martes, 18 de mayo de 2010

MISERIAS HUMANAS

PANORAMA TUCUMANO
La guerra contra uno mismo

Martes 18 de Mayo de 2010 | El video sobre supuesta compra de votos que investiga la Justicia federal plantea fuertes dilemas éticos en estas elecciones universitarias.


Autor

Roberto Delgado
Prosecretario de Redacción
rdelgado@lagaceta.com.ar

En el thriller psicológico "La isla siniestra", Martin Scorsese muestra magistralmente al comisario Teddy Daniels en la terrible disyuntiva de elegir dos realidades con consecuencias brutales. Una lo lleva a la muerte, la otra a la angustia. El gran problema es determinar cuál de esas realidades es la correcta. Como nos ocurre a todos en la vida con frecuencia, como les está pasando ahora a los 156 electores de la asamblea universitaria, tironeados entre dos listas, y presionados por la espantosa revelación del video de supuesta compra de votos protagonizado por Ramiro Moreno, secretario de Bienestar Universitario, separado del cargo por el rector. El video fue definido por el fiscal general federal Antonio Gómez como un intento de soborno y calificado por Arnaldo Ahumada, defensor de Moreno, como "carne podrida". Podrida o no, esta carne infectó a toda la Universidad.

Aunque se hizo casi del mismo modo que las filmaciones a varitas coimeros, la denuncia del video no es igual a las que se presentaron ante la Municipalidad y que no llevaron a la separación ni a la detención de ningún inspector de tránsito. La grabación con el funcionario de la UNT es contundente en cuanto a identidades, motivos y situación, y como tal fue presentada ante la Justicia por quien hizo la filmación; por otra parte, el deterioro moral que el video parece mostrar llevó a planteos éticos estructurales, reconocidos de un modo u otro por los grupos en la pugna universitaria.

El primer planteo, el más fuerte, es que la asamblea se autoelimine y eso dé lugar a un nuevo proceso. Pero nadie tiene claro qué pasaría a partir de esto. Incluso el presidente de la FUBA, Alejandro Lipcovich, dice que el problema es profundo, que hay camarillas que pelean por sus intereses y que "se caería en los mismos vicios". Algo de esto se asoma en las misivas que intercambiaron el titular de Luminotecnia, Carlos Kirschbaum, y el secretario de Ciencia y Técnica, Daniel Campi. Este último señala que hace dos largas décadas se introdujeron en la UNT las prácticas clientelares.

El segundo planteo es también muy fuerte: pedir que la UNT renuncie a los cuantiosos fondos que percibe como regalías de La Alumbrera, y que han producido por un lado el derrame de obras por toda la universidad, y por otro la incómoda idea de que el vínculo con la minera impide que la Universidad tenga independencia.

El tercer planteo, más moderado, es que se reforme inmediatamente el estatuto de la UNT para el voto directo.

Mientras tanto, a propósito de la asamblea, se desató una lucha de dos paradigmas sobre voto cantado o secreto: los cerisolistas (que son los más escaldados por el video, ya que Moreno es funcionario oficialista) dicen que el voto nominal garantizará que no haya compra de conciencias; en el otro lado, los rossistas argumentan que el voto secreto permitirá elegir sin presiones y sin persecuciones posteriores. También se teme un "voto vergonzante": el video transmite la idea de que se compró a los electores. No se sabe cuántas personas fueron tentadas de esta manera. Los oficialistas apuestan, no obstante, a que prenda la idea de que los que quieren voto secreto (los de la oposición) son más pasibles de corrupción porque no quedarán expuestos a la contradicción entre lo que dijeron y lo que hicieron.

Estos son los paradigmas del voto. Pero, ¿dónde está el principio de la significación del voto como instrumento de la transparencia y de las garantías de la democracia? No aparece en este contexto.

Yuri Serbolov, en su "Guerra contra uno mismo", plantea las diferencias entre vivir de acuerdo a principios o de acuerdo a paradigmas. Los principios (como la regla de oro de la moral "compórtate con los demás como quieres que se comporten contigo") no cambian; los paradigmas, sí. Y es más difícil vivir de acuerdo a principios, porque implica pelear contra uno mismo, dice Serbolov.

Justos y pecadores
Por eso, los 156 electores se las van a ver negras hoy. A causa del video ya están pagando justos por pecadores y además sometidos a la dura conciencia de lo que vendrá. El rector, Juan Cerisola, para defenderse de las salpicaduras, dio una definición interesante: "Esto que pasó no es la UNT; es feo, pero no es la Universidad". ¿No lo es? De esto se debate desde hace varios días y se desprenden dos lecturas brutales: si no es, el sistema de controles hace agua, y hay que cambiarlo de raíz. Y del otro lado, si esto es la UNT, entonces los paradigmas sobre los que se funda la casa de altos estudios también hacen agua y hay que replantearlos a partir de principios éticos. Que es un camino más difícil. Como el que recorre el ficticio comisario Teddy Daniels, que tiene que optar entre disfrazar los hechos y enfrentar la muerte, o asumirlos y sobrevivir como un monstruo.
http://www.lagaceta.com.ar/nota/379132/Opinion/guerra_contra_uno_mismo.html

el dispreciau dice: todos los ámbitos del poder aparecen como apetecibles e indudablemente llaman la atención de políticos, economistas, académicos, empresarios, y otros con espíritu de liderazgo. Nuestra sociedad (al igual que muchas otras) expresa falencias que le son propias y otras que les llueven por el eterno afán de copiar. Varias universidades nacionales al igual que los estamentos políticos son claras muestras de las miserias humanas que afloran bajo la pretensión de apoderarse del sillón a cualquier precio. Sucede también en instituciones profesionales tales como colegios, consejos, asociaciones, círculos, y otros. Aquellos que llegan al poder, insisten con inmortalizarse en dichas posiciones, impidiendo entonces la funcionalidad de las instituciones. Dichas expresiones muestran que las personas, más allá de sus estudios, de sus títulos, de su formación, guardan un factor primitivo de consideración del poder que les hace aflorar lo más bajo de su condición humana... ese factor depredatorio que todo lo atropella y que no escatima víctimas a su paso, con tal de alcanzar la deseada posición de poder. Esto deja en evidencia que las deficiencias de la clase política y sus eternas deudas sociales emanan de la propia consciencia social y sus temibles deficiencias. Nada es por casualidad como tampoco lo es por espontaneidad. Penosas imágenes de gentes que luego se muestran con finura, delicadeza, y dan discursos sobre moral, civismo, y valores... una moral dudosa, un civismo relativo y valores que se acomodan a las conveniencias y los intereses. No es patrimonio de Tucumán sino de la genética argentina, una herencia que no tiene en cuenta el sentido de los ciclos y que las personas en sus funciones públicas deben dejar abierta la puerta para nuevos y mejores idearios. Triste la imagen para una de las más importantes entidades académicas del país... pero para nada diferente a lo que transitamos diariamente, no por ello menos reprochable. Cada vez que en una institución, las autoridades pretenden inmortalizarse, dicha institución se muere un poco, disgregándose en finalidades para nada altruistas, que finalmente consumirán los voluntarismos y las buenas intenciones declamadas pero jamás ejecutadas. Los ejemplos en la historia son muchos, pero este aspecto de la condición humana parece estar capacitado para hablar y escribir sobre la historia de los otros pero nunca atender las razones de la propia... desmereciéndose hasta el hartazgo. Triste genética de la argentinidad del poder. Mayo 18, 2010.-

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