Atlas africano vincula jóvenes y desarrollo sostenible
- Los cambios demográficos que se producen en las sociedades africanas ofrecen una oportunidad para que el continente se vuelva más productivo y próspero, concluye un estudio de Unfpa.
Con el aumento de la esperanza de vida y la disminución de la mortalidad y la fertilidad, muchos países de África experimentan profundos cambios demográficos, con importantes consecuencias para el desarrollo social y económico del continente.
Alrededor de 60 por ciento de la población africana tiene actualmente menos de 25 años, y se estima que el sector de jóvenes seguirá creciendo.
Para aprovechar el potencial que significa una vasta población joven, el Unfpa (Fondo de Población de las Naciones Unidas) elaboró un informe por país, que permite evaluar su situación y crear una hoja de ruta para su desarrollo a largo plazo.
“Muchos países, en particular de África, están deseosos de tratar de capitalizar la masa joven”, dijo a IPS la jefa de población y desarrollo del Unfpa, Rachel Snow.
“Eso nos llevó a elaborar un sencillo atlas, en el que los países pueden ver en qué lugar están en función de algunos indicadores realmente claves e importantes para crear un ambiente propicio y lograr un dividendo demográfico”, explicó.
Para el Unfpa, el dividendo demográfico es lograr un desarrollo sostenible acelerado cuando la fertilidad descendente lleve a un aumento de la proporción de población que ingresa al mercado laboral.
Cuando los jóvenes son saludables, están bien formados, empoderados y tienen oportunidades de conseguir un empleo decente, tienen la capacidad de estimular el crecimiento económico durante años.
Hubo mejoras, observó Snow, pero la región sigue teniendo problemas en varios sectores.
En el estudio “Atlas del dividendo demográfico para África”, el Unfpa concluye que más de 20 por ciento de los jóvenes en la mayoría de los países del norte y sur del continente no tienen trabajo.
En algunos países, como Libia y Sudáfrica, la mitad de los jóvenes de entre 15 y 24 años están desempleados, lo que refleja las dificultades que enfrenta este sector de población para ingresar al mercado laboral.
Pero el desempleo entre los jóvenes también es decepcionante porque una alta proporción de ellos terminan consiguiendo empleos precarios, subrayó Snow.
A primera vista, es relativamente poco que seis por ciento de los jóvenes de Uganda estén desempleados, pero cuando se mira de cerca, más de 70 por ciento, realidad, realiza algún tipo de trabajo informal.
Asimismo, en Níger cuatro por ciento de los jóvenes están desempleados, pero más de nueve de cada 10 de los que trabajan lo hacen al sector informal.
Para ayudar a ese sector a ingresar al mercado laboral, es importante mirar más allá de los datos de empleo, que afectan la disponibilidad y el acceso a oportunidades económicas seguras, y utilizar un enfoque multidimensional.
“En algunos países, los jóvenes no tienen ninguna posibilidad debido al matrimonio precoz o a la falta de planificación familiar; y al mismo tiempo, hay unos cuantos países donde la gente ha logrado avances significativos en la educación primaria y como que se quedaron ahí”, observó Snow.
“Se ve que no hay una trayectoria clave creada para los jóvenes”, prosiguió.
Muchos países tienen una baja proporción de inscriptos en la escuela secundaria, en especial en aquellos donde el empleo informal es más importante. Uganda y Níger tienen una gran número de adolescentes matriculados en secundaria, 26 y 21 por ciento, respectivamente.
El matrimonio infantil, que aumenta la proporción de niñas desempleadas o subocupadas, también está generalizado en esos contextos.
Aproximadamente, 70 por ciento de las mujeres de entre 20 y 24 años se casan antes de cumplir los 18 en Níger.
“Queremos subrayar los problemas en el empleo a fin de incentivar una conversación mucho más innovadora a escala gubernamental en términos de dónde deben apuntalar esas cuestiones”, precisó Snow.
Sin embargo, entre los asuntos más acuciantes que dificultan la inversión a largo plazo, hay múltiples crisis de larga data en todo el continente africano, de Libia a República Centroafricana.
Snow subrayó la importancia de vincular la asistencia humanitaria y el desarrollo a fin de ayudar a los países a construir resiliencia y recuperar sus sistemas después de un conflicto.
En la 29 Cumbre de la Unión Africana (UA), realizada en Etiopía y donde se presentó el estudio, los jefes de Estado y de gobierno conversaron sobre asuntos de paz y seguridad, así como económicos, pues les permite lograr la autosuficiencia.
“África necesita financiar sus propios programas, e instituciones como la UA no pueden depender de los fondos de donantes, pues no es un modelo sostenible”, subrayó el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, en la cumbre de dos días, bajo el lema “Aprovechando el dividendo demográfico invirtiendo en los jóvenes”.
De hecho, preocupa el gran número de jóvenes desempleados en todo el mundo, pero Snow tiene esperanzas de que haya un cambio de perspectiva y un progreso continuo.
“Nos gustaría tratar de impulsar una imagen que no presente a los jóvenes como una amenaza, sino como una verdadera oportunidad para el desarrollo”, concluyó.
Traducido por Verónica Firme
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