Asaltar Europa
La coordinación de la extrema derecha es una amenaza para las democracias
Simpatizantes de Marine Le Pen en un acto de Frente Nacional francés. SEBASTIEN NOGIER EFE
La coordinación cada vez más evidente de los movimientos ultraderechistas de cuño populista en todo el mundo constituye una amenaza organizada para el normal funcionamiento de los sistemas democráticos y para nuestras libertades. En Europa, su estrategia pasa ahora por el aprendizaje de la caótica experiencia del Brexit, materializada en el deseo de una de las principales potencias del continente de abandonar el club de la Unión. Fruto de su traumático resultado, la extrema derecha ha dejado ya de buscar la ruptura. Su nuevo objetivo consiste en resignificar el proyecto comunitario para vaciarlo de contenido, reducirlo a su mínima expresión y desmontar el andamiaje de protección que otorgan nuestras democracias liberales. A pesar de que sus intereses no son siempre coherentes o complementarios, este populismo autoritario en auge ha identificado con precisión un reto común: asaltar y desnaturalizar las instituciones europeas.
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