Trump defiende su ‘América primero’ ante los líderes de Davos
Los encuentros con los mandatarios de Reino Unido e Israel evidencian qué apoyos busca el presidente de EE UU
Davos (Enviada especial)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Foro de Davos (Suiza) este jueves. NICHOLAS KAMMAFP
Las primeras horas de Donald Trump en el Foro de Davos bastaron para dejar sentado el tono de su viaje a la estación alpina. Sus primeros encuentros con los mandatarios de Reino Unido e Israel evidenciaron qué apoyos busca el presidente de Estados Unidos en este viaje: los de aquellos que no cuestionan su política aislacionista. Trump ha venido a defender su América primero con el beneplácito de las grandes empresas y las corporaciones financieras estadounidenses, que aplauden con entusiasmo su reforma fiscal.
Donald Trump quiere dar una lección a los elitistas de Davos que el año pasado echaban pestes con su llegada a la Casa Blanca y que hoy le reconocen la hoja de servicios que exhibe en su primer año de presidencia: las Bolsas se sitúan en niveles récord, la economía está creciendo al 3%y sus promesas en materia de desregulación e impuestos se van cumpliendo. “Trump viene a exhibir su éxito y a demostrar que forma parte de los grandes líderes mundiales”, explica el antiguo embajador de EE UU en México, Carlos Pascual.
A última hora de la tarde, la hora de la cena en la estación suiza, el líder republicano se sentó en la mesa en el hotel Belvedere —y en medio de fuertes medidas de seguridad— con 15 dirigentes empresariales europeos, entre los que se encontraban los consejeros delegados de Nestlé, Adidas y Total, según el listado ofrecido por la Casa Blanca, a quienes animó a invertir en EE UU. “Han mostrado mucha calidez y respeto por nuestro país y tienen mucho dinero, miles de millones de dólares dispuestos a invertir en EE UU”, ha dicho Trump al inicio del encuentro. Ninguna empresa española estaba invitada a esa cena.
Precisamente porque su modelo “funciona”, y no son pocos los dirigentes empresariales europeos que han pedido estos días a sus Gobiernos que reaccionen a la rebaja fiscal de Trump, el líder estadounidense se permite ignorar al frente multilateral que le ha precedido en Davos, de la mano ni más ni menos que de cinco mandatarios internacionales. Y este jueves lo quiso dejar patente con la elección de sus primeros encuentros. Trump se comprometió con Theresa May a dar total prioridad a un acuerdo comercial bilateral cuando Reino Unido abandone la Unión Europea. “Las discusiones que tenemos desde hace tiempo van a derivar en un tremendo aumento del comercio entre nuestros países, lo que será positivo en términos de empleo”, ha apuntado Trump. Horas antes, ante el plenario de Davos, May se había abstenido de apoyar el frente multilateral defendido por Angela Merkel, Emmanuel Macron y Paolo Gentiloni y había reprochado a los líderes políticos que “en Davos muchos se llenan de retórica a favor del libre comercio pero luego no lo concretan en acciones”.
Trump también se reunió con Benjamín Netanyahu y con su esposa, ante quienes defendió su decisión unilateral de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén. Con el viaje a Davos, Trump mantiene encuentros bilaterales que, de otra forma, le costaría poder realizar a los distintos países por el rechazo popular y político a su figura, como ha sucedido con Reino Unido.
La expectación en el Foro de Davos, la máxima expresión de la globalización, ante la visita de Trump es máxima y en el centro de Congresos todo el mundo hacía tiempo en mesas y cafés para poder capturar una imagen del mandatario estadounidense. Tanto que el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, confesaba sorprendido que había acudido en días pasados a una cena sobre las emociones en política: “yo pensaba que me invitaban para hablar sobre Cataluña pero solo les interesaba Trump”, remarcó.
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