martes, 27 de octubre de 2009

¿escuelas o comedores?


EDITORIAL
Los comedores son un reflejo de la pobreza
Martes 27 de Octubre de 2009 |

Copyright 1998-2009 - La Gaceta / Tucumán - Todos los derechos reservados.

Desde hace unos lustros y como consecuencia de los vaivenes económicos y de la falta de trabajo, se incrementaron notablemente los comedores para indigentes y escolares. Proliferaron los planes sociales y al mismo tiempo, el clientelismo se incrementó. La realidad de Tucumán no es diferente a la de otras provincias. Unos 190.000 niños de los casi 300.000 alumnos -de entre 5 y 14 años- que van a la primaria comen en las escuelas, o reciben un complementario dietario sobre la base de leche.
De acuerdo con el amplio informe que publicamos en nuestra edición de ayer, unos 51.700 alumnos de 127 escuelas reciben desayuno o merienda, con una partida de $ 0.65 por niño y por día, más leche en polvo. Alrededor de un centenar de escuelas del Gran San Miguel con una población de 86.700 alumnos cuentan con un refuerzo de yogur, tres veces a la semana. Un poco más de 300 establecimientos (34.000 chicos) de jornada simple y alta vulnerabilidad reciben desayuno y almuerzo con $ 1,85 por día y por niño. A 97 escuelas de jornada completa (18.600 alumnos), se les brinda tres comidas diarias, a $ 2,50 por niño y por día, más leche. Unos 1.500 chicos de 15 escuelas albergue (de alta montaña) acceden a las cuatro comidas diarias, con $ 3,50, por niño, más leche fortificada. En total, el Plan Alimentario tiene una cobertura de 645 escuelas con más de 190.000 alumnos, de 5 a 14 años, a un costo $ 5 millones mensuales. El Gobierno provincial invierte el 50 % de los $ 5 millones mensuales que demanda la atención alimentaria. El resto es enviado por la Nación.
En el sur de la provincia, se estima que más del 20 % de los niños va a la escuela con el objetivo de comer más que de estudiar. Es el caso, por ejemplo, de un chico de 8 años que en lugar de asistir a la escuela de Iltico (Concepción), donde vive, camina diariamente tres kilómetros hasta la "Javier Frías" de El Molino porque esta tiene comedor y la otra no. "Mi papá es limonero y no todos los días se puede comer bien. A veces la pasamos a mate cocido no más. Aquí como bien. Las comidas son ricas. A mí me gusta el arroz con lentejas y las albóndigas", contó.
También se registran casos de chicos que renuncian a parte de su ración para que sus hermanos o su madre también puedan comer. Una docente de la escuela de El Molino dijo que varios alumnos van a la escuela sólo para comer porque provienen de familias muy pobres. "Aquí comen bastante bien. Les damos alimentos muy nutritivos. Algunos llegan con mucho hambre, porque caminan varios kilómetros para venir a clase", relató.
Un informe del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil, de Buenos Aires, indica que el país hay 2,5 millones de niños, de entre 2 y 19 años que sufren sobrepeso y obesidad. Respecto de los menús ofrecidos en los comedores escolares, se indica que en muchos casos son preparados con el criterio de maximizar la cobertura de beneficiarios y el contenido calórico, aunque con bajos niveles de adecuación en algunos nutrientes como calcio o vitamina A.
Más que un ámbito del saber, en los últimos tiempos la escuela, en muchos casos, se ha ido convirtiendo en un comedor y el docente ya no se concentra en educar sino que se convierte en ama de casa y se ocupa de hacer distribuir las comidas en el aula porque el establecimiento, por lo general, carece de infraestructura.
Los roles, por cierto, están cambiando. La pobreza y la desocupación vienen haciendo estragos en miles de familias que con un escuálido plan social, no pueden paliar su acuciante realidad. El Estado debe esforzarse por generar empleo porque se sabe que el trabajo decoroso hace a la dignidad de la persona y evaluar la interesante propuesta que acaba de formular la Iglesia.
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el dispreciau dice: y me quedo con el tema de los comedores escolares... me quedo allí porque esta es (debería ser) una prioridad nacional (dentro de las tantas omitidas). La clase política cree que con esto se resuelve el problema y la realidad es bien otra, mucho más pobre y para nada proporcionada en lo nutricional. Hoy, miles de niños sin otra motivación que asistir, computadoras mediante, a juegos infernales donde se mata gente de manera despiadada o se insertan en sitios donde se muestran vaginas o penes por centenares en las expresiones comunes pero burdas que hacen a las relaciones humanas van a la escuela sencillamente para comer porque no les interesa ni la gramática, ni tampoco la aritmética, mucho menos la historia de su propia tierra y tampoco la geografía ya que son considerados elementos intrascendentes... es más, los alumnos secundarios y los propios universitarios que aún asisten a sus centros educativos lo hacen con el sólo objetivo de alcanzar un posible trabajo, nunca para saber, mucho menos para razonar, jamás para conocer y enriquecer las neuronas, porque al fin y al cabo tampoco tienen motivación alguna, ojos vista que sus padres están consumidos por conflictos que comienzan y terminan en la falta de inserción laboral y la acumulación de compromisos incumplidos, mientras que el estado le reclama las facturas por los servicios, por los impuestos municipales y territoriales. Usted podrá pensar que es un caso, pero no, se equivoca, se replica en 17 millones de personas, en unas más y en otras menos, da igual... el hecho de que haya un solo caso sería para avergonzarse, pero lejos de ello la clase política insiste con soluciones que son tan vergonzosas como la corrupción que le sigue. En este caldo de cultivo de odios sociales, los chicos van a la escuela a comer, sólo a eso. Pensar, sin neuronas bien nutridas y con un metabolismo reclamante, es una utopía y por otro lado sus propios maestros están inmersos en la misma circunstancia ya descripta... alcanza con ver cualquier programa televisivo de preguntas y respuestas escolares para transferir almas a Bariloche como para darse cuenta cuán mal estamos. Cabría preguntarse entonces, con qué gente se sustentará el país que viene... pero eso, también es parte de la estrategia política de desmantelar a la Argentina ya que si así no fuese, si no hubiera una intencionalidad oculta dentro de esta locura e histeria que transitamos los argentinos, quedaría en claro definitivamente que la clase política está compuesta por delincuentes con títulos y honores, pero delincuentes al fin. Mientras tanto, niños embebidos en alcohol y drogas por doquier forman parte de un paisaje temible que da de comer a muchos adultos que hablan de la importancia de los valores pero a decir verdad, no tienen escrúpulos y como padres, evidentemente, dejan mucho que desear. Las escuelas deben ser tales, léase para la finalidad que fueron construidas... y los comedores deben ser sólo eso, comedores. Cuando los roles se superponen y se confunden se inicia una larga lista de problemas que al reiterarse se instalan socialmente degradando la escala de valores hasta liquidarla. Ese es el punto donde estamos. Quien no lo quiera ver es porque está tinelizado, traducido, da pena. La Señora Presidente de la Nación señala que a la oposición no se le cae una idea, lo cual es terminantemente verdad, pero lamentablemente al Presidente virtual que ejerce la presidencia a sus espaldas, tampoco... insisto, detrás de las estadísticas y los números, detrás de los ejes cartesianos del mentido INDEC, detrás de la ausencia de vergüenzas, detrás de la falta de sentimientos, detrás de la carencia de alma, hay personas que la están pasando muy mal por la sola impericia de un estado paupérrimo... Octubre 27, 2009.-

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