En 2008, el entonces presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, creó dentro del Ministerio de la Presidencia, la Oficina de Cambio Climático, volviéndose así el primer país de la región en hacerlo. Un año después, también introdujo la visión de forjar una nueva economía baja en carbono en esta nación caribeña.
En el punto álgido de la larga guerra civil de Guatemala, Candelaria Jax, con 14 años entonces, huyó de su aldea tras oír que el ejército estaba violando y asesinando a las mujeres jóvenes de la zona.
La cooperación internacional necesita un nuevo impulso para abordar los desafíos económicos, sociales y ambientales, así como otras trampas que impiden el desarrollo en la región. Este nuevo impulso debe estar basado en una mayor colaboración multilateral y ha de tener un anclaje firme en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El cambio climático causado por las actividades humanas supone una amenaza cada vez mayor para la agricultura, que también es una fuente de ingresos para más de 40 por ciento de la población mundial.
Trinidad y Tobago dio a conocer su sistema de verificación, monitoreo e información, presentado por las autoridades como un hito en los esfuerzos de este país caribeño por reducir sus emisiones de carbono en función de sus compromisos en el marco del Acuerdo de París sobre cambio climático, alcanzado en 2015.
Cuando falta casi un mes para el inicio de la estación de lluvias en el estado de Gbudue, unos 430 kilómetros al oeste de la capital de Sudán del Sur, numerosos pequeños agricultores comenzaron a arar la tierra y a prepararla para plantar semillas más puras y tolerantes a la sequía.
El sector azucarero sigue siendo estratégico en la economía de Cuba, que busca inversiones extranjeras y créditos para modernizar sus capacidades instaladas, elevar la producción del dulce y potenciar sus derivados, especialmente el de la bioenergía.
Medio Oriente, una de las regiones más inestables y devastadas por las guerras, duplicó la importación de armas en los últimos cinco años, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri).
Desde hace varias décadas, Guyana usa los manglares para proteger sus costas contra las agresiones de la naturaleza, y considera que deben formar parte de programas como la Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques (REDD+), de las Naciones Unidas, para poder acceder a recursos económicos.
“Las formas tradicionales de esclavitud se han penalizado y abolido en la mayoría de los países, pero todavía prevalecen las formas contemporáneas de esclavitud en todas las regiones del mundo”, precisó la sudafricana Urmila Bhoola, relatora especial de la ONU sobre formas contemporáneas de esclavitud.
A Estrella Mai Dizon-Anonuevo se le rompió el corazón cuando escuchó por primera vez la historia de una trabajadora del servicio doméstico migrante en Filipinas.
Desde hace unos años aumentan los informes impactantes sobre la contaminación plástica y el peligro que esto significa para la vida marina. Las amenazas son claras, por lo que más que nunca es necesario tomar medidas urgentes.
Al borde de un camino maltrecho y polvoriento, Maritza Milán mantiene pulcra su humilde casa de madera a pesar de la grave escasez de agua en su barrio de El Congrí, en la periferia de la ciudad de Palma Soriano, en el este de Cuba.
Cuando el gobierno de San Vicente y las Granadinas dijo que había que guardar dinero para “la época de las vacas flacas” a causa del cambio climático, la ciudadanía sabía que el significado de la expresión era tanto figurada como literal.
Las mujeres latinoamericanas ganan en promedio una quinta parte menos que los hombres por cada hora trabajada, en uno de los hechos que retratan las persistentes inequidades en el campo laboral, que mantienen lejos en la región la meta de igualdad en las remuneraciones para 2030.
Ninguna expulsión le fue ajena a Thobias Alexander Manas: primero lo segregaron sus pares y su escuela, luego su propia familia y la comunidad toda. La culpa la tuvo la lepra. Pero pudo curarse, revertir aquel sino trágico y volver para contarlo.
El filipino Ariel Lazarte sintió que su vida se hacía añicos cuando le diagnosticaron lepra en 2014. Pero ahora, más de cuatro años después, lejos quedaron los recuerdos de la pobreza y el aislamiento que sufrió a causa de la enfermedad.
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