Bruselas se adelanta a Washington y dialoga con Cuba sobre DDHH
- La política abonada por la pasada administración estadounidense de Barack Obama hacia los derechos humanos en Cuba comenzó a ser sobrepasada por la Unión Europea (UE), que abordó en Bruselas la tercera ronda de diálogo sobre ese controversial asunto con La Habana.
Delegaciones de la isla caribeña y la UE se sentaron a conversar el lunes 22, dos días después de que en un mensaje al pueblo cubano el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, restase legitimidad al gobierno cubano frente a los valores democráticos, económicos, las libertades religiosas y los derechos humanos.
Especialistas consultados por IPS descartaron que el pronunciamiento de Trump sea el principio del fin del deshielo abierto con la restauración de relaciones diplomáticas bilaterales. Pero el presidente republicano no ha cristalizado los cambios que anunció en la política hacia Cuba durante la campaña, pasados más de cuatro meses en el cargo.
“El mensaje (lanzado por Trump el 20 de mayo, cuando cumplía cuatro meses en el poder) es una nota insulsa, de lugares comunes, hecha para tapar el hueco de la ausencia de una política ante crecientes demandas de definición”, dijo a IPS el académico Arturo López-Levv.
El experto cubano residente en Estados Unidos no cree que bajo la administración de Trump continúe el proceso de normalización abierto con la reanudación de lazos diplomáticos.
Pero estimó que hay realidades en que el retroceso sería “muy difícil”, como la salida de Cuba de la lista de países considerados terroristas por el Departamento de Estado, el aumento de los viajes a Cuba, desde el vecino del norte, el fin de la política migratoria de pies secos-pies mojados o la posibilidad de mayor flexibilización de las ventas agrícolas a esta isla caribeña.
Según sus portavoces, Trump se propone priorizar los derechos humanos en su política hacia Cuba y presionar por “avances sustantivos” en esa materia. En el pasado, esa postura derivó en fuertes y estériles enfrentamientos en la Organización de las Naciones Unidas y otros foros internacionales.
El gobierno de Raúl Castro ha ofrecido dialogar, pero añadiendo que solo en condiciones de igualdad y respeto.
Bajo el gobierno de Obama (2009-2017) se realizaron dos rondas de diálogo sobre este asunto, una en Washington (marzo 2015) y otra en La Habana (octubre de 2016). Si bien no se apreciaron avances visibles, ambas partes pudieron constatar sus marcadas diferencias de enfoque y buscar puntos coincidentes.
En tanto, la UE derogó la Posición Común, una cláusula que condicionaba la cooperación a cambios políticos en la isla, y firmó en diciembre con La Habana un Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación, que permitirá al bloque acompañar el proceso cubano de reformas, pilotado por Castro desde que asumió el poder en 2008.
Con ese contexto, se ha reunido con La Habana en tres ocasiones para promover mediante el diálogo cambios en materia de derechos humanos.
La tercera ronda de conversaciones del lunes 22 entre la UE y La Habana estuvo encabezada por Stavros Lambrinidis, representante especial para Derechos Humanos del bloque europeo, y Rodolfo Reyes Rodríguez, director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
En la sesión de un solo día, la UE subrayó la importancia de cumplir con los estándares internacionales de derechos humanos, incluyendo el libre acceso a los medios de comunicación y la información, las libertades de expresión, asociación y reunión para que las voces de diferentes partes del espectro político puedan ser escuchadas y participar.
“Aunque se evidenciaron profundas diferencias de posiciones y enfoques en varias de las cuestiones debatidas, se ratificó la voluntad de abordar cualquier tema, con pleno respeto a la igualdad soberana, la independencia y la no injerencia en los asuntos internos de las partes”, señaló la cancillería cubana, en un comunicado divulgado en su página digital.
Las sesiones anteriores del diálogo sobre derechos humanos entre Cuba y la UE se realizaron en Bruselas y La Habana, en junio de 2015 y 2016, respectivamente.
Al margen de este ejercicio diplomático, sectores de la sociedad civil cubana consideran que se debe fortalecer la discusión interna sobre los derechos humanos, que durante años fue un tema tabú y de connotaciones subversivas.
En este sentido, Fernando R. Romeu Caignet, integrante de Alianza Unidad Racial, un proyecto autónomo de juristas, consideró a IPS que ese errado concepto se ha ido perdiendo y defiende la idea de que debe y puede haber debate entre la sociedad civil y el gobierno, “pues toda solución parte del encuentro de dos o más percepciones distintas”.
Más que de política exterior, es un asunto que debemos debatir hacia el interior del país y fortalecer el ejercicio de construir ciudadanía”, dijo a IPS Alberto Roque, defensor de los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI).
El activista reconoció que desde los años 90 ha crecido el conocimiento sobre los derechos humanos en la sociedad cubana.
Agregó que cuando el gobierno cubano anuncia que este tema debe tratarse en condiciones de igualdad, ofrece a Washington una rama de olivo que tiene que traducirse “en una estrategia de respeto y garantía hacia el interior de nuestro país, sin condicionamientos externos, pero sí desde las necesidades y demandas de nuestra ciudadanía”.
En su opinión en Cuba se ha avanzado mucho más en la garantía de los derechos sociales, económicos y culturales que en los civiles y políticos, en los cuales se requiere un enfoque que responda a la plena participación política, no solo mediante la elección total y directa de sus representantes, sino en el ejercicio cotidiano de hacer la política.
“Cuba, aun con temas pendientes, tiene mucho que mostrar en esta materia al gobierno de los Estados Unidos”, que se considera paladín de los derechos humanos a nivel global cuando tiene un record de violaciones sostenidas, que parten inclusive de su propio modelo político, económico y social”, remató Roque.
Editado por Estrella Gutiérrez
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- Ciudadanos cubanos hacen fila ante la sede de la embajada de Estados Unidos ante La Habana, que funciona desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales en 2015. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS
- Trabajadores de un restaurante situado en el centro de La Habana preparan las mesas antes de la apertura. La restauración vive una bonanza en Cuba por el récord de la afluencia de turistas extranjeros, en que los visitantes de Estados Unidos contribuyen desde que Washington flexibilizó los viajes a la isla caribeña. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS
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