La amenaza del pulso electromagnético
La onda, generada con una detonación en la atmósfera, puede ser un arma de destrucción masiva
Noticias de Exterior: Miércoles 7 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa
Alberto Rojas Moscoso
El Mercurio/GDA
SANTIAGO, Chile.- Súbitamente se apaga el televisor. Ni el celular ni el teléfono de red fija funcionan. Tampoco la computadora. Mientras tanto, en la calle, los autos y ómnibus se detienen inexplicablemente, al igual que el subte. Y a lo lejos, varios aviones comienzan a caer sin control sobre la ciudad.
Esta escena no corresponde a alguna nueva película de Hollywood, sino a lo que realmente podría ocurrir si una ciudad, una provincia o incluso un país fueran atacados con un pulso electromagnético, más conocido como PEM. Y que en Washington hace tiempo consideran una amenaza real.
¿Pero qué es el PEM? Básicamente es un campo electromagnético de alta intensidad y corta duración que se genera al detonar una bomba nuclear en la atmósfera, a gran altura. La onda llega a la tierra a la velocidad de la luz, y aunque las personas no la pueden ver ni sentir, destruye automáticamente toda clase de chips y tarjetas madre. A partir de ese instante, todos los equipos electrónicos dentro del área afectada quedarían inservibles, desde un BlackBerry o un iPhone hasta una planta de energía.
Tanta es la preocupación en Estados Unidos que el Congreso creó en 2001 una comisión específica para ocuparse de este tema. La misma que hace unos días recibió un informe de la Fundación Heritage que denuncia que el país no está realmente preparado para enfrentar esta amenaza.
"En la medida en que Estados Unidos sea un país cada vez más interconectado y dependiente de las redes para el funcionamiento de la sociedad, un ataque exitoso con un PEM se vuelve cada vez más serio", dijo a Jena Baker, analista en temas de seguridad de la Fundación Heritage y coautora del informe.
Si bien la existencia del pulso electromagnético y sus efectos son ampliamente conocidos desde los tiempos de la Guerra Fría, el peligro de su uso reflota hoy de la mano de la amenaza terrorista y de países que cuenten con un programa balístico.
"Países como Irán son los que tienen la capacidad para llevar adelante un ataque de este tipo en el futuro cercano -asegura Baker-. Sabemos que Rusia y China han estado explorando el uso del PEM como un arma."
La amenaza del ataque con un PEM cobró especial vigencia el año pasado con la publicación del libro One Second After , de William R. Forstchen, profesor de Historia en la Universidad de Montreat, Carolina del Norte.
Aunque se trata de una novela, el autor se basó en información real para describir lo que ocurriría después de un ataque de estas características. "Doce horas después [del PEM], la comida comenzará a descomponerse en la heladera, y si es invierno no habrá calefacción [eléctrica]", explica.
"Las fuerzas del orden serán incapaces de operar sin radios ni vehículos; no podrán saber dónde ir ni cómo reaccionar. Pero el verdadero horror se producirá en los hospitales, donde fallarán los generadores (...) Todo paciente en terapia intensiva morirá en cuestión de horas. Si recuerda lo que ocurrió en Nueva Orleáns después del paso del huracán Katrina, multiplíquelo por 10.000", advierte.
Para Forstchen, un ataque así llevaría al país a un caos y generaría en pocos días hambruna, falta de agua y enfermedades. Además, millones de personas intentarían escapar a pie de las zonas afectadas.
Un ataque terrorista causaría daños irreparables a un país como Estados Unidos, sumiéndolo en el atraso y la indefensión. Y si el autor del ataque fuera otro país, tendría la ventaja de invadir un territorio libre de radiación y con una infraestructura casi intacta.
En la actualidad existen blindajes capaces de resistir el impacto del PEM, pero están lejos de masificarse. Según Baker, sólo queda fortalecer el sistema defensivo de misiles, pero también crear una mayor conciencia de esta amenaza en el ámbito militar y en el sector privado.
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La amenaza del pulso electromagnético
La onda, generada con una detonación en la atmósfera, puede ser un arma de destrucción masiva
lanacion.com | Exterior | Mi?oles 7 de abril de 2010
el dispreciau dice: el mal, en su afán de ocupar espacios a cualquier costo, fue invadiendo las ciencias con el simple objeto de comprar mentes para desarrollar capacidades estratégicas... ¿dónde está el mal?... no tiene patria, por ende no tiene banderas, no guarda himnos, no escatima esfuerzos ni tampoco recursos, tiene forma humana y puede vestir con fineza y expresarse tanto en hombres como en mujeres... cuyo objetivo es el poder, la dominación y la sumisión (más otras condiciones propias del poder, tales como comprar dignidades, avasallar los espíritus, exterminar las disidencias). Lo antedicho significa que el mal puede ser bello y estar perfumado, deslumbrar y cautivar, seducir y burlar. Sucede sí, que el mal encontró varios nichos que le han facilitado el trabajo, por ejemplo incorporó el narcotráfico y la producción de estupefacientes con dos objetivos: crear recursos y desarrollar capacidad financiera por una parte, luego se ha ocupado de someter voluntades promoviendo el consumo de drogas que transforman a las personas en entidades estúpidas, fácilmente esclavizables. Más tarde ingresó en la investigación biomolecular que le ha permitido crear un infinito espectro de armas de destrucción masiva, cuya presencia es indetectable hasta que consumen a los cuerpos de las personas y los animales. Armas que no estallan, no hacen ruido ni provocan destellos. Armas que contaminan el agua y los alimentos convirtiéndolos en tóxicos sin límites... Pero no termina allí. Al descubrir que bombas y misiles no tenían utilidad práctica comenzaron a ensayar otros mecanismos electrónicos de destrucción masiva y los resultados han sido a la medida de sus expectativas... Air France ha padecido dicha capacidad pero peor aún, los pasajeros sepultaron sus ilusiones en el Océano, demostrando que por ahora no hay manera efectiva de neutralizar estos nefastos efectos. ¿Quién comenzó la barbarie?... no tiene importancia. El poder suele ser bárbaro y mucho más cuando se nutre de necedad, soberbia, y las usuales miopías que se mezclan con atropellos y desprecios. La humanidad está indefensa porque los propios estados de derecho están invadidos por corruptos que le han vendido sus almas al mal... y ahora éste se ha diseminado por el orbe humano prometiendo apoderarse de los espíritus a cualquier costo. Parece apocalíptico, sin embargo es extremadamente real y en este, como en tantos otros casos, la realidad está superando a la ficción. Apagar la energía es hoy sinónimo de someter a las víctimas que quedarían rápidamente a merced de sus respectivas confusiones, sin luz, sin agua, sin teléfono, sin radio ni tv, sin informática, esto es aislados. Se pueden invadir tanto vidas como empresas, países como sistemas, mecanismos como métodos... ¿entonces?... la humanidad tiene un nuevo elemento de preocupación en su horizonte: el terrorismo magnético. Ya no alcanza con la lucha diaria por sobrevivir... tampoco con la desesperación por tratar de no caer en la pobreza y entregar la dignidad remanente... además, deben atenderse las razones del mal que está decidido a tomar el poder y extinguir a la parte de la raza humana que no le entregue sus almas. Loco, muy loco. El peor infierno se está manifestando en la Tierra... y la clase política y los poderes que la acompañan parecen haber sido copados por la iniquidad y su eterna falta de respuestas, donde no hay gracias sino desgracias, donde no hay dones sino habilidades esclavizantes, donde no hay talentos sino capacidad de daño... Las generaciones humanas de la pos-guerra no ganan en capacidad de asombro. Abril 07, 2010.-
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