martes, 20 de octubre de 2009

"Tenemos que cambiar; si seguimos así, terminaremos por destruirnos"

Nora Bär
Entrevista con una reconocida conservacionista
"Tenemos que cambiar; si seguimos así, terminaremos por destruirnos"
Lo dijo Jane Goodall, la eminente etóloga británica, que vino a la Argentina para dar conferencias

Noticias de Ciencia/Salud: Martes 20 de octubre de 2009 | Publicado en edición impresa
Nora Bär
LA NACION

A los 75 años, Dame Jane Goodall conserva ese tipo de belleza que confiere la serenidad interior. Figura casi mítica en el estudio de la etología animal (por sus observaciones de los chimpancés del parque nacional de Gombe, Tanzania, donde en los años 60 descubrió que estos simios fabrican y utilizan herramientas) y ganadora del Premio Príncipe de Asturias a la Investigación en 2003, Goodall recibió doctorados honoris causa de 30 universidades del mundo. Esta semana sumará el de la Universidad Nacional de Córdoba.
Menuda, casi etérea, está por primera vez en Buenos Aires -después de haber recorrido 62 países en 14 años- para participar en el Congreso Forestal Mundial, que hasta el viernes reúne en La Rural a 4500 profesores, investigadores, empresarios y funcionarios de 160 países. Dará conferencias y lanzará aquí su programa Roots and Shoots (Raíces y Brotes), que intenta sumar a los jóvenes al cuidado del medio ambiente y ya tiene filiales en 112 países. Desde 1986, alterna su trabajo científico con su prédica en favor de la preservación del planeta y de todos sus seres vivos. "Comprendí que (...) debía explicar al mundo el peligro que corremos", declaró.
-Doctora Goodall, dado el enorme crecimiento de la población y de las ciudades, ¿todavía cree que seres humanos, animales y plantas podemos coexistir?
-No si continuamos de esta manera. Tenemos que cambiar. Si no, terminaremos por destruirnos. ¿Y cómo cambiamos? Tenemos que empezar a pensar más como los pueblos indígenas, que tomaban decisiones basados no en cómo me afectará esto a mí ahora, cómo afectará al próximo accionista, sino cómo esta decisión que tomamos hoy afectará a nuestra gente dentro de generaciones.
-Usted dice: "Si continuamos así, terminaremos por destruirnos". No está hablando sobre animales en peligro de extinción, sino sobre seres humanos...
-Hablo sobre nosotros, porque veo cómo se destruyen los bosques en el trópico, cómo avanzan los desiertos... Acabo de estar en Groenlandia y vi cómo enormes trozos de hielo se quebraban con un rugido atronador, mientras ancianos esquimales no podían contener las lágrimas al ver que su tierra pedía ayuda. Del Artico fui directo a Panamá, donde conocí a algunos ancianos kuna. Ellos habían hecho planes muy cuidadosos para evacuar sus islas, porque el océano las está tapando. Estamos destruyendo este planeta... muy rápido.
-En este escenario, ¿cuál es el papel de los bosques?
-Soy particularmente apasionada de los bosques. Son necesarios por varias razones. Una de ellas es que capturan grandes cantidades de dióxido de carbono que de otra forma sería liberado al medio ambiente. Pero si no preservamos los animales tanto como los árboles, muy frecuentemente los bosques se destruirán, porque muchos de ellos dependen de los animales para dispersar sus semillas, Hay muchas semillas que no pueden germinar si no atravesaron el tubo digestivo de ciertos animales... De modo que un bosque sólo de árboles es un bosque que morirá...
-A la luz de la escala de los cambios, ¿piensa que la acción individual tiene algún valor?
-Sí, un gran valor. Si tomamos pequeñas decisiones para ayudar a la gente, a los animales, al medio ambiente, miles de millones de pequeños cambios crearán ese cambio mayor que necesitamos.
-¿Qué diferencias advierte entre la conciencia actual sobre estos temas y la que existía hace medio siglo, cuando comenzó con su trabajo de observación de los chimpancés?
-En los sesenta no se pensaba mucho acerca del medio ambiente... Gradualmente empezó a crecer la conciencia ambiental, pero también la escala de nuestra destrucción. Y también la inequidad social y la lacerante pobreza, las enfermedades... Cuando fui a China por primera vez, ningún medio de comunicación hubiera mencionado que había un problema ambiental. Ahora hay protestas y los jóvenes están horrorizados. Pero pienso que tenemos que rescatar las cosas brillantes que todavía germinan. Si nos damos por vencidos, no hay esperanzas
-¿Cuál diría que es el factor decisivo para revertir esta situación?
-Todo tiene que ver con el dinero, ¿no es cierto? Si no logramos que una masa crítica de gente joven acceda a los puestos en los que se toman las decisiones, que entiendan que necesitamos dinero para vivir, pero que no deberíamos vivir para el dinero, que deberíamos detener este consumismo ridículo, esta sociedad materialista que nos lleva a comprar más y más cosas que uno no quiere y no necesita... Por otro lado, la pobreza es increíblemente importante. Por eso, uno de nuestros programas trata de mejorar la vida de las personas que viven alrededor del parque nacional de chimpancés de forma muy holística, ofreciendo mejores métodos de cultivo, becas a las mujeres, microcréditos... Usted sabe, la gente destruye la tierra porque tiene que hacerlo, tiene que vivir de algún modo.
-¿No piensa que la ciencia nos sacará del problema?
-La ciencia puede recorrer un largo camino, pero tenemos que sumarle nuestra voluntad. Tenemos que dejar de contaminar.
-¿Cree que los líderes mundiales llegarán a un acuerdo en diciembre, en Copenhague?
-Tengo mucho temor. Y además no podemos echarles la culpa a los líderes solamente. Nosotros también tenemos nuestra responsabilidad. Si logramos que la mitad de la población apoye esta causa, haciendo cambios que probablemente dolerán un poquito, entonces los líderes tomarán impulso. Por el momento, es el dinero el que habla, las grandes corporaciones que quieren obtener más y más y más. Hay esperanza... pero depende de nosotros.

