miércoles, 29 de abril de 2015

LO PEOR QUE LE PUDO PASAR AL PLANETA HUMANO ▼ Putin: Existe otra Rusia | Opinión | EL PAÍS

Putin: Existe otra Rusia | Opinión | EL PAÍS



Existe otra Rusia

El que fuera un gran imperio debe realizar todavía una transición que ya experimentaron otras grandes naciones a lo largo de la historia. Y a pesar de lo que sucede en Moscú, hay personas preparadas para hacerla.



EULOGIA MERLE


Rusia ha perdido un imperio y todavía no ha encontrado su papel. Los únicos que pueden decidir cuál debe ser son los propios rusos, y tardarán tiempo en hacerlo. Desde luego, la nueva Rusia no nacerá el próximo 9 de mayo, cuando Vladímir Putin y el Kremlin celebren el 70º aniversario del fin de la Gran Guerra Patriótica. Es posible que no aparezca hasta el 9 de mayo de 2025, o incluso de 2045, pero no debemos abandonar nunca la esperanza en esa otra Rusia, y debemos mantener la fe en todos esos rusos que están trabajando para conseguirlo.
La expresión "perdió un imperio y aún no ha encontrado su papel" la utilizó por primera vez un antiguo secretario de Estado norteamericano, hablando del Reino Unido. Los británicos saben como nadie lo incómodo que resulta perder un imperio y construirse un nuevo papel. Algunos dirían que Gran Bretaña todavía no lo ha logrado. El propio destino del imperio original, el que unió las cuatro naciones de las Islas Británicas —Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda, aunque de esta última hoy solo queda una parte— en un supuesto Reino Unido, está todavía por resolver, y es un tema importante en las elecciones generales.
Sin embargo, estas islas tan complicadas estaban rodeadas de agua, de modo que la mayor parte del imperio británico estaba en “ultramar”. El imperio ruso, por el contrario, era un imperio terrestre que fue creciendo trozo a trozo con los siglos. Como afirma el historiador Geoffrey Hosking en su libro Russia: People and Empire, el problema histórico de los rusos es que nunca han sabido distinguir con claridad entre la nación y el imperio. Es más, “la construcción de un imperio fue un obstáculo para la formación de una nación”.
Además, mientras que el imperio británico se disolvió a lo largo de 20 años, de manera paulatina, el imperio ruso soviético se desmanteló en poco más de dos años, entre 1989 y 1991, en una de las desintegraciones más espectaculares de la historia.
Sería un hecho histórico extraordinario si, después de él, no hubiera habido una reacción confusa e indignada por parte de muchos rusos. Una reacción que, con los gobernantes actuales, ha adquirido un cariz peligroso. Debemos afrontar ese peligro con energía, pero además debemos preguntarnos de qué forma pensamos y hablamos sobre Rusia. Una forma equivocada es la de quienes ya son conocidos en toda Europa como Putinversteher (literalmente, “los que comprenden a Putin”). Son los que confunden a Putin con Rusia y cometen el típico error de creer que “comprender todo es disculpar todo”.
Los hombres de negocios alemanes son especialmente propensos a esa confusión. El escritor ruso Vladimir Voinovich, autor de dos de las mejores novelas satíricas en la literatura europea del siglo XX, me contó una vez la historia de un banquero alemán que le invitó a cenar en los años ochenta. Un chófer le llevó en un Mercedes del tamaño de un tanque a la villa del empresario. Este le agasajó con una cena de lo más lujosa durante la que explicó al escritor, entonces en el exilio, que había que saber entender el trauma sufrido por la pobre Rusia, que durante toda su historia había sufrido la invasión de los mongoles, los polacos, los franceses y, la peor de todas, los alemanes. Había que verstehen, comprender. Hasta que Voinovich no pudo aguantar más. “Le pregunté: ‘¿Entonces, ¿cómo es tan grande?”
Hoy, Voinovich sigue siendo satírico pero es además un valeroso representante de la otra Rusia. Ha criticado la anexión de Crimea y la guerra en el este de Ucrania. En una entrevista reciente con una página web rusa, dijo que Rusia necesita una revolución, no violenta ni como la revolución naranja de Ucrania, sino “una revolución en la mente de las personas... Putin no es el único culpable, es toda la sociedad, porque le deja hacer lo que quiere”.
El asesinato de Nemtsov ha impulsado los intentos de unir a una oposición fragmentada



