miércoles, 23 de enero de 2019

Blockchain: cómo asegurarse que cada dólar llegue a quien lo necesita | Internacional | EL PAÍS

Blockchain: cómo asegurarse que cada dólar llegue a quien lo necesita | Internacional | EL PAÍS

Blockchain: cómo asegurarse que cada dólar llegue a quien lo necesita

Esta tecnología de la cuarta revolución industrial puede acelerar el camino al desarrollo en América Latina y el mundo

Blockchain, un gran aliado para luchar contra la corrupción.

Blockchain, un gran aliado para luchar contra la corrupción. ISTOCK





Blockchain es considerado uno de los pilares en que se sostiene la cuarta revolución industrial. Lejos quedan ya la máquina a vapor y la Internet, herramientas que desencadenaron las anteriores revoluciones industriales.
En medio de todos los avances tecnológicos que vivimos en la actualidad, Blockchain, o cadena de bloques, tiene el poder de alterar los actuales modelos económicos y de negocios, y convertirse en un activo particularmente valioso para las economías emergentes. De acuerdo con los expertos, también podría ser muy útil como método para combatir la corrupción, en especial en América Latina y el Caribe, donde la penetración de la telefonía móvil puede facilitar adopciones tecnológicas.
¿Pero en qué consiste esta tecnología? De forma simple, Blockchain es una cadena de bloques digitales que contiene información. Una vez generada la información, esta es muy difícil de modificar. Incluye información sobre el remitente, el destinatario y el monto de dinero. Los datos son confiables porque están ligados a un estricto marco de normas y claves criptográficas, y solo aquellas personas con la clave correcta pueden acceder o modificar los datos. Blockchain también elimina la necesidad de un intermediario, como un banco o un abogado. En suma, facilita la transparencia, que es enemiga de la corrupción.
Blockchain ha sido utilizada en criptomonedas como Bitcoin, pero son muchos sus usos potenciales, tales como mercados energéticos, identidad digital, cadenas de valor, atención a la salud y servicios financieros. Aunque hay uno que es de especial importancia en América Latina y el Caribe: la lucha contra la corrupción.

El impacto de la corrupción

La corrupción tiene un impacto desproporcionado sobre los más pobres y vulnerables, incrementando el costo y reduciendo el acceso a servicios como la salud, la educación y la justicia, de acuerdo al Banco Mundial. La corrupción también dificulta la inversión, con efectos derivados en el crecimiento y los puestos de trabajo. Según una encuesta de Transparencia Internacional, más de la mitad de los latinoamericanos considera que su gobierno no está abordando la corrupción, mientras que una de cada tres personas que utilizaron un servicio público en los últimos doce meses tuvo que pagar un soborno.
Existen, además, estudios que indican que los pobres pagan el mayor porcentaje de sus ingresos en sobornos. Por ejemplo, en Paraguay, casi el 13 por ciento de los ingresos de los pobres van a pagos de sobornos, mientras que en los hogares de alto ingreso esta cifra es del 6,4 por ciento.
La fácil identificación y la trazabilidad de Blockchain hacen que la corrupción sea más complicada. En una obra pública, por ejemplo, se podría dar seguimiento a cada uno de los montos que se gastan, identificar a todos los usuarios de esos fondos, y asegurarse que solo aquellas personas autorizadas a gastar dinero lo hagan según lo previsto inicialmente. Las investigaciones de fraude y corrupción -que normalmente toman meses, e incluso algunas no se terminan- podrían hacerse de forma instantánea. Este tipo de seguimiento financiero puede servir como disuasivo para los sobornos en el sector público, y a su vez ampliar el impacto sobre el desarrollo.
En América Latina y el Caribe, apenas la mitad de los adultos tiene acceso a servicios bancarios, si bien el nueve de cada 10 adultos no bancarizados poseen un teléfono móvil. A medida que la penetración de los teléfonos inteligentes crece, la popularidad de las monedas virtuales también lo hace. En Brasil, algunas compañías y tiendas minoristas aceptan monedas virtuales como forma de pago. Colombia también ve cómo se acrecienta su presencia en el mercado de las criptomonedas de América Latina, al igual que Perú.
Chile cuenta con una comunidad criptomonetaria muy activa, aunque los bancos han denegado sus servicios a empresas e individuos relacionados con el mundo criptofinanciero. Tanto Chile como Argentina han acogido eventos y reuniones en torno a las criptomonedas. En Chile, LaBitConf atrajo a miles de participantes de todo el mundo interesados en los activos digitales. En Argentina, Bitcoin sigue creciendo y no existe ninguna gran normativa acechando a la industria. Sin embargo, Bolivia y Ecuador son de los pocos países del mundo en donde el Bitcoin está prohibido de forma estricta.

Aprovechar la innovación tecnológica

El Grupo del Banco Mundial está trabajando para asegurar que las economías de los países en desarrollo puedan aprovechar este tipo de innovaciones para erradicar la pobreza extrema y promover la prosperidad. En agosto de 2018, el Banco Mundial lanzó el bond-i, un nuevo instrumento de deuda operado por Blockchain, el primer bono en el mundo en ser creado, asignado, transferido y gestionado a lo largo de su ciclo de vida mediante Blockchain.
La organización también está trabajando en cómo usar Blockchain para hacer más transparentes las cadenas de suministro. Por ejemplo, la tecnología puede animar a los productores rurales e intermediarios que se encuentran entre la granja y la fábrica a ingresar más datos sobre su producto a medida que se mueve por la cadena.
Y en Colombia, donde los jóvenes de bajos recursos y en riesgo carecen de acceso a una educación de calidad y con frecuencia no están incentivados para permanecer en la escuela, el Banco Mundial está explorando la oportunidad de apoyar la educación de los jóvenes a través de un juego, donde pueden ganar premios resolviendo retos globales.
La cuarta revolución industrial puede facilitar el camino hacia el desarrollo ayudando a prevenir el fraude y la corrupción. De todas formas, la tecnología se encuentra en la fase inicial de desarrollo, por lo que se deberán abordar importantes riesgos y desafíos, tanto técnicos como normativos, antes de su adopción masiva. Pero el camino está abierto.
Emily Bartels-Bland es productora digital del Banco Mundial

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