abrir aquí:
Entrevista con una reconocida conservacionista"Tenemos que cambiar; si seguimos así, terminaremos por destruirnos"

Lo dijo Jane Goodall, la eminente etóloga británica, que vino a la Argentina para dar conferencias

lanacion.com | Ciencia/Salud | Martes 20 de octubre de 2009


el dispreciau dice: la frase podría aplicarse a cualquier grupo humano constituido como sociedad, en cualquier idioma, en cualquier credo, en cualquier raza, por ende bajo cualquier bandera y dentro de cualquier frontera... de pronto, todo está mal en el planeta Tierra y mientras las masas observan azoradas asistiendo a una depredación demencial fabricada por los grupos de poder y cobijada bajo las apetencias políticas de unos pocos incapaces, ven cómo esos mismos grupos inventan las circunstancias apropiadas para apoderarse de los bienes de cada quién argumentando siempre cosas injustificables y viciadas de nulidad desde el mismo momento en que han sido pensadas (elucubradas)... en este desconcierto, las democracias en el mundo se están transformando en dictaduras donde gobierna el terrorismo de estado, agiornado claro está, pero terrorismo al fin ya que se sustenta en violar los derechos de las personas escudándose en una curiosa interpretación de las leyes o bien, fabricando leyes para respaldar sus orgias de poder. En este caos prefabricado, masas de pobres a los que se les ha conferido poder de choque fabrican colisiones sociales a efectos de dominar y someter y dentro de esos mismos grupos se conducen la trata de personas (secuestros, prostitución, desguace, esclavitud, etc.) y el narcotráfico, necesario para someter las voluntades y vaciar las mentes induciéndolos a un mundo donde la degradación es lo único cierto. El Grupo de los 8 tanto como el de los 20 o el de 60... siempre están dispuestos a fabricar argumentos para seguir encaminándonos hacia el abismo que por estas horas aparece como inevitable. El hombre y sus poderes, luego de comprar las ciencias, acomoda las cosas para justificar la depredación en la Luna, Marte, Júpiter, Saturno o donde sea se le ocurra a otro grupo de incapaces que necesitan cobrar a fin de mes para lo cual sonríen pensando que todo está bien, cuando a decir verdad dista de estarlo. Desde Vietnam hacia adelante todo se desmadró... y este holocausto al que estamos asistiendo tiene nombres y apellidos de personas tanto como países y políticos responsables. Que los políticos de esos mismos países no lo quieran ver es parte del juego estúpido de pretenderse dueños de las vidas de los otros. Que los terrorismos de estado crezcan y se diseminan se justifica en la impericia y la negligencia de los grupos de poder que se sustentan en el principio de: "esto que te daña a ti no es personal, apenas es una circunstancia"...
La humanidad, por estas horas, parece no tener retorno de su propio genocidio... no es distinto entre Argentina y Francia, tampoco lo es entre España o Estados Unidos de Norteamérica, mucho menos entre Japón y China, en todos los lugares hay muchos sometidos a los intereses de muy pocos... los dramas sociales crecen y se instalan como mecanismos de vida... pero todo indica, matemáticamente hablando, que aquello que nadie supuso ocurriría finalmente sucederá llevándonos puestos a todos y dejando a los suficientes como para un recomenzar, quizás en otro rincón del universo... Octubre 20, 2009.-

No hay comentarios: