiera pueda percibir".
- José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de España (17/12/2009): "Los ecologistas tenían razón". Esta cumbre "no es un debate entre pobres y ricos". "La Tierra no pertenece a nadie; sólo al viento".
- Wen Jiabao, primer ministro chino (17/12/2009): China se toma "muy en serio" el cambio climático. "Miles de millones de personas en el mundo siguen de cerca lo que ocurre hoy en Copenhague y los compromisos que adoptemos deben ayudar a impulsar el proceso histórico de la humanidad para combatir el cambio climático".
- José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea (17/12/2009): "Decepción ante el bajo nivel de las negociaciones". "Por mis contactos con muchos socios, tengo esperanzas de que alcanzaremos el objetivo de 10.000 millones de dólares". "Obama no va a venir sólo para reiterar lo que está en su borrador de la legislación". "Realmente espero que anuncien algo más".
- Nicolas Sarkozy, presidente de Francia (18/12/2009): "Las discusiones se prolongaron durante toda la noche sin interrupción". "La buena noticia es que vamos a seguir, la mala es que no hemos llegado a una conclusión". "Hay mucha tensión". (17/12/200): "Los científicos nos han dicho que somos la última generación que puede hacer esto. No podemos fallar".
- Evo Morales, presidente de Bolivia (17/12/2009): "Como aquí no va a haber acuerdo, yo quiero sugerir a los jefes de Estado que consultemos al pueblo para que esto sea vinculante en la aplicación de lo que se quiere en el mundo".
- Hugo Chávez, presidente de Venezuela (16/12/2009): "Un fantasma recorre las calles de Copenhague... Es el capitalismo". "El espíritu destructor del capitalismo es la erradicación de la vida". "Si el clima fuera un banco, ya lo habrían salvado".
- Gordon Brown, primer ministro británico (17/12/2009): "Los retos son formidables, pero no insuperables". "No podemos permitirnos adoptar una defensa de los intereses de vía estrecha para que sobrevivan nuestros intereses en detrimento del planeta".
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2 - La Cumbre de Copenhague
Toda la presión para China
Clinton anuncia en Copenhague que EEUU se sumará al fondo internacional contra el cambio climático si Pekín hace públicas sus emisiones.- Primer paso para desbloquear una negociación que sigue lejos de limitar el calentamiento
RAFAEL MÉNDEZ | Copenhague - (ENVIADO ESPECIAL) - 18/12/2009
La Cumbre del Clima mira ahora a China. La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, anunció ayer que su país se sumará al fondo a largo plazo para los países pobres de unos 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020. Es la primera vez que EEUU habla de participar en un fondo de tal magnitud, algo que permitió avanzar la negociación. Pero Clinton dejó claro que sólo lo harán si hay un acuerdo en Copenhague que incluya transparencia -citó esa palabra 22 veces en 30 minutos de comparecencia- por la parte China, que se niega a que la ONU audite sus emisiones. Después de tres días perdidos en debates estériles, la cumbre volvió ayer a la negociación normal pero puede ser demasiado tarde: los recortes de emisiones que maneja no llegan al objetivo de limitar en dos grados el calentamiento, como oficialmente buscan las potencias.
Clinton hizo el anuncio ante cientos de periodistas: "En un acuerdo fuerte en el que estén todas las grandes economías con acciones significativas de mitigación [limitación de emisiones] y en la que den transparencia completa de cómo se llevan a cabo, EEUU está lista para trabajar con otros países para movilizar 100.000 millones de dólares (70.000 de euros) al año a partir de 2020 para afrontar las necesidades de los países en desarrollo con el cambio climático". Clinton dejó claro que ese fondo debía estar centrado en "los más pobres y vulnerables", como un mensaje de que China no sería destinatario de ese dinero. Preguntada sobre la esperada presencia de
Obama en la cumbre, Clinton replicó misteriosa: "El presidente planea venir mañana [por hoy]. Obviamente esperamos que haya algo para lo que venir".
