¡Buenos días, Victor Norberto (el dispreciau)!
Dice el refrán popular que mientras hay vida hay esperanza. Todos experimentamos alguna vez en nuestra vida periodos de oscuridad, de duda, de incertidumbre. A veces, estas sensaciones se convierten en una desazón casi insuperable.
Desde los años 60 del pasado siglo, el avance de las políticas antinatalistas y eugenésicas forjaron un estado de opinión que terminó de fraguar en las instituciones nacionales e internacionales, de manera principal en legislaciones que promueven la muerte cruel de seres humanos inocentes durante su etapa de desarrollo vital prenatal a través del aborto.
Las excusas, “aborto seguro”, “peligro para la salud psicológica de la madre” y, tal vez la más inhumana, la justificación del aborto por causa de enfermedad del nuevo ser que establece criterios de ‘calidad’ que se alejan por completo del concepto de dignidad humana sin limitaciones.
Hasta hace no muchas décadas, las ideas abortistas campaban a sus anchas sin apenas resistencia, hasta el punto de que la amenaza se extendió de los indefensos antes de nacer a los indefensos en la enfermedad o la ancianidad a través de la promoción de la eutanasia y el suicidio asistido. Pero no es el momento de analizar los errores estratégicos de los grupos defensores de la vida humana, que no han sido pocos.
Sin embargo, la tendencia que parecía irreversible, ya no se percibe como imbatible. Los grupos defensores de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural han sabido reaccionar, organizarse, elaborar mejores argumentarios (más basados en la ciencia que en referencias religiosas, igualmente válidas, pero más difíciles de plantear en un mundo occidental secularizado). Si echan un vistazo al Informe ‘Evolución de la familia en España 2019’ podrán conocer datos demográficos, económicos, sociológicos y de otro tipo más que suficientes para apuntalar la causa provida.
En este sentido, te ofrecemos, Victor Norberto, un rápido vistazo a algunos de los datos más esperanzadores contenidos en el libro ‘Hablemos del aborto’ (EUNSA, 2019) del doctor en filosofía y profesor de Sociología de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra Alejandro Navas.
En él,como bien ha resumido Jorge Soley recientemente en Actuall, se abordan multitud de cuestiones sobre el aborto, abordando sus diversas fases desde el rechazo horrorizado a la aceptación social, cuando no a la imposición obligatoria. Y tras este análisis completísimo desde el punto de vista sociológico, económico, argumentativo, legal, demográfico, religioso, filosófico o lingüístico, ofrece algunos signos de esperanza que hoy te compartimos.
Tanto en Estados Unidos, como en los organismos internacionales, Europa, Rusia o China se han producido signos de esperanza. La victoria de la cultura de la vida está lejana, no nos engañemos.
Pero este sábado queremos, como recomendaba la inolvidable Mary Poppins, poner un poco de azúcar en la píldora amarga del aborto. Que mientras hay vida, hay esperanza.
Feliz sábado
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