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La desalinización, una solución y un problema
- Con el agravamiento de la escasez de agua, muchos países recurren a los océanos para aliviar la situación, lo que crea nuevos riesgos para la población y el ambiente: la salmuera de rechazo.
Un nuevo estudio del Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la Universidad de las Naciones Unidas analizó el estado de la desalinización en el mundo pues cada vez son más los países que optan por esa técnica para conseguir agua dulce.
“Hay una creciente escasez de agua en el mundo, pero hay lugares donde la situación es peor como en Medio Oriente y algunas partes de África”, observó uno de los autores, Manzur Qadir, en entrevista con IPS.
“Realmente necesitan un suministro adicional de agua para cubrir la demanda de la población”, apuntó.
En 177 países, hay 16.000 plantas de desalinización, muchas de las cuales están en Medio Oriente y el norte de África, donde la falta del líquido vital ya es una realidad acuciante.
A medida que aparecen nuevas plantas de desalinización, también aparecen subproductos como químicos hipersalinos conocidos como salmuera de rechazo.
De hecho, por cada litro de agua dulce, una planta de desalinización produce 1,5 litros de salmuera, una proporción que es 50 por ciento superior a las estimaciones previas.
Las plantas de desalinización producen suficiente salmuera en un año como para cubrir todo el estado estadounidense de Florida con un pie (alrededor de 0,30 metros) de altura de ese desperdicio.
“Históricamente, solíamos ver los mismos volúmenes de salmuera que de agua desalinizada, pero no es verdad; se produce más salmuera que agua desalinizada. Se necesita realmente una gestión eficiente”, subrayó Qadir.
El estudio, el primero en cuantificar la producción de salmuera en todo el mundo, concluyó que solo cuatro países eran responsables de 55 por ciento de la salmuera producida en todo el mundo: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar.
Casi 80 por ciento de la salmuera se produce en plantas de desalinización que están cerca de los océanos, donde descargan los productos de rechazo, lo que supone grandes riesgos para la vida y los ecosistemas marinos.
Según el estudio, la salmuera no tratada aumenta tanto la temperatura como la concentración de sales en el agua de mar. Juntos, esos factores disminuyen las concentraciones de oxígeno e impactan en los organismos marinos y en la cadena alimentaria.
El proceso de desalinización también usa químicos tóxicos como cobre y cloro, que contaminan los océanos.
La tendencia indica que cada vez habrán más plantas de desalinización, por lo que el estudio subraya la necesidad de mejorar las estrategias de gestión de la salmuera para evitar mayores daños al ambiente.
Los autores del informe observaron que la salmuera presenta varias oportunidades económicas, como la irrigación de cultivos tolerantes a las sales, la generación de electricidad e, incluso, la acuicultura.
“La utilización de aguas salinas de drenaje ofrecen posibles beneficios comerciales, sociales y ambientales. La salmuera de rechazo se ha utilizado para la acuicultura, logrando un aumento de la biomasa de los peces de 300 por ciento”, indicó Qadir.
“Es necesario traducir esas investigaciones y convertir un problema ambiental en una oportunidad económica”, añadió.
Pero antes que nada, los países deben minimizar el volumen de salmuera que producen, lo que incluye la adopción de tecnologías modernas y más eficientes, apuntó Qadir.
Los países de Medio Oriente “en especial, deben tomar medidas concretas para garantizar una gestión de la salmuera que sea factible con el ambiente”, dijo a IPS, al reconocer la importancia de la desalinización en la región.
El estudio concluyó que ocho países, Maldivas, Singapur, Antigua y Barbuda y Qatar pueden cubrir sus necesidades de agua potable mediante la desalinización de agua de mar. Y la tendencia indica que cada vez más países dependerán de esa estrategia.
“Debemos subrayar la gravedad de la escasez de agua y el aporte fundamental que supone el agua desalinizada, pero al mismo tiempo no debemos ignorar la otra parte de la tecnología de desalinización, que es la producción de salmuera”, sintetizó Qadir.
Traducción: Verónica Firme
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