La UE había pedido ese fondo con 100.000 millones de euros -cada uno habla en su moneda, como si hubiese paridad en el cambio- aunque no está definido de dónde vendrá el dinero ni cómo crecerá entre 2014 -cuando acaba el fondo inicial ya casi pactado pactado- y 2020. Clinton explicó que el dinero debería salir de "distintas fuentes, públicas y privadas, bilaterales y multilaterales, incluyendo fuentes alternativas de financiación".
Aunque no hay nada definido, las potencias buscan fórmulas para este fondo: un impuesto sobre la aviación internacional o el transporte marítimo o destinar allí una parte de la subasta de los derechos de emisión entre las empresas. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, fue el más audaz: "¿Quién se opondría a una financiación innovadora que tase las transacciones financieras para salvar el planeta?".
Con el movimiento, EEUU no sólo traspasa los focos en China, sino que debilita su posición en el G77, el heterogéneo grupo de más de 100 países en desarrollo con intereses variopintos en el que se integra China. "China se ha escondido detrás de los países africanos y ha bloqueado la negociación. Ni siquiera acudía a las reuniones. Ahora le toca decidir qué hacer"; explica un negociador de la UE.
La mayoría de estos países llevaban pidiendo este fondo -aunque con el doble de cantidad- y ahora les será difícil respaldar la postura china. Brasil anunció que apoya "un régimen internacional transparente". "Se pueden enviar informes de emisiones cada dos años y si hubiera alguna duda el diálogo con Naciones Unidas debe ser franco. Eso garantiza una transparencia a la que estamos absolutamente dispuestos a mantener", señaló el embajador Luiz Alberto Figueiredo.
"En esta negociación hay que ir por grupos, pero está claro que los intereses de un país centroafricano y los de China ya no tienen nada que ver", explicó hace un delegado europeo sobre la situación en el G77, que comenzaba a resquebrajarse pese a la red de intereses que China está tejiendo en África con masivas inversiones.
El negociador de Leshoto, Bruno Sekoli, portavoz de los países menos desarrollados, respondió al anuncio al margen del G77: "Esta oferta trata de desbloquear una negociación complicada".
Los países ricos creen que el bloqueo de los últimos tres días ha sido en promovido por China, o que al menos que se ha beneficazo de ello. África recela de la presidencia danesa al considerar que rema a favor de los países ricos. El miércoles bloquearon la presentación de un texto alternativo de negociación preparado por el primer ministro danés, Lar Okke Rasmussen, y obligaron a seguir con los dos textos de los dos grupos de trabajo oficiales, el de Kioto y el paralelo en el que está EEUU.
El secretario de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, sugirió que se podría endurecer las obligaciones de información de los países en desarrollo -que envían sus informes casi cuándo y cómo quieren- pero sin llegar al exhaustivo informe que anualmente envían los países ricos y que incluye todo tipo
de consumos energéticos, de fertilizantes... En un país desarrollado muchos de esos datos ya son públicos, pero China considera que esto es una injerencia y que ese sistema destriparía su política económica. El problema chino con la contabilidad va más allá del clima.
Con el anuncio de Clinton y la vuelta a la negociación, la cumbre volvió a ser la montaña rusa propia de unos de los últimos días de una negociación internacional con 118 jefes de Estado y con implicaciones en el medio ambiente, la energía, el comercio internacional y la economía. "El teleférico hizo ayer una parada inesperada en su camino a la cumbre pero ahora vuelve a caminar", explicó un sonriente De Boer, que suele escenificar con sus gestos el estado de la negociación.
El ambiente era, sin embargo, extraño por el silencio que reina en el edificio tras la drástica restricción de acceso a las ONG, que fueron confinados en otro centro. Joaquín Nieto, único representante de una ONG española que accedió a la cumbre, criticó "el maltrato a las ONG".