Voinovich expresa una verdad complicada. Existe otra Rusia. Es la que representan el asesinado Boris Nemtsov y las personas que depositan flores en el puente en el que murió, que ya llaman Puente de Nemtsov. El crimen y la atmósfera de intimidación violenta han asustado a algunos, por supuesto, pero unos cuantos valientes han reforzado su actitud desafiante. El bloguero y opositor Alexei Navalny acusó directamente al régimen de Putin de la muerte de Nemtsov. El asesinato ha impulsado los intentos de unir a una oposición fragmentada, con una nueva alianza electoral entre los partidos fundados por Nemtsov y Navalny.
Pero la otra Rusia también son los activistas que el domingo 19 hicieron una “marcha por la paz y la libertad”; el grupo de tratro Teatr Doc; Lena Nemirovskaya, que inspira a tantos desde su puesto al frente de la acosada Escuela de Estudios Políticos de Moscú; Pavel Durov, fundador de la principal red social rusa, Vkontakte, que hoy vive en el extranjero; Mijail Jodorkovski, el oligarca convertido en preso político y luego en activista exiliado; y muchos más, cada uno a su manera. Cuando Thomas Mann llegó exiliado de la Alemania nazi a Estados Unidos, dijo: “Donde yo esté, está Alemania”. Todos estos rusos tienen derecho a decir: “Donde yo esté, está Rusia”.
Ahora bien, cuando Jodorkovski dice a su público en Londres: “Putin no es Rusia; somos nosotros”, está haciendo una declaración de principios, no describiendo la realidad. La verdad es que Putin, por lo que vemos, tiene un inmenso apoyo popular y, en ese sentido, Putin también es Rusia. Los alemanes saben como nadie que a las naciones a veces les pasa eso, y luego se despiertan con una resaca monumental.
La verdad es que Putin, tiene un inmenso apoyo popular, y en ese sentido, también es Rusia



Para desentrañar qué debe ser Rusia y trazar una nueva línea entre la nación y el imperio, hay que desarrollar una relación nueva con unos vecinos que hablan la misma lengua y comparten gran parte de la cultura y la historia. En los últimos años, Putin se ha apropiado indebidamente del término “mundo ruso” (russkiy mir) y lo ha convertido en un eslogan político que viene a decir que “si hablas ruso, perteneces a Rusia”. Pero no tiene por qué ser así, y la mayoría de los vecinos no lo desean. Estuve visitando Minsk hace tres semanas, y el ministro bielorruso de Exteriores explicó a nuestro grupo que su visión a largo plazo es que Bielorrusia se convierta en una especie de Suiza. Quizá les queda aún un poco lejos... pero está claro lo que quiere decir. Suiza tiene muchos germanohablantes y, aun así, no tiene por qué formar parte de Alemania.
Lo mismo ocurre, desde luego, en los mundos de habla española, francesa, portuguesa e inglesa. Existen lazos culturales, económicos y políticos muy estrechos, pero no queremos pertenecer al mismo Estado o imperio. Yo tengo más primos canadienses que británicos. La relación entre Gran Bretaña y Canadá es tan especial, por lo menos, como la que hay entre Rusia y Ucrania. En mi caso, como en el de muchos rusos y ucranianos, es literalmente familiar. Pero en Londres nadie propone (para alivio de mis primos canadienses) la anexión de Toronto y la restauración de la Norteamérica británica. Nuestros países se llevan mucho mejor separados. Lo mismo les sucederá a los rusos y sus primos. Si los países de habla española, francesa, portuguesa e inglesa fueron capaces de hacer la transición de su complejo pasado imperial a las afinidades electivas de hoy, el mundo ruso puede hacerla también. Y un día lo hará.
Timothy Garton Ash es catedrático de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige en la actualidad el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Su último libro es Los hechos son subversivos: Escritos políticos de una década sin nombre.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