El ambiente era aún más desangelado porque el pleno con los los presidentes sólo se podía seguir por televisión. Los delegados son los únicos con acceso a la sala en la que jefes de Estado y de Gobierno lanzaron discursos sobre la gravedad de la situación. El primer ministro británico, Gordon Brown, pidió acción ya: "La gente dice con razón: si podemos proporcionar financiación para salvar a nuestros bancos de los banqueros, podemos, con el apoyo financiero adecuado, salvar el planeta de las fuerzas que lo destruirían".
El iraní Mahmoud Ahmadinejad acusó a EEUU -"que tiene el 40% de los coches del mundo"- de haber causado el problema con "sus planes megalómanos". Con alusiones continuas a Dios, pidió el "retorno a los valores divinos y humanos" y defendió la nuclear -Irán tiene un más que controvertido programa atómico- como una opción ante el cambio climático. También hablaron Uribe, Lula, Alberto de Mónaco... De la mañana a la noche, con un tiempo de tres minutos que ninguno respetó, se sucedieron las declaraciones en un maratón imposible de seguir.
Sarkozy retó a los presentes a decir en la tribuna que no hacía falta transparencia internacional o que los países en desarrollo no tenían que llevar a cabo una drástica reducción de emisiones: "Si seguimos así será un fracaso. EEUU debe ir más allá de los objetivos que han anunciado incluso si eso supone un avance significativo. China no puede considerar que la transparencia compromete la soberanía". El presidete francés incluso contravino el discurso de la UE y pidió prorrogar el Protocolo de Kioto y aseguro que ésta es "la última generación que podrá frenar el cambio climático" y pidió que después de la cena un grupo representativo de jefes de Estado se quedase para negociar y presentar hoy un acuerdo. La sensación de urgencia se palpaba en la mayor parte de los discursos. ¿Cómo vamos a volver a casa sin acuerdo después de la que hemos montado en Copenhague?, parecían preguntarse. El problema es que el texto que salga, probablemente la suma de las dos vías de negociación bajo el epígrafe de Los acuerdos de Copenhague, puede no ser suficiente para aguantar la foto.
Las propuestas de reducción de emisiones no bastan para limitar el calentamiento en dos grados centígrados, como las potencias negocian en la cumbre. La UE calcula que, incluso si aumenta su recorte hasta el 30%, el recorte de los países desarrollados estará entre el 17% y el 20% respecto a 1990. Y, según fuentes comunitarias, el plan chino considera que sólo supone un recorte de entre el 12% y el 15% respecto a la tendencia actual, lejos del 30% que le piden los países ricos. Un informe interno de la ONU adelantado por el diario británico The Guardian coincide con lo que los estudios independientes llevan meses alertando: que con los recortes anunciados la temperatura subiría tres grados. Esto, según Greenpeace, "supondría una devastación del continente africano".
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3 - La Cumbre de Copenhague
REPORTAJE: La Cumbre de Copenhague
Dos años para un paso atrás
El pacto de Copenhague no define reducciones de CO2 como se pedía en 2007
C. Á. - Copenhague - 19/12/2009
Han transcurrido 17 años de negociaciones climáticas desde la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, pero la concentración en la atmósfera de los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático no para de aumentar. El plan de Bali 2007 daba dos años para llegar en Copenhague a un acuerdo para ampliar el único tratado internacional que existe para frenar este fenómeno: el Protocolo de Kioto.
- ¿Qué es Kioto? El Protocolo de Kioto vio la luz en la ciudad japonesa que le da nombre en 1997. Su objetivo es reducir las emisiones globales de seis gases que causan el cambio climático, el CO2 entre ellos, en al menos un 5% con respecto a las de 1990 en el periodo 2008-2012. Hicieron falta cuatro años de intensas negociaciones para cerrar el texto legal que define las reglas de juego de este tratado internacional y hubo que esperar todavía a 2004 para contar con las ratificaciones suficientes para que entrara en vigor. Esto es, faltaba la de Estados Unidos, por entonces el mayor emisor de CO2 del mundo (ahora superado por China). El entonces presidente estadounidense George Bush se desentendió del tratado, y si salió adelante fue por el empeño de la UE. Era sólo un primer paso, pero ya se había convertido en un símbolo ambiental.
- ¿A qué países obliga a recortar emisiones? Este tratado internacional sólo ha obligado a reducir emisiones a los países industrializados, que son los que han causado el problema. Quedaban fuera Estados emergentes como China, India o Brasil. Cada país tiene un compromiso de reducción y la UE (entonces, de los Quince) repartió entre los diferentes miembros el esfuerzo para recortar de forma conjunta un 8% los gases. España acordó no aumentar sus emisiones más de un 15% con respecto a 1990. Sin embargo, según las últimas estimaciones, y tras la bajada del consumo por la crisis económica, ahora estará en torno al 34%, un porcentaje muy superior, que obliga al país a comprar derechos de emisión para poder cumplir. Paradójicamente, no han existido obligaciones de recortes para ninguno de los dos principales emisores de CO2 del mundo: China y EE UU, que juntos generan el 40% de las emisiones globales.
- ¿Cómo han evolucionado las emisiones? Lejos de disminuir, entre 2000 y 2008 la concentración de CO2 en la atmósfera ha seguido aumentando a un ritmo de 1,9 partes por millón (ppm) adicionales de media, según Global Carbon Project. El último informe de esta organización estima que en 2008 la concentración de CO2 había llegado ya a 385 ppm, un 38% más que al comienzo de la revolución industrial (280 ppm, en 1780). Ahora bien, Europa sí ha bajado sus emisiones, y más incluso que su objetivo conjunto del 8% marcado en Kioto. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, se espera que la UE alcance entre 2008 y 2012 una reducción total del 13%. Cinco países (Alemania, Francia, Grecia, Reino Unido y Suecia) ya han logrado bajar sus emisiones por encima de los objetivos y hay sólo un país del que se piensa que va a incumplir su reto: Austria.
- ¿Qué pasa ahora con Kioto? El primer periodo de compromiso del Protocolo termina en 2012. Copenhague buscaba un acuerdo que le diera continuidad. Además, en una línea de negociación paralela, se intentaba que también asuman compromisos de reducción los países con emisiones importantes que hasta ahora estaban fuera del Protocolo, como EE UU o China, para lograr una rebaja significativa, por debajo de los niveles considerados seguros para impedir catástrofes por el calentamiento terrestre. Desde la Cumbre de Bali de 2007 se habla de estabilizar la concentración de CO2 en la atmósfera en 450 ppm, lo que se estima que da un 50% de probabilidades de que la temperatura media del planeta no suba más de dos grados respecto al nivel preindustrial.
- ¿Por qué tanta prisa en Copenhague? Hace dos años, en Bali, se acordó el llamado Plan de Acción de Bali, que otorgaba dos años para aprobar un nuevo plan global con el que recortar las emisiones, asentado en cuatro pilares: mitigación (recorte de emisiones), adaptación (cómo afrontar los efectos ambientales que ya no pueden detenerse), tecnología y financiación. Ese plazo expiraba aquí en Copenhague. En el caso de los recortes de emisiones, en Bali también se propuso seguir las recomendaciones científicas del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), de forma que los países industrializados recortaran sus emisiones entre un 25% y un 40% en 2020 con respecto a 1990, esto no aparece en el pacto anunciado anoche. Todo esto es lo que tendría que haberse cerrado en Copenhague y se deja para los próximos meses. Todo debe estar en vigor en 2013.