el dispreciau dice: lo peor que le pudo pasar al planeta humano fue la caída de la ex-Unión Soviética... porque ello derivó en que la idea del imperio, con eterna sede en Bruselas, retomara entidad y con ello, fuerza... adquiriendo identidad nazi a partir de la conformación de la mentida des-unión europea... una des-unión donde pocos son los beneficiados y demasiados los negados y olvidados...
encima de ello, el rol de los Estados Unidos de Norteamérica desde aquella caída hasta hoy, viene siendo errada, es decir, sobran intereses de pocos y escasean las necesidades de muchos, siendo Estados Unidos el responsable político de la debacle de la América Méxicana, de la América Central y de la América del Sur, por nombrar apenas un lado del problema...
léase... ni Estados Unidos con toda su sapiencia, ni Rusia con toda la propia, se dieron cuenta que era necesario crear un planeta humano globalizado pero unificado a pesar de China y sus emperadores siniestros... ello habilitó a todas las tragedias que se vienen expresando desde 1992 a la fecha... sin solución de continuidad, incluso enfrentando intereses rusos y americanos, que confluyen para algunas cosas, y se estrellan para las importantes...
como sea, Rusia no puede prescindir de Estados Unidos de Norteamérica y éste último no puede hacerlo de Rusia, ya que juntas suman "inteligencia" acorde a los tiempos por venir, esto es enfrentar la idea de una Tierra perteneciente a un espacio donde, justamente, el "espacio" es el gran desconocido de las partes... y curiosamente, es el que más puede incidir, afectar y/o modificar la identidad humana como raza y como potencial futuro de existencias...
Rusia tiene consigo un pensamiento ajedrecístico peculiar... esto es que guarda un sentido matemático de los razonamientos políticos y de cualquier otra índole... Rusia busca y necesita de aliados... pero no necesita ni de mentes ni de pensadores, porque aún en disidencias, los tiene y de categoría... más aún, recién ahora, con Putin, la entidad rusa está tomando consciencia del rol que ocupan en el planeta humano como entidad global...
Estados Unidos de Norteamérica tiene consigo un pensamiento utilitario... donde hay amigos y enemigos... donde los amigos cumplen un rol integrativo pero no necesariamente integrador... donde los enemigos no siempre son los que las inteligencias detectan, ya que muchos de ellos son, lamentablemente, norteamericanos de pura cepa... léase, EEUU busca alianzas (no aliados porque no los necesita) para retroalimentar su pensamiento estratégico que, sin que ellos se hayan dado cuenta, ha dejado de ser "americano" (o de limitarse a lo "americano") para ser obligatoriamente "universal"... esto es que va allende la Tierra como entidad humana...
Alemania ha pretendido copiar a americanos y rusos... pero el intento le ha salido mal, ya que una vez en la historia reciente, ha quedado descolocada al ser usada por Bruselas para pagar los platos rotos del mesianismo del imperio medieval europeo interpretado por unas pocas familias (no más de cuatro) judías pero de consciencia nazi, la misma que antes fue, pero que esta humanidad no reconoce aún...
Gran Bretaña juega el papel de la protegida de Estados Unidos de América y con eso le alcanza... ha perdido integración... ha perdido integridad... ha perdido liason... y ha perdido rol... tiene valores, pero de no ser por la protección de Estados Unidos de Norteamérica, estaría desintegrada hoy mismo y en completo estado de indefensión... 
Francia, el otro componente importante, otrora un polo cultural planetario definitorio para el pensamiento evolutivo occidental... ha cedido y hasta perdido dicho espacio por falta de estadismos, de pensadores y agregadores de valores, tal supo tener a lo largo de su historia...
finalmente, el Vaticano tiene un rol que sólo podrá ser salvado y/o recuperado por Francisco... ya que no hay capacidades internas para cambiar el curso de una FE en trayectoria de colisión... su sociedad con la roña italiana... su sociedad ancestral con las redes de trata... y su sociedad ancestral con los lavarropas de los "lava culpas" de occidente, la ha dejado muy mal parada de cara a cualquier historia... por ende, o los sacerdotes salen a la calle a hacer valer la FE íntima de cada fiel, o la Iglesia se desintegrará del mismo modo que lo hizo el imperio romano... por impericia de partes y negligencia de actores...
traducido: el planeta Tierra es único... único como entidad espacial para la raza humana y sus hechos... único para poder desarrollar una civilización que deje de ser terrestre para pasar a compartir "hechos" universales, asociándose con entidades no humanas, invisibles a los ojos, inaudibles a los oídos humanos, pero suficientes per se para desarrollar civilizaciones que por ahora el planeta humano no puede distinguir por falta de ciencias concretas y por exceso de ciencias de conveniencias sionistas...
Putin y Obama tienen en sus manos sentar un cambio en el pensamiento humano... pueden tomar la iniciativa o fundirse en ella... la disyuntiva está en querer tomar el rol que les compete y crear una Tierra única, o librarla a la hoguera de los infiernos... por ahora, cursa lo segundo... es de esperar que el espejo refleje el destello que de vuelta la historia y establezca el paradigma de lo primero. ABRIL 29, 2015.-



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