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4 - La Cumbre de Copenhague
ENTREVISTA: La Cumbre de Copenhague RICHARD MORNINGSTAR Embajador de EE UU en materia energética para Europa y Asia
"Si no actuamos, la economía crecerá emitiendo mucho CO2"
V. CALDERÓN - Madrid - 19/12/2009
Transparencia es quizá una de las palabras más constantes que el Gobierno de Estados Unidos utiliza para describir su postura en la Cumbre del Clima de Copenhague y que también es constante para dibujar un futuro sustentado en energías limpias. Richard Morningstar, embajador especial del departamento de Estado de Estados Unidos en materia energética para Europa y Asia, añade otra más: cooperación. "El futuro de la energía es un asunto global que requiere de una solución global", afirma. Morningstar declara que el Consejo de Energía UE-Estados Unidos, anunciado el 4 de noviembre pasado, busca un modelo energético realista y sostenible, que no descuide the big picture (la imagen completa).
Pregunta. ¿Cuál es la imagen completa?
Respuesta. Políticas energéticas que fomenten las fuentes alternativas y que no descuiden los mercados. Hay que fomentar una economía apoyada en energías alternativas que además no descuide las fuentes de empleo.
P. ¿Es realista un futuro basado en energías alternativas?
R. No hay una solución única, hay muchas piezas en el rompecabezas. España [que asumirá la presidencia de la UE en enero de 2010], es un país que ha mantenido una política firme en este sentido y que, además, le ha rendido frutos.
P. ¿Cómo llegar a ese futuro?
R. Depende, en concreto, de la tecnología. Las decisiones que se tomen en Copenhague no deben pasar por alto el impacto que tendrán en los mercados.
P. ¿Qué tipo de impacto?
R. Los mercados energéticos son interdependientes. Los cambios en un mercado pueden tener un impacto que perjudiquen a otro. Una interrupción en el suministro de gas en Europa, además de las consecuencias humanitarias, afecta a la distribución y al precio del gas en todo el mundo.
P. ¿Cuáles son las prioridades del Consejo de Energía de la UE y EE UU?
R. La demanda de energía continuará incrementándose, y debemos entender que las políticas energéticas y económicas y la solución al cambio climático son inseparables. Si no actuamos pronto, la economía seguirá creciendo gracias a una producción basada en altas emisiones de CO2.
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el dispreciau dice: vivo a escasos ocho kilómetros de la Cordillera de los Andes, en Salta. He transitado por todos los rincones del planeta. He visto a las industrias contaminar indiscriminadamente al tiempo que hablaban de ecología allá por los ochenta así como he asistido (apreciado sería el término justo) como el Brasil ha colaborado con la destrucción del medio ambiente de una forma semejante a lo que ha hecho y hace China. Hace muchos años observo cómo se viene produciendo sistemáticamente modificaciones climáticas a "simple vista"... dichos cambios se expresan para quien los quiera ver e interpretar y suceden mientras el mundo sigue girando y cada quien se guarda en sus problemas. Las alteraciones son notorias y como tales pueden ser calificadas de significativas para cualquiera que lo quiera entender. La desertificación del Asia es un hecho cierto que China evita que se conozca pero que sucede todos los días donde miles de toneladas de arena se levantan por los aires para luego caer sobre lugares como Beijing... El aumento de la temperatura se percibe en la piel y no hace falta ser un genio de la física cuántica para asumir que el Sol "está fuerte" o bien que "la atmósfera está débil". La afectación de los glaciares es un hecho cierto y verificable, alcanza con caminarlos para entender cuánto están sufriendo. En mis andanzas por las alturas veo con estupor algunos cambios que distan de responder a las lógicas humanas. Luego podrá discutirse si el anhídrido carbónico es más o menos o bien si las emisiones de gases contaminantes son mejores, peores, distintas, intensas o como se quiera... sin embargo es perceptible que "algo no está bien". Brasil ha permitido que el pulmón del planeta sea diezmado sistemáticamente y de hecho las selvas se reducen proporcionalmente al avance del hombre en busca de nuevos espacios para sobrevivir. Los nativos de las selvas vienen denunciando actos depredatorios desde hace al menos dos décadas (para no decir dos siglos) pero nadie atiende a los "indios" porque la discriminación existe y la descalificación premeditada también. Una de las pruebas más temibles es la expansión del dengue y del chagas a manos de "bichos" que antes estaban circunscriptos a sus medios. Los que vivimos entre la selva y la cordillera vemos como aparecen insectos hasta escasos años desconocidos por estos lares, entre los que se cuentan mosquitos, vinchucas, alacranes, hormigas de especies no usuales, etc. Incluso aparecen aves que otrora no salían de sus hábitat pero que ahora no tienen dónde vivir, dónde comer, dónde hacer sus nidos, dónde pasar sus noches. Desde luego, todo esto a las economías líderes, altamente exclusivas del mundo humano, les importa un bledo el dengue, las aves, el chagas, o cualquier otra cosa que no sea su juego de toma y daca. La prioridad es sostener el poder a cualquier precio y justamente el precio es lo que nubla la razón del futuro humano, que dicho sea de paso, no tiene precio. Traducido de manera sencilla: el problema de la Tierra no es mañana, tampoco en el 2015, mucho menos en el 2020. La decisión que no se toma hoy, pateando el problema hacia adelante como suelen hacer los irresponsables que sólo están comprometidos con sus intereses y sus conveniencias, será padecida por la humanidad de distintas formas. Lo que sucedió el 26 de diciembre del 2004 no fue una mera casualidad y el tsunami consecuente dejó en evidencia todas las cosas que no conocemos y todas las otras que desconocemos pero decimos saber, así como algunas que decimos manejar pero que nos calla a través de las realidades... No es lo único. Ya son demasiadas las evidencias que están anunciando que algo no está bien y promete estar peor. Sucede que los cataclismos focalizados siempre afectan a pobres y marginados para convertirlos en más pobres y más marginados, aspecto que tiene sin cuidado a las potencias y sus problemas de sustentabilidad de economías esencialmente mentirosas. Si se mueren más o menos negros, más o menos sudacas, más o menos asiáticos, da igual y esa sí es una actitud cierta que adoptan las potencias ante los desastres que generan y que endosan rápidamente para que sean sufridos por otros. De tanto ver padecer a la distancia, no han asumido con claridad cuan grave es el problema y apenas si se dedican a financiar actividades que recitan el apocalipsis eventual a través del Discovery Channel o del National Geographic. El calentamiento del planeta es un hecho real verificado en la actividad volcánica creciente en el fondo de los océanos, una actividad que ya asoma en África de manera visible en la fisura de Afar, pero no es lo único. Las medusas gigantes que otrora no se veían en la superficie del Mar de Japón ahora lo invaden lo cual no impide que Japón siga depredando los mares para darles de comer a sus comunidades... pero a esta altura de los acontecimientos, seguir discurseando sobre lo evidente aparece como estúpido y habla mal de la sensatez de las potencias (si es que alguna vez tuvieron algún dejo de ella). El estado actual del planeta Tierra, única nave espacial de la raza humana, amerita colocar al mundo en terapia intensiva modificando las conductas pre-existentes por siglos. Kyoto fue una mentira equivalente a Copenhague y ambas quedarán en la historia como evidencias de lo que no se hizo porque no se quiso, por omisión y hasta por disimulo lo cual no exime a los culpables de su responsabilidad, tan grave como un delito cierto de lesa humanidad ya que afecta los derechos humanos de todos de manera semejante. Si no se toman hoy las medidas que detengan esta calamidad creciente, nos lamentaremos de no contar con un mañana cierto para nuestras herencias... y eso, tal como lo describo, lo viviremos muy pronto (mucho antes del 2015), pero será tarde para echarnos culpas. Diciembre 19/20 de 2009.- De las calamidades no se salvan ni los economistas, ni los políticos ni tampoco los poderosos